14.11.21

Cap.II . Discurso de Investidura del académico de Santa Cecilia, Luis del Olmo. La Comunicación



Los tres postulados de la comunicación.

No hace falta avanzar más en la historia para afirmar que la comunicación humana se rige por un triple postulado que se podría plantear de la siguiente forma:
. No hay vida sin comunicación.
. No hay comunicación sin comunicador.
. No hay comunicador sin audiencia.

No hay vida sin comunicación:
Una sociedad sin comunicación, es una sociedad agonizante. La comunicación inyecta vitalidad a la sociedad. La sociedad no sobrevive en el silencio, ni se desarrolla en el aislamiento. Los pensamientos y los hallazgos deben compartirse. Los nuevos caminos y las nuevas metas han de ser comunes, para que la sociedad vaya a más.

No hay comunicación sin comunicador:
Podría utilizarse como una variante del acertijo del huevo y la gallina: ¿Qué fue primero, el comunicador o la comunicación? ¿Nace la comunicación como exigencia vital del comunicador y luego crece y se estructura según las aportaciones de los comunicadores? La comunicación es una forma, tal vez la más hermosa y perdurable, de relación personal.
La palabra pura y dura, el vocablo desnudo de todo adorno, es una corta forma de decir, como apuntó Dante Alighieri.

Según afirman numerosos psicólogos, el valor significativo de los vocablos es harto limitado: a ellos solo corresponde un 7% del mensaje que comunicamos al hablar. El 38% corresponde a la entonación y modulación de la voz. Y el resto, el 55% es obra de todos los otros elementos expresivos que colaboran en la emisión del mensaje: la mirada, las manos, el rostro, el cuerpo entero del que habla.


No hay comunicador sin audiencia:
En toda comunicación hay un código de señales que permite al emisor transcribir su mensaje, y un desciframiento posterior de éste a cargo del receptor.

Según Montaigne, toda la palabra pertenece por igual, mitad y mitad, al que habla y al que escucha. El protagonismo de la comunicación, no solo reside en el comunicador, también en el receptor, y sobre todo el grado de identificación que haya entre ambos. No hay comunicación sin la implicación, sin la complicidad del otro.

El comunicador encuentra su recompensa, sabe que su voz no clama en el desierto, desde el momento en que encuentra otra voz que da fe de hablar el mismo idioma y compartir la misma idea. La comunicación se consigue cuando el emisor y el receptor, son propietarios al cincuenta por ciento de la misma palabra.

Por la tanto, la comunicación es un “medio de interrelación”, punto de encuentro y diálogo, entre el emisor y el receptor. Se suele decir que una obra de teatro no surge cuando está escrita, sino en el momento de la representación, gracias al contacto entre el autor, los actores y el público. De ahí que se afirme con certeza que hay tantos Otelo de Shakespeare cuantas representaciones se den de él.

La verdadera comunicación surge en el momento en que el emisor y el receptor entran en diálogo. Es decir, cuando la primera comunicación es respondida por otra en sentido contrario. La comunicación es un camino de ida y vuelta. Eso es el diálogo.

La terrible dualidad de las palabras.
A estas alturas de mi reflexión en voz alta, compruebo que me estoy dejando llevar por el entusiasmo. Ya saben que entusiasmo es una palabra griega que significa estar dominado por un Dios. En mi caso mi amor a las palabras, que ha sido el pan de mis días y el aire de mis momentos felices, me ha dominado y no siempre me ha dejado ver su cara oculta. Porque las palabras, como proceden del ser humano, y porque surgen de él, llevan en su esencia una dualidad terrible.

. La palabras unen… si pero también separan
. Las palabras acogen y rechazan
. Las palabras curan… pero también hieren
. Las palabras vivifican… pero también matan.
. Las palabras son poderosas. Y el poder de las palabras no siempre se utiliza en beneficio de la comunicación, sino todo lo contrario, se convierten en instrumento de dominio, tiranía o esclavitud.
. Las palabras son peligrosas. Los cubanos cifraron el éxito de su revolución en tres P: Palabra, Pueblo y Pólvora. La palabra sacudió al pueblo, y el pueblo encendió la pólvora.
.El peligro de las palabras es que convencen, y convencer es a veces más peligroso que vencer.

. Los hombres de acción vencen.
. Los hombres de dicción, convencen.
. Dictador viene de dictar, de decir al otro lo que debe hacer.
. Las palabras muestran la verdad, pero también mienten.
. Ya lo decía Lenin: Contra los cuerpos, la violencia, contra las armas, la mentira.


Fuente: Discurso de Investidura del Ilmo. Sr. Luis del Olmo. Capítulo II.

1 comentario:

Luis Manzrro Benitez dijo...

Luis del Olmo, Iñaki Gabilondo y Buenafuente, ¡que tres grandes periodistas! La entrevista me ha gustado mucho, como todas las que hace Buenafuente. Creo que a la palabras les pasa como a nosotros con el COVID-19, ellas también tienen un virus llamado FAKE NEWS. Habría que inventar una vacuna para eliminar los bulos y las mentiras en todos los medios de comunicación.
Muy bueno también el segundo capítulo, Gonzalo.

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