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| Xoán Montés Capón |
Esta entrada tiene la intención de relatar, someramente, la biografía del compositor Xoán Montés y su obra Negra sombra.
La música tiene una capacidad de transmisión que, en mi opinión, supera ampliamente a la de la palabra escrita. Un texto puede emocionarte, sin duda alguna, pero lo que te lleva a otra esfera es la música, es la que te hace vibrar y cerrar los ojos.
El poema, "Negra Sombra”, se convirtió en una de las más emblemáticas canciones de la música gallega, auspiciada por el músico Xoán Montés. Fue presentado por primera en el Gran Teatro de La Habana en 1892.
Se considera uno de los cantos más hermosos y elementales de Galicia, y sus letras se funden con un trazo melódico de modo que ya no se conciben separadamente. Ha trascendido décadas y, quizá, es la canción más popular de la historia sonora gallega.
Xoán Montés comenzó sus estudios musicales cuando entra en el Seminario Conciliar de Lugo, en donde cursó estudios eclesiásticos que finalizó con las máximas calificaciones, y que compaginó con unas breves lecciones de música en la cátedra de Solfeo del seminario. La supresión de las clases musicales obligan a Montes a convertirse en un autodidacta que, con la ayuda de su guitarra, compone desde su adolescencia villancicos, himnos, plegarias e incluso una obra de duración considerable como Las siete palabras de Cristo en la Cruz . Tras finalizar sus estudios eclesiásticos comienza una labor febril e incansable, tanto en la creación de música como en la creación de formaciones como el Orfeón Gallego o la reorganización de la Banda Municipal de Lugo. Su vida profesional está llena de premios conseguidos en certámenes de Vigo, A Coruña, León, Pontevedra, Santander, Bilbao o La Habana (ese galardón lo consigue con la balada Negra Sombra). Además de su fecundisima obra, también recogió cantos tradicionales en colaboración con especialistas como Casto Sampedro o Felipe Pedrell, aparecidos en obras clásicas del género como Cancionero Musical de Galicia y Cancionero Musical Popular Español. En los últimos años de su vida, todavía tuvo tiempo para montar el Schola Cantorum del seminario de Lugo, una última prueba de un hombre que brilló a la altura de los grandes músicos de su época a pesar de las dificultades que encontró para formarse
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| Rosalía de Castro es un icono de la cultura gallega |
En un reciente libro sobre poetas gallegos, al referirse a Rosalía, su autor pone en relación la soledad y la sombra en su obra. Posiblemente el interés por la soledad le hace descuidar el tema de la sombra, que se toma en un sentido unitario y sin matices. Las diferentes categorías de sombras que están desperdigadas por los versos de Rosalía. Las sombras a quienes Rosalía se refiere con un adjetivo que demuestra su familiaridad: mis sombras: son seres que han abandonado el mundo de los vivos, pero que siguen manteniendo con ellos una relación íntima.
Pero es curioso que a su nombre como autora de la letra no le acompañe casi nunca el del compositor de una música que pone los pelos de puntas. Es algo que normalmente no sucede en otros casos ya que todos conocemos a Verdi como autor de La Traviata o a Mozart como el compositor de La Flauta Mágica pero casi nadie sabe quién escribió los textos.
Luz Casal y Carlos Nuñez - Negra sombra
La interpretación de Luz Casal y Carlos Nuñez, pese a que la letra es en gallego, transmite el sentimiento de una poesía que, al tiempo que es triste, desprende mucha belleza.
Luz Casal está ahí, en esa declaración de soledad terrible de la gran poeta gallega. Y si le miras a los ojos y la escuchas, con esa sonrisa como vencida por la realidad que hay detrás y delante de la vida, concluyes que en su voz rota hay una historia que ella misma está contando; con sus propios versos o con los versos de otro, pero suya al fin y al cabo....
Cando penso que te fuches,
negra sombra que me asombras,
ó pé dos meus cabezales
tornas facéndome mofa.
Cando maxino que es ida,
no mesmo sol te me amostras,
i eres a estrela que brila,
i eres o vento que zoa.
Si cantan, es ti que cantas,
si choran, es ti que choras,
i es o marmurio do río
i es a noite i es a aurora.
En todo estás e ti es todo,
pra min i en min mesma moras,
nin me abandonarás nunca,
sombra que sempre me asombras.
Cuando pienso que te fuiste,
negra sombra que me asombras,
a los pies de mis cabezales,
tornas haciéndome mofa.
Cuando imagino que te has ido,
en el mismo sol te me muestras,
y eres la estrella que brilla,
y eres el viento que zumba.
Si cantan, eres tú que cantas,
si lloran, eres tú que lloras,
y eres el murmullo del río
y eres la noche y eres la aurora.
En todo estás y tú eres todo,
para mí y en mi misma moras,
ni me abandonarás nunca,
sombra que siempre me asombras.
Fuente: Internet
Gonzalo Díaz-Arbolí
