Tercer movimiento: Adagio molto e cantabile.
El tema principal del tercer movimiento es dominado por un espíritu lírico, reposado, y delicado como corresponde a un adagio, en este punto tiene lugar en la sinfonía la transformación, dilatada de forma larga absolutamente espiritual, que no dice nada, pero que penetra y que nos pone en contacto con nosotros mismos. Supone un descanso después de la fiereza de los dos movimientos anteriores. Es la más clara demostración de que la inteligencia humana forma parte de una inteligencia universal, al escuchar este movimiento uno se transforma, se transfigura, es difícil no soñar en la hermosura del universo.
Da pie a la antesala al cuarto movimiento.
Nota del editor:
En el “Compendio de las Lecciones de Filosofía” de 1844, el Obispo Juan José Arbolí y Acaso, escribió:
Los sentimientos de orden físico y moral, llevan a las Ideas y con ellas al Conocimiento.
La Sensibilidad estimula, la Inteligencia ilumina y con la Actividad o actuación llevada a cabo con nuestra Voluntad, es decir de forma voluntaria, llegamos a conseguir el Talento propio del ser humano.
Hay acciones “instintivas” que se realizan sin el conocimiento de su finalidad y hay acciones “voluntarias” de los que conocemos el fin y los medios.
Todos los conocimientos, vienen de haber sentido algo antes. Así la sensación de gusto en las las Artes, es por un sentimiento de lo que es verdadero y bello, perfeccionado por la inteligencia. Cuanto más sabes de música, más la disfrutas…
El Obispo Arbolí se adelantó 140 años sobre la inteligencia musical, propuesto por Howard Gardner, en la teoría de las inteligencias múltiples de 1983.
Nota final:
El segundo movimiento está marcado Molto vivace, en Re menor y compás de 3/4. Curiosamente, este Scherzo viene colocado en la segunda posición de esta sinfonía en vez de la tradicional tercera y es excepcionalmente largo. Enseguida se nota el parentesco rítmico inicial con la exposición temática del precedente Allegro, en una voluntad organizativa llevada a límites extremos. Una corta introducción en fortissimo en la cuerda y después en los timbales al descubierto da paso al tema principal, en pianissimo, expuesto por la cuerda de manera fugada (segundos violines, luego violas, violonchelos, primeros violines y finalmente contrabajos). Tras una repetición vigorosa del tutti aparece un segundo motivo melódico en la madera que será repetido en crescendo e introducirá un tercero con el viento ante el obstinado ritmo de la cuerda sobre la nota Do. Después de la repetición, la parte del desarrollo vuelve a tomar la nota inicial y tras una nota acalderonada en Si se prosigue en un mágico juego de tonalidades (Mi menor, La menor, Fa mayor) para retornar al Re menor del comienzo. Es curioso observar cómo la partitura nos va advirtiendo de la alternancia “Ritmo di tre battute” y “Ritmo di quattro battute“. La reexposición concluye con un crescendo abruptamente concluido. Es el turno del trío, realmente un Presto sustitutivo del tradicional Trio. El Presto es un intermedio a dos tiempos en Re mayor. Tras el tutti, el fagot toca un staccato sobre el que los oboes y clarinetes exponen un tranquilo motivo, con el apoyado rítmico de unos timbales con ganas de participar. El tema se completa con un dibujo ascendente de la cuerda en crescendo. Tras un calderón en Re la cuerda al unísono marca el ritmo del scherzo que se repite da capo. De manera genial y sublime, el compositor sorprende con un recuerdo de los primeros compases del Presto tocado por la madera. El movimiento concluye con un enérgico tutti sobre las notas La y Re.
Cómo escuchar música, de Aaron Copland
https://www.culturagenial.com/es/novena-sinfonia-de-beethoven/
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