19.1.24

Ludwig van Beethoven (1770-1827). Año de 2024. Bicentenario del estreno de la Novena Sinfonía Op.125, en el Teatro de la Corte Imperial de Viena.



Beethoven nació en Bonn, (diciembre 1770) hijo de un músico de la corte y de la hija de un oficial de palacio. Su destino lo llevaría a convertirse en uno de los primeros compositores, no operísticos, independientes del mecenazgo de la nobleza. A sus trece años, su maestro Gottlob Neefe, quién no sólo fue su maestro, sino también un amigo fraternal, sugirió que tal vez podría convertirse en el segundo Mozart. Se supone que Beethoven se había reunido con Mozart en Viena tres años antes con la intención de ser su alumno, pero su plan se vio frustrado por la muerte de su madre.

En 1784, Beethoven consiguió su primer puesto independiente como organista y viola de la corte, y dos años más tarde, el elector lo envió a Viena para proseguir sus estudios. Allí tuvo ocasión de improvisar para Mozart sobre un tema dado, terminando la improvisación con una fuga perfecta. Mozart impresionado dijo: Apunten su nombre, pues un día será famoso.

Beethoven es el último de los grandes clásicos vieneses y sus obras representan el cierre definitivo de la época clásica, no obstante, es también el iniciador de una nueva era. Pertenecía a la nueva generación que sostenía los ideales de la Revolución francesa y creía fervientemente en los derechos humanos. Su manera de ser y de pensar pertenecían a la nueva época, por eso sus opiniones en música eran diferentes a las de sus predecesores.

Beethoven representa el nexo de unión entre los periodos clásico y romántico, pues expandió las fronteras del primero con la seguridad en sí mismo y la individualidad característica del romanticismo. La música de Beethoven encierra los sueños, fracasos y turbulencias de la era revolucionaria, exponiendo el elemento humano en la música de una época marcada por la exaltación de los derechos individuales.

Sus primeras composiciones eran netamente clásicas, pero su corazón ya era romántico. Al desear expresar nuevas ideas en sus composiciones, algo ajenas y distintas al estricto mundo de la música, Beethoven se encontró en conflicto con el clasicismo.

Estos avances se aprecian en sus grandes obras instrumentales. Una de las características desviaciones de las normas clásicas fue el abandono del minueto – movimiento en ritmo de danza – para introducir en su lugar el scherzo, mucho más libre. La forma estricta de la sonata clásica no sirve, por exigir repetición, para una música puramente romántica, dramática y expresiva. Entre las muchas reglas que trató de evitar fue la de simetría y la repetición en los movimientos de sus sonatas; a veces las componía de dos, de cinco, seis o siete movimientos, cambiando incluso de tiempo dentro de cada movimiento.
Beethoven compartía el deseo de sencillez y claridad de los clásicos, pero amaba los desarrollos anchos y profundos. Por ello puede decirse que dotó a la música de armonía, atmósfera y concentrado interés sobre la energía y la acción dinámica.

Sinfonía nº9 Op.125 (1824)

La Sinfonía n.º 9 en re menor, op. 125, conocida como Coral. Es la novena y última completa de sus nueve sinfonías. Se estrenó en Viena el 7 de mayo de 1824. Muchos críticos y musicólogos la consideran como una obra maestra de la música clásica occidental y uno de los logros supremos de toda la historia de la música.​ Es una de las obras más conocidas de la música de práctica común​ y una de las sinfonías más interpretadas del mundo.​

La Novena fue el primer ejemplo de un compositor importante que incluyó partes vocales en una sinfonía. El movimiento final, el cuarto, de la sinfonía presenta cuatro solistas vocales y un coro en la paralela tonalidad de re mayor modulada, conocida comúnmente como la «Oda a la alegría». 
Se cree que Beethoven, cuando estaba en la veintena, intentó musicalizar "Oda a la Alegría", el famoso poema de Schiller, aunque sólo sobreviven algunos apuntes. En 1818 retomó el proyecto y tardó seis años en completarlo. Después de unas variaciones sobre dos temas en el movimiento lento, el movimiento coral constituye en realidad una cantata de cuatro movimientos. Beethoven dudó sobre la forma de introducir las voces en la sinfonía, llegando a componer dos finales, pero acabó por incluir algunas citas.

Los seres humanos convivimos con la música en todo momento. Es un arte que nos hace disfrutar de tiempos placenteros, nos estimula a recordar hechos del pasado, nos hace compartir emociones.
La música es para gozar de ella. La música nos habla. Escuchar música es una capacidad que se adquiere por medio de experiencia y aprendizaje. El conocimiento intensifica el goce. Por lo tanto, debemos escucharla con sosiego, prestando atención y dando a la música el esfuerzo concentrado de un oyente activo.
Aun así, hay códigos que, con excepciones, sirven para todos. Si una canción está en modo menor nos sonará triste y si está en modo mayor, alegre. Se sabe que la alegría está en re mayor y lleva trompetas, que el amor suena a instrumentos de cuerda que, a veces, van acompañados de flautas, y que el odio tiene tempos muy rápidos.


Novena sinfonía de Ludwig van Beethoven consta de cuatro movimientos:

Primer movimiento:  Allegro maestoso.
Este primer movimiento de la sinfonía tiene un carácter tormentoso, heroico, con un poderoso sentido del movimiento. Beethoven nos presenta retazos de lo que esperamos sea un melodía completa, pero siempre frustra nuestras esperanzas y el material se transforma ante nuestros ojos con infatigable energía en graciosas elaboraciones musicales que rompen nuestras expectativas por completo. Esto inyecta una tensión continua en el movimiento. Asistimos a una lucha formidable entre fuerzas musicales, como un choque de pura materia musical. 

Es como el comienzo de la vida de cualquier persona. Sin embargo, cualquiera que lo oiga percibirá una sensación de energía, una sensación de fuerza incluso un clima violento, trágico. Después viene el tema femenino que cantan los instrumentos de viento que es de una gran dulzura. Es decir en este primer movimiento tenemos un dramatismo en su composición. Algunos especialistas lo consideran como la mejor pieza de la historia de la música, supera a la parte coral, por su armonía infalible y sus sublimes melodías nos ponen a la vista la vida de un compositor genial y titán.

Beethoven: Sinfonía núm, 9 primer movimiento. | Paavo Järvi and the Deutsche Kammerphilharmonie Bremen

Segundo movimiento: Molto vivace . 
En toda composición dominan los contrastes y el dramatismo del primer movimiento se torna vitalidad en el segundo, al que en ocasiones se ha definido con acierto como una paso de la oscuridad a la luz, con mucho carácter, calificado por muchos cronistas como "el infierno en llamas" por su contundencia y velocidad, que nos invita a bailar Es un abrumador e incontenible movimiento en forma fugada, que irradia energía por cada uno de sus poros. En la introducción se usa un solo de timbal y un ritmo con mucho brío. 
La tradición "ordenaba" colocar en segundo lugar el adagio, pero Beethoven los sustituye por un scherzo. En rigor, su intento era eliminar el último lastre cortesano en la sinfonía para sustituirlo por un movimiento enérgico y ligero al mismo tiempo.

Segundo movimiento. Barenboim/West-Eastern Divan Orchestra

Tercer movimiento: 
Adagio molto e cantabile. 
El tema principal del tercer movimiento es dominado por un espíritu lírico, reposado, y delicado como corresponde a un adagio, en este punto tiene lugar en la sinfonía la transformación, dilatada de forma larga absolutamente espiritual, que no dice nada, pero que penetra y que nos pone en contacto con nosotros mismos. Supone un descanso después de la fiereza de los dos movimientos anteriores. Es la más clara demostración de que la inteligencia humana forma parte de una inteligencia universal, al escuchar este movimiento uno se transforma, se transfigura, es difícil no soñar en la hermosura del universo.
Da pie a la antesala al cuarto movimiento.

Tercer movimiento. Barenboim/West-Eastern Divan Orchestra

Cuarto movimiento:  Allegro presto. 

Es como una explosión final donde se incluye el poema de Friedrich Schiller llamado Oda a la Alegría que le da este toque maravilloso a esta composición, ya que es un canto a la libertad que invita a los hombres del planeta a unirse como hermanos. Y, es una manera impresionante como en el último momento irrumpe de manera perfecta por primera vez la voz humana. Ya que a veces la música es insuficiente para transmitir el mensaje que quieres hacer llegar y la inclusión de voces da ese toque perfecto a esta magnífica obra, afirmando que el cuarto movimiento puede ser considerado en una obra completa en sí misma, es decir, “toda una sinfonía”. 
En él podemos distinguir varias partes claramente marcadas por pausas. El movimiento pretende integrar varias formas musicales previas como el canon y la fuga. Está compuesto para orquesta, coro mixto y cuatro solistas: soprano, contralto, tenor y barítono.
 -Introducción:
Tema 1.  Contiene una referencia a la introducción del primer movimiento y la preparación del "tema de la alegría".
Tema 2.  "de la alegría" expuesto cuatro veces.
Tema 3.  Variación del tema 2 y reexposición del tema 1.
Tema 4.  Presentación del barítono.
Tema 5.  Tema 2 cantado por el barítono y el coro.
Tema 6.  Presentación del tenor a modo de marcha militar, también en este caso acompañado por el coro, esta vez  sólo la parte masculina.
Tema 7.  Intermedio -aceleración- a modo de fuga.
Tema 8.  Reexposición apoteósica del tema 2.
Tema 9.   "del amor"
Tema 10. Fuga 2. Contiene una serie de variaciones sobre el tema 2 cantadas por el coro y con gran protagonismo   de la soprano y contralto, las variaciones se mezclan con el tema 3.
Tema. 11.  Reexposiciòn del tema 2, es la primera parte de la coda: (adición brillante al período final de una pieza de  música. 
Tema 12.   Cierre. Es la segunda parte de la coda.

Cuarto movimiento. Barenboim/West-Eastern Divan Orchestra

No nos resistimos a colocar este corte de vídeo por su interesante historia de la película "Copying Beethoven", Basada en una ficción dramática centrada en los últimos años de la vida creativa del compositor. La directora se toma varias licencias históricas en aras de mejorar el interés lírico de la película y hacer que sea comprendida por el público percibiendo así la biografía de Beethoven. 
En la crónica del estreno, en 1824, se entremezclan el respeto y el entusiasmo con el desconcierto ante una obra que puso a prueba la habilidad de los intérpretes. La apertura de la sinfonía recurre a una idea original que luego ha sido muy imitada: una vibración grave y eterna se ensancha de forma alarmante en cuanto se toma conciencia de ella. Los golpes de los timbales del segundo movimiento, el scherzo, arrancaron aplausos espontáneos en su estreno y, bien al final del movimiento o al final de la obra -los relatos difieren-, la contralto Carolina Unger hizo una señal a Beethoven para que se volviera y viera el aplauso que no oía.

La escena es familiar y desgarradora: Beethoven viejo, completamente sordo, despeinado, incapaz de marcar correctamente el compás, moviendo furiosamente los brazos delante de la orquesta mientras el público, a su espalda, ya había comenzado los aplausos que él no podía oír. Oyendo en su cabeza una música que tal vez no se parecía a la que atronaba en la sala con una vehemencia nunca oída hasta entonces, con una amplitud sonora que se consideraba más propia de las ceremonias religiosas que de los acontecimientos de fraternidad civil.

Presten atención al minuto 5:22, hasta entonces tranquilo, empiezas a derrumbarte lentamente y a llorar, entiendes entonces el porqué merece la pena escuchar música.


Letra de la Oda a la alegría de Friedrich Schiller, un anhelo de igualdad, fraternidad y libertad para toda la humanidad.
¡Oh amigos, dejemos esos tonos!
¡Entonemos cantos más agradables y llenos de alegría!
¡Alegría! Alegría!

¡Alegría, hermoso destello de los dioses,
hija del Elíseo!
Ebrios de entusiasmo entramos,
diosa celestial, en tu santuario.
Tu hechizo une de nuevo
lo que la acerba costumbre había separado;
todos los hombres vuelven a ser hermanos
allí donde tu suave ala se posa.........

¡Abrazaos millones de criaturas!
¡Que un beso una al mundo entero!
Hermanos, sobre la bóveda estrellada
debe habitar un Padre amoroso.
¿Os postráis, millones de criaturas?
¿No presientes, oh mundo, a tu Creador?
Búscalo más arriba de la bóveda celeste
¡Sobre las estrellas ha de habitar!

En 1985, el Consejo de Europa, y más tarde la Unión Europea, adoptaron una versión adaptada por Herbert von Karajan como el Himno de Europa.​ En 2001, el manuscrito original de Beethoven de la partitura de la sinfonía, conservado en la Biblioteca Estatal de Berlín, se inscribió en el Registro de la Memoria del Mundo de la Unesco, donde forma parte de la herencia espiritual de la humanidad junto con otros sobresalientes monumentos, convirtiéndose en la primera partitura musical así designada.

En sus cuadernos personales Beethoven plasmó sus inquietudes: La más importante de ellas era conseguir transmitir a través de su última sinfonía algo más que música. Es decir, quería contar una historia, y en el caso de la novena esa historia debía guardar relación con la liberación de la humanidad.
Sin duda Beethoven nos narra el triunfo de la humanidad, pero no de manera sencilla: la victoria está plagada de duelos entre la parte positiva y negativa. Esta tragedia surge, como un halo de esperanza, el "himno de la alegría".

Para aquellos aficionados interesados en ver la película completa Pulse en (Copying Beethoven). 




Para reflexionar: 
Con esta fotografía queremos recordar el eterno conflicto entre palestinos e israelíes de despiadada actualidad.
Barenboim y su Orquesta West-Eastern Divan, compuesta por jóvenes músicos palestinos, árabes e israelíes, a pesar del eterno conflicto entre palestinos y judíos, interpretan las obras de Beethoven. 



Nota del editor:

En el “Compendio de las Lecciones de Filosofía” de 1844, el Obispo Juan José Arbolí y Acaso, escribió:
Los sentimientos de orden físico y moral, llevan a las Ideas y con ellas al Conocimiento.
La Sensibilidad estimula, la Inteligencia ilumina y con la Actividad o actuación llevada a cabo con nuestra Voluntad, es decir de forma voluntaria, llegamos a conseguir el Talento propio del ser humano.
Hay acciones “instintivas” que se realizan sin el conocimiento de su finalidad y hay acciones “voluntarias” de los que conocemos el fin y los medios.
Todos los conocimientos, vienen de haber sentido algo antes. Así la sensación de gusto en las las Artes, es por un sentimiento de lo que es verdadero y bello, perfeccionado por la inteligencia. Cuanto más sabes de música, más la disfrutas…
El Obispo Arbolí se adelantó 140 años sobre la inteligencia musical, propuesto por Howard Gardner, en la teoría de las inteligencias múltiples de 1983.

Nota final:
En una versión del célebre Director de Orquesta, Herbert von Karajan, dice:
El segundo movimiento está marcado Molto vivace, en Re menor y compás de 3/4. Curiosamente, este Scherzo viene colocado en la segunda posición de esta sinfonía en vez de la tradicional tercera y es excepcionalmente largo. Enseguida se nota el parentesco rítmico inicial con la exposición temática del precedente Allegro, en una voluntad organizativa llevada a límites extremos. Una corta introducción en fortissimo en la cuerda y después en los timbales al descubierto da paso al tema principal, en pianissimo, expuesto por la cuerda de manera fugada (segundos violines, luego violas, violonchelos, primeros violines y finalmente contrabajos). Tras una repetición vigorosa del tutti aparece un segundo motivo melódico en la madera que será repetido en crescendo e introducirá un tercero con el viento ante el obstinado ritmo de la cuerda sobre la nota Do. Después de la repetición, la parte del desarrollo vuelve a tomar la nota inicial y tras una nota acalderonada en Si se prosigue en un mágico juego de tonalidades (Mi menor, La menor, Fa mayor) para retornar al Re menor del comienzo. Es curioso observar cómo la partitura nos va advirtiendo de la alternancia “Ritmo di tre battute” y “Ritmo di quattro battute“. La reexposición concluye con un crescendo abruptamente concluido. Es el turno del trío, realmente un Presto sustitutivo del tradicional Trio. El Presto es un intermedio a dos tiempos en Re mayor. Tras el tutti, el fagot toca un staccato sobre el que los oboes y clarinetes exponen un tranquilo motivo, con el apoyado rítmico de unos timbales con ganas de participar. El tema se completa con un dibujo ascendente de la cuerda en crescendo. Tras un calderón en Re la cuerda al unísono marca el ritmo del scherzo que se repite da capo. De manera genial y sublime, el compositor sorprende con un recuerdo de los primeros compases del Presto tocado por la madera. El movimiento concluye con un enérgico tutti sobre las notas La y Re.

Fuentes:
Cómo escuchar música, de Aaron Copland
https://www.culturagenial.com/es/novena-sinfonia-de-beethoven/
Youtube
Gonzalo Díaz-Arbolí

13.1.24

MARÍA CALLAS en el papel de Lucía de Lammermoor.

La música hermana a millones de seres humanos de todo el mundo


Recordamos a María Callas cuando el 18 de enero de 1954 en el teatro La Scala de Milán cantó Lucía de Lammermoor, dándole toda la gloria trágica original. Desde entonces se convirtió en un referente del repertorio operístico.

Autor: Gaetano Donizzeti.
Libreto: Salvatore Cammarano, basado en la novela The Bride of Lammermoor de Sir Walter Scott.
La obra fue estrenada en el Teatro de San Carlos en Nápoles el 26 de septiembre de 1835.
Consta de tres partes, el aria "Il dolce suono", "Ardon gli incensi" y la cabaletta "Spargi d'amaro pianto"

Maria Callas -Donizetti- Lucia di Lammermoor -Il dolce suono 
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El argumento narra la historia de una joven, (Lucía), mentalmente débil, apresada en la enemistad de dos poderosas familias escocesas del siglo XVII: la suya, los Ashton y la de los Ravenswood.

La producción de La Scala constituyó una de las noches supremas de su carrera. Era la época en la que podía sostener un Mi bemol más de diez segundos. Su director fue Herbert von Karajan. A Callas le encantaba hacer música con Karajan, que era medio griego y además, dirigió magistralmente la partitura de Donizzeti.

Si Callas constituyó una revelación vocal en La Scala, para la acción escénica le bastaba con su magnetismo personal, que fue una de sus cualidades más inexplicables.

En los escenarios era una diosa de la interpretación, además de una magnífica cantante, proyectando en las obras el pathos (πάθος, palabra griega que expresa todo lo que uno experimenta o siente: pena, pasión, cólera, aflicción).

Cuando la producción de La Scala se presentó en el Festival de Berlín, en otoño de 1955, la relación entre Callas y von Karajan había alcanzado una sutileza de expresión mucho mayor y los alemanes se rindieron ante la belleza romántica de la partitura de Donizzeti. Cuando Callas salió a recibir el aplauso del público, las rosas caían de la galería.

Ardon gli incensi - Lucia Di Lammermoor, Maria Callas
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En 1954 con su presentación en la ópera de Chicago, el público se abalanzó hasta el escenario para poder tocarla. Siempre que la Callas cantaba Lucía, el público reaccionaba con el mismo entusiasmo.
La escena de la locura, uno de los más bellos y difíciles pasajes de coloratura que se hayan escrito nunca, constituía la esencia de su genio. "Il dolce suono...Spargi d'amaro pianto" del acto III, contiene las notas para soprano más altas del repertorio: dos mi bemoles sobreagudos.

El triunfo de Callas en el papel de Lucía empezó a enseñar al público el significado dramático de esta obra, tanto en su presencia escénica como en la interpretación musical. A partir de la Lucía de Callas, le sucedieron una serie de notables Lucías, en especial Joan Sutherland, para quien esta interpretación supuso un gran paso en su carrera.

No fue hasta 1958 en una producción de Zeffirelli, presentada en la ópera de Dallas, en que la noche del estreno falló los Mi bemol agudos. Tan pronto como hubo caído el telón, comenzó a cantar la nota fallida cinco veces seguidas, para demostrarse a sí misma y a los que la oían, que podía hacerlo.
María Callas representó el papel de Lucía 43 veces. La última fue en el State Fair Music Hall de Dallas, 1959.

Spargi D'Amaro Pianto. Maria Callas. Mexico 1952. King Tut Stereo Remix.
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Para los apasionados de la Ópera pueden verla completa en el siguiente vídeo.


Gonzalo Díaz-Arbolí

11.1.24

Phillis Wheatley. Venturosa africana en su gran empeño

Phillis Wheatley (1753-1784) se enfrentó a un mundo de blancos y a un mundo de varones, donde se pensaba que un afroamericano no tenía la capacidad de escribir y mucho menos de escribir poesía, siendo mujer enfrentaba una adversidad más. Ser afroamericana, esclava, mujer y poeta en el Boston del siglo XVIII era inconcebible. Llegó a ser la primera poeta afroamericana en los Estados Unidos.


A los siete años fue robada de su poblado y vendida a traficantes. Esclava hasta los 20 años. A los trece ya escribía poemas, siendo sirvienta doméstica en la familia Wheatley, donde le enseñaron a leer y escribir inglés, y a saber del cristianismo. Estudió griego y latín. En 1773 al publicar su primer libro, Phillis  pudo comprar su libertad. 

El escritor y periodista Eduardo Galeano la contó así, en su libro “El cazador de historias”:
Fue llamada Phillips, porque así se llamaba el barco que la trajo, y Wheatley, que era el nombre del mercader que la compró. Había nacido en Senegal. En Boston, los negreros la pusieron en venta:
– ¡Tiene siete años! ¡Será una buena yegua!
Fue palpada, desnuda, por muchas manos. A los trece años, ya escribía poemas en una lengua que no era la suya. Nadie creía que ella fuera la autora. A los veinte años, Phillips fue interrogada por un tribunal de dieciocho ilustrados caballeros con toga y peluca. Tuvo que recitar textos de Virgilio y Milton y algunos pasajes de la Biblia, y también tuvo que jurar que los poemas que había escrito no eran plagiados.
Desde una silla, rindió su largo examen, hasta que el tribunal la aceptó: era mujer, era negra, era esclava, pero era poeta”.

La pequeña esclava, convertida al cristianismo de la iglesia congregacionalista del viejo sur, enseguida impresionó a los amos con sus dotes intelectuales y pronto convivió con ellos como un miembro más de la familia, recibiendo una esmerada educación. Los propios hijos de Wheatley le enseñaron inglés, lectura y escritura. Y no habían pasado dos años cuando ya leía los pasajes más difíciles de la Biblia, las obras de griegos y latinos e, influenciada por los clásicos ingleses como Milton, Pope y Gray, comenzó a escribir poemas de rima pareada con una cierta grandilocuencia neoclásica, que dio a conocer en reuniones sociales, donde se ganó la admiración de las amistades de sus amos. Estudió de manera autodidacta teología, geografía e historia y publicó sus primeros versos, dedicados a la Universidad de Cambridge, en el periódico Newport Mercury a la edad de catorce años.

Dada la situación de dependencia absoluta de sus benefactores, los poemas de Wheatley transmiten la ideología y los intereses de aquéllos. Por eso, en su mayoría giran en torno a temas cristianos, alaban el mecenazgo (aunque sea por referencia a la antigua Roma) o están dedicados a personajes relevantes de la sociedad bostoniana. Sin embargo, entrelíneas se filtran su visión de la esclavitud y el ansia de alcanzar la libertad e igualdad, matizada por su gratitud ante las revelaciones de la nueva religión. A veces es más explícita, por ejemplo, en una carta enviada al reverendo Samson Occom, compara a los hebreos sojuzgados por el faraón con los africanos sometidos por “modernos egipcios” o —como ocurre en “Sobre el ser traída desde África a América”— aparece el desafío ante la injusticia de la discriminación racial:

Fue la Gracia la que me trajo desde mi tierra pagana,
Le enseñó a mi ignorante alma a entender
Que hay un Dios, que hay un Salvador también:
Antes no había buscado ni conocía la redención.
Algunos ven a nuestra oscura raza con ojo desdeñoso.
“Su color es una marca diabólica”.
Recordad, cristianos, negros, negros como Caín,
Podrán ser refinados y unirse al angélico tren.

Otras veces, se limita a elogiar —igual que lo haría un poeta romántico— el poder de la imaginación, capaz de soltar las cadenas del espíritu y dejarlo volar hacia lo infinito:

¡Imaginación! ¿Quién podría cantar tu fuerza?
¿Y quién describiría la rapidez de tu carrera?
Elevándonos por el aire para encontrar la radiante morada,
el empíreo palacio del tronante Dios,
sobre tus alas aventajamos al viento,
y dejamos atrás el rodante universo.
De estrella a estrella la óptica mental vaga,
mide los cielos y recorre los reinos superiores;
allí en una visión abarcamos el magnífico todo,
o con nuevos mundos asombramos al alma ilimitada.


El general George Washington, fue quien reconoció su “genio poético” e invitó a Wheatley a visitarlo a su cuartel general en Cambridge (Massachusetts), después de haber leído su poema titulado “A su Excelencia el General Washington”, cuya copia ella le había enviado. Se reunieron en una época todavía incierta para quien llegaría a ser el primer presidente de Estados Unidos, pues entonces faltaban siete años para terminar la guerra y declarar la independencia. No obstante, la poetisa le mostró su irrestricta admiración, siendo la auténtica iniciadora de su leyenda como “padre del país”:

En deslumbrante formación buscan los trabajos de la guerra
y alto en el aire ondea la insignia orgullosa.
¿Debiera yo ante Washington su alabanza recitar?
Lleno estás de sabiduría en el campo de batalla.
A ti, el primer lugar en paz y honores,
reclamamos.
La gracia y gloria para tu banda marcial.
Afamado por tu valor y más por tus virtudes.
¡Desde aquí toda lengua implora tu ayuda guardiana! […]

Procede, Gran Jefe, con la virtud de tu lado.
Y que cada acción tuya la diosa guíe.
Una corona, una mansión y un trono que brillan
de oro inmaterial, Washington, son tuyos.

En el poema, Wheatley revela su entusiasmo ante la lucha por la libertad que precede el nacimiento de un nuevo y más justo sistema de gobierno: la república, porque —como dice Wheatley—:

¡El cielo de la tierra de la libertad defendió a la raza!

En 1779, Wheatley presentó una propuesta para un segundo volumen de poemas, pero no pudo publicarlo debido a dificultades financieras, pérdida de clientes tras su emancipación (la publicación de libros se basaba a menudo en la obtención de suscripciones para ventas garantizadas de antemano) y la Guerra de Independencia (1775-83). Sin embargo, algunos de sus poemas que iban a ser publicados en el segundo volumen fueron posteriormente publicados en panfletos y periódicos.​
Su marido John Peters fue encarcelado por deudas en 1784. La empobrecida Wheatley tenía un hijo pequeño y enfermizo. Trabajó como criada en una pensión para mantenerse, un tipo de trabajo doméstico que nunca había hecho antes. Wheatley enfermó y murió el 5 de diciembre de 1784, a la edad de 31 años.​ Su pequeño hijo murió poco después.

Pulsen sobre la imagen para visualizar el vídeo


Fuentes: https://afrofeminas.com/2021/03/03/phillis-wheatley-la-primera-poeta-afroamericana/
Wikipedia
Youtube

Gonzalo Díaz-Arbolí

4.1.24

"Sendas del aire" del poeta: Francisco Basallote Muñoz


El poeta Francisco Basallote Muñoz (Vejer de la Frontera, 1941 - murió en Tomares, Sevilla, el 15 de julio 2015), tras toda una vida dedicada a la literatura.
Hoy quiero recordar al poeta-pintor y gran amigo por su hermosa y delicada carpeta, "Sendas del aire”, que tan generosamente me envió por correo, inmediatamente después de su publicación y con ella realice el vídeo que podrán visualizar en esta entrada.
Pulcramente editada, contiene una docena de acuarelas, precedidas de otros tantos haikus, un arte nada fácil, dada su extrema densidad expresiva, del que ofrece el poeta una cuidada muestra. Los haikus de Basallote son un canto a la sensibilidad.

Un haiku es una estrofa poética originaria de la literatura japonesa clásica que pretende expresar en sólo tres versos un sentimiento breve y sincero. El tradicional consta de 17 sílabas, dispuestas en tres versos de 5, 7 y 5 sílabas, sin rima y trata de conjugar el sentimiento poético y el artístico.
El haiku es concisión y síntesis, una de las composiciones más difíciles que existen, nacida según los maestros japoneses, en un momento de gracia. La esencia espiritual del haiku está conectada con la ambición del poeta de fundirse con la naturaleza, de vivirla intensamente. Su técnica es un arte difícil cuyo dominio ayuda a sacarle al lenguaje su máxima expresividad.
A veces, un poema, un libro, un cuadro o un arpegio son suficientes para alumbrar la sombra y devolver al tedio cotidiano el brillo y el temblor de lo primigenio.

El haiku debe describir el momento, pensad en este luminoso haiku:..
Tras las espigas 
la sierra y los pinares, 
el azul del mar.
¿No os parece que el poeta se inspiró en la carretera que une Barbate y los Caños de Meca, cuando casi al final surge de pronto el azul del mar y al fondo el tómbolo de Trafalgar?


Sendas del aire eterniza lo efímero y convierte lo eterno en momentáneo, porque así es la belleza, un destello, un chispazo, que nos permite vislumbrar cuánto de perdurable habita en cada ser. Y la mirada, un flash, sencillamente, que renace en la imagen de versos y acuarelas. Árboles, flores, ríos, muestran su plenitud o se adelgazan hacia su propia idea en nubes de color.
En el arriate
entre lo verde erguido,
rojo alhelí

En este vídeo que realicé, vamos a ver la fuerza que tienen las palabras, es algo misterioso, tanto que parecen obedecer a un orden interior desconocido. A veces surgen desde un profundo cráter como un manantial riquísimo, otras se niegan, huidizas hasta umbrías impenetrables…
Por esta razón concebí a los versos arrastrando a las imágenes como tiradas por una cuerda, otorgándole así el predominio a la palabra.
La banda sonora que lo acompaña se titula "Nocturno". Es una canción del dúo Secret Garden que ganó el Festival de la Canción de Eurovisión 1995 representando a Noruega.

Pulsen sobre la imagen para visualizar el vídeo.  

Galardonado con el “Premio Internacional de Poesía Soledad Sonora” por su obra "La sombra de Euclides".
Tiene entre otros premios el Premio Internacional “Odón Betanzos”, el Premio “Antonio Machado”, el internacional “Juan Alcaide”, “Ciudad de Ronda” y el “Premio Hojas de Bohemia” etc. Su obra está recogida en algunas antologías, como la Colección de Soleares dirigida por A. L. Baena, Emilio Durán y F. Vélez Nieto, Sevilla, 2000, Los poetas cantan al olivo. Una Antología. Fundación Lara. Sevilla, 2006, Poesía viva de Andalucía. Universidad de Guadalajara. México. etc.

Los interesados en escuchar la conferencia pronunciada por el editor de esta entrada, pueden pulsar sobre la imagen en negro para visualizar el vídeo. Su duración es de 26 minutos, emotiva y reveladora del amor de un vejeriego por su pueblo.


Gonzalo Díaz-Arbolí

2.1.24

El 6 de enero de 1905 moría, con tan solo 35 años, José María Gabriel y Galán. En su recuerdo.


José María Gabriel y Galán nació el 28 de junio de 1870 en Frades de la Sierra, pequeño pueblo de la provincia de Salamanca que en aquellos tiempos formaba parte de Castilla la Vieja y en la actualidad, Salamanca es una de las nueve provincias que componen la autonomía de Castilla y León (España). Sus padres se dedicaban al cultivo de la tierra y la ganadería en terrenos de su propiedad, dos de las producciones típicas del campo charro salmantino. Su economía era la propia de quienes se dedicaban a la labranza y al cuidado de los animales por aquellos años finales del siglo XIX.

Su infancia la pasa en su pueblo natal y allí en su escuela aprende las primeras letras. A los 15 años se traslada a la capital, Salamanca, donde prosigue sus estudios. Para no cargar más la economía familiar, se buscó un trabajo en un almacén de tejidos que alternaba con sus estudios. De esta estancia en la capital salmantina, datan sus primeros escritos en verso, que al darlos a conocer a sus amistades, es elogiado y estimulado a que continúe escribiendo poesías.

En 1888 obtiene el título de maestro de escuela y es destinado al pueblo de Guijuelo, distante 20 Km. de su pueblo natal. Tras una corta estancia en la escuela de este pueblo, se traslada a Madrid para estudiar en la Escuela Normal Central. En la capital de España reside por poco tiempo, pues esta ciudad cosmopolita despierta en José María un cierto rechazo, puesto de manifiesto en alguna de las cartas que escribe a sus amigos, en que la moteja bajo la denominación de "Modernópolis" . Después, su nuevo destino de maestro de escuela es a Piedrahita, (Ávila). Allí se dedica a la pedagogía sirviéndose de los nuevos conocimientos adquiridos en su paso por la Escuela Normal Central de Madrid.


De su monótona vida de soledad y tristeza que por aquel tiempo caracterizaba al joven poeta, vino a sacarle el enamoramiento con Desideria, hacia el año 1893. Cuatro años después, en diciembre de 1897 anunciaba su casamiento con Desideria, ("mi vaquerilla" como solía llamarla cariñosamente). El 26 de enero de 1898, en una iglesia de Plasencia, contraían matrimonio José María y Desideria. A partir de ese instante, la vida del joven poeta experimenta un cambio radical; abandona su dedicación de maestro en la escuela de Piedrahita, y se traslada al pueblo cacereño de Guijo de Granadilla, en donde se encarga de la dirección y administración de una gran dehesa extremeña denominada "El Tejar", propiedad del tío de su esposa. Encuentra así, la calma que necesita el espíritu sensible de nuestro poeta: la dedicación al cultivo del campo y del alma. Debido al sosiego que esta nueva ocupación le proporciona, y debido también a su sensibilidad y sus dotes de agudo observador, se dedica a escribir lo que le inspira el nuevo entorno en el que se desenvuelve.
En ese pueblo nace su primer hijo (Jesús, 1898), lo cual le inspira para componer la poesía «El Cristu benditu» con la que inicia sus famosas Extremeñas en las que el empleo de la lengua vernácula, "el castúo", aroma y vivifica la musa del poeta. En esa poesía refleja el autor la vida gris que pasó en su primera juventud y el gran cambio hacia la alegría que experimenta con su nuevo empleo y el nacimiento de su hijo.

¿Ondi jueron los tiempos aquellos,
que pue que no güelvan,
cuando yo jui presona leía
que jizu comedias
y aleluyas tamién y cantaris

Pulsar sobre la imagen para escuchar el poema
El Cristu Benditu, poema en castúo, en la voz de Mercedes Pérez

La obra poética de José María Gabriel y Galán se separa del modernismo, siendo conservadora en estructura y temática, defendió la tradición, el dogma católico, la familia, singular sensibilidad social y la vida campesina.
Desde 1898 la poesía de José María Gabriel y Galán se dirige hacia el pueblo, la aldea y el paisaje. Su acercamiento en el mundo campesino y la voluntad de acercar la poesía lo llevó a la creación de piezas fáciles de fundamento ético-moral.
Dámaso Alonso dijo: "La de Gabriel y Galán es una poesía moral, cristiana, descriptiva, retórica, poesía de sentido común, sencilla". A todos aquellos que no saben ver la belleza de monótonos y áridos campos les descubre, un mundo pleno de poesía; de todo era capaz de extraer lo bello, daba igual si se trataba de una sencilla planta al borde de un camino o de un arrinconado y viejo arado reposando sobre un muro de piedra.

....¡Todo es allí sosiego,
calma, tristeza!
Las auras, que suspiran
en la maleza...
Los pájaros, que cantan
en la espesura...
El agua, que en el valle
corre y murmura...

Los arrullos del viento,
gratos y mansos...
Los juncos que vegetan,
en los remansos...
Los claros resplandores
del sol naciente,
que asoma entre vapores
por el Oriente...
Las tórtolas que arrullan
con armonía,
convidando a una dulce
melancolía...

Durante algunos años firmó sus cartas con el calificativo de "El solitario", realmente pasó su vida en una especie de voluntario confinamiento; era un hombre lleno de ternura y sentimiento trágico del que parecía no poderse desprender:
Yo aprendí en el hogar en qué se funda
la dicha más perfecta,
y para hacerla mía
quise yo ser como mi padre era
y busqué una mujer como mi madre
entre las hijas de mi hidalga tierra.
Y fui como mi padre, y fue mi esposa
viviente imagen de la madre muerta.
¡Un milagro de Dios, que ver me hizo
otra mujer como la santa aquella!

Compartían mis únicos amores
la amante compañera,
la patria idolatrada,
la casa solariega,
con la heredada historia,
con la heredada hacienda.
¡Qué buena era la esposa
y qué feraz mi tierra!
¡Qué alegre era mi casa
y qué sana mi hacienda,
y con qué solidez estaba unida
la tradición de la honradez a ellas!

Una sencilla labradora, humilde,
hija de oscura castellana aldea;
una mujer trabajadora, honrada,
cristiana, amable, cariñosa y seria,
trocó mi casa en adorable idilio
que no pudo soñar ningún poeta

Su extensa y valiosa obra es de una excelente y sublime sencillez, con la utilización de palabras y frases exenta de artificiales filigranas y sofisticaciones, que son el mimbre con el que va construyendo una poesía popular de alta sonoridad y cuidada rima, que cala fácilmente en el entendimiento de los menos instruidos en las artes literarias.

Es quizá en ‘El embargo’ donde se hallan las formas más interesantes relacionadas con los trabajos agrícolas: "Jerramientas", poco común en el habla tradicional referida a los ‘aperos’, no presenta mayor interés que la aspiración inicial, mientras que jocis (‘hoces’), forma léxica de extensión general en español, sólo suma a la fonética dialectal la actual rareza del objeto, casi desplazado por las máquinas modernas. Los ‘avíos’ es voz castiza y poco usual hoy, y se conserva en buena parte de las hablas del dominio del español, referida principalmente a los ‘preparativos e instrumentos para la matanza u otros trabajos’, pero no es común con el valor de ‘aperos’.

El Embargo. José M. Gabriel y Galán
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Pese a todo, Gabriel y Galán influyó notablemente en otros poetas coetáneos y posteriores que eligieron el cauce regionalista y las variedades lingüísticas locales y dialectales para dar forma y sentido a sus composiciones, como el leonés Isaac Martín Granizo (1880-1908), extremeño Luis Chamizo (1896-1944) y el manchego Juan Alcaide (1907-1951). Sus Obras Completas, recopiladas el mismo año de su muerte (1905), han sido objeto de varias ediciones posteriores a lo largo del siglo XX, como las de 1949 o 1965.

El 6 de enero de 1905, con 35 años no cumplidos, a consecuencia de una pulmonía mal curada, muere nuestro joven poeta en Guijo de Granadilla (Cáceres), en donde su ayuntamiento mantiene la casa que habitó, como museo en donde mostrar los objetos personales más entrañables del poeta junto con manuscritos y libros, donados por sus descendientes.

Fuentes: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
Gonzalo Díaz-Arbolí
Dedicado a la extremeña más empática del mundo: Tiny Gómez

Son tres párrafos de una biografía íntima de la extremeña en cuestión:
Tengo un libro pequeñito, encuadernado en piel, con una cinta para marcar la página, las obras de José Mª Gabriel y Galán, es mi libro de cabecera. Me lo regalaron por mi 17 cumpleaños. Desde entonces me acompaña incluso en muchos de mis viajes…
Conocí su obra en la escuela, gracias a mi maestra que nos leía sus poemas. El primero que leí fue “Mi vaquerillo”. Me impresionó y me conmovió hasta la médula; hablar de un crío que duerme solo en el campo y corre peligros, afecta a cualquiera, y más a una niña excesivamente sensible.
Creo que lo que me llamó la atención, es el hecho de que describe mi tierra como nadie. No es una descripción detallada del paisaje. Como los grandes escritores, va dando a conocer sin previo aviso los sentimientos, preocupaciones, amores, religiosidad… Cuando te quieres dar cuenta se te ha metido hasta el tuétano y consigue que conozcas y ames a esa tierra con todo lo que en ella encierra.

1.1.24

Personajes de Vejer de la Frontera: José Díaz Jiménez. Para el Boletín de la RSEAPV


Recordamos a personas que nos precedieron en el camino de la vida y que por su trayectoria forman parte importante de la historia de Vejer, al que dieron lo mejor que tenían. El tiempo pasa inexorablemente, pero los antiguos recuerdos quedan como añoranza. Me refiero a mi abuelo, José Díaz Jiménez, cuya vida y legado están entrelazados con la rica historia cultural de nuestro pueblo.

 

Biografía:


Nacido en Cádiz en 1875 en el seno de una familia de músicos, desde temprana edad, mostró una afinidad innata por el arte de la música. Sus padres, Pedro Díaz Andrades y Ana Jiménez Cabrera, reconocieron su talento y lo alentaron a seguir su vocación.

Estudió en Barcelona donde obtiene el título de Director de Orquesta y composición, dirigió orquestas de zarzuelas y como compositor escribió varias obras para Corales y Banda. Sabemos que la composición musical es un arte complicado, es una manifestación íntima que pretende transmitir al público el sonido en todos sus caracteres: la armonía, el ritmo, la estructuración formal, la tímbrica u orquestación.


Residente en Vejer desde su juventud, dedicó su vida a la música llevado de una gran vocación. Fue funcionario del Ayuntamiento de Vejer, gracias a su inteligencia, su grado de conocimiento musical y su personalidad. Como funcionario Municipal fue profesor de música en todos los colegios públicos y como sochantre creó y dirigió el coro que actuaba en los oficios divinos de la parroquia del Divino Salvador, pero su verdadero hito fue la creación de la Banda de Música al formarla con un grupo de vejeriegos entusiastas, que de forma altruista ofrecieron su tiempo a los ensayos y actuaciones públicas. Fue así como nació la Banda de Música Municipal de Vejer. Que con su mano experta dirigió y la convirtió en un símbolo de orgullo y unidad para la comunidad actuando en festivales, celebraciones y eventos cívicos en todo el pueblo.


Familia Díaz Muñoz año 1915

Sin embargo, el destino le tenía reservado la seducción del amor, Josefa Muñoz Benítez, nacida el 10 de enero de 1874, -hija de Luis Muñoz Hernández y Eloísa Benítez Manzorro. Su matrimonio se celebró en 1903, fue el fundamento sobre el cual construyó su vida y fue en Vejer donde encontró su hogar. Renunció a la plaza de organista de la Catedral de Cádiz.  


Eloísa Benítez Manzorro

Dos años más tarde nació mi padre al que pusieron el nombre de José Teodoro María de la Oliva del Salvador. (El nombre no podía ser más vejeriego, para los que no recuerden son los patrones de Vejer, Virgen de la Oliva y Divino Salvador) y 10 años más tarde nació su hija Ana. Juntos criaron a sus dos hijos transmitiéndoles el legado de sus antepasados y la rica herencia de la música: Mi padre, José Díaz Muñoz fue un buen pianista y mi tía Ana tocaba muy bien el violín.

Dedicó su vida a enriquecer la vida cultural y social de Vejer donde dejó una marca indeleble.

 

En 1932 cuando la ciudad contaba con 16500 habitantes, fue nombrado, por su sensatez, prudencia y capacidades, Fiscal del Juzgado Municipal.

 

Aparte de un eximio organista fue un magnífico pianista, de fina sensibilidad y brillante ejecución, dedicando sus tardes libres a dar clase de solfeo y piano. Fue organista de la parroquia del Divino Salvador, y dirigió su coral durante muchos años; causa deleite recordar su participación en la celebración de la novena a la Virgen de la Oliva durante el mes de agosto, acompañado del tenor sevillano, señor Villalba, y del barítono gaditano, señor Jiménez, que llenaban los espacios sagrados de nuestra iglesia de una música y unos cantos que enriquecían la solemnidad de la liturgia, elevando los corazones de los fieles creando un puente entre lo terrenal y lo divino.


En primer plano,  José Díaz Jiménez, Fernando el sacristán portando el conopeo y el Padre Mera, esperando a la Virgen de la Oliva 


Pero la historia de Vejer no estaría completa sin mencionar la contribución de los: "Los Gremios Unidos":


No hay gobierno sin leyes y, por tal razón, los pueblos se han dotado de ordenanzas tanto para ellos mismos como para los gremios. Una ordenanza es, en el ámbito municipal, la plasmación de su derecho administrativo. En los gremios, fundamento de su organización. En ambos casos debían ser aprobadas por el Consejo Real. Su nacimiento tuvo lugar en plena Edad Media y llegó hasta el siglo XIX. Todas reflejan la actividad económica predominante en la región, proporcionando un marco para la cooperación y la solidaridad entre los diversos oficios y profesiones.

 

Año de 1876, Vejer de la Frontera: Don Juan Rodríguez Manzano individuo del Ayuntamiento de Veger de la Frontera con la misma villa sobre aprovación de las ordenanzas que ha arreglado la villa para su régimen y gobierno. Los vecinos pretendían proteger sus pastos y mieses frente otros ganados de fuera. El Fiscal se opuso a su aprobación por no haber intervenido en su redacción ni labradores ni ganaderos.

AHN, Cons. Leg.31.299



La Banda de Música en 1917


Breve historia de la Banda de Música:


La historia de la Banda de Música en la primera mitad del siglo XX está marcada por los altibajos de la política y la sociedad. En 1917, la banda se disolvió en un acto de solidaridad con su director, que fue expulsado de su cargo debido a sus opiniones políticas, por apoyar al que a la postre sería el perdedor de las elecciones, el conservador Marqués de Tamarón.

El Golpe de Estado del General Primo de Rivera en 1923 hace que la Banda de Música vuelva a reunirse y que el Sr. Díaz Jiménez, como el ave fénix que renace de las cenizas, vuelva a dirigir la llamada ahora Banda de los Zapateros, en honor a los industriales y artesanos del pueblo, con sede en el Castillo.

De 1930 hasta 1936 cambian a llamarse “Gremios Unidos” y se trasladan a a un local propio en la calle Sancho IV el Bravo, la cual será disuelta por el Régimen de Franco.

 

A partir de esa fecha se inicia un vacío en la Banda Municipal de Música hasta que, a finales de la década de 1940, D. Manuel Sánchez Moreno (alias Palomita) la recompone, ahora con el nombre de “Los Músicos”.

 

Traigo a la memoria mis vivencias de la niñez y juventud en Vejer:


A veces aparecen los recuerdos como envueltos en una neblina y no consigues que se despeje del todo, otras permanecen con fuerza en la memoria, como estos que cuento aquí.

Recuerdo en los años 40 y 50 ver y escuchar ensayar en el patio del Castillo, entrando a la derecha, una vez pasada la puerta en arco de herradura emblema del estilo arquitectónico morisco durante la dominación musulmana. Sé que, incluso a finales de los años 60, quedaron en aquel espacio algunos instrumentos abandonados de la banda.

También recuerdo asistir a la escuela pública instalada en el patio del Castillo y el nombre de mi maestro, Don Juan Caballeiro que, al pasar lista no decía los nombres de los alumnos sino el número que nos había asignado, yo era el número 41.

 

Me cuenta el historiador y actual presidente de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Vejer, don Antonio Muñoz Rodríguez que, su abuelo fue fundador y presidente de los Gremios Unidos en aquellos años y que, tenían su sede precisamente en el edificio que ocupó la Oficina Municipal de Recaudación y Arbitrios, instalado entonces en la parte superior de la terraza alta del Bar Trafalgar; la recuerdo muy bien, pues trabajé allí durante el año 1960, con D. Antonio Tirado que compatilizaba su empleo con la de Administrador de Transportes Comes. Muchos lo recordarán en la oficina que ocupaba junto a la cafetería del hotel Convento de San Francisco y antes al principio de la Corredera.


Lugar que ocupaba la Oficina Municipal de Recaudación y Arbitrios

La partida de José Díaz Jiménez en 1954 dejó un vacío inmenso. 

Recuerdo cuando, como una cantinela recurrente decía: Tengo que morir antes que Pepita, de lo contrario no lo podría soportar. Era tanto su amor, tanta su veneración que, gracias a Dios, sus plegarias fueron escuchadas, murió en Vejer a los 77 años y meses más tarde moría mi abuela.



Conclusión:


Creo que Vejer debe reconocer al profesor, José Díaz Jiménez el enorme mérito de inculcar en los vejeriegos la afición y el amor por la buena música y su abnegado esfuerzo y trabajo en beneficio de ellos que, ha demostrado fue un valioso legado que perdura como guía para las generaciones venideras. Su compromiso con la música y la cultura sigue vivo, recordándonos el poder transformador del arte y la importancia de preservar y honrar nuestras raíces y tradiciones.

En aquellos años Vejer era envidiado por los pueblos cercanos por su gusto musical.

 

Actualmente la Delegación Municipal de Cultura organiza muchos y diversos espectáculos musicales, además de otras entidades como, La Sociedad Económica de Amigos del País de Vejer, La Peña Flamenca... todo ello como consecuencia de la herencia sembrada por el profesor titular de música D. José Díaz Jiménez.


Firma  autógrafa de José Díaz Jiménez


La historia de un hombre es un largo rodeo alrededor de su pueblo.


“La verdadera patria del hombre es la infancia…” escribió Rilke: Vejer es y será mi infancia y mi orgullo convencido de saberme nacido en un lugar único, en ella me reconozco e invoco a mis padres a quienes debo el vínculo de amor con esta tierra, por sus campos y sus paisajes en los que he tenido la suerte de nacer a la vida. La palabra "Vejer" es sagrada, como sagradas son la tierra y la memoria.

 

"Hay ciudades que parecen hechas de sentimiento, de poesía, de nostalgia; ciudades por las que circula un alma casi visible, palpable, que se adentra en ti y se funde a tu vida en un instante." Esta frase del poeta, Ricardo Molina, describe perfectamente mis sentimientos hacia mi pueblo: la calle José Castrillón donde nací y viví hasta los 22 años, los juegos infantiles, el olor del jazmín que mi madre regaba en el balcón de la casa, mis primeros amores,  aquellos rincones queridos de mi intimidad y, vuelvo a la mágica fantasía donde el corazón ha cimentado el artilugio emocionado de la evocación, a los espacios donde la nostalgia me ha devuelto.

Vejer, la misteriosa, donde existieron romanos, cristianos, moros y judíos, que pasearon añorantes por sus calles encaladas, y que invocaron con igual fidelidad el nombre de Beka, Besaro, Baesippo, Bekkeh, Vejer de la miel y Vejer de la Frontera, todos ellos erigieron el blanco caserío que hoy poseemos, y todos fueron artífices de su crecimiento y progreso.


Yo vuelvo a Vejer para saber de dónde vengo y para recordar por donde debo ir. Acaricio con mis manos la insinuante piel de la cal de sus paredes, mil veces blanqueadas con ondulaciones que alcanzan reflejos brillantes como la nieve; no me habría sorprendido ver brotar de ellas, las azuladas y sencillas flores amarillas de la retama.

Pero alejarse no es olvidar. Los pueblos no son las piedras de sus edificios ni sus calles, son las personas que la habitaron y las que allí siguen viviendo.

 

Mis padres nos enseñaron a amar a este pueblo: conservo celosamente la nota que, en el programa de la Velada en honor de la Virgen de la Oliva de 1966 escribió mi padre: Gonzalo, háblale a los niños de la Virgen de la Oliva y que cuando sean mayores la tengan siempre presente en sus oraciones. Muchísimos besos para todos de vuestros padres y abuelos.



Dejé Vejer en 1961 sin saber, como está escrito, que la historia de un hombre es un largo rodeo alrededor de su pueblo. Cada vez que vuelvo me parece un lugar mágico. Lo visito siempre que puedo en busca de mi pasado, que es el futuro. Mi compromiso permanente es dar a conocer mi lugar de nacimiento, uno de los pueblos más bonitos de España, quienes alguna vez se hayan adentrado en la aventura de recorrer sus calles laberínticas de casas encaladas y azulejos nazaríes entenderá el motivo de su belleza y también tendrán la oportunidad de conocer las bondades que ofrecen sus habitantes. Nunca me cansaré de escribir sobre ello y no pierdo la ocasión de hacerlo frecuentemente.
Gonzalo Díaz-Arbolí
Junio 2024