30.10.20

William-Adolphe Bouguereau 1825-1905), pintor académico francés.

Fue uno de los principales representantes de la corriente academicista de la pintura que se desarrolló en Francia durante el siglo XIX. Sin duda fue uno de los pintores más grande del arte. Sus figuras cobran vida como ningún artista anterior haya logrado. No solo era el mejor de la historia en la pintura de la anatomía humana, y lo que es más importante capturó los más sutiles matices de la personalidad y estado de ánimo.
Su considerable obra (828 pinturas conocidas) eran característicamente académicas; con una técnica muy depurada, buen acabado que cuidaba con esmero, colorido variado, tema narrativo y sentimental desde perspectiva clásica. Viajó por Italia estudiando a los clásicos italianos.


Muy trabajador y metódico, ayudó a muchos pintores jóvenes a continuar con su carrera artística. En 1903 fue nombrado "Gran Oficial" de la Legión de Honor Francesa.
Aunque su fama decayó al principio del siglo XX, probablemente debido a su oposición al movimiento impresionista, hoy en día existe en algunos sectores un reavivado interés en su obra.


Bougereau fue una persona recta y discreta, ya fuera en sus funciones oficiales o con sus relaciones personales, lo cual le ganó más de un enemigo; a él no le gustaba el abuso del poder y la injusticia, y era un fiel seguidor de sus ideales.
Desde 1905 su estado de salud se fue deteriorando rápidamente, estaba tan delicado que le era prácticamente imposible pintar. Murió de una enfermedad del corazón en su casa de La Rochelle la noche del 19 de agosto de 1905.
En la actualidad está considerado como uno de los mayores genios artísticos de la historia.
Bouguerau estuvo casado con otra artista, Elizabeth Jane Gardner. Gracias a su influencia, muchas instituciones de arte francesas se abrieron por primera vez a las mujeres, incluyendo la Academia francesa de Bellas Artes.

Imágenes, música y texto tomados de internet.

Gonzalo Día Arbolí


25.10.20

Historia del himno nacional de España


Bartolomé Pérez Casas, Mayor del Real Cuerpo de Granaderos y Alabarderos, arregla la Marcha Granadera o Marcha Real, regalada por Federico de Prusia a España en tiempos de Carlos III, que se oficializará como Himno Nacional desde 1937 por orden de Franco. Sin embargo, en ¿1761?, se recoge la noticia de su creación como Marcha de Granaderos de autoría española. Compuesta por Manuel de Espinosa, músico de Carlos III, cuyas primeras noticias se remontan a 1749. El manuscrito se encuentra desde 1761 en la Biblioteca Nacional. Fue armonizado en 1908 por Bartolomé Pérez Casas, uno de los personajes fundamentales de la música española de su época y la recuperación de su obra para clarinete nos muestra su faceta más desconocida, la de compositor. 

En 1997 el estado compró los derechos del himno español (Marcha Real de Carlos III) cuyos arreglos había realizado y registrado en 1908 

Curioso destino el de una pieza modesta y sin letra oficial (Marquina, Pemán, Sabina y otros, escribieron versiones que no cuajaron).


Marcha granadera antecedente del Himno Nacional


Origen del Himno Nacional español.
Aunque no lo parezca, es uno de los más antiguos, pero su origen es algo incierto. Lo que sí sabemos es que hacia 1749 Fernando VI decidió unificar y reglamentar los «toques de la guerra», los granaderos eran las tropas que usualmente desfilaban ante los reyes y la banda siempre entonaba esta melodía, la gente terminó por identificarla con el rey.
Con el paso de los años, la «Marcha de Granaderos» empezó a ser ampliamente conocida. Fue tal su arraigo, que en la Guerra de la Independencia se usó para representar la resistencia contra Napoleón y pasó a llamarse Marcha Real. 
En 1769 aparece por primera vez la Marcha de Granaderos o Marcha Real, autor el músico, Manuel Espinosa de los Monteros. Isabel II lo declara himno oficial de España.

Himno Nacional de España
NUBA .
Consiste en varios movimientos basados en un mismo modo sobre el que se suceden las variaciones, adelantándose así en varios siglos a las formaciones instrumentales europeas que sólo lo conseguirán a partir del siglo XVI.
Se dice que la música clásica andalusí se basa en una estructura musical occidental, que solo existe en Al Andalus. Nació durante el Califato de Córdoba en el siglo IX. El músico iraquí Ziryab, ha sido considerado su creador.
El milagro de la música andalusí es el milagro del propio Al Andalus, esa conjunción entre oriente y occidente que produjo una civilización que sigue asombrando a los estudiosos.


La música arábigo-andaluza se concreta ya así en el siglo XII en esa estructura que tiene la forma de suite.
En Marruecos cada nuba está dividida en cinco partes llamadas "mizan", a cada una de las cuales les corresponde un ritmo. 


¿A qué le suena? Parece una versión del himno de España. Esta nuba fue compuesta en el siglo XII por el filósofo y músico Ibn Bayya.
¿Cómo Espinosa de los Monteros pudo escuchar esa nuba andalusí, que refleja que la huella de Al Andalus llega hasta el propio himno de España? Hay muchas claves, que se hunden directamente en la historia musical de Al Andalus y de cómo sus notas han ido pasando de generación en generación.

Esperamos que disfruten de esta entrada hecha con criterio pedagógico que, reforzado con vídeos atrae la atención del lector. 
Gonzalo Díaz Arbolí
 Pavana Real S. XVI (Composición previa a Himno Nacional)" 

24.10.20

ANA VIDOVIC. La guitarra

 

Ana Vidovic es una guitarrista croata. Nació en 1980 en Karlovac. Comenzó a tocar la guitarra a la edad de 5 años. Con tan sólo trece años se convertiría en la estudiante más joven en asistir a la prestigiosa Academia Nacional Musical en Zagreb, donde fue instruida por el profesor Istvan Romer. La gran reputación de Vidovic en Europa, conllevó a que recibiera una invitación para estudiar en el Conservatorio Peabody en Baltimore, Estados Unidos, de donde se graduó en mayo de 2003.

Vidovic ha ganado un gran número de premios y competiciones alrededor de todo el mundo. Entre ellos figuran primeros premios en la Competición Internacional Albert Agustín, en Bath, Inglaterra; la competición Fernando Sor en Roma, Italia; y la competencia Francisco Tárrega en Benicasim, España. Otros primeros premios incluyen el Concurso Eurovisión para Jóvenes Artistas; el premio Mauro Giuliani en Italia, el Printemps de la Guitarra en Bélgica, y la Audición Internacional de Jóvenes Artistas en Nueva York. 

Recuerdos de laAlhambra de Francisco Tárrega es una obra para guitarra clásica compuesta en Granada en el año 1896. 


La pieza se caracteriza por utilizar la técnica conocida como trémolo para interpretar la línea melódica, en la cual cada nota es tocada varias veces de forma rápida, dando lugar esta sucesión a la ilusión de que dicha nota suena de forma sostenida. Para llevar a cabo esta técnica, el intérprete puntea la cuerda con los dedos anular, corazón e índice de forma secuencial. El pulgar es utilizado para tocar el acompañamiento en arpegios más graves que la melodía. Es común pensar que la obra está siendo interpretada por dos guitarras la primera vez que se escucha. 

Asturias fue compuesta por Isaac Albéniz en la década de 1890, época en la que residía en Londres. A pesar de su nombre, el tema no tiene ninguna relación con la tradición musical de Asturias, estando más bien relacionada con el flamenco andaluz. A su publicación por Pujol en Barcelona en 1892, Albéniz la concibió como un preludio a la colección Chants d’Espagne. Años más tarde se convertiría en el quinto movimiento de la Suite española Op. 47, publicada después de la muerte de Albéniz con el actual título y subtítulo de Leyenda en 1911 por la editora alemana Hofmeister. 


La obra se caracteriza por la delicada y compleja melodía de su sección media y sus dinámicos y bruscos cambios. Guiada por el virtuosismo al piano de Albéniz, Asturias comienza con un Allegro ma non troppo que evoca el estilo flamenco y se basa en la repetición del tema principal. Desde el pianissimo inicial, el ritmo va aumentando hasta disolverse en una disminución gradual. En su segunda parte es una copla de carácter tranquilo, que antes de la finalización recupera bruscamente el tempo de la primera. 

En ocasiones se ha atribuido la primera transcripción para guitarra a Francisco Tárrega, que la adaptó a su clave más reconocible, mi menor. La interpretación de Andrés Segovia es la más famosa e influyente. La obra se ha convertido en una de las más importantes del repertorio de la guitarra clásica. 

La Sonatina de Federico Moreno Torroba es una Sonata pequeña, con menos y más cortos movimientos que la Sonata normal. Usualmente la Sonatina es también más simple diseñada en muchas ocasiones con propósitos didácticos. Sin embargo, compositores como Moreno Torroba, Ravel, Bartók, entre otros, escribieron Sonatinas de considerable dificultad técnica y méritos artísticos. 


Su obra para la guitarra es una de las más importantes en toda la historia de este instrumento. Obviamente, tiene una grandísima influencia del trabajo y del espíritu realizado en sus Zarzuelas. 
Moreno Torroba desarrolló un estilo de composición con un lenguaje de gran elegancia formal pero a la vez muy directo, intensamente marcado por elementos expresivos de profundas raíces genuinamente españolas. 
Esta pieza es el tercer movimiento de la Sonatina para Guitarra (Allegro) 
Tiene tres movimientos: I  Allegretto  -  II Andante  -   III Allegro
Gonzalo Díaz Arbolí


20.10.20

LEYENDAS DE VEJER


No se debe tachar de inmovilismo romántico el que surja la vena poética al contemplar la perfecta y sutil armonía que se da en la conjunción de la cal y los sillares de piedra. 

El sustrato profundo de la arquitectura de Vejer está en buscar la proyección hacia adentro. Obsérvese la inexistencia de elementos ornamentales (franjas y cenefas) en sus fachadas, ya que les basta la variedad de tonalidades que la luz confiere a sus patios interiores; tonalidades que, serpentean de manera constante y pasan del blanco con la luna, al rosa del amanecer y el dorado de la siesta. 

Esta peculiar arquitectura de la formas y de la luz confiere al vejeriego un modo especial de ver y hacer las cosas, en definitiva, un estilo de vida sobrio, elegante, recoleto, reflexivo, profundo… 

Acorde con esa especial manera de entender la vida, el vejeriego proyecta hacia afuera su imaginación, ya que en el interior, el permanente juego de colores, luces y sombras le bastan para sentirse eterno. 

Se cuenta que en esta calle, en la que nos encontramos, vivía y ejercía sus labores un zapatero que conforme a las costumbres del lugar, las primeras luces lo encontraban enfrascados en sus quehaceres cotidianos. 


Casado y con hijos, ese hombre dejaba transcurrir los días dedicado a la monotonía de sus labores y a la cotidianidad parsimoniosa y cansina de la relaciones familiares. 

Pero, un día, observa que una cobijada al pasar por delante de su pequeño taller, mira hacia adentro, y le inclina levemente la cabeza a modo de saludo, creyendo él, percibir una especial brillo en el único ojo que deja ver el atuendo que portaba. Rejuvenece, se ilusiona, y espera impaciente la llegada del nuevo amanecer. Al día siguiente vuelve a ocurrir y, al otro y al otro. Imagínense a este hombre, en el contexto social de principios del pasado siglo, recreándose en mil ensoñaciones. 

Exultante por lo que aquello significaba e ilusionado por lo que pudiera significar vivía el zapatero, aunque atormentado por la idea de que pudiera trascender a sus convecinos. 

Cierto día, armándose de valor decide seguirla y con mucho sigilo parte tras ella y recorre el camino que dista desde su casa hasta la Iglesia. Al llegar allí y, como era preceptivo, la mujer se descubre la cabeza y observa con enorme estupor y asombro que era su mujer la que al pasar por delante del taller, le dedicaba un saludo afectuoso todos los días. 

Con el mismo sigilo vuelve a su zapatería y reflexionando sobre lo ocurrido llega a la conclusión que la vida en Vejer, debe hacerse hacia adentro, que es donde está la auténtica belleza. 
Javier Díaz Arbolí

DONDE LA HOGUERA VERDE. Inmaculada Moreno, poeta portuense

 

Este libro se escribió en West Kirby, pequeña ciudad costera  de Inglaterra con frecuentes cielos grises y habitantes tranquilos. De la estancia de la autora allí durante algo más de un año nace este libro, que mereció, el Premio Internacional de Poesía Antonio Machado en Baeza, uno de los más prestigiosos de la poesía en español.
Recoge en él su experiencia británica y en él se suceden las mujeres que toman té, los cielos llenos de nubes, los verdes radiantes, cuando un sol pasajero los alumbra. Este es un homenaje a su hermana Cristina,.


Breve reseña biográfica.
 
Inmaculada Moreno Hernández, es doctora en Filología Hispánica con Mención Internacional por la Universidad de Cádiz, Profesora Titular de Lengua Castellana y Literatura, Poeta y Traductora. Académica de Artes, Ciencias y letras de la de Bellas Artes Santa Cecilia.

En 1998 irrumpe, la sorpresa de su poesía. La colección Calle del Aire de la Editorial Renacimiento publica su primer poemario, “Son los ríos”. Había ganado con esta obra el Premio Ciudad de San Fernando de aquel año. 


Ha publicado siete volúmenes de poesía. Ha traducido, entre otros, a la poeta alemana Mascha Kaléko. 
Ha sido traducida al portugués y al árabe. Ha publicado diversos ensayos sobre poesía en revistas especializadas. En el ámbito universitario internacional aparece citada o analizada en los libros: Sharon K.   
Una de las cosas que más admiro de Inmaculada Moreno es que es una mujer que sabe ir a contramano. Porque dedicarse a la poesía y a la enseñanza en estos tiempos tiene su mérito. Y, sin embargo, ahí está ella. Desde su discreción deliberada y humilde, mira el mundo, enseña y escribe.

Sobre “Donde la hoguera verde” 

El jurado destacó de esta obra -que ha sido seleccionada de entre los 260 ejemplares presentados- su "buen tono con ligeros toques de misterio y elegía, con sobriedad y buen hacer, carente de artificio baldío, sutil, minucioso y fino, y como dice uno de sus versos con levedad de cuadro de costumbre". 
De los 30 poemas que componen el libro, todos son mis favoritos. Pero, desde mi gusto personal como lector, señalo como inolvidables dos: “Mi oficio”, que cuenta sus trabajos de poeta y la magia de esa arcilla de palabras y “El dolor”. 

Mi oficio, las palabras, 
y lo demás, 
vapor de agua, 
cuneta del camino 
deriva inane. 

Mi oficio, las palabras; 
desmigajarlas y amasarlas 
en noches de vigilia; 
gustarlas como a nata 
montada o a ginebra. 

Mi oficio, las palabras: 
su bendición sonora 
su territorio puente 
su laberinto 
doméstico de luces. 

Mi oficio, las palabras: 
arquitectura estricta. 
Y lo demás es niebla. 


El dolor. 
A Luis Gutiérrez, mi otro hermano 
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¿Adónde nos levanta esta miseria? 
Esta marginación ¿de qué nos salva? 

Porque el dolor aísla: él defiende 
los límites donde gobierna 
con su desolación estéril 

y ya todo es dolor, 
todo es el rayo, 
todo desolación y terremoto 
cuando esperas un crack 
definitivo 
y aún no llega. 

En este nuevo libro, Inmaculada Moreno modifica el rumbo de su poesía y sustituye la mirada introspectiva que le ha caracterizado hasta la fecha por una visión más abierta a la realidad que le rodea. "Este libro es el menos introspectivo de mi obra -reconoce la escritora- en él hay una mirada más hacia afuera que en mis anteriores libros de poesía". 
De esta forma, “Desde la hoguera verde” es un libro en el que afloran los sentimientos y la memoria, la amistad y la esperanza.  

Para ella la poesía es: “…un intento desesperado de romper la soledad a la que estamos condenados los mortales (…) Al fin y al cabo una lee para no sentirse sola, para completar ese diálogo eterno que empezó el día en que leyó unos versos y sintió que la aludían (…) Una siente que el consuelo no está en el engaño dulce de un poema, sino en su verdad, en ese conato de dolor compartido que supone la escritura o lectura de un poema”.

Gonzalo Díaz Arbolí

17.10.20

HOMENAJE A LOS SANITARIOS ESPAÑOLES

El pasado viernes, día 16 de octubre, los  sanitarios recibieron el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2020 


Dentro de esta singular escafandra se encuentra un cirujano que, durante trece interminables horas, lucha por combinar sus conocimientos y su pericia, para corregir una compleja deformación en la columna vertebral de una niña.

Este cirujano es uno de los discípulos de Esculapio, de quien nos cuenta la mitología griega que fue el médico que Jasón y sus Argonautas llevaron consigo a la conquista del vellocino de oro en la Cólquide, para que cuidase de ellos en tan penosa travesía. Pero Esculapio no contento con solo curar sus más rebeldes enfermedades, se dedicó también a devolver la vida a muchos de los muertos, cuyas resurrecciones provocaban la despoblación de los infiernos, despertando de este modo las iras de Plutón, quien se dirige a su hermano Júpiter, soberano del Olimpo, para que arrojase su rayo de muerte sobre aquel médico hábil en demasía.


Nuestro cirujano también es discípulo de Hipócrates, célebre médico del esplendoroso siglo de Pericles de Grecia, que aportó a la medicina importantes avances, además de acrisolar la honestidad de esta profesión con su célebre Juramento Hipocrático que salvaguarda en su arca dorada el código deontológico de esta profesión.

Se cuenta que como sello de sus bondades y entrega absoluta a los demás, en el momento de su muerte, salió de su boca un enjambre de abejas cuya miel curaba las aftas infantiles y cualquier otra clase de heridas.

A principios de nuestra era, en el año 129, nace  Galeno en la ciudad de Pérgamo y será el eslabón que enlaza la historia de la medicina grecorromana con la de la edad media, puesto que Galeno se forma al amparo de uno de los mayores templos dedicados al dios Esculapio y se nutre de las enseñanzas de los seguidores de Hipócrates y así Galeno con sus numerosos escritos consigue además de la continuación citada, aportar abundantes conocimientos de farmacología incluso de filosofía y lógica.

Salvador Balboa Palomino, médico interno residente de 5º año de Medicina Intensiva en la UCI del HUCA, y Verónica Real Martínez, directora de Enfermería en el hospital covid-19 de Ifema y en la actualidad supervisora de Enfermería en el Servicio de Urgencias Extrahospitalarias de la Comunidad de Madrid Summa 112, recogen elpremio Princesa de Asturias de la Concordia otorgado a los sanitarios españoles que tuvieron que hacer frente a la covid-19.
Salvador Balboa Palomino, médico interno residente de 5º año de Medicina Intensiva en la UCI del HUCA, y Verónica Real Martínez, directora de Enfermería en el hospital covid-19 de Ifema y en la actualidad supervisora de Enfermería en el Servicio de Urgencias Extrahospitalarias de la Comunidad de Madrid Summa 112, recogen el premio Princesa de Asturias de la Concordia otorgado a los sanitarios españoles que tuvieron que hacer frente a la covid-19.

En el momento actual la vocación de los sanitarios tiene carácter casi de sacralidad y hemos de considerarla como el ministerio de custodia de la vida, como nos está haciendo patente la pandemia de la Covid-19, donde se exponen al máximo riesgo, con una total entrega y generosidad que nunca alcanzaremos a transmitirles la gratitud que se les debe, aún por más que se les honre con el Premio Princesa de Asturias en su categoría de La Concordia.
Eugenio W. Martínez


14.10.20

JUAN LARA IZQUIERDO, el pintor de la luz. ilustre portuense.

Nacido en El Puerto de Santa María 1920-1995.
Fue el “pintor de la Feria” pues nadie como él ha pintado y anunciado tantas veces y con tanta maestría el acontecimiento festivo de El Puerto por excelencia: en 1946, 1947, 1949, 1963 (reeditado en 1987), 1970, 1971, 1972, 1973 y el definitivo de 1989, con el que rompió moldes. Luego se publicaron póstumamente y como carteles de Feria, cuadros suyos pertenecientes a colecciones privadas y cedidos por sus propietarios para las distintas ocasiones en los años: 1995, 1998 y 2001.

Formado en los talleres de decoración de su padre, continúa sus estudios artísticos en la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia practicando la acuarela, el dibujo al natural y la fotografía: carteles de feria, retratos, paisajes, corridas goyescas, la enseñanza del arte del toreo, el río Guadalete, muelles, varaderos, el Castillo de San Marcos, el mundo del vino, son su obras más conocidas.

Llega a México en 1971, hecho trascendental para su vida y obra, con temas como La ruta de la independencia, Los pueblos rosas mejicanos, La charrería. Allí son de gran éxito sus exposiciones en ciudades como León Guanajuato, México D. F., Taxco, Tenochtitlán, Texcoco, etc.

En 1981 descubre el exotismo y humanidad de las gentes y calles de Marruecos, etapa en la que desarrolla sus temas árabes. Es nombrado académico numerario de la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia en 1984. Su última exposición la realiza en San Diego de California en 1993.

Juan Lara, Mis Recuerdos 

“Dicen que el artista nace, no se hace, aunque lógicamente tiene que estudiar y perfeccionarse. Por lo tanto, el Arte es para mí, en principio un sentimiento especial con el que Dios dota a algunas personas, valiéndose de sólo él sabe que medios. La persona elegida siente dentro de sí una inquietud que no puede explicar. Según el ambiente en que viva o se desarrolle esa inquietud, se va discriminando, culminando en algo más concreto, pintura, música, poesía, etc., de las que están dentro de las Bellas Artes, y que empieza a llamar la atención de los demás“. Juan Lara. ‘Mis Recuerdos’. 1982...

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13.10.20

Cuatro días en Vejer de la Frontera

 


Hemos descansado y disfrutado del paisaje, hemos deambulando por sus calles en el crepúsculo, descubriendo sus misterios cuando los matices de la luz son tan variados por obra y gracia de un sol rojizo e incandescente a la izquierda de la Corredera tras el  Santo. 
Decidimos subir entonces hasta el macizo del Santo, desde donde podíamos abarcar el mundo y disfrutar de la puesta de sol, todavía nos quedaba una hora hasta ver el disco rojo sumergirse en el Atlántico, mientras, llenábamos nuestros ojos y nuestro corazón hasta límites insospechados y, comprendimos entonces que es la belleza.

Al mirar hacia atrás vimos de nuevo el pueblo en penumbra, ya el casco antiguo estaba bajo el embrujo de unas luces anaranjadas que recordaban vagamente a la de las viejas antorchas y nos transportaron al siglo XVIII.  


Todos los días, a las 5 de la tarde, esperábamos, pacientemente con la cámara fotográfica en ristre, captar el sorprendente espectáculo del vuelo sincronizado de los estorninos. Hemos renovado amistades. El condumio, excelente. Todo perfecto.

             

Tomo estos versos de José A. Muñoz Rojas, dedicados a mi mujer.
A ti mis pensamientos aguardando
antes de amanecer a que amanezca,
para montar su guardia a memoria; 
a ti mis dulces sueños entornando
puertas al alba porque no amanezca,
y se pierda en la luz tu tierna historia. 

"Desde lo alto del Santo, hasta la profunda Barca, te saludo mil veces Vejer". Vejer de mis entrañas, de mis escapadas, de mis recuerdos y nostalgias y de mi ayer siempre presente. 

Vejer de la Frontera de "todas las fronteras", porque las tiene entre mar y tierra, entre moros y cristianos, entre llanura y monte, entre la realidad y el sueño. Vejer, altiva en tu cima de pinos y de piedras donde el viento es libre, es uno de esos pueblos de los que cada crepúsculo se despide con el inconfesado temor de que, durante la noche, se haya ido volando como un bando de grullas.

Opiniones: Los protagonistas, como siempre, redondeando su calidad de estrellas. El fondo musical, conjugando sonidos naturales, abraza las calles empedradas y las fachadas, !tan blancas! de  Vejer que elaboran una hermosa estampa bucólica que hace vibrar los rincones del alma.


Música: Suite de los Montes Apalaches 
Poemas de Martín Fierro y Neruda. 
Realización: Gondiazar
Gonzalo Díaz Arbolí

 

12.10.20

EL FESTIVAL DE WOODY ALLEN



Hay películas que uno ve con agrado, que pasa un buen rato siguiendo su historia, que disfruta de ella pero que, al cabo de poco tiempo, olvida. Otras sin embargo, se ven con esfuerzo, sin ningún tipo de satisfacción, hasta con cierto aburrimiento, pero al cabo de un tiempo, al día siguiente o un mes después, sus imágenes continúan formando parte de nuestros pensamientos, damos vueltas y mas vueltas a escenas que no olvidamos y que no nos gustaron en su momento y ahora estamos deseando poder volver a ver. Es la diferencia entre cine de consumo, cine Kleenex de usar y tirar y cine creativo, cine de autor…..¡¡¡CINE!!!. 
Esto pasa con la última película de Woody Allen, “Rifkin´s Festival” (“El Festival de Rifki”) recientemente estrenada en nuestros multicines tras su paso por el festival de San Sebastián, precisamente el festival y la ciudad que vemos reflejados en la película que se rodó allí íntegramente el pasado año y que es un personaje mas de la historia como lo fue París en su película “Medianoche en Paris” o Nueva York en “Manhattan”.


Es imposible negar la importancia que ha tenido en su carrera la sospecha de abuso sexual a su hija Dylan Farrow. Separar la última etapa de la carrera de Allen de su vida privada es negar la importancia de las condiciones materiales, puesto que sus películas se han visto afectadas, si no en el fondo, sí en la “arquitectura” de sus producciones y no podemos olvidar que este director es mucho mas conocido (y reconocido), en Europa que en América. 

Como en casi todas las películas de Woody Allen en esta etapa de su carrera, a sus ochenta y cuatro años, ya no interpreta a los protagonistas de sus películas, pero para todo el que conoce a este director, los actores que pone en sus películas no dejan de ser un “alter ego” de sí mismo. Aquí es Wallace Shawn, un actor secundario entrañable, cuyo nombre pocos recuerdan, pero al que reconocemos en cuanto le vemos en la pantalla, con un físico y una voz poco dados al triunfo y al éxito……como el propio Woody Allen. En Rifkin es imposible no ver al personaje que Allen creó de sí mismo, acomplejado, pero ingenioso, analítico y apasionado.

En la película está casado con una agente de prensa (Gina Gershon)que debe acudir al Festival de San Sebastián para controlar la imagen de Philippe (Louis Garrel), un director joven y atractivo que une la reputación de cineasta comprometido y “progre” con sus ideas artísticas, pero a la vez, aprovechándose del éxito comercial de las películas en las que interviene y con el que tiene un descarado romance sentimental del que su marido no parece enterarse. Rifkin, sin embargo,es todo aquello que la sociedad contemporánea (sobre todo la americana), desprecia, intelectual, escritor frustrado, físico poco agraciado  y demasiado preocupado por la trascendencia intemporal. 

Mientras Philippe es la juventud, la vanidad, el encanto, el sexo, él es la pedantería y el defensor a ultranza de las películas clásicas europeas y sus directores. Por azares de la vida una joven doctora de la ciudad (Elena Anaya), casada con un hombre que la engaña (Sergi López) y que curiosamente contacta perfectamente con el intelectual. 


“Rifkin´s Festival” es una declaración de amor al cine. Escenas de los grandes títulos de las películas admiradas por el protagonista, se presentan ante nosotros, magistralmente retratadas, sustituyendo a los personajes originales por los de la película. Ante nuestros ojos pasan “Citizen Kane”, “Amarcor”, “El Ángel Exterminador”, “Viridiana”, “Jules et Jim”, “El Séptimo Sello”, etc. y todas las escenas presentadas están impregnadas del socarrón e inteligente sentido del mejor humor de Woody Allen. 


Si tienen ocasión de verla, no se la pierdan, amigos, es un tipo de cine en vías de extinción que merece la pena ver.

Jesús Almendros Fernández

2.10.20

JUAN ANTONIO VILLARREAL PANADERO. Poeta.



Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla
Profesor de Lengua y Literatura Españolas. 
Profesor titular del ISCRA, Diócesis Asidonia-Jerez. 
En la actualidad preside la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia.

Ha formado parte de la ponencia de la asignatura de Literatura Universal para el control y seguimiento de las pruebas de Selectividad como representante de los institutos de la provincia de Cádiz.

Ordenado diácono permanente en el año 1992 por el obispo de la diócesis de Jerez, D. Rafael Bellido, tras recibir formación teológica durante seis años.
Desde 1995 presta sus servicios como capellán del Centro Penitenciario Puerto I, en el Puerto de Santa María.

Como escritor ha publicado poemas en revistas literarias y en diversas antologías. En el año 2013 publicó el poemario Desde lo hondo, libro de sonetos que pretende reflejar su experiencia como capellán en prisiones durante más de veinte años.


Dos primeros cuartetos de uno de sus poemas
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Está convencido de que, el cristianismo no está en la cabeza sino en el corazón. No está en el credo, ni tiene que ver con lo que puedas decir o pensar. Está en cambiar tus hábitos de vida. 

Se trata de la entrega hacia los necesitados. Acuérdense de la parábola del buen samaritano (Evangelio de Lucas 10.29-37): El sacerdote y el levita pasan de largo. Quien recoge al judío apaleado es el samaritano, lo lleva a una posada para que pudiera restablecerse completamente. A la mañana siguiente, el samaritano le dio dos denarios al posadero para que lo cuidara y le prometió que le pagaría en el camino de regreso por cualquier otro gasto. En esta parábola la respuesta de Jesús no es abstracta sino que señala claramente quien es el prójimo: el necesitado.

El cristianismo es amar a tu prójimo, al igual que la poesía, simple y compleja como el amor. 
¡Qué inmensa alegría descubrir a Dios en un preso!

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1.10.20

A Mariló, María y Salvi.

Leyendo en “Pliegos de la Academia”, el artículo que escribe la Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamente, en homenaje a Juan Ramón Jiménez y su esposa Zenobia Camprubí, con motivo de la traducción conjunta del libro “La Luna Nueva” de Rabindranath Tagore, experimenté un remolino de emociones que desbordaban mis sentimientos, al “transvivir” el pasaje que copio a continuación: 
¿De dónde vine yo? ¿Dónde me encontraste?’, pregunta el niño a su madre. 
Ella llora y ríe al mismo tiempo, y estrechándolo contra su pecho le responde: Tú estabas escondido en mi corazón, amor mío, tú eras su deseo.
Estabas en las muñecas de mi infancia; y cuando, cada mañana, yo modelaba con arcilla la imagen de mi dios, en verdad te hacía y deshacía a ti. 
Has vivido en todas mis esperanzas, en todos mis amoresen toda mi vida y en la vida de mi madre. El Espíritu inmortal que preside nuestro hogar te ha albergado en su seno desde el principio de los tiempos. Te estrecho contra mi corazón, temerosa de que escapes. ¿Qué magia ha entregado el tesoro del mundo a mis frágiles brazos? 
Mientras lo leía, este remolino me hunde en la penumbrosa zona de desconsuelo y desconcierto por la que transita mi familia tras la muerte de un ser muy querido. A mi hermana, inesperadamente, le arrebataron a su hijo de 45 años. 
Al mismo tiempo, y también por la misma razón de una muerte inclementemente anticipada, me vino a la memoria uno de los desolados sonetos al vuelo de la muerte, al arranque de la raíz más honda de su herencia; que un buen amigo le dedica en su poemario “Huésped conmigo” a su hija y que como él nos dice en la dedicatoria: “Al llevarse su risa, me trajo el llanto”: 

Transcribo los dos primeros cuartetos de uno de los sonetos: 

Un acero brutal hirió mi frente.
Es el ala infeliz de la locura 
que me habita los polos de amargura
y derrama mis venas lentamente. 

Es un macabro pájaro inclemente, 
que hurta a la luz su brillo y su blancura. 
Es una atormentada arquitectura
que me quebró la vida de repente. 

Me cuenta el poeta, que el recuerdo de su hija es indestructible, que no ha desaparecido de su pensamiento y, que sigue aprendiendo a vivir con ese dolor. 
¿Qué sienten los que aquí se quedan? Las madres ¿A qué se aferran para soportar tanto dolor? María Luisa, huele la ropa de su hijo y la abraza, se coloca su chándal y sale a caminar y cree que camina con él. -Cuando esto escribo no puedo evitar el llanto-. Covadonga que en su casa recuerda a su hija en cuadros y fotografías y su dormitorio permanece intacto. 
Merche, que después de 30 años, aún cree que su hijo volverá de los Estados Unidos de América, Carmen, que le sigue hablando a su hijo, como si estuviese en casa… 
¿Por qué este desorden? ¿Por qué tanto dolor? ¿Es este el precio que tienen que pagar por amar tanto? No soy capaz de comprender tanto desajuste. 
El amor nunca será dañado, el amor nunca se irá. Ellos siguen entre nosotros, la memoria que guarda tantos recuerdos queda inalterable, y el júbilo de que hayan existido y haberlos conocido nos consuela. 
Hola, sobrino. Me emocioné cuando os vi a todos los primos juntos. ¡Qué satisfacción cuando os conté! erais 27. Hasta pronto, ahijado. Un abrazo muy fuerte. Te quiero.
Gonzalo Díaz Arbolí

VIVIR, es el Relato Breve, ganador del Concurso LOC, correspondiente al mes de octubre 2020



"Vivir" es el ganador del mes de octubre y aspira a la final del VIII Concurso de relato breve Projecte LOC/Adjument de Cornellá de Llobregat, cuyo fallo se hará público en enero de 2021.
Vivir 
Llovía a cántaros. Llevaba así desde primera hora de la mañana y no parecía que fuera a escampar en todo el día. Las azoteas de los edificios apenas se veían a través del chaparrón. Desde el ventanal de la casa, Maribel miraba hacia la fortaleza de La Mota sin llegar a atisbarla. Abajo, los coches circulaban a toda prisa intentando llegar a sus casas a la hora del almuerzo. Se acomodó en el sofá de cuero negro, se colocó las gafas de leer y cogió de la mesita una conocida novela. La protagonista se había mudado a una casa espectacular, elegante y minimalista. Un lugar para empezar de cero y ser feliz tras romper con su anterior pareja. Ahora, había conocido a un atractivo y enigmático arquitecto que bien parecía sacado de Cincuenta Sombras de Grey y la transportaba a las estrellas. ¿Por qué no podía ser ella como aquella joven? Arriesgarse y pasar página era una de las opciones. La otra, volver a intentarlo una vez más. 

Aprovechando que estaba sola en casa se acercó con paso vacilante al despacho de su marido. Era muy reacio a que lo molestara cuando se encontraba trabajando en él y a Maribel empezaba a picarle la curiosidad. Puede que allí encontrara las respuestas que buscaba. Los errores de su matrimonio. La visión de su retraído marido. Miró el reloj. Aún faltaban un par de horas para que saliera de trabajar más el tiempo que tardara en llegar en coche. 

Tan solo unos minutos le bastaron para salir tras un portazo de la casa que había estado compartiendo con él. Se montó en su coche y condujo hasta casa de su amiga Nieves. Las lágrimas le caían por las mejillas sonrojadas, pero no eran lágrimas de pena o sufrimiento, eran de rabia. Golpeó el volante con los puños cerrados y profirió un grito encolerizado. Mientras ella lo había estado intentando todo para reavivar la llama: lencería fina y sugerente, terapia de pareja, cenas estrambóticas y ser más amable de lo normal; él se había estado acostando con una mujer en su propia casa. Entonces, todo cobró sentido. Las horas que su marido pasaba de más en el periódico, su falta de apetito sexual y su desinterés por ella. El odio la reconcomía. 

Entró sollozando desconsoladamente, mientras Nieves la observaba boquiabierta. En todo momento pensó que su amiga vivía en el paraíso y de pronto tenía ante sus narices a un despojo humano limpiándose los mocos con la manga de una camisa Versace, lo que a ella le pareció el mayor de los crímenes. 

—Por dios, Maribel, usa esto —espetó, ofreciéndole pañuelos de papel. Su amiga contestó con un lloriqueo. 

Por el camino, la había llamado por teléfono y entre los balbuceos había entendido “es un cerdo”. Le bastaron dos segundos para asimilar la información y traducirla en “cuernos”. 

—Me ha estado engañando con otra, Nieves —comenzó, con la respiración entrecortada y una vocecilla de niña de cinco años. 

—Respira, mujer, que te va a dar algo. 

—Uno de los cajones de su despacho estaba cerrado con llave. Te prometo que solo iba a echar un vistazo. No acostumbro a hacer estas cosas. – Su amiga arqueó las cejas, bastante escéptica—. De hecho, el muy tonto guardaba la llave junto a la puerta. —Hizo una pausa como recobrando fuerzas para decir lo que continuaba—. Guarda su ropa interior en el cajón como un pervertido, Nieves. ¡En mi propia casa! Falda de cuero, camisa entallada…. ¡Y bragas de encaje! 

—Por todos los santos —la interrumpió Nieves, santiguándose. 
—¿Qué voy a hacer ahora? —lloriqueó con la cara escondida entre las manos. 
—Le he dedicado toda mi vida. —Su amiga se acercó y apartó las manos de ésta, dejando su rostro húmedo a la luz. 

—¿Cómo que qué vas a hacer? Vivir, Maribel, vivir. —Entonces, retiró las lágrimas de sus ojos vidriosos y se quedó mirando a su amiga—. Y enfrentar la situación, por supuesto. Límpiate la cara y vuelve a casa. Escucha lo que tenga que decirte y suéltale cuatro cosas bien dichas. —Maribel escuchaba atenta con la boca entreabierta, asimilando las palabras. 

Tragó saliva y asintió. Tal vez, tenía razón. Ella podía ser la protagonista de aquella novela. Al fin y al cabo, lo había pensado miles de veces. Hacer la maleta y marcharse. De verdad que sí. Pero la hipoteca. Los engranajes de la vida ordenada. Los amigos en común. Los muebles de la casa. La tranquilidad de un hogar. Las navidades repartidas. Todo la había frenado para no tomar esa decisión. Ahora, la respuesta parecía más nítida en todo aquel entramado de peros. En aquella maleta también cabían todas las cosas que le harían feliz. 

Al llegar vio el coche de su marido aparcado en su plaza y trazando un plan maquiavélico en una milésima de segundo, entró a hurtadillas en su propio piso. La puerta del despacho estaba entreabierta y el halo de luz del flexo salía de la habitación. Su marido estaba allí. Con paso firme avanzó hacia la puerta y asomó la cabecita. Lo que vio la dejó sin respiración. Era ella, estaba allí. Una mujer se miraba en el espejo del despacho con la mano en la cintura. Llevaba tacones y se estaba pintando los labios. Era bastante alta y corpulenta. Algo en ella le era familiar. Y extraño, muy extraño. La miró de arriba abajo y el corazón le dio un vuelco. No podía ser. ¿Qué sentido tendría eso? 

Al momento, aquella mujer se giró y sus miradas se encontraron. Fue entonces cuando se dio cuenta de que lo había sabido desde siempre. Maribel y su marido mirándose a los ojos. El silencio se dilató y ninguno supo cómo reaccionar durante unos segundos.

—Gonzalo… —balbuceó. Se puso frente a él, como si de cerca pudiera entender mejor qué estaba ocurriendo. La expresión de su cara era de auténtico pavor, como un niño al que pillan cometiendo la peor de las gamberradas. Entonces, Maribel se armó de valor y pronunció las palabras correctas—. ¿Por qué estás vestido de mujer, Gonzalo?

Él apretó los ojos y, de pronto, como si acabara de ser consciente de ello se quitó la peluca y la sostuvo en la mano. Cogió aire, como si fuera a sumergirse bajo el agua y miró a su esposa con ojos llorosos.

—Me siento mujer, Maribel —sentenció. Ipso facto se cubrió la cara y rompió a llorar desconsoladamente. El maquillaje del que con tanto esmero se había cubierto la cara corría por sus mejillas—. ¿Qué voy a hacer ahora, por dios?

Algo dentro de Maribel se rompió. Su matrimonio. Y al momento, volvió a hacer clic, recolocándose en su sitio y tomó una de las decisiones más difíciles de su vida. Limpió las lágrimas de la persona con la que había compartido media vida, extendiendo el resto de rímel y esbozó una sonrisa cómplice. Posiblemente la más humana de todas.
—Ahora vas a vivir, Gonzalo.

  Blanca Cabañas Fernández