20.10.20

DONDE LA HOGUERA VERDE. Inmaculada Moreno, poeta portuense

 

Este libro se escribió en West Kirby, pequeña ciudad costera  de Inglaterra con frecuentes cielos grises y habitantes tranquilos. De la estancia de la autora allí durante algo más de un año nace este libro, que mereció, el Premio Internacional de Poesía Antonio Machado en Baeza, uno de los más prestigiosos de la poesía en español.
Recoge en él su experiencia británica y en él se suceden las mujeres que toman té, los cielos llenos de nubes, los verdes radiantes, cuando un sol pasajero los alumbra. Este es un homenaje a su hermana Cristina,.


Breve reseña biográfica.
 
Inmaculada Moreno Hernández, es doctora en Filología Hispánica con Mención Internacional por la Universidad de Cádiz, Profesora Titular de Lengua Castellana y Literatura, Poeta y Traductora. Académica de Artes, Ciencias y letras de la de Bellas Artes Santa Cecilia.

En 1998 irrumpe, la sorpresa de su poesía. La colección Calle del Aire de la Editorial Renacimiento publica su primer poemario, “Son los ríos”. Había ganado con esta obra el Premio Ciudad de San Fernando de aquel año. 


Ha publicado siete volúmenes de poesía. Ha traducido, entre otros, a la poeta alemana Mascha Kaléko. 
Ha sido traducida al portugués y al árabe. Ha publicado diversos ensayos sobre poesía en revistas especializadas. En el ámbito universitario internacional aparece citada o analizada en los libros: Sharon K.   
Una de las cosas que más admiro de Inmaculada Moreno es que es una mujer que sabe ir a contramano. Porque dedicarse a la poesía y a la enseñanza en estos tiempos tiene su mérito. Y, sin embargo, ahí está ella. Desde su discreción deliberada y humilde, mira el mundo, enseña y escribe.

Sobre “Donde la hoguera verde” 

El jurado destacó de esta obra -que ha sido seleccionada de entre los 260 ejemplares presentados- su "buen tono con ligeros toques de misterio y elegía, con sobriedad y buen hacer, carente de artificio baldío, sutil, minucioso y fino, y como dice uno de sus versos con levedad de cuadro de costumbre". 
De los 30 poemas que componen el libro, todos son mis favoritos. Pero, desde mi gusto personal como lector, señalo como inolvidables dos: “Mi oficio”, que cuenta sus trabajos de poeta y la magia de esa arcilla de palabras y “El dolor”. 

Mi oficio, las palabras, 
y lo demás, 
vapor de agua, 
cuneta del camino 
deriva inane. 

Mi oficio, las palabras; 
desmigajarlas y amasarlas 
en noches de vigilia; 
gustarlas como a nata 
montada o a ginebra. 

Mi oficio, las palabras: 
su bendición sonora 
su territorio puente 
su laberinto 
doméstico de luces. 

Mi oficio, las palabras: 
arquitectura estricta. 
Y lo demás es niebla. 


El dolor. 
A Luis Gutiérrez, mi otro hermano 
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¿Adónde nos levanta esta miseria? 
Esta marginación ¿de qué nos salva? 

Porque el dolor aísla: él defiende 
los límites donde gobierna 
con su desolación estéril 

y ya todo es dolor, 
todo es el rayo, 
todo desolación y terremoto 
cuando esperas un crack 
definitivo 
y aún no llega. 

En este nuevo libro, Inmaculada Moreno modifica el rumbo de su poesía y sustituye la mirada introspectiva que le ha caracterizado hasta la fecha por una visión más abierta a la realidad que le rodea. "Este libro es el menos introspectivo de mi obra -reconoce la escritora- en él hay una mirada más hacia afuera que en mis anteriores libros de poesía". 
De esta forma, “Desde la hoguera verde” es un libro en el que afloran los sentimientos y la memoria, la amistad y la esperanza.  

Para ella la poesía es: “…un intento desesperado de romper la soledad a la que estamos condenados los mortales (…) Al fin y al cabo una lee para no sentirse sola, para completar ese diálogo eterno que empezó el día en que leyó unos versos y sintió que la aludían (…) Una siente que el consuelo no está en el engaño dulce de un poema, sino en su verdad, en ese conato de dolor compartido que supone la escritura o lectura de un poema”.

Gonzalo Díaz Arbolí

4 comentarios:

Eugenio Martínez dijo...

Gonzalo, me uno con entusiasmo a tu admiración y afecto hacia Inmaculada, cuya sensibilidad unida a su oficio de la palabra nos sumerge en aquella circunstancia en que uno "leyó unos versos y sintió que le aludían"

Inmaculada Moreno dijo...

Muchas gracias, Gonzalo Díaz Arbolí. Muchas gracias también a Eugenio Martínez.
Son ustedes muy generosos.

Noelia Espinaca dijo...

Yo la conocí con Joaquín Carretero. Dos personas que me marcaron por su humildad e inteligencia.

Flora dijo...

Una bella persona además de una gran poeta, cercana y siempre, siempre con una gran sonrisa en la cara.

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