23.4.23

EL GRAN DESCONOCIDO ALMIRANTE ESPAÑOL: FERNANDO SÁNCHEZ DE TOVAR

 

Las primeras referencias a Sánchez de Tovar proceden de la guerra entre Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón. El castellano participó en la expedición naval contra la Corona de Aragón de 1359 como capitán de una galera de Pedro I. Sin embargo, al igual que Ambrosio Bocanegra y su padre, cambió de bando a partir de 1366 para luchar junto al hermano bastardo del Rey, Enrique de Trastámara. El marino castellano entregó Calahorra como parte de su traición a Pedro, a lo que éste respondió matando a su hermano Juan Sánchez de Tovar. Y es que precisamente aquellos métodos brutales de actuar eran los que, con toda probabilidad, le habían empujado a pasarse al bando Trastámara.


El digno sucesor de Bocanegra
Con el ascenso al trono de Enrique de Trastámara tanto Bocanegra como Sánchez de Tovar fueron recompensados por sus buenos servicios y puestos al frente de la flota castellana enviada en ayuda de Francia en la Guerra de los 100 años. Así, mientras Bocanegra contaba su botín e identificaba a los ilustres prisioneros tomados en la batalla de La Rochella, entre ellos el yerno del Rey de Inglaterra; Fernando Sánchez de Tovar llevaba a cabo sus propias conquistas en los puertos ingleses del norte de Francia. Entre 1372 y 1373, Castilla y Francia se apoderaron de toda la costa entre Burdeos y Ouessant , dejando aisladas las posesiones británicas en el continente. Como recuerda Víctor San Juan en su libro «22 derrotas navales británicas» ( Navalmil ), en ese desastroso año para los ingleses «la única leve compensación de la Royal Navy será la captura de siete naos castellanos por el Conde de Salisbury en marzo».
A la muerte de Ambrosio de Bocanegra, Enrique II otorgó una carta de merced a Fernán Sánchez de Tovar con el oficio de Almirante Mayor de la Mar con fecha del 22 de septiembre de 1374. Y aquí comienza la azarosa historia de nuestro personaje.


Españoles conquistan el Támesis; las hazañas de nuestro Almirante
Esta historia es digna de contar y ser recordada, y esta historia tiene un nombre: Fernando Sánchez de Tovar. Estamos hablando del único almirante que entró en el Támesis, saqueó el corazón de Inglaterra y volvió victorioso con su botín y el miedo pintado en las caras de sus enemigos. Porque la hazaña de Sánchez de Tovar no fue un hecho aislado: arrasó repetidas veces la costa sur de Inglaterra sin que la Pérfida Albión pudiese hacer nada por impedirlo.
Remontémonos al siglo XIV. España aún no ha terminado de ocupar todo su territorio, pero dos reinos se elevan por encima de los demás: Castilla y Aragón. En Europa suenan tambores de guerra: Francia e Inglaterra luchan despiadadamente en la Guerra de los 100 años, en este momento Inglaterra no domina toda su isla, pero grandes extensiones de Francia están bajo su control. Europa retumba en el conflicto y muchos reinos toman partido por uno de los dos bandos, y nosotros no somos una excepción. El rey Enrique II de Castilla firma una alianza con Carlos V de Francia para combatir al común enemigo: los ingleses.

Primeros enfrentamientos
Inglaterra ha usado con éxito muchas veces el canal de la Mancha como barrera para defenderse de ataques e invasiones, pero esta vez no resultó: Castilla no sólo tenía flota, sino que era la mejor de toda Europa occidental. Y fue precisamente esa flota, formada por los mejores barcos y marinos que los astilleros sevillanos podían ofrecer, la que se enfrentó a los ingleses en las frías aguas del canal.
Los españoles juntaron una armada de 22 galeras dispuestos para el combate, mientras tanto, la escuadra inglesa (36 barcos) se dirigía al puerto de La Rochelle custodiando otros 14 barcos repletos con el tesoro real para financiar las tropas del continente. Era el 22 de junio de 1372, y la flota castellana barrió por completo a la inglesa, haciéndose con todo su tesoro. El puerto sería tomado un mes más tarde por Ruiz Días de Rojas.

Así lo cuenta el cronista inglés Jean de Froissart, “... por muy caro que lo pagaran los barones, caballeros y escuderos que allí fueron muertos o capturados, el rey de Inglaterra perdió más que nadie pues por aquella derrota se perdió luego todo el país...”. Jean, cronista oficial de la corte inglesa, comentaba algo contrariado por la derrota, que “...allí fue capturado el conde (de Pembroke, almirante inglés) y todos los que estaban en su barco fueron muertos o apresados...”, y también que “...No pudo escapar nadie...” Comenta también la marcha de los castellanos a la mañana siguiente “...En lo alto de los mástiles llevaban grandes telas a modo de pendones con las armas de Castilla, tan largos que los extremos chocaban a menudo con el agua, y era hermoso de contemplar...”. La escuadra la mandaban los almirantes Díaz de Rojas, Cabeza de Vaca, Fernando de Pión y el genovés Ambrosio Bocanegra.

Un año después, en 1374, muerto ya el genovés, la flota castellana saquea dos veces la isla de Wight, asistida por unas pocas galeras francesas. Es ya el almirante Don Fernando quien las comanda, puesto que demostró su valía en la batalla de Nájera al lado del rey y se hizo merecedor de su confianza. La imparable armada continúa su campaña de acoso y saqueo hasta que, al año siguiente, otra flota inglesa le sale al paso en la bahía de Borneuf y es derrotada por completo: los españoles son dueños indiscutibles del canal de la Mancha.


Las costas inglesas a merced de los castellanos
El rey Eduardo de Inglaterra no ve otra solución: firma un armisticio en la localidad de Brujas, y los mares del canal y, lo que es más importante, las rutas comerciales con la rica Flandes, caen en manos hispanas.
Pero las circunstancias en Inglaterra no mejorarían. El rey recibió fuertes críticas del Parlamento y hubo de hacer dimitir a varios ministros, poco después fue apartado y murió, dejando la corona a un niño de diez años. Los nobles ingleses no se resignan a perder su ventaja comercial y reanudan las hostilidades. Fue entonces el gran momento de Tovar.
Al mando de 50 galeras y con más de 5.000 hombres (incluida una pequeña escuadra de apoyo francesa), se dirigió a las costas inglesas y destruyó Rye y la zona de los cinco puertos (Plymouth, Porthsmouth, Darthmouth, Lewes, Folkestone), además de "pasear" de nuevo por la isla de Wight. Los barcos españoles recuerdan a los ingleses las letales incursiones vikingas de la época anterior.

Los ataques siguen ininterrumpidos, mientras los ingleses tratan de reunir más flotas y mejoran sus sistemas de defensa costeros, pero nada detiene a esos demonios castellanos. Es entonces cuando Fernando decide golpear al mismísimo corazón del orgullo inglés: tras arrasar de nuevo la costa, se dirige al este y remonta el Támesis en dirección a Londres. Llega muy cerca, hasta el pueblo de Gravesend, lo toma y lo incendia. Las llamas pueden observarse perfectamente desde la Torre de Londres, y el rey debió de sentir muy de cerca el acero de las espadas españolas. Así lo narra Pedro de Escavias: "E de allí, enbióbeyntegaleas en ayuda del rrey de Françia, con don Fernán Sánchez de Tovar, su almirante, los qualesfizieron gran guerra aquel año por la mar a los yngleses. Entraron por el río de Artamisa, fasta çerca de la çibdad de Londres, donde galeas de enemigos nunca jamás entraron".

"Dónde nunca jamás entraron", pues, efectivamente, ningún enemigo volvió a hollar el Támesis después de Fernando Sánchez de Tovar. Por desgracia, Fernando tenía otras batallas que librar por su rey y su nación, así que abandonó la aún más difícil empresa de atacar el mismo Londres y retornó a España, donde dio su vida en el asedio de Lisboa, cuatro años después, que ayudó a tomar para Castilla como ofrenda y muestra de cómo vivió: invicta y honorablemente.


Investigaciones realizadas por:
Javier Díaz Arbolí

Fuentes: Real Academia de la Historia, Wikipedia, Youtube

21.4.23

23 DE ABRIL, Día Internacional del Libro: El desvío a Santiago de Cees Nooteboom

Uno de mis sobrinos, Luis Muñíz Babuglia, (asturiano de nacimiento) profesor de universidad en la ciudad alemana de Colonia, me recomendó este libro y dice: Es un libro extraordinario, yo se lo recomiendo mucho a mis  alumnos porque creo que es una introducción insuperable a la cultura y a la historia españolas. 
Para celebrar el Día Internacional del Libro 2023 y como agradecimiento a dicha recomendación dedicamos esta entrada a Asturias, dedicado también en otro amante de su terruño, mi gran amigo, el ovetense Dr. Julio de la Rúa.

El desvío a Santiago es un  libro de viajes  escrito por un holandés enamorado profundamente de España y dueño también de una erudición poco común: Cees Nooteboom,  (La Haya, 1933) encarna al viajero que siempre se deja tentar por los caminos laterales, y aunque su destino es Santiago de Compostela, se detiene en Aragón, pasa por Granada, busca en Soria el ábside de una iglesia, hace escala en la isla de La Gomera o en los pasillos vacíos del Museo del Prado. También su prosa se desvía y se interna por gozosas digresiones, a veces literarias, a veces políticas, irónicas, eruditas o melancólicas. Hay en su mirada un asombro que transfigura la realidad y convierte esta obra en una minuciosa guía para recorrer el corazón de España.
Pocos —o ninguno— de quienes lo hayan leído cuestionará que encarna la figura del escritor viajero contemporáneo, es fundamentalmente un viaje en el tiempo, no lo olvidemos. 


Así comienza el libro:
No se puede demostrar y, sin embargo, lo creo; en algunos lugares del mundo tu llegada o salida se amplían de un modo misterioso por las emociones de todos aquellos que han salido o llegado antes que tú. Nuestros viajes ya no duran años, sabemos exactamente adónde vamos y nuestra probabilidad de regreso es mucho mayor. A la entrada de la Catedral de Santiago hay una columna de mármol en el pórtico con profundas impresiones digitales, una garra emocional y expresionista realizada por millones de manos, entre ellas la mía. Pero al decir “entre ellas la mía” no estoy expresando toda la verdad, porque yo nunca agarré con tanta emoción esa columna al final de un viaje de más de un año de duración. Yo no era un hombre medieval, no era un creyente y llegué en coche. Si se prescindiera allí de mi mano, si yo no hubiera estado nunca allí, esa garra seguiría estando allí, desgastada por los dedos de todos esos muertos en el duro mármol. Sin embargo, al poner mi mano en esa mano en negativo, yo estaba implicado de una manera misteriosa en una obra de arte colectiva. Un pensamiento se materializa, esto es siempre sorprendente. La fuerza de una idea llevó a príncipes, campesinos y monjes a posar su mano justamente en ese lugar, en esa columna cada mano individual…


El desvío a Santiago, es una recopilación de artículos sobre España y los españoles. Muy interesante por su gusto por el románico, buscando a los que tienen las llaves de pequeñas iglesias perdidas en medio de la nada para que le abran las puertas y pueda ver el edificio por dentro. También son muy interesantes sus análisis de las pinturas de Velázquez y las de Zurabarán en Guadalupe. 

Tres de los capítulos transcurren por Asturias: las tituladas «Quizá la paloma lo sepa», «¿Por qué la gente no va más allá de la costa este?» y «Hay siempre pasado, y no lo hay»,  son de 1986. El desvío, por consiguiente, como vía. Y el viaje como un desvío de desvíos porque los caminos se escinden como cuerda y los años se le van amontonando a un viajero que cada vez se halla más apartado de su meta, más y más enredado en una España que cambiaba y en un paisaje que no cambiaba y al que no vacilaba en calificar de un peregrinaje o una meditación.


Es justamente al abandonar Asturias —yendo hacia el sur, hacia León, por las montañas— cuando en Nooteboom aflora la citada meditación. El viajero había llegado al Principado un mes de mayo, y nevaba en los Picos de Europa. «Dientes de dragón, mandíbulas de un dios, piedra con hilachas, muescas, heridas», es lo primero que anota sobre el paisaje que le rodea. Y, al poco, añade: «Suena misterioso, y parece una exageración, pero el que esto escribe está en armonía con su entorno». Irá el viajero divisando, tras los inexpugnables muros que lo rodean, las águilas, los osos y urogallos que habitan esos parajes. Más adelante, remansada la mirada, recordará los puertos que ha venido recorriendo —el de San Glorioso, el Desfiladero de los Reyes— y trazará el siguiente cuadro: Las montañas mismas parecen animales sin ojos, el suelo es gris, negro, marrón, amarillo, el viento sopla por donde quiere, el clima quiere gastar estas montañas, un bosque ridículo se engancha crispado a esas piedras grises, figuras fantasmales, hombres que vagan por la niebla, franjas negras contra la pared montañosa…

Los Picos de Europa le parecerán, así, la decoración granítica de un teatro sin representación, un telón semicircular de piedra gris mordisqueada bajo el cual todo se vuelve absurdo. En los valles y los puertos de Asturias, en el gigantesco escenario de las gestas bélicas que cambiaron la historia de España, de Europa, y con ella la del mundo, 

Y es que este holandés errante había venido observando la presencia en el arte prerrománico asturiano de las formas del Oriente Medio traídas a ese escenario donde no penetró el Islam por cristianos del sur que habían vivido en esa esfera de influencia y que llegaban al norte huyendo de la invasión árabe: arcos de herradura, animales mitológicos de Persia, plantas estilizadas que nunca se habían visto en el frío norte, formas geométricas y obsesivas, y tantas otras repeticiones inversas que el viajero observa talladas en la piedra. La piedra de Santa María del Naranco le parece diáfana: la luz y el aire pueden atravesarla, y por ello también se transforman, se ven afectados, y este cambio conmueve al visitante, que se encuentra durante un tiempo en otro tipo de luz, en otro aire, se vuelve meditabundo, pero también eufórico, alegre y jubiloso…
Cuando desde la galería oriental de Santa María del Naranco se sienta a mirar «la ciudad que yace allí en la lejanía, la ciudad de los reyes astures», no es aquel borroso estrato histórico el que emerge. La edificación de carne que se le representa la monarquía astur —engendrada en desconcertantes series de alianzas y casamientos, en el acoplamiento y el enredo de armas, blasones, cuarteles y sables, entre hombres de verdad, mujeres muertas de parto, hermanos repudiados, enemistades hereditarias, traición, nombres que siempre significan tierra…— no emerge en el presente de uno de sus escenarios más emblemáticos, sino más tarde, ya en León. 


En Oviedo, pasa varios días. Los locales donde bebe sidra y come fabada le parecen agradablemente oscuros. Y la gente, alegre, una especie independiente, una región propia. Visita la catedral y examina meticulosamente las cruces, estudiando su evolución. La Cruz de los Ángeles se ha convertido en su propia contradicción, extremadamente simple, de forma griega, los extremos de los brazos ensanchados, madera de cedro aunque cubierta de oro y filigrana, engastada con cabujones y camafeos. La Cruz de la Victoria hace pensar en las decoraciones carolingias de la cámara del tesoro del Rin, oro, piedras preciosas por encima como gotas de melaza solidificada, representaciones extremadamente pequeñas y exóticas de plantas y animales en pirograbado.


También visita el Museo arqueológico de la ciudad, donde lee las armas y los nombres, las perlas en las coronas, las anclas en la cruz, las runas sobre las tumbas. No hay nadie y sigo con mis dedos la escritura de las ilegibles palabras. 
Es decir, historia. Y es que también en Asturias la prosa de Nooteboom adquiere el ritmo algo vertiginoso y levemente onírico que tiñe este desvío a Santiago, esta ruta que se le antoja una de las arias de locura de la ópera: una gigantesca migración de ida y vuelta, un movimiento de millones de peatones, una corriente interminable de peregrinos de todas las tierras de la cristiandad… Un ejército en una Europa donde el pie era la medida… el sueño de todos los románticos, no en ese, sino en tiempos posteriores.


En este libro Nooteboom materializa el suyo propio. Y no es casual que sea en tierras asturianas donde exclame:
¡Qué desatino que la mayoría de la gente no vaya más allá del horno de la costa este española!


HA OBTENIDO LOS SIGUIENTES PREMIOS: Premio Europeo Aristeion de Literatura 1993, XIII Premio Grinzane Cavour,  Bordewijk y Pegasus de Literatura, Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid, En Francia ha sido nombrado Caballero de la Legión de Honor.
La crítica ha dicho: Un escritor que sabe más que nosotros mismos, de nuestra historia, de nuestro tiempo y de nuestra gente. El País.
Un libro fascinante y revelador. ABC

Fuente. Wikipedia, youtube y El desvío a Santiago (Siruela, 1993) 


Día Internacional del Libro 2023. Radio Puerto

Gonzalo Díaz-Arbolí

Comentarios: 
Julio de la R. : Acabo de escuchar el programa de Radio Puerto con motivo del Día del Libro.
Me ha gustado mucho, es profundo, emocionante muchas veces y muy ameno. Estuvisteis todos a un gran nivel.

Luis Manzorro: Me han entrados ganas de comprar algún libro de James Joyce, porque entre tus comentarios y lo poquito que he leído de él, no tengo dudas de que disfrutaré leyéndolo.


DÍA DEL LIBRO, 23 de abril. DUBLINESES. Cuento "Los muertos", de James Joyce.

                                                 

Dublineses es una serie de quince  cuentos magníficos, del escritor irlandés James Joyce. Se publicó en 1914. Los quince relatos, constituyen una representación realista, y aun naturalista en ocasiones sutilmente burlona, de las clases media y baja irlandesas, en el Dublín de los primeros años del siglo XX.

Las historias se escribieron en un momento en el que el nacionalismo irlandés estaba en su apogeo y dominaba en Irlanda la búsqueda de una identidad nacional, que se materializaría en la declaración de independencia de 1921. Atrapado en una encrucijada de la historia y de la cultura, el país se encontraba sacudido por varias ideologías e influencias convergentes, y estos relatos ofrecen una visión de los conflictos, a menudo fútiles, que estas tensiones generaron en la vida diaria de la gente de Dublín.

Joyce, 1939
En estos relatos el escritor trata de reflejar la parálisis cultural, mental y social que aquejaba a la ciudad, sometida secularmente a los dictados del Imperio británico y de la Iglesia católica. El propósito último del libro es de índole moral. ​
En ese libro, Joyce, da muestras de su gran sensibilidad y de una maravillosa capacidad imaginativa. Desde luego su núcleo central, al igual que en todas sus obras, es su ciudad, Dublín.
¿Qué misterio hace que una isla medio despoblada en el confín de Europa posea la más alta concentración de escritores de talento del mundo?

Nos centraremos en el relato “Los muertos” The dead. Con más de 15.000 palabras, este cuento también ha sido considerado una novela corta. Fue llevado al cine, en 1987, por el director John Huston, en ella reflejó el verdadero espíritu de la Navidad, con una secuencia de la cena verdaderamente magistral; esta sería su última película. 
El argumento es el siguiente: En el día de la Epifanía de 1904, está a punto de comenzar una de las celebraciones más concurridas de Dublín, la fiesta de las Señoritas Morkam. Entre sus invitados se encuentra Gabriel Conroy, sobrino de las anfitrionas y esposo de una de las mujeres más bellas del país. Gabriel enamorado de su esposa, la contempla detenidamente cuando suena una antigua canción de amor...  De vuelta a casa, Gretta le confiesa a su esposo que aquella canción le recuerda un amor de juventud, truncado por la muerte de su amado. Nunca en sus años de matrimonio Gabriel había oído esta historia. Sus sentimientos son una mezcla de tristeza, desesperación y celos que le conducen  a meditar sobre el sinsentido de la vida.


Unos toquecitos en el cristal lo hicieron volverse a la ventana. Otra vez había empezado a nevar. Soñoliento, se fijó en los copos, plata y sombra, cayendo oblicuos contra la farola. Le había llegado el momento de encaminarse al Oeste. Sí, los periódicos tenían razón: la nieve caía por toda Irlanda. Caía por toda la oscura llanura central, sobre las colinas desnudas; caía suavemente sobre la Marisma de Allen y, más hacia el oeste, suave caía sobre las oscuras olas amotinadas del Shannon. Caía también en la colina del cementerio solitario en que yacía enterrado Michael Furey. Se amontonaba espesa sobre las cruces y lápidas torcidas, en las lanzas de la pequeña verja, sobre los espinos resecos. Su alma fue desvaneciéndose mientras oía caer la nieve tenuemente por todo el universo, y tenuemente caer, como el descenso de un último ocaso, sobre todos los vivos y los muertos.


La intención de James Joyce era escribir un capítulo de la historia moral de su país, y escogió Dublín para escenificarla porque esa ciudad le parecía el centro de la parálisis.

Han dicho varios críticos que en esta obra el protagonismo lo tiene el idioma inglés y en eso estoy de acuerdo. Es cierto también que el lenguaje es uno de los más gratos enigmas de nuestra realidad.  Hay dos tipos de escritores en cuanto a aquello que nos hacen sentir. De unos sentimos las emociones y las ideas. De otros, sin embargo, nos impacta más el lenguaje. Indudablemente Joyce pertenece a los del segundo tipo.


Una de mis escenas favoritas en esta película, cuando el actor recita el poema llamado "Donal Og", que significa Joven Donal, es de hecho una balada irlandesa muy antigua que data de muchos siglos atrás. Fue traducido al inglés durante un período llamado el Renacimiento celta en el que gran parte de la intelectualidad de Irlanda, tanto católica como protestante, se remontaba a sus propias raíces lingüísticas y culturales en un esfuerzo por crear un entorno artístico revitalizado que fuera exclusivamente irlandés. Además de Lady Gregory, quien sin duda fue una persona real y una traductora brillante, WB Yeats fue quizás el nombre más famoso de este movimiento, aunque hay muchos más. El propio Joyce tenía sentimientos bastante encontrados sobre el Renacimiento, y de hecho el director de la película John Huston agregó esta escena donde no existe en el cuento original. Sin embargo, diría que encaja de manera absolutamente brillante con los temas de la historia del amor, la tristeza y los secretos del corazón humano.

Tímido remedo del poema "Donal og"
Gonzalo Díaz-Arbolí
En algún lugar de un libro hay una frase esperándonos para darle un sentido a la existencia.   Miguel de Cervantes.

Día Internacional del Libro 2023. Radio Puerto


Comentarios:
Julio de la R. : Acabo de escuchar el programa de Radio Puerto con motivo del Día del Libro.
Me ha gustado mucho, es profundo, emocionante muchas veces y muy ameno. Estuvisteis todos a un gran nivel.

Luis Manzorro: Me han entrados ganas de comprar algún libro de James Joyce, porque entre tus comentarios y lo poquito que he leído de él, no tengo dudas de que disfrutaré leyéndolo.


Pulsar en:  Irene Díz Díaz, de 3, años recitando para el Día Internacional de libro


Gonzalo Díaz-Arbolí


20.4.23

Música y Matemáticas dos universos con muchas cosas en común.

Órbita del Sistema Solar

La relación entre la música y las matemáticas ha fascinado al pensamiento occidental desde la aparición de Pitágoras, el sabio de Samos que fue iniciado por los sacerdotes egipcios en los misterios del cosmos y quien creyó percibir un mismo patrón matemático.

Imprescindible mencionar a Johannes Kepler, astrónomo y matemático, uno de los científicos más reconocidos del siglo XVI y considerado uno de los fundadores de la ciencia moderna. De acuerdo a un artículo publicado por Technology.org, relacionó las órbitas de los planetas del Sistema Solar con la música.
En concreto, determinó que los movimientos de los astros desarrollan proporciones armónicas, que pueden traducirse en tonos y octavas. Kepler determinó que las órbitas de los planetas crean un “coro cósmico”, conformado por dos bajos o notas más graves (Saturno y Júpiter), dos altos (Venus y Tierra), un tenor (Marte) y una soprano (Mercurio). En consecuencia, los movimientos de los planetas logran una armonía que sustenta la dinámica del Sistema Solar, de la misma forma que las voces más graves, las medias y las más agudas son imprescindibles para que un coro suene armónico y puede transmitir adecuadamente el “mensaje” musical de una obra.
Las matemáticas están en todos lados. Se dice que los músicos y matemáticos tienen una forma de pensar muy parecida, con lenguajes universales, abstractos y en busca de la belleza. De ahí el famoso teorema expresado en la frase “hay geometría en la vibración de las cuerdas, hay música en los espacios entre las esferas”.

Pero quizás el mejor representante de esta tradición matemático-musical es Johann Sebastian Bach, el músico barroco alemán que nació el 31 de marzo de 1685 en Eisenach, y murió el 28 de julio de 1750 en Leipzig.

La estructura de sus obras es pura geometría La genialidad alcanza su cénit con el contrapunto y la fuga, composiciones en las que la estructura geométrica es incuestionable. Se parte de uno o varios temas y se les somete a transformaciones geométricas que mantienen la forma del tema: traslaciones, giros y simetrías que confieren a la obra una estructura muy rígida, pero en la que el compositor encontró una fuente de inspiración. Se planteaba las fugas con el mismo rigor estructural que un geómetra, pero les añadía una velocidad y brillantez en la improvisación, que resultaron admirables.
Bach vivió en una época de auténtica revolución intelectual a la que, sin duda, contribuyó desde la Música. Probablemente ningún músico haya innovado y aportado tanto a la música en síntesis, organización y maestría técnica como él. En la inscripción de "Quaerendo Invenietis" (Busca y deberás encontrar) en su colección, Ofrenda musical, BWV 1079, una de las grandes obras maestras de simetría musical y en la cual se revela la visión toral de Bach.


Se denomina BACH, en música a la secuencia de notas siguiendo la anotación anglosajona que asocia las notas con las letras:
B:   Si bemol 
A:   La  
C:   Do            
H.   Si 
por lo que al componerlo resulta : BACH.
Alguien que oculta su nombre en sus composiciones es aficionado a los enigmas muy enrevesados.

Como demostración pueden escuchar: El arte de la fuga, BWV 1080.
Está considerada una de las obras maestras de la historia de la música, la más teórica con una compleja y magnífica demostración de su conocimiento contrapuntístico. Fluye como una secuencia matemática, su melodía está compuesta a partir de las lineas melódicas, primero plantea el tema en el preludio, como si nos diera una pista, después va sumando las lineas, las combina trenzadas una con otras, sumando las líneas y todo eso con dos manos, es como un puzle.
Lo que resulta mágico de Bach es que cuanto mas lo escuches, más consigue diferenciar mentalmente una de otras. Su música no deja nada al azar y ayuda a reflexionar.


La música y las matemáticas son dos milagros extraordinarios de la raza humana. Lévi-Strauss considera la invención de la melodía como “una clave para el misterio supremo” del hombre, una pista que nos podría conducir, si pudiéramos seguirla, a entender la estructura y el carácter diferencial de la especie.
No hay ninguna duda: la música y la ciencia son dos universos con muchas cosas en común.

Interesados en profundizar en el estudio de los campos intelectuales (música y matemáticas) donde el ser humano realizó importantes hazañas, pulse en el siguiente enlace: Fragmento de “Muerte de reyes”, en Extraterritorial. Ensayos sobre literatura y la revolución del lenguaje (Ed.Adriana Hidalgo, trad. Edgardo Russo).

Disfruta con Aire, (dedicado a las noctámbulas y sueña, sueña). El sueño es un arte poético involuntario (Kant)

Aria para la cuerda de sol es un arreglo musical hecho por el violinista August Wilhelmj del segundo movimiento de la Suite orquestal nº 3 en re mayor, BWV 1068 de Bach.

La audición musical implica una actitud que es subjetiva y objetiva al mismo tiempo. Lo que el lector debe procurar, pues, es una especie de audición más activa. Lo mismo si escuchamos a Beethoven que a Elvis Presley, podremos hacer más honda nuestra comprensión de la música con sólo ser unos oyentes más conscientes y enterados, no alguien que se limita a escuchar, sino alguien que escucha algo.

Fuente:  
Serie de TV "Bright minds. T. 1 capítulo 9
Artículo de Pablo Javier Piacente. 10 marzo 2022
George Steiner en su libro Extraterritorial, Seix Barral
                                                                                                                          Gonzalo Díaz-Arbolí

15.4.23

La alondra ascendente. Ralph Vaughan Williams., Gloucestershire, 12 de octubre de 1872-Londres, 26 de agosto de 1958)



George Meredith
El poema de George Meredith(Portsmouth (Inglaterra), 12 de febrero de 1828 - Box Hill (Inglaterra), 18 de mayo de 1909), The Lark Ascending, (La alondra ascendente), es un himno a la alondra y su canción escrito en coplas tetrámetros rimados en dos largas secciones continuas. Apareció por primera vez en The Fortnightly Review de mayo de 1881.
Es un sentimiento pastoral, devocional. El poema describe cómo "la presión de notas apresuradas" se repite, cambia, trina y repica, y trae a nuestro ser interior un canto de alegría y luz como una fuente que perfora las "brillantes cimas del día". La alegría, la pureza y el deleite desenfrenado de la "voz estrellada que asciende" despierta "lo mejor en nosotros a él afín". El canto de la alondra es el vino que nos lleva con él en la copa de oro, el valle de este mundo: la alondra son los bosques y los arroyos, las criaturas y la línea humana. Los corazones de los hombres los sentirán celestialmente, "mientras no anheles más que el canto".

La voz humana (prosigue la canción) no puede expresar con tanta dulzura lo más íntimo. A diferencia de la alondra, el hombre no tiene tal "canción seráficamente libre / de impurezas de personalidad". En la canción de la alondra, los humanos "millones se regocijan / por dar la voz de su espíritu único". Sin embargo, existen esas veneradas vidas humanas, que se han hecho sustanciales por las pruebas y el amor a la tierra, que, aunque no cantan, se manifiestan como un cántico digno de recibir al cielo. Se eleva en ese puro canto a los cielos más altos y se mantiene allí, de modo que nuestra alma se eleva con la de ellos "a través del olvido divino", llenando los cielos, derramando el mundo de las reservas humanas", elevándose más cerca hacia el silencio.
Estos son algunas estrofas del poema:
Se eleva y empieza a dar vueltas,
deja caer la cadena plateada del sonido
de muchos eslabones y sin fisuras,
en gorjeos, silbidos, transportes y trinos,
que se enredan y se extienden,
como se riza la mar en la marea baja
donde rompen las olas
y los remolinos giran dentro de otros remolinos;
un chorro de notas que corre
tan rápido que no se distinguen unas de otras,
aunque los trinos se repiten cambiantes
y siguen sonando mientras fluyen,
se perciben dulces y son encantadores...
......
Ella es la marcha nupcial del sol y las lluvias,
el baile de los niños, las gracias
de los labradores, la llamada de las prímulas,
y el espectáculo de las violetas fragantes;
todo ello será coronado por la canción circular,
y vosotros podréis escuchar a la hierba y al árbol,
podréis ver lo mejor del corazón de los hombres,
podréis sentir celestialmente, mientras
que no anheléis más que la canción.
Podríamos decirnos en lo más íntimo,
de la forma más dulce, que nuestra voz
nunca fue como esa voz de las alturas


En su llamativo vuelo de cortejo, incansable melodía e incesante aleteo, ascendiendo poco a poco a alturas increíbles sin parar su canción, se deja engullir por el cielo y después se desliza marcha atrás en un dominio absoluto del viento y de las alturas para finalmente girar y caer en un picado vertiginoso, confundiéndose después con el propio suelo.

The Lark Ascending (La alondra ascendente) es una obra para violín y orquesta escrita en 1914 por el compositor inglés Ralph Vaughan Williams. La composición se inspiró en
un poema de George Meredith del mismo nombre sobre la alondra vulgar. Es una de las piezas más populares en el repertorio clásico entre los oyentes británicos.
La obra está dedicada a la violinista inglesa Marie Hall, que la estrenó con acompañamiento de piano. Al contrario de la creencia popular, de hecho Vaughan Williams escribió los esbozos mientras miraba barcos de guerra que cruzaban el canal durante la Primera Guerra Mundial. Un chico pequeño lo veía haciendo los esbozos y, pensando que estaba apuntando un código secreto, informó a la policía que posteriormente arrestó al compositor.
La guerra paró la composición, pero fue revisada en 1920 y estrenada bajo la dirección de Adrian Boult el 14 de junio de 1921, otra vez con Marie Hall como solista.
Entre sus pasiones se hallaban la poesía y el violín. Se había formado de niño como violinista, y prefería el violín al piano, por el que nunca tuvo una gran afición. 

Este idílico romance para violín y orquesta fue compuesto en 1914, y luego revisado (o completado, dependiendo de quién lo lea) en 1920. 
El violín solista representa a la alondra,  "se eleva y comienza a girar" en arabescos altísimos. Una nebulosa armónica en la orquesta y los prominentes solos de viento de madera refuerzan la imagen bucólica. En el medio hay una sección más terrenal, folclórica, y luego la música original regresa, cerrando con el violín dando vueltas estáticamente cada vez más alto y solo, "Hasta que se pierde en sus anillos aéreos/en la luz, y luego la fantasía canta".

Se encuentra entre los sinfonistas británicos más conocidos, destacando por su amplia gama de estados de ánimo, desde tormentoso y apasionado hasta tranquilo, desde misterioso hasta exuberante. Entre sus otras obras de concierto más conocidas se encuentran "Fantasía sobre un tema de Thomas Tallis (1910)". Sus obras vocales incluyen himnos, arreglos de canciones folclóricas y piezas corales de gran formato. Escribió ocho obras para representaciones teatrales entre 1919 y 1951. Aunque ninguna de sus óperas se convirtieron en piezas populares de repertorio, su ballet Job: A Masque for Dancing (1930) tuvo éxito y se representó con frecuencia.

Presten atención al sonido del violín solista representando a la alondra
como un símbolo de luz y ascensión mística.
Ralph V. Williams  "La alondra ascendente", Janine Jansen, Royal Abert Hall BBC Proms 2003

Fuentes: Wikipedia, youtube,
Gonzalo Díaz-Arbolí

10.4.23

Poema de Miguel Angulo Díaz, Premio "Emilio Salgari" de poesía. Curso 2022-2023

Miguel Angulo Díaz, estudia 2º curso de bachillerato, 17 años. El autorretrato lo dibujó con 14 años.

Miguel Angulo Díaz, 14 años (autorretrato)



La música del músico

Cuarteto, libre, serventesios y asonante.
La poesía se vuelve la rima y la métrica,
donde solo reina el ritmo y la fonética,
la poesía se hizo pues un arte pedante
Calma, erudición, ritmo y expresión.
Los instrumentos de cuerda y sonido, bien conocidos,
siendo uno con el verso, terminaron el vestido.
El músico y su música subieron el listón.
Clásica, triste, rap y folclore,
rock, trap, salomas y pop,
ritmo, ritmo, ritmo, ritmo.
Violín, guitarra, bajo y tambores,
viola, triángulo, piano y gong,
ritmo, ritmo, ritmo, ritmo.

Izquierda, derecha, que poema más dispar,
No un mudo, no un ciego,
sonidos, ruidos, movimientos al azar,
no un belga ni granjero,
sinfonías con números en avalancha,
lo clásico es complejo,
nuestra querida granja de remolachas (1)
ein, zwei, drei, vier, bis neun.

El poema está cargado de imágenes y elementos simbólicos. Llama la atención la composición lírica en estrofas en un crescendo, en la parte central del poema. Trata de describir una oda a la música clásica, con elementos no estáticos sino que evolucionan de izquierda a derecha representando a la apoteosis de una orquesta, con todos los instrumentos sonando a la vez, como un caos musical.

En este sentido Beethoven es el elemento central; en estas estrofas pasa de unas metáforas relacionadas con la personalidad del genio compositor, cuando escribe: “no un mudo, no un ciego, no un belga ni granjero” pues todos sabemos que Beethoven era sordo y su padre alemán y músico (tenor) y continúa “lo clásico es complejo” este verso es más confuso, más difícil de interpretar.

(1) Cuando digo granja de remolachas en el poema referencia a Beethoven (cuyo apellido significa eso).
Traducción al castellano de: "ein, zwei, drei, vier, bis neun" , primera, segunda, tercera, cuarta, hasta nueve sinfonías.
 
Cuando titulo la segunda parte del poema “Un solo de violín”, me refiero a la apoteosis final de una de sus sinfonías, la orquesta es interrumpida por los violines que traen el sosiego y la calma para terminar en un apacible menguante.

Un solo de violín

La música puede ser clásica, reiterativa, y sin embargo destacar,
puede ser independiente, alternativa, original,
la métrica desusada junto cuál verso,
súbito, repentino, inesperado,
se resume o se enreda,
brevemente,
libertad,
poesía,
nada más.

Nota del editor
La música obra en el sonido y el silencio, la poesía obra en la palabra. Sin embargo, las palabras también conllevan sonido y silencio. La música también conlleva significado por sí misma, igual que las palabras. Esta es la estrecha relación que las enlaza y funde.
En este poema, Miguel (mi nieto) relaciona la música con la poesía y yo (advertido  por el autor) lo relacionaría con el 3º movimiento de la novena sinfonía de Beethoven.

Qué grande eres Miguel, solo te falta que escribas la partitura.

Los poetas utilizan la metáfora como recurso literario, las metáforas en los poemas ayudan al lector a comprender y entender mejor el significado del autor.
Permitidme que transcriba una descripción de la metáfora tomada del libro "El cartero de Neruda", que me recuerda a las estrofas centrales del poema de Miguel que, van de izquierda a derecha y de derecha a izquierda.

Neruda le aconseja al cartero que, para ser poeta, debe comenzar a pensar caminando, ahora que te vas a la playa y mientras observa el movimiento del mar, invéntate metáforas. ¿Qué son metáforas, pregunta? Me pone un ejemplo: Escucha este poema:
Aquí en la isla
el mar
y cuánto mar
se sale de sí mismo
a cada rato,
dice que sí, que no,
que no, que no, que no,
dice que si, en azul,
en espuma, en galope,
dice que no, que no.
No puede estarse quieto,
me llamo mar, repite
pegando en una piedra
sin lograr convencerla,
entonces
con siete lenguas verdes
de siete perros verdes,
de siete tigres verdes,
de siete mares verdes,
la recorre, la besa,
la humedece
y se golpea el pecho
repitiendo su nombre…
-¿Qué te parece? Extraño, responde-
-Eres un crítico severo.
-No, don Pablo, no es la poesía lo que me extraña-
-Mi extrañeza es, como me he sentido mientras recitaba, las palabras iban de aquí allá, se movían como el mar ahora y me mareaba. Eso es el ritmo, dijo Neruda.
-Sus palabras sonaban como una barca meciéndose-
Sabes lo que has hecho, Mario. Una metáfora.
-Pero eso no vale, dijo Mario, porque me ha venido sin más…

Tercer movimiento de la 9ª Sinfonía de Beethoven,  Director: Herbert Von Karajan.

Gonzalo Díaz-Arbolí
Comentarios:
Qué bueno que relacione así la música y la poesía, porque tiene razón. La poesía es ritmo básicamente y el instrumento de esa música peculiar del poema es la propia palabra: su acento, sus golpes de voz, su sonoridad, su reverberación en el inconsciente... Me encanta que tu nieto escriba y que lo haga indagando en la propia musicalidad de la poesía. ¡Dale mi enhorabuena!

Si le gustan las matemáticas, entenderá también el lenguaje poético. Ambos son códigos para interpretar y entender la naturaleza, el mundo que nos rodea y cómo lo percibimos. 

Olga Rendón Infante
Dra. en Filología Hispánica


Los he leído varias veces y me parece que Miguel nació poeta, tienen soltura, cadencia y ritmo. Sabe decir y sugerir.
La secunda parte del poema es triangular, me ha gustado especialmente ─soy un enamorado de los poemas unidos y enlazados por una geometría─ y sería digno de un estudio poético profundo. (2).
Como a todo joven que quiera crear en algún género literario yo me permitiría aconsejarle que lea mucho, y mucha poesía también, que busque el camino mediante la lectura exhaustiva.
En el pasado siglo hubo bastantes poetas con trabajos poéticos de aspecto triangular. Hay uno de Vicente Huidobro que está lleno de sabor oriental y que siempre me ha gustado:

(2) 

Ignacio Blanquer, 
Dr. en Física

Velázquez, el genio que jugaba con el aire. (Sevilla, bautizado el 6 de junio de 1599-Madrid, 6 de agosto de 1660)


Diego de Silva Velázquez, la figura culminante del arte español, está considerado como uno de los grandes genios de la pintura universal.
Pintó una serie de obras de género con figuras de prodigiosa intensidad y una veracidad intensísima en la reproducción tanto de los tipos humanos como de los objetos inanimados.
El reconocimiento como pintor universal se produjo tardíamente, hacia 1850. Alcanzó su máxima fama entre 1880 y 1920, coincidiendo con la época de los pintores impresionistas franceses, para los que fue un referente. Manet se sintió maravillado con su obra y le calificó como «pintor de pintores» y «el más grande pintor que jamás ha existido». La parte fundamental de sus cuadros que integraban la colección real se conserva en el Museo del Prado en Madrid.
La capacidad de convertir las escenas religiosas en algo cercano y realista constituye una característica del barroco sevillano.


En 1623 pintó el ‘Retrato del rey Felipe IV’ ; tanto gustó la obra al soberano que lo nombró pintor de corte.



Su perfección para crear el espacio en sus distintos niveles, trazar sus líneas de perspectiva, en ocasiones con el solo apoyo de un ligero y genial restregón de pincel o una sombra, sus actuaciones para dirigir en un sentido y otro nuestra mirada y un sinfín de detalles que consiguen sugerir hasta la más mínima precisión dentro de sus obras.

Una obra maestra de la pintura histórica, “La rendición de Breda”, pintada en 1634 para el salón de Reinos del palacio del Buen Retiro de Madrid.


Dejó también importantes creaciones, como “Las hilanderas”, una de sus obras capitales por la perfección que alcanza en ella la perspectiva aérea. Aquí realizó Velázquez el milagro de la luz. Esos rayos de sol que entran por la ventana de la derecha, es un verdadero prodigio.

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La magistral “Venus del espejo” el único desnudo femenino que pintó y uno de los pocos de la historia de la pintura española.



En Italia produjo obras importantes: “La fragua de Vulcano”, “El retrato del papa Inocencio X”, retrato portentoso, dotado de una vivacidad, una intensidad y un colorismo excepcionales.




La culminación de su carrera como retratista es: ‘Las Meninas", considerada por algunos como la obra pictórica más importante de todos los tiempos, el cenit de su carrera.


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Fuente: Internet
Gonzalo Díaz-Arbolí

8.4.23

8 de abril. Día Internacional del Pueblo Gitano


Este día de 1971 se instituyó la bandera y el Himno del Pueblo Gitano en el Congreso Internacional Gitano celebrado en Londres, es conocido por la dos primera palabras “Gelem, gelem”, que significan “Hemos sido, hemos sido”, también en romaní: "Anduve, anduve".

El canto fue compuesto por el gitano y cantante yugoslavo Jarko Jovanovic a partir de una canción popular de los países de la Europa del Este. Sus versos están inspirados en los gitanos que fueron recluidos en los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial
Sus versos traducidos cuentan cómo «Anduve, anduve por largos caminos / Encontré afortunados romà / Ay romà ¿de dónde venís / con las tiendas y los niños hambrientos?»...

    Karen Eliane la transcribe como un adagio rubato, en tonalidad de si bemol mayor

Historia, lengua y antepasados
Desde hace años la fecha del 8 de abril está ganando mayor presencia y notoriedad para reivindicar el reconocimiento del Pueblo Gitano, parte integrante de la cultura española. "Sin él no se entenderían del mismo modo la gastronomía, la música, el baile, la lengua o la pintura".
De hecho, gracias a su huella permanecen vivos oficios como la herrería, la venta de antigüedades o la trata del ganado. "Y qué decir de nuestra alegría de vivir; hemos enseñado y contagiado a nuestros vecinos y vecinas nuestra filosofía de vida gitana".
En definitiva, se trata de recordar y dar a conocer su historia y sus relatos culturales, para que los niños y niñas gitanas se sientan parte de esta sociedad intercultural. La Fundación Secretariado Gitano aprovecha la efeméride para hacer una labor de sensibilización social y poner en valor la cultura gitana. 


En esta edición de 2024 quiero inspirarme en el poeta Salvador Cortés Núñez
, más conocido por “El Chigüi, amigo del peregil” , y ¿quién es ese amigo ? el Dr. Juan Pérez Gil, único en su especie, así consta en la dedicatoria de uno de sus libros: un personaje fruto de su prodigiosa imaginación, su alter ego literario, nos contaba que, los que tienen apodo viven más porque la Muerte se confunde cuando viene a buscarlos, dudando de si el apodo corresponde o no al nombre de pila. Y mientras lo averigua, el gitano se escapa de morir.
Gitano audaz y valiente, tocado por la gracia y la curiosidad, igual hablaba de la teoría de la relatividad de Einstein como de los orígenes del pueblo gitano. Siempre magnificó las bondades con el mismo rigor que repudiaba la injusticia.
Escribió 4 libros con esa sencillez y capacidad para crear historias y personajes prodigiosos.
Le caracterizó el temple que tan solo se alcanza en la fragua. Su alma gitana, andaluza y flamenca, de sangre universal corría por sus venas. Perteneció a la nobleza de la estirpe gitana. Descendiente de patriarcas de dos grandes sagas familiares: Los Cortés y los Núñez.

En su memoria vamos a ver un vídeo con dos momentos de la entrevista que le hice en 2013 durante la presentación del libro Un fantasma anda suelto por El Puerto” donde relata la anécdota del burro Liviano (me estremece la despedida, cuando Liviano vuelve la cabeza y lo mira y Salvador lo mira a él y los dos salen llorando) y el descubrimiento del Espíritu Arbolín.

                                Pulsar sobre la imagen para visualizar el vídeo

Quiero resaltar uno de sus poemas, Libertad, (La libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos). Cervantes. Pertenece al poemario “Alma gitana” Ya la portada nos indica con la bandera (azul y verde y la rueda) el resumen de una fructífera vida en defensa de sus orígenes. El libro es un canto a la amistad.

Un río para lavarme
un jato para dormir
un puente para taparme
y un campo para vivir.

Un camino y una senda,
un puerto donde llegar,
y en el corazón del viento
un sueño de libertad.

Gitano libre soy,
es mi destino el andar,
y en el camino desgrano
 el alma de mi cantar.

Sinsabores y desgracias,
persecuciones y huidas,
me van siguiendo los pasos
y cerrando mis heridas.

Encuero y descalzo vivo,
pero nunca miro atrás,
llevo en las manos grandeza
y en el alma libertad.

Mi añorado amigo Eugenio con las tres hijas de Salvador Cortés

Comentábamos, no hace mucho, el filósofo y poeta (Pulsen sobre el nombre en colorEugenio Martínez Orejas (recientemente fallecido) sobre nuestro querido primo Salvador y me decía:
Por supuesto que el Chigüi tenía alma de poeta y una exquisita sensibilidad, pero lo que más me impresionó de él era ese duende que le daba una personalidad singular y una grandeza de espíritu inconmensurable, porque el duende convivía con él, ese misterioso espíritu "arbolín" que lo llevaba y lo traía, a veces aplaudiéndole y otras reprimiéndole, pero él siempre se movía al ritmo de alguien que le iba diseñando su camino. Yo pretendí en algún momento (iluso de mí) que me abriera alguna ventana de su singular morada, pero la respuesta siempre fue una envolvente y compasiva mirada que me decía, sin palabras, que sus moradas no las podía compartir con nadie.

Para aquellos interesados en ver el vídeo de la entrevista completo. Pulsen sobre la imagen para visualizar el vídeo


Gonzalo Díaz-Arbolí