29.3.24

El 18 de abril se celebra el Día Internacional de los Monumentos y Sitios

El Patrimonio Mundial trata de lo que compartimos. No importa de dónde seamos, todos tenemos derecho a apreciar el patrimonio excepcional de todo el mundo. En este Día Internacional de los Monumentos y Sitios, les invito a realizar un viaje por la Basílica Menor Nuestra Señora de los Milagros. La Puerta del Sol. El Puerto de Santa María.



En su fachada lateral se alzó esta portada en el siglo XVI. Está atribuida con razón al arquitecto renacentista Martín Gaínza, maestro mayor de la catedral de Sevilla entre 1535 y 1556. Suya debió ser la traza general y buena parte del repertorio ornamental. El remate superior se añadió en el siglo XVII, correspondiéndose con las reformas del templo tras su derrumbe. Ese frontón ondulado en cuyo tímpano se conserva muy deteriorado un relieve con el Padre Eterno entre óculos elípticos y sobre cuya cornisa alabeada se elevan unas toscas esculturas pétreas representando a las Virtudes Teologales (la Fe entre la Esperanza y la Caridad) no responde a los planteamientos artísticos del resto de la portada.

Su construcción estuvo patrocinada por el entonces Duque de Medinaceli Don Juan de la Cerda (señor de El Puerto entre 1502 y 1544). Como acertadamente argumenta Aguayo Cobo, observando ambas cronologías, no estaríamos muy errados si concluyéramos que esta portada debió erigirse entre 1535 y 1544.

El repertorio de elementos arquitectónicos y ornamentales presentes en esta deteriorada portada es riquísimo. Gigantescas columnas abalaustradas sobre altos pedestales y entablamento superior con ancho friso decorado con motivos clasicistas encuadran la composición en tres cuerpos. En el inferior, parejas de columnas abalaustradas con pequeñas esculturas en las hornacinas de los intercolumnios flanquean el arco semicircular bajo el que se accede al interior. Para dichos espacios del primer cuerpo de esta portada se labraron ocho esculturas de pequeño formato (de unos 80 centímetros de altura) de las que llegaron a nuestros días seis. En la parte inferior se representaban los Padres de la Iglesia latina y en la superior los Evangelistas.

Un entablamento con profusa decoración clásica en su friso remata este primer cuerpo. En el segundo, a modo de tímpano, un enorme arco de medio punto cobija una primorosa ornamentación rodeando las tres hornacinas entre órdenes clásicos, donde las esculturas de San Pedro y San Pablo enmarcan la centrada Virgen de los Milagros, titular del templo y patrona de la ciudad.

Cabe resumir aquí que se trata, efectivamente, de una cuidada ornamentación plateresca tanto por el tratamiento en la labra (tosca en algunos detalles, ciertamente) como por los motivos representados: grutescos, balaustres, casetones, calaveras, bucráneos, medallones, filacterias, cornucopias, frutas, flores, ángeles, armas, veneras, monstruos, etc, etc.
Son también abundantes las cabezas humanas, figuración animal, así como alegorías de vicios y virtudes. Alternan los relieves con el bulto redondo. Toda esta prolija decoración salpica basas, fustes y capiteles, frisos, arcos, hornacinas, tímpano, enjutas…
En el siguiente vídeo a través del  profundo Análisis iconológico del historiador del arte Antonio Aguayo Cobo podrán descubrir el mensaje soteriológico de la Puerta del Sol; partiendo del pecado de Adán y Eva, gracias a la intercesión de María, se logra alcanzar la Vida eterna. El mensaje está fundamentalmente en los pequeños grutescos que acompañan a las esculturas mayores.

Pulsar sobre la imagen para visualizar el video de "Youtube Gente del Puerto"


Para conocer mejor esta magnífica portada pulsen en:ANÁLISIS ESTRUCTURAL DE LA PORTADA DEL SOLdel profesor Álvaro Rendón Gómez.

Fuentes: Resumen del Artículo publicado en Diario de Cádiz,2-4-2010
del profesor Francisco González Luque.
Vídeo; https://www.youtube.com/@gentedelpuertodesantamaria
Wikipedia

Gonzalo Díaz-Arbolí

24.3.24

Centenario del Colegio Nuestra Señora de Lourdes. Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús.




El edificio del colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús de El Puerto de Santa María, fue en un principio el Hospital de la cofradía de La Misericordia, dedicado al cuidado de enfermos necesitados.

En tiempos de los Duques de Medinaceli, pasó a ser hospital de la orden de San Juan de Dios. Años desde 1492 al 1659. Gracias a los donativos de familias importantes de la ciudad, el edificio se fue reconstruyendo. Las principales funciones de los hermanos de San Juan de Dios eran la acogida de pobres y curación de enfermedades contagiosas e incurables.

En 1835, a causa de la Desamortización, la orden tiene que abandonar el hospital y el edificio pasa a ser propiedad municipal que lo utiliza como escuela y luego, biblioteca pública.

En 1924 el centro pasa a la congregación de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, gracias a la donación de la Sociedad La Fidelidad, con la condición de que las instalaciones se dediquen a escuela para niñas necesitadas.
El padre Jesuita, don Antonio Osborne y su familia aportan el capital necesario para la remodelación y acondicionamiento de dicha escuela y la iglesia. En ella se expondrá el Santísimo para su adoración.
Dedicarse a la enseñanza y educación de niñas necesitadas, era el objetivo de la fundadora de Las Esclavas, Santa Rafaela María, y por ello la Congregación decide instalarse en el edificio.
La inauguración de la casa se hizo, solemnemente, el día 25 de Julio con la primera misa del reverendo padre Jesuita D. Antonio Osborne.

La Congregación comenzó con veinte religiosas, teniendo como madre superiora a la madre María del Salvador. Para empezar las actividades como colegio, fue nombrada directora la madre Rogelia Sendra. Vinieron de la casa de Cádiz y empezaron su labor en el colegio de El Puerto De Santa María, hasta nuestros días. La escuela empezó su trabajo el 24 de septiembre del año 1924. Empezaron con 90 niñas necesitadas, y cinco Madres Esclavas para dedicarse a la enseñanza.
A través de los años se han realizado numerosas obras para su mejora y adaptación a las nuevas enseñanzas.
Desde entonces se ha impartido docencia (en la actualidad  Infantil, Primaria y ESO). Aunque las religiosas dejaron las instalaciones y la ciudad en 2014, la iglesia abre al culto restringido y el colegio concertado continúa funcionando como tal. 

Nuestro centro de las Esclavas de El Puerto de Santa María SCJ es un colegio que tiene sus puertas abiertas para todo aquel que quiera formar parte de nuestra comunidad educativa. Impartimos infantil, Primaria y Secundaria. No sólo ofertamos las materias propias del curriculum oficial sino que vamos un paso más allá y trabajamos desde lo que en nuestros centros llamamos: “La Pedagogía del Corazón”. Es la pedagogía de la gratuidad, la ternura, la paciencia, la atención al pobre, al débil y al pequeño. Esta pedagogía es viva y abierta, es creativa y se adapta a la realidad que tenemos delante, abriendo caminos y creando sendas de encuentro para sacar lo mejor de cada uno de nuestros alumnos.

En nuestros centros potenciamos el aprendizaje cooperativo ayudando a nuestro alumnado a comprender y aceptar las reglas de juego del trabajo en común y en equipo, propiciando que se analicen y se resuelvan los conflictos en un clima de aceptación y ayuda mutua, cooperación y tolerancia.
A partir de este curso hemos incorporado a nuestra metodología el “Aprendizaje Basado en Proyectos” en todos los niveles educativos.
Es la metodología que imparte el conocimiento y desarrolla habilidades de una manera natural e integrada a través de la experiencia.

Pulsen sobre la imagen para visualizar el vídeo

Fuente: Tríptico editado por el Colegio de las Esclavas del SCJ

21.3.24

El 21 de marzo se celebra el «Día Mundial de la Poesía»

Como homenaje a todos y cada uno de los que algún día escribieron un verso. 

Manuel Manzorro en su retiro de su casa en Santa Lucía, Vejer de la Frontera

El 21 de marzo se celebra el "Día Mundial de la Poesía", desde que fue propuesto por la Unesco en 2001. En este breve espacio del blog solo puedo traer a algunos de los grandes: Hoy os propongo al vejeriego, Manuel Manzorro Pérez. 

Adentrarse en el mundo de nuestro ilustre paisano, en la interioridad de su alma campesina, es una tarea desafiante. Su obra poética cobra vida leyendo sus versos; es entonces cuando se siente la emoción que hace resurgir desde sus entrañas la palabra y la armonía que milagrean sus versos. Como en una Arcadia recreada por Virgilio, pero también transportan al precioso paraje en las riberas del Tormes de la culta Salamanca, donde Fray Luis de León en su oda a la vida retirada escribió:
…"Del monte en la ladera,
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera
de bella flor cubierto
ya muestra en esperanza el fruto cierto.”

La obra poética de Manzorro, íntima y entrañable, revela una asombrosa belleza que la siente como nadie y como nadie expresa, con palabra e imagen. Casi en su totalidad, la dedica a la esencia de los campos de Vejer, a su añorada Patría, evocando con tremenda ternura y nostalgia los años de la infancia que se encarna en la palabra gracias a la memoria emocionada de los sentidos.

Óleo del pintor y poeta Manuel Manzorro Pérez


 Como muestra de su calidad poética:

LAS TARDES Y EL TRIGO

Dónde habrán caído aquellas tardes
de trigales tan altos,
trigales que a golpes de viento fueron
suaves océanos en mis manos.
Aquellas tardes cuajadas de púrpura zuya,
y coronadas de trébol.

Dónde habrá terminado aquel aire
tan espeso de jilgueros, de risas y abandono.
¿Dónde habrá caído Dios,
tan ciertas como fueron?
¿Dónde se estarán secando sin mí
y sin remedio repetidas?

Y sin embargo
voy aforando sus aromas
sin equivocarme día a día.

Fotos le hizo el alma hasta saciarse
y ahí están ahora
en vilo,
como doloridos peces
o penas caídas de canto en mi penumbra.

Cruzando sigo de linde a linde
el terronal lastimado del recuerdo,
voy y vengo asocairando el ansia
contra el verdín y la sequía.


Pulsando sobre la imagen podrán escuchar el soneto: "Furtivos del reclamo"
La imagen corresponde a un grabado de Manzorro, titulado: "Escardadores"

Perdona tú si puedes aire mío

que no vaya contigo a media cuesta

como un recio gañán  de sangre presta

a la intemperie y al escalofrío.

 

Bajo tu luz se tuesta el dolor mío,

mis ojos se me van hasta tu siesta.

Si vieras mi faena lo que cuesta

para domarla en pelo como un río.

 

De tu mismo acebuche es mi madera,

furtivos del reclamo y la besana

nos empujó la tierra como al trigo.

 

Viene la luz y da contra la era

tristona, amarillenta y con desgana

y allá por la memoria voy contigo.


Viva la poesía
Gonzalo Díaz-Arbolí

.


20.3.24

Charles Camille Saint Säens, músico singular y polifacético.

 Charles Camille Saint-Saëns (París, 9 de octubre de 1835-Argel, 16 de diciembre de 1921)


La vida de Camille Saint-Saëns atravesó todo el período romántico; fue uno de los protagonistas de la segunda fase de este movimiento y asistió a su declive en pleno siglo xx.

Saint Säens fue un niño prodigio que aprendió a leer y escribir a los tres años. A los cinco compuso su primera obra, la canción “Le soir” y se dedicó a analizar “Don Juan”, utilizando la partitura completa, no la reducción al piano.

A los siete años leía latín, estudiaba con aprovechamiento botánica, entomología, arqueología y astronomía –fue miembro de la Sociedad Astronómica de Francia-. A esa edad comenzó su educación musical propiamente dicha. A los diez años se presentó por primera vez en un escenario.
En su primer recital de piano ofreció tocar de memoria cualquiera de las treinta y dos sonatas de Beethoven.
Su música llegó a Estados Unidos. La Musical Gazette de Boston escribió el 3 de agosto de 1846: “En París hay un niño llamado Camille Saint Säens, que sólo tiene diez años y medio y toca la música de Haendel, Bach, Mozart, Beethoven y los maestros más modernos sin tener ante él ninguna anotación”.

Saint Säens, además de compositor y virtuoso del piano y el órgano, fue un eximio organista –el mejor del mundo, según Listz-, que tocó durante muchos años el órgano en La Madelaine. Fue uno de los primeros musicólogos y un crítico incisivo. Excelente matemático, probó fortuna con la dramaturgia y la poesía. Escribió sobre acústica y ciencias ocultas. Fue el primero de los grandes compositores que escribió música para cine.

Temperamento enérgico y batallador, fundó con Romain Bussine en 1871 la Société Nationale de Musique, orientada al fomento de la ejecución y difusión de la nueva música francesa.

Charles Camille Saint Säens fue un músico singular y polifacético: compositor, pianista, organista, director de orquesta, profesor. Escribió música de gran belleza, caracterizada por su claridad, proporción, armonía y precisión.

Defendió a ultranza el poema sinfónico y la música absoluta. Dotado para componer música del estilo de otras culturas y otras épocas, escribió un concierto egipcio, una suite argelina, una rapsodia bretona, canciones persas, caprichos rusos y árabes y barcarolas portuguesas.

La principal de sus 12 óperas fue “Sansón y Dalila”. Quizás la más conocida de sus 400 obras sea el poema sinfónico “La danza macabra”.



Añádanse cinco conciertos para piano, tres conciertos para violín, dos conciertos para violonchelo, el oratorio “El diluvio” y el “Carnaval de los animales”, de donde proviene “El cisne”.

Camille Saint Säens eligió el mito griego para escribir el poema sinfónico “Phaeton” en 1833 y así, quedó inmortalizado el nombre del dios mitológico.
Faetón fue un personaje de la mitología griega, hijo de Climena y de Tetis. Febo le dejó conducir el carro de fuego del sol, aconsejándole que fuera prudente, ya que del carruaje tiraban fogosos corceles.
Faetón se apartó de la senda trazada, se aproximó demasiado a la tierra y se quemaron cosechas, árboles y se secaron ríos y lagos. Después se elevó más de lo prudente y todo a su alrededor murió de frío. Faetón mismo pereció alcanzado por un rayo que le lanzó Júpiter y se precipitó en el río Erídamo, en cuyo fondo hallaría su morada eterna, pero Apolo le convirtió en cisne.


De regreso a Argel, donde pasaba largas temporadas, Camille Saint-Saëns falleció, víctima de sus afecciones pulmonares el 16 de diciembre de 1921, a los 86 años, en el Hôtel de l’Oasis, de Argel, en un día que pasó apaciblemente y en el que trabajó un poco e incluso cantó algunas arias de Verdi. Sus restos mortales se trasladaron a París para celebrar el 24 de diciembre un funeral de estado, de una majestuosidad imponente, en la iglesia de la Madeleine. 
Gonzalo Díaz-Arbolí

16.3.24

Cien años del destierro de Unanumo a Fuerteventura. Una isla que lo cambió para siempre.

 


Desde la cubierta del correo La Palma, Miguel de Unamuno divisaba los paisajes de Fuerteventura, un territorio de destierro que el escritor, a golpe de sonetos, situó en la literatura universal con versos que permitieron al majorero, castigado por el hambre, la sequía y al señor territorial de turno, protagonizar cambios en las políticas sociales y económicas y que tanto prestigio le dio.

Un decreto del Directorio militar, con fecha del 20 de febrero de 1924, confinó a Miguel de Unamuno en la isla. El Puerto Cabras —hoy Puerto del Rosario— que vio desembarcar a Unamuno no debía superar los mil habitantes. Se alojó en el Hotel Fuerteventura, una modesta pensión convertida desde 1995 en la Casa Museo Miguel de Unamuno. Durante su confinamiento empezó a escribir los primeros sonetos del diario del destierro De Fuerteventura a París, un libro de 103 sonetos, algunos de ellos dedicados a la isla.

Museo de Unamuno en Puerto del Rosario

Un día después de llegar, Unamuno escribió una carta a su mujer, Concha, en la que se lee: «La isla es de una pobreza triste; algo así como unas Hurdes marítimas. Es una desolación. Apenas si hay arbolado y escasea el agua. Se parece a La Mancha. Pero no es tan malo como me lo habían pintado. El paisaje es triste y desolado, pero tiene hermosura». Durante los cuatro meses que permaneció confinado, el escritor encontró en Fuerteventura «un oasis en el desierto de la civilización» y llegó a marcar en su mapa los puntos de Playa Blanca, el peñasco «al que solía ir a soñar» y Montaña Quemada, como lugares donde le gustaría tener el descanso eterno. La isla fue una revelación; recorrió su geografía en coche o a lomos de un camello; se interesó por sus topónimos, su historia y paisaje; también por su flora, repleta de «enjutas aulagas» y «resistentes tabaibas» y por su fauna, simpatizando con «la descarnada o esquinuda» camella. En Fuerteventura descubrió el mar «o la mar» y simpatizó con el majorero, un hombre de sobriedad bíblica que se alimenta de «pan en esqueleto», que es la pella de gofio.

Montaña Quemada y Monumento a Miguel de Unamuno
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«Para Unamuno, Fuerteventura y su gente constituyeron una verdadera revelación», asegura a Efe el catedrático de Filología Española de la Universidad de La Laguna Marcial Morera. Afirma que «Fuerteventura, por su paisaje desnudo, desprovisto de hojarasca o vegetación encubridora y del ruido de lo que él consideraba la superficial historia, y su mar le permitieron entrar en contacto directo con la divinidad». En estos días que se cumplen cien años de su llegada a Fuerteventura, el filólogo comenta que la interpretación que hizo Unamuno de Fuerteventura y de su gente significó «la liberación de los prejuicios tradicionales, que presentaban a la isla como una especie de lugar maldito, como un infierno para desterrados». Y a sus gentes como «unos incorregibles holgazanes, que se pasaban la vida dando sablazos a diestro y siniestro y viviendo del cuento, en lugar de trabajar para pagar los quintos al señor territorial de turno y los diezmos a la iglesia. Digamos que don Miguel subió la autoestima de los majoreros.

El profesor se atreve a asegurar que, desde el punto de vista de las actitudes, no es descabellado decir que existen «dos etapas radicalmente distintas en la historia de Fuerteventura». El 4 de julio de 1924 se firmó un Real Decreto por el que quedaba indultado. Un día más tarde fue promulgado. El 9 de julio abandonó Fuerteventura a bordo del bergantín L’Aiglon para continuar un año de autodestierro en París y cinco años y medio en Hendaya (Francia). A bordo del vapor holandés Zeelandia rumbo a Lisboa con destino al puerto francés de Cherburgo, Unamuno escribe unos versos con los que se despide de la isla:

Raíces como tú en el Océano
echó mi alma ya, Fuerteventura,
de la cruel historia la amargura
me quitó cual si fuese con la mano.

Casa Museo Miguel de Unamuno en Puerto del Rosario, Isla de Fuerteventura
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Fuentes: Internet 

11.3.24

Música contemporánea: Jesús Guridi y Salvador Bacarisse

       

Jesús Guridi (1886-1961)

Compositor y organista español nacido en Vitoria, de familia de músicos, comenzó a estudiar solfeo y piano de la mano de su madre, y continuó su formación en Bilbao con Sainz Besabé. A los diecisiete años marchó a Paris e ingresó en la Schola Cantorum para estudiar piano y órgano con Abel Decaux, y composición con Auguste Serieyx. Luego prosiguió su formación en Lieja y en Colonia, adquiriendo una extraordinaria solidez técnica que se manifiesta en todas sus obras. En Bilbao asumió la dirección de la Sociedad Coral Bilbaína y ocupó las cátedras de órgano y armonía en la Academia de Música y en el Conservatorio de la capital vizcaína. Desde 1939 vivió en Madrid, donde, en 1955, se hizo cargo de la dirección del Real Conservatorio de Música y también ocupó la cátedra de armonía. Nombrado Académico de la Real Academia de Bellas Artes y colaborador del Instituto Nacional de Musicología, fue una de las personalidades más eminentes de la vida musical española.

Preludio. El Caserío, director: Jesús López Cobos

Eran los tiempos en los que el mundo lírico se resolvía desde un punto de vista nacionalista. Extraordinario organista, ocupa la cátedra del Conservatorio de Bilbao y posteriormente en 1944 la del Conservatorio de Madrid.
Armonizador exquisito de canciones populares, sus composiciones están impregnadas del folclore vasco, en el que frecuentemente se inspira. Su trabajo es muy extenso y abarca desde la música de cámara (cuartetos para cuerda), obras vocales y orquestales, piezas para órgano, música religiosa, hasta los géneros de la ópera y la zarzuela. Entre sus obras más importantes destacan Así cantan los niños (1909), Mirentxu (1910), Amaya (1920), La meiga (1929), Seis canciones castellanas (1939), Diez melodías vascas (1940), Sinfonía pirenaica (1945) y el Caserío (1926), zarzuela que se desarrolla en un ambiente vasco y que obtuvo un clamoroso éxito.
Premio Oscar Esplá en 1956, pasando por la producción sinfónica y teatral, música de cámara, de órgano y cinematográfica. Sus Diez melodías vascas son una muestra orquestal del mejor nacionalismo vasco.


   Amorosa - Diez melodías vascas (J. Guridi)



Salvador Bacarisse (1898-1963)
Compositor español, nacido en Madrid, discípulo de Manuel Fernández Alberdi en piano, y de Conrado del Campo en composición, pronto destacó por sus dotes y fuerte personalidad. Paladín de las nuevas tendencias musicales, sus obras rehúyen de lo fácil, lo pintoresco y lo folklórico. Obtuvo el Premio Nacional de Música en los años 1923 – 1930 - 1934. Fue crítico musical y director de Unión Radio y otros cargos musicales.
Paralelamente a su labor musical trabaja como crítico musical en los periódicos Crisol y Luz. En 1931 se crea, a instancia del gobierno de la 2ª República, un organismo llamado "Junta Nacional de la Música y Teatros Líricos" que encomienda a todos los interesados en la música, composición, dirección y crítica, ya sean jóvenes como consagrados, que se ocupen de su organización. Dicha Junta estaba compuesta por el Presidente, don Oscar Esplá; secretario general, don Adolfo Salazar; vocales: don Manuel de Falla, don Conrado del Campo, don Amadeo Vives, don Joaquín Turina, don Ernesto Halffter, don Facundo de la Viña, don Salvador Bacarisse, don Enrique Fernández Arbós, don Bartolomé Pérez Casas y don Arturo Saco del Valle. Este organismo se encargó de reanudar las actividades líricas, de organizar las subvenciones a entidades sinfónicas, llegando incluso a reponerse obras importantes como "La Dolores" de Tomás Bretón.

Bacarisse fue miembro del Grupo de los Ocho ( también llamado Grupo de Madrid ) un conjunto de músicos y musicólogos españoles que representaban la vanguardia musical, considerado el equivalente musical de la Generación del 27 e integrado por Jesús Bal y Gay, Ernesto Halffter y su hermano Rodolfo, Juan José Mantecón, Julián Bautista, Fernando Remacha, Rosa García Ascot, Salvador Bacarisse y Gustavo Pittaluga. El grupo nació a principios de los años 30 con el fin de combatir el conservadurismo en la música. La llegada de la guerra civil y la posterior dictadura de Franco truncaron su empeño.
Su Concertino para Guitarra, lo escribió para el guitarrista Narciso Yepes, quien, al confesarle el compositor que sentía animadversión por la guitarra, le dijo: Eso es porque nunca me ha oído usted tocar a mí.
Cuál fue la sorpresa del genial guitarrista, cuando en su siguiente recital vio aparecer a Bacarisse. Al poco tiempo de haberlo oído le envió la partitura dedicada del bellísimo Concertino, pieza que Narciso Yepes estrenó en París con la Orquesta Nacional de España, dirigida por Ataulfo Argenta, en octubre de 1953.


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Concertino para Guitarra y Orquesta en La menor op.72, de Salvador Bacarisse
A la guitarra, Narciso Yepes. Orquesta Filarmónica de España, director: Rafael Frühbeck de Burgos

Gonzalo Díaz-Arbolí

6.3.24

8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.


Una fecha para reconocer a las mujeres por sus logros y dejando a un lado las diferencias y divisiones, ya sean nacionales, étnicas, lingüísticas, culturales, económicas o políticas.
El 8 de marzo ha asumido una nueva dimensión mundial para las mujeres de los países desarrollados y en desarrollo. El creciente movimiento internacional de mujeres sigue en busca de un punto de encuentro para defender los derechos de las mujeres y su participación en los ámbitos político y económico.

Reconocido oficialmente por las Naciones Unidas en 1977, el Día Internacional de la Mujer surgió por primera vez de las actividades de los movimientos laborales a principios del siglo XX en América del Norte y en toda Europa
El gran movimiento mundial tuvo su primer hito en EEUU en 1848. Dos mujeres, indignadas por negarles la palabra en una convención contra la esclavitud, las estadounidenses Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott, congregaron cientos de mujeres en lo que fue la primera agrupación de derechos de la mujer de EEUU.
Juntas exigieron derechos civiles, sociales, políticos y religiosos en lo que se considera el inicio de un movimiento.

El 8 de marzo de 1875 varios centenares de mujeres de una fábrica textil de Nueva York, protestaron y se manifestaron por la desigualdad salarial respecto a sus compañeros. Las protestas desencadenaron una brutal represión de la policía que terminó asesinando a 120 trabajadoras. Tras la masacre, se creó el primer sindicato femenino de la historia y desató una ola de protestas y huelgas de mujeres en el sector textil.
Una de las más importantes llegó en 1908. Bajo el lema 'Pan y Rosas' salieron a la calle 15.000 mujeres para protestar por las terribles condiciones laborales que experimentaban.

El Día Nacional de la Mujer se celebró por primera vez en los Estados Unidos el 28 de febrero de 1909. El Partido Socialista de América designó este día en honor a la huelga de trabajadoras de la confección de 1908 en Nueva York. El movimiento llega a Europa en 1910. La Internacional Socialista, reunida en Copenhague, invitó a cien mujeres de diferentes países. Allí se propuso celebrar en marzo un día de la mujer para luchar por obtener el sufragio universal femenino.
De esta manera, el Día de la Mujer 2024 se celebra este viernes 8 de marzo. Como ya es tradición, ese día se celebrarán manifestaciones a lo largo y ancho del mundo para recordar todo el camino que queda por recorrer para alcanzar la igualdad, pero también para festejar por todo lo conseguido durante el último siglo.

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EL DESCENDIMIENTO DE LA CRUZ (1435-40) Roger van der Weyden. Museo del Prado

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Es una de sus grandes obras maestras, pintada en torno a 1435 para la capilla de los ballesteros de Lovaina. Entró a formar parte de la Colección Real como herencia de Felipe II, cuando fue enviada a España por María de Hungría, hermana de Carlos V, y al parecer, por la descripción que de ella se hace en 1574, en el documento de entrada a El Real Monasterio de san Lorenzo de El Escorial, formaba parte de un tríptico del que las puertas laterales han desaparecido. El descendimiento de la cruz es considerada la obra maestra del pintor flamenco Rogier van der Weyden.

Un cuadro lleno de intensas emociones contenidas. Aquí observamos el momento exacto cuando el cuerpo sin vida de Cristo es bajado delicadamente de la cruz por José de Arimatea a su lado izquierdo y Nicodemus a su derecha. Otra figura principal es Maria que se desmaya a causa del dolor mientras Juan se inclina para sostenerla.
El cuerpo sin vida de Cristo es el foco central. Este cuadro está pintado en dorado y la naturaleza que tanto renombre ha dado a los pintores flamencos se limita a unos cuantos vestigios en el suelo.


Todas las figuras están íntimamente ligadas a las demás. Figuras entrelazadas en retorcidas posturas. Ciertamente el hecho de que la superficie pintada sea de un relieve policromado, le dá una fuerza especial a esta composición.
La posición de Maria colapsándose en una pose similar a la de su hijo fue algo nuevo en ese tiempo y fue una innovación de este artista. El utilizó este método de repetición a lo largo de toda la pintura para reforzar su impacto visual. Como por ejemplo, la mano derecha de la Virgen es un eco de la mano izquierda de Cristo. Pero sus tonalidades son diferentes: la mano de la Virgen, es blanca y pálida por el desmayo y la de Cristo tiene un tono azulado tras la muerte.
Pareciera que ella también estuviese sin vida. Y es que ella está sufriendo una agonía emocional equivalente al extremo dolor físico que sufrió Cristo.
María se encuentra desmayada y Juan se inclina para sostenerla. El cuerpo de María forma una linea diagonal parecida a la de su hijo. Repito, esta imitación hace que madre e hijo compartan un mutuo dolor.
Al ver tan terrible experiencia de María, los fieles que se encuentran a su lado son despertados por una inmensa compasión ante el sufrimiento de Cristo.
El tocado de la Virgen es blanco porque es el color de la pureza e inocencia. Miren cómo se repite este color en todo el cuadro.
Su traje está pintado de un color azul ultramarino. Este pigmento tan especial ha hecho que las pinturas de este artista tengan un valor especial.


El tono marmolado del cuerpo de Cristo contrasta con la blancura de su lino. Esta figura es trágica pero hermosa. Sus cincos heridas de sangre y la pálida corona de espinas de alguna manera adornan por otra parte su cuerpo intachable.
El fuerte color rojo utilizado en la sangre y las vestimentas de San Juan, María Magdalena y José tiene dos propósitos:
1) tiene un valor simbólico que es el de la Pasión, y 2) lleva el ojo del espectador por toda la escena como un refuerzo a las heridas de Cristo.

              Pulsen sobre la imagen para visualizar el vídeo. Lo entenderán mejor...

El movimiento que genera la posición de cada una de las figuras es contenido, lo mismo que las expresiones de sus rostros. No hay dramatismo ni exageraciones sentimentales sino belleza y genialidad. La disposición de cada elemento, la de las manos y los pies de los personajes, tienen un ritmo reposado. 

Si trasladásemos ese ritmo a la música, lo podríamos comparar con la melodía armoniosa y vibrante que sugiere el famoso Adagio de Tomaso Albinoni. Escúchenlo para serenarse al contemplar tanta belleza.

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Fuente: Hablemos del arte, Marisol Román
Gonzalo Díaz-Arbolí


4.3.24

Emily Elizabeth Dickinson. La esperanza es esa cosa con plumas


Emily Dickinson nació el 10 de diciembre de 1830 en Amherst, Massachusetts (Estados Unidos), en el seno de una familia acomodada y culta. Su padre, el abogado Edward Dickinson, fue miembro del Congreso y tesorero del Amherst College. Su madre, Emily Norcross, se dedicó al cuidado del hogar y a criar a Emily y sus dos hermanos, Austin, el mayor, y Lavinia, la pequeña. Sus padres se aseguraron de que sus tres hijos tuvieran una buena educación.

En 1840, dos años después de que la Academia de Amherst aceptara a mujeres, inscribieron a Emily para que empezara el colegio. Durante siete años, Emily estudió literatura, historia, religión, geografía, matemáticas, biología, griego y latín. Además, hacía clases de piano con su tía, tenía canto los domingos y aprendió floricultura, horticultura y jardinería. Todo este conocimiento lo plasmó en su vasta producción poética.
 
La esperanza es esa cosa con plumas
que se posa en el alma,
y entona melodías sin palabras,
y no se detiene para nada,

y suena más dulce en el vendaval;
y feroz tendrá que ser la tormenta
que pueda abatir al pajarillo
que a tantos ha dado abrigo.

La he escuchado en la tierra más fría
y en el mar más extraño;
mas nunca en la inclemencia
de mí ha pedido una sola migaja.
                                           
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Autora de 1.789 poemas, está considerada como uno de los pilares de la literatura estadounidense moderna y una de las mejores poetas de la literatura universal. Su obra denota una extraordinaria capacidad para observar el mundo a su alrededor, desde el sutil zumbido de una abeja hasta el carácter inapelable de la muerte. Compuso todos sus poemas a lápiz en pequeños trozos de papel que su hermana Lavinia encontró y publicó tras su muerte.

Durante su juventud y madurez, Emily se puso en manos de hombres sabios, mayores que ella, a los que pidió consejo sobre la creación artística y quienes la instruyeron y le recomendaron lecturas. 

Emily Dickinson solo dejó leer su obra a contados profesionales de la literatura y a su amada amiga de la infancia, Susan Huntington Gilbert, que había contraído matrimonio en 1856.
Emily y Susan, que fueron compañeras de estudios en la Academia de Amherst, mantuvieron una extensa correspondencia durante toda la vida, pese a vivir a apenas cien metros de distancia. Estas cartas ponen de manifiesto que las dos mujeres fueron amigas, amantes y confidentes. De hecho, Susan fue una de las pocas personas a las que Emily dejó leer sus poemas e incluso le sugirió algunos cambios (que Emily nunca llegó a realizar). Varios biógrafos de Emily Dickinson creen que los más de 300 poemas de amor de la autora fueron escritos enteramente para Susan. Entre ellos destaca el evidente “Una Hermana tengo en nuestra casa”, “Noches salvajes” y “Poseer una Susan mía / es de por sí una dicha”.
Pero aquella no fue la única experiencia amorosa de Emily Dickinson. En sus poemas y cartas hay referencias a otra historia cuyo final trágico atormentó a la autora. Los teóricos se dividen en dos posibilidades. Unos apuntan a que la persona a la que van dirigidos los poemas fue un joven a quien sus padres le prohibieron seguir viendo. Otros creen que la poeta se enamoró de un pastor protestante casado que huyó de Amherst para evitar que se diera el romance.

A partir de los cincuenta años, Emily se volvió más estricta ante la negativa de publicar. Dejó de frecuentar a sus amigos, se negó en varias ocasiones a recibir visitas en casa y empezó a vestir únicamente de blanco, una extraña costumbre que la acompañó hasta el final de sus días. Dickinson se encerró en casa, obsesionada con su creación poética, y dedicó todos sus esfuerzos a desarrollar la extraordinaria obra por la que se la conoce.
Hacia el final de su vida, comenzó  reunir sus poemas en pequeños libros que encuadernaba a mano. En 1886 escribió su última carta en la que decía “me llaman”, refiriéndose a la muerte, y dejó el mundo el 15 de mayo de 1886.

Tras su muerte, su hermana Lavinia se adentró en la misteriosa habitación en la que Emily había permanecido durante tanto tiempo. Ahí encontró un baúl en el que descubrió los más de 40 volúmenes encuadernados y casi dos mil poemas que Emily había escrito a lo largo de su vida. Pese a que la poeta hizo prometer a su hermana que quemara su obra decidió que el talento de Emily Dickinson no podía quedar en un baúl ni ser consumido por las llamas. Ella misma le aseguró al biógrafo de la escritora, George Frisbie Whicher, que “la poeta lírica más memorable de Estados Unidos había vivido y muerto en el anonimato”.
Gonzalo Díaz-Arbolí

3.3.24

Soneto: "Enseña cómo todas las cosas avisan de la muerte" de Francisco de Quevedo

 


Breve biografía.
Quevedo nació en Madrid, el 14 de septiembre de 1580, en el seno de una familia de hidalgos provenientes de la aldea de (Vejorís Santiurde de Toranzo), en las montañas de Cantabria. Nació cojo, con ambos pies deformes y una severa miopía; quizá por ello pasó una infancia solitaria y triste (origen del "desgarrón afectivo" del que habló a su respecto el crítico Dámaso Alonso) en la Villa y Corte, rodeado de nobles y potentados, ya que sus padres (y algunos otros familiares) desempeñaban altos cargos en Palacio, soportando las pullas de otros niños y entregándose compulsivamente a la lectura. Su madre, María de Santibáñez, era dama de la reina, y su padre, Pedro Gómez de Quevedo, era el secretario de la hermana del rey Felipe II, María de Austria. Pero Quevedo tuvo que superar muy pronto una amargura mayor al quedarse huérfano de padre a los seis años (1586), de forma que le nombraron por tutor a un pariente lejano, Agustín de Villanueva, del consejo de Aragón; en 1591, además, cuando contaba once años, falleció su hermano Pedro.
Estudió en Alcalá de Henares y en Valladolid. Durante un tiempo se dedicó a la diplomacia, y participó en actividades políticas, lo que le llevó a ser desterrado e incluso a la cárcel.
Fue un autor muy popular por su agudeza e ingenio, así como por sus chistes y escritos burlescos. Enemigo declarado de Góngora, intercambio con el poeta cordobés numerosos escritos de carácter satírico. Murió en Villanueva de los Infantes en 1645.

El soneto parece una metáfora por la ruina del imperio español, o también, podría tratarse de un lamento por la decadencia política de España. De cualquier forma, expresa la angustia de ser ciudadano español en aquel momento histórico.

Miré los muros de la Patria mía,
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de la carrera de la edad cansados,
por quien caduca ya su valentía.

Salíme al Campo, vi que el Sol bebía
los arroyos del hielo desatados,
y del Monte quejosos los ganados,
que con sombras hurtó su luz al día.

Entré en mi Casa; vi que, amancillada,
de anciana habitación era despojos;
mi báculo más corvo y menos fuerte.

Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.

Argumento.
El autor trata de explicarnos el paso del tiempo desde que nombra a “la patria mía” donde se refiere a España, que antes era grande y poderosa, hasta lo que se ha convertido tras el paso del tiempo. La frustración que tiene al no poder encontrar nada que no le recordase a la muerte.
El poema está estructurado en cuatro partes:
- En la primera estrofa habla sobre las consecuencias del paso del tiempo en la ciudad.
- En la segunda estrofa nos cuenta cómo ve a la muerte en las características de la naturaleza del campo donde se encuentra el narrador.
- En la tercera estrofa vuelve a describir el paso del tiempo, pero ahora en su habitación y las consecuencias que esto tiene.
- Y en la cuarta estrofa termina diciendo que en todos los lugares donde mira puede sentir la presencia de la muerte.

La obra se sitúa dentro de la poesía barroca, con lo que algunas de las características son: el reflejo de la conciencia de crisis, el pesimismo y el desengaño característicos de esta etapa cultural,  describe la idea de que el recuerdo de la muerte es muy difícil de olvidar y por eso el autor intenta explicar, que mirase donde mirase, podía sentir a la muerte.
La conciencia de crisis avivó el interés por los temas morales, filosóficos y religiosos: la vanidad de las cosas, el engaños de las apariencias, el paso del tiempo y la presencia de la muerte... 
Aunque no se le menciona mucho, la muerte es el personaje principal de la obra, que sin ser nombrado en exceso, hace que mediante comparaciones se le pueda ver cada vez que el narrador habla sobre el paso del tiempo. Esto queda reflejado en los dos últimos versos del soneto.
La historia se cuenta en primera persona, por lo que el punto de vista es subjetivo, es decir, puede variar según sus pensamientos. Pero, sin duda, se refiere a la corrupción reinante y la xenofobia de aquella época. 
El conocimiento de la historia ayuda enormemente a calibrar la dimensión de los problemas, a no sacarlos de quicio. Para reflexionar. 

Un mensaje de esperanza:
Comentario de Julio de la Rúa::
... Aprovecho para traer una frase de Albert Schweizer, teólogo, médico, músico, pastor protestante, cooperante en África y premio Nóbel de la Paz..."El paso de los años arruga la piel, pero resistirse al entusiasmo arruga el alma"

El amanecer es la parte más bonita del día porque es cuando el universo te dice:  ¡levántate! Te regalo otra oportunidad de vivir y comenzar nuevamente de mi mano".


Gonzalo Díaz-Arbolí