15.4.23

La alondra ascendente. Ralph Vaughan Williams., Gloucestershire, 12 de octubre de 1872-Londres, 26 de agosto de 1958)



George Meredith
El poema de George Meredith(Portsmouth (Inglaterra), 12 de febrero de 1828 - Box Hill (Inglaterra), 18 de mayo de 1909), The Lark Ascending, (La alondra ascendente), es un himno a la alondra y su canción escrito en coplas tetrámetros rimados en dos largas secciones continuas. Apareció por primera vez en The Fortnightly Review de mayo de 1881.
Es un sentimiento pastoral, devocional. El poema describe cómo "la presión de notas apresuradas" se repite, cambia, trina y repica, y trae a nuestro ser interior un canto de alegría y luz como una fuente que perfora las "brillantes cimas del día". La alegría, la pureza y el deleite desenfrenado de la "voz estrellada que asciende" despierta "lo mejor en nosotros a él afín". El canto de la alondra es el vino que nos lleva con él en la copa de oro, el valle de este mundo: la alondra son los bosques y los arroyos, las criaturas y la línea humana. Los corazones de los hombres los sentirán celestialmente, "mientras no anheles más que el canto".

La voz humana (prosigue la canción) no puede expresar con tanta dulzura lo más íntimo. A diferencia de la alondra, el hombre no tiene tal "canción seráficamente libre / de impurezas de personalidad". En la canción de la alondra, los humanos "millones se regocijan / por dar la voz de su espíritu único". Sin embargo, existen esas veneradas vidas humanas, que se han hecho sustanciales por las pruebas y el amor a la tierra, que, aunque no cantan, se manifiestan como un cántico digno de recibir al cielo. Se eleva en ese puro canto a los cielos más altos y se mantiene allí, de modo que nuestra alma se eleva con la de ellos "a través del olvido divino", llenando los cielos, derramando el mundo de las reservas humanas", elevándose más cerca hacia el silencio.
Estos son algunas estrofas del poema:
Se eleva y empieza a dar vueltas,
deja caer la cadena plateada del sonido
de muchos eslabones y sin fisuras,
en gorjeos, silbidos, transportes y trinos,
que se enredan y se extienden,
como se riza la mar en la marea baja
donde rompen las olas
y los remolinos giran dentro de otros remolinos;
un chorro de notas que corre
tan rápido que no se distinguen unas de otras,
aunque los trinos se repiten cambiantes
y siguen sonando mientras fluyen,
se perciben dulces y son encantadores...
......
Ella es la marcha nupcial del sol y las lluvias,
el baile de los niños, las gracias
de los labradores, la llamada de las prímulas,
y el espectáculo de las violetas fragantes;
todo ello será coronado por la canción circular,
y vosotros podréis escuchar a la hierba y al árbol,
podréis ver lo mejor del corazón de los hombres,
podréis sentir celestialmente, mientras
que no anheléis más que la canción.
Podríamos decirnos en lo más íntimo,
de la forma más dulce, que nuestra voz
nunca fue como esa voz de las alturas


En su llamativo vuelo de cortejo, incansable melodía e incesante aleteo, ascendiendo poco a poco a alturas increíbles sin parar su canción, se deja engullir por el cielo y después se desliza marcha atrás en un dominio absoluto del viento y de las alturas para finalmente girar y caer en un picado vertiginoso, confundiéndose después con el propio suelo.

The Lark Ascending (La alondra ascendente) es una obra para violín y orquesta escrita en 1914 por el compositor inglés Ralph Vaughan Williams. La composición se inspiró en
un poema de George Meredith del mismo nombre sobre la alondra vulgar. Es una de las piezas más populares en el repertorio clásico entre los oyentes británicos.
La obra está dedicada a la violinista inglesa Marie Hall, que la estrenó con acompañamiento de piano. Al contrario de la creencia popular, de hecho Vaughan Williams escribió los esbozos mientras miraba barcos de guerra que cruzaban el canal durante la Primera Guerra Mundial. Un chico pequeño lo veía haciendo los esbozos y, pensando que estaba apuntando un código secreto, informó a la policía que posteriormente arrestó al compositor.
La guerra paró la composición, pero fue revisada en 1920 y estrenada bajo la dirección de Adrian Boult el 14 de junio de 1921, otra vez con Marie Hall como solista.
Entre sus pasiones se hallaban la poesía y el violín. Se había formado de niño como violinista, y prefería el violín al piano, por el que nunca tuvo una gran afición. 

Este idílico romance para violín y orquesta fue compuesto en 1914, y luego revisado (o completado, dependiendo de quién lo lea) en 1920. 
El violín solista representa a la alondra,  "se eleva y comienza a girar" en arabescos altísimos. Una nebulosa armónica en la orquesta y los prominentes solos de viento de madera refuerzan la imagen bucólica. En el medio hay una sección más terrenal, folclórica, y luego la música original regresa, cerrando con el violín dando vueltas estáticamente cada vez más alto y solo, "Hasta que se pierde en sus anillos aéreos/en la luz, y luego la fantasía canta".

Se encuentra entre los sinfonistas británicos más conocidos, destacando por su amplia gama de estados de ánimo, desde tormentoso y apasionado hasta tranquilo, desde misterioso hasta exuberante. Entre sus otras obras de concierto más conocidas se encuentran "Fantasía sobre un tema de Thomas Tallis (1910)". Sus obras vocales incluyen himnos, arreglos de canciones folclóricas y piezas corales de gran formato. Escribió ocho obras para representaciones teatrales entre 1919 y 1951. Aunque ninguna de sus óperas se convirtieron en piezas populares de repertorio, su ballet Job: A Masque for Dancing (1930) tuvo éxito y se representó con frecuencia.

Presten atención al sonido del violín solista representando a la alondra
como un símbolo de luz y ascensión mística.
Ralph V. Williams  "La alondra ascendente", Janine Jansen, Royal Abert Hall BBC Proms 2003

Fuentes: Wikipedia, youtube,
Gonzalo Díaz-Arbolí

4 comentarios:

Julio dijo...

Una entrada bellísima Gonzalo. Una buena manera de empezar este domingo.
No conocía al compositor Vaughan Williams, pero me ha gustado mucho escuchar su obra "La alondra ascendente", que remarca una vez más la relación entre música y poesía...

Mariluz dijo...

¡Qué preciosidad!

Luis Manzorro dijo...

Si en una entrada hablas de la hermosa alondra, de música y de poesía, la belleza esta asegurada.
A mi me gusta todo tipo de música, y todo tipo de poesía, pero desde que un día, teniendo yo nueve o diez años, cruce una gran campo de trigo listo ya para segar, y en medio del trigal encontré el diminuto nido de un pequeño pájaro, los adoro. Aún hoy me pregunto como es posible que sean capaces de encontrar el nido en una superficie tan grande y tan uniforme...¡MILAGROS DE LA NATURALEZA!

Inmaculada Moreno dijo...

Qué maravilla. Un millón de gracias.

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