13.11.21

Cap.I. Discurso de Investidura del académico de Santa Cecilia, Luis del Olmo. La Comunicación Humana.

 


Antes de hablar de la radio como una de las bellas artes, hay que tratar de la comunicación.
¿Qué es la comunicación?
Acudimos a otra academia, la de la Lengua, y en su tercera acepción, define la comunicación como la Transmisión de señales mediante un código común al emisor y al receptor.
Tres protagonistas tiene la comunicación: el emisor, el receptor, y el mensaje.

La Comunicación Humana.
A nosotros nos queda la forma más humana y distintiva de la comunicación. Nos queda la palabra. Los científicos definen a la especie humana como “Homo sapiens” y también como “Homo loquax”. Aquel “Pienso luego existo” que expresó Descartes en su día, se tendría que completar con este otro argumento. “Pienso luego hablo”

Cuando el ser humano se puso de pie, comprobó que una vez erecto, descubría una nueva forma de contemplar el mundo y relacionarse con él. Su mandíbula se retrajo, aumentó su volumen craneal, y su laringe se modificó de modo que podía articular sonidos de una forma distinta.

Había nacido la palabra. Dicen los teóricos que el lenguaje nace del grito, que la primera palabra fue una interjección, un “oh” de asombro ante alguna maravilla de la Naturaleza, un “ay” de miedo, un “eh” de llamada de atención, un “huy” de suspiro.

Inmediatamente después de la interjección, nació la interrogación. Del “Oh”, paso al “Qué”. Y del ¿Qué?” al ¿Por qué? A partir de esos gritos esenciales surgió la palabra, movida por una necesidad perentoria, la de comunicarse.


El hombre primitivo había descubierto al receptor perfecto de sus comunicaciones. El Otro. Al estar erecto, sus dos brazos ya no tocaban el suelo, tocaban al otro, bien para ahogarlo, bien para abrazarlo.

Ya tenemos al ser humano que habla. Su voz recorre en forma de ondas el aire y llega al oído del otro. El otro recibe el mensaje y responde. Se produce la comunicación.

A la conciencia de un YO que pensaba y transmitía en palabras sus pensamientos, siguió la de un TU que escuchaba, y un EL, que era el principal mensaje de la comunicación. YO, TU, EL. Habían nacido los pronombres.
Después llegaron los nombres que refrendarlos con el Otro.

Conforme iba poniendo nombres a los objetos que le rodeaban, entraba en posesión de ellos. Nombrarlas era la forma más incipiente de hacer familiares las cosas más extrañas. En cualquier caso, existía una necesidad urgente de encontrar en ese otro una respuesta a los interrogantes del universo.

                Pulsar la imagen para visualizar el vídeo.  
Tomado del último poema del libro "Desde la caverna sin distancias" 
“Hacia la nueva tierra”  de una espiritualidad  y misticismo que trasciende la religión….


Fuente: Discurso de Investidura del Ilmo. Sr. Luis del Olmo. Capítulo I.

No hay comentarios:

Publicar un comentario