26.11.21

DR. JULIO RODRÍGUEZ DE LA RÚA, REFERENTE GADITANO EN VALORES SOCIALES

En pocos días esperamos al veterano fundador de la AACS, el altruista, Dr. Julio R. de la Rúa vuelva a nuestra tertulia, después de prestar ayuda humanitaria durante una campaña médico-quirúrgica de tres semanas agotadoras, en un hospital de la lejana República de Chad.
Es un orgullo tenerte como amigo y tertuliano. Con nuestra admiración y agradecimiento.  Bienvenido amigo.

Reseña biográfica
Nacido el 29 de Mayo del año 1945 en Oviedo en el seno de una familia de médicos que comienza con su tío-abuelo y su padre siendo la 3ª generación en seguir los pasos de la profesión junto a 6 hermanos más. Se licencia en Medicina y Cirugía en la Universidad de Santiago de Compostela en el año 1967 compaginando los estudios con el atletismo, una de sus pasiones junto a la música que le llevó a ser campeón de triple salto en Asturias.

Siguiendo los pasos de su padre se especializa en Cirugía Ortopédica y Traumatología alcanzando posteriormente el grado de Doctor. Tras una lesión de espalda se interesa en la patología de columna vertebral y se especializa en esta patología con estancias formativas en el extranjero.

Tras aprobar la prueba de concurso-oposición de Jefe Clínico en tres comunidades diferentes, Galicia, Asturias y Andalucía, se traslada a Cádiz en 1977 para tomar la plaza en el Hospital Universitario Puerta del Mar pues prefería "venirse con los andaluces" y es aquí donde toma forma su vida como traumatólogo y padre de familia de una nueva generación de médicos.


Galardonado con el Premio “Medicina Gaditana” 2017, por los valores que representa: profesionalidad, competencia, espíritu de servicio y liderazgo, a favor de la profesión médica y de la asistencia sanitaria. Asimismo los miembros del Jurado resaltaron su relevante actividad científica y de divulgación y su compromiso asistencial; muy vinculado desde años con la cooperación internacional a través de la AACS.


Julio se quedó a vivir en Cádiz y nadie podía imaginar que con su llegada, esta tierra ganaría un médico inmenso.
Inmenso como persona y como cirujano. Un cirujano preocupado por el bienestar de sus semejantes. Y eso, con el trabajo que desempeñaba, lo tenía a la mano.

Espíritu inquieto y altruista, decidió un día que tenía que llevar la ayuda que sus manos proporcionaban y sus conocimientos, a otros países, los más necesitados, subdesarrollados y sin esperanza de recibir ayuda. Su sueño era crear hospitales y formar nuevos médicos y enfermeros, nativos, a ser posible.

Con esa idea fundó en 2006, la Asociación Andaluza de Cooperación Sanitaria (AACS).
Según se contempla en los estatutos de la asociación, los fines principales son:
. Promover la cooperación internacional en materia de asistencia sanitaria, especialmente en países de desarrollo.
. Facilitar la participación de profesionales sanitarios en acciones y proyectos de cooperación internacional.
. Colaborar en la transferencia de material y tecnología de uso sanitario, que ayude a la mejora de las condiciones de salud de los países objeto de la cooperación.

Y en esas está este gran asturiano; asturiano que ha llevado el nombre de Cádiz muy lejos en el mundo de la cooperación, en los quince años que lleva funcionando la Asociación. Es un hombre con una gran formación demostrada en sus múltiples éxitos profesionales como cirujano especialista en columna, pero su formación abarca otros muchos campos. Sin embargo es una persona humilde en su trato. Algo que debemos resaltar de su carácter es la capacidad como coordinador (fácil de percibir en la tertulia que, afortunadamente, comparto), y su delicado gesto de escucha con el que te hace sentir importante.

Los logros que consigue con su equipo no los comenta si no se le pregunta, aunque forman parte de su vida. Se diría que durante todo el año tiene su mente puesta en El Chad, en Madagascar o cualquier otro lugar en donde anualmente pasará esas semanas humanitarias. Semanas sin comodidades pero que el doctor de La Rúa las vivirá con su buen talante, diría que felizmente.


No me extraña, Julio, que te emociones con este video por la cantidad de acciones y peripecias, recuerdos y emociones, que tienes que tener almacenas en la "mochila" de tu sesera y de tu corazón. Recuerdos que, estoy seguro, te acompañarán siempre y te regalarán la satisfacción placentera de lo que has entregado, sin ninguna exigencia a cambio, como tú nos has comentado muchas veces, diciéndonos que has recibido mucho más de lo que has dado, comentario propio de las personas que rebosan generosidad por todos los poros de su piel y por los cuatro puntos cardinales.
Sabes que tus amigos valoramos con admiración esas "exóticas excursiones" que haces  a lejanos, y aún a veces peligrosos, lugares en compañía de otros "locos" altruistas como tú.

Hay mucha gente buena por el mundo (Deo volente), aunque también de la otra, porque para que haya un mundo "tién que haber de to". Pero tú, Julio, no es un caso de bondad, es un caso de elegancia moral, cívica, ética y todos los adjetivos positivos que queramos añadir.
Nota final. 
Uno de los riesgos de estos héroes cooperantes sanitarios es, la exposición a los efectos  contagiosos de ciertas enfermedades, a pesar de las vacunas.  Julio, llegó antes de ayer todavía convaleciente, infectado primero por la Malaria y más tarde por la maldita Covid-19.  ¡Ánimo amigo! recuperate pronto. Estamos deseando abrazarte.
Tus amigos "Los tertulianos"

25.11.21

Cap. X y último. Discurso de Investidura del académico de Santa Cecilia. Periodismo es libertad.



Periodismo es libertad.

Y volvemos a la libertad. Es necesario.
El periodista es mensajero de la libertad, testigo de ella y su máximo defensor, porque la libertad pertenece a la esencia misma de nuestra tarea profesional, es su sustento y su razón de ser. La libertad es el aire que respiramos y el pan que nos alimenta, es nuestra pasión y nuestro impulso, nuestra fuerza y nuestro orgullo, nuestra raíz y nuestra enseña.

Por la libertad mueren centenares de periodistas cada año en las difíciles trincheras donde se persigue con saña a compañeros por el hecho de contar lo que está sucediendo.

Los dictadores, los fundamentalistas, los tiranos, los terroristas utilizan todos los medios a su alcance para atacar los cimientos de la libertad. Conceptos como patria, raza o religión pervierten su auténtico sentido y se convierten en generadoras de odio. Contra ellas el periodista solo se enfrenta con la palabra. Una palabra sin censuras, una palabra que informa de lo que ve y no propaga consignas, una palabra enamorada de la vida y no sometida a la bota del poder, una palabra que defiende la concordia en la diversidad y no está coaccionada por el terror.

El periodismo es consciente de que la libertad de expresión no es un don del cielo, sino una conquista cotidiana, un derecho que hemos de ganarnos a pulso y la contienda es larga. Basta una rápida ojeada al mundo para observar que la libertad de expresión es un lujo de los países más desarrollados, y que desgraciadamente está muy mal repartida.

Más de dos tercios de la humanidad sufren la opresión de regímenes totalitarios, donde se censuran o se clausuran medios de comunicación, donde al periodista se le controlan sus llamadas telefónicas y se le impide desarrollar plenamente su labor, cuando no se le encarcela sin juicio, se le secuestra, se le tortura o se le asesina.

Los enemigos de la libertad saben muy bien que amordazar al periodista supone condenar a la presión al pueblo soberano que es el destinatario de la información, el beneficiario de una opinión libre. Un pueblo sin libertad de expresión es un pueblo esclavo, ciego, sordo y mudo, sometido a la ley del silencio, a la razón de la fuerza, a la tiranía del terror.

La libertad es indivisible. No hay libertad sin libertad de expresión. Una lleva a la otra. La libertad es solidaria, y ha de conjugarse en plural. La libertad es la condición previa para que exista una sociedad tolerante, una sociedad donde haya convivencia y no enfrentamiento, donde la concordia sea más fuerte que la xenofobia, donde la diversidad del mestizaje prevalezca sobre el dogmatismo del pensamiento único.


El periodismo, ahora más que nunca, sea cual sea el medio que utilice, la radio, la televisión, la prensa escrita, la prensa gráfica o la comunicación digital, ha de entregarse de lleno a la arriesgada aventura de la libertad. Nuestro deber nos obliga a ser imparciales con los hechos, pero también a defender una sociedad libremente informada. Nos obliga a dar noticias con objetividad, pero también a combatir, a denunciar y participar activamente en la lucha contra individuos, asociaciones, instituciones o sistemas políticos que atentan contra la libertad de expresión, allá donde estén, en el país más lejano o en el pueblo más cercano.

Porque tenemos el deber de transformar la injusticia en solidaridad, la violencia en tolerancia, combatiendo el dogmatismo con el diálogo, y la manipulación del poder con la verdad participada por todos.

A Mercurio, el dios mensajero, la mitología griega lo describe con alas en los pies. Alas a la libertad tiene la palabra del periodista en la radio, en la televisión, en la prensa. Alas de libertad, reflejadas en la persuasión de una fotografía o en su viaje veloz por el ciberespacio.

Esta y no otra es nuestra función. Somos mensajeros de la libertad y hacemos nuestra la frase de Federico García Lorca: “En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida”.

En esta celebración tan grata para mí, tan llena de emociones y de culminaciones, solo pido que todos tengamos la fuerza de ánimo, el tesón y el entusiasmo para seguir adelante en esta lucha cotidiana. Para que nada ni nadie, ni la violencia del fanatismo, ni las presiones del poder, consigan arrebatarnos la bandera de la libertad.

Gracias por vuestra acogida, por vuestro cariño, y por dejarme compartir con vosotros esta maravilla llamada El Puerto de Santa María.


Fuente: 
Discurso de Investidura del Ilmo. Sr. Luis del Olmo. Capítulo X y último.


24.11.21

Cap. IX. Discurso de Investidura del académico de Santa Cecilia, Luis del Olmo. La radio de la libertad.


Algunas cuestiones pendientes.
He hablado de la radio de la participación y he planteado en muchos casos una situación ideal. Desgraciadamente no siempre así.
Según mi criterio, en la actualidad existe un exceso de beligerancia y una escasez de ecuanimidad. Hay demasiadas emisiones que propugnan y defienden una ideología determinada y que en definitiva solo dialogan con los oyentes que son de su cuerda. Abunda el dogmatismo provocado por los intereses ideológicos de profesionales que han olvidado su papel de mediador y toman parte y se implican.
No es radio de diálogo, sino radio militante. Hay consignas, arengas, mensajes unidireccionales, que hablan a los adictos y marginan a los discrepantes.

Es el signo de los tiempos. En vez de un debate razonado y civilizado, se prima el ataque personal, la descalificación subjetiva, y hay radios que parecen un trasunto de la barahúnda de las redes sociales, donde el insulto, la injuria y la difamación están a la orden del día.

No me pregunten por ella. Esa radio, aunque tenga los medios técnicos más sofisticados y el equipo profesional mejor pagado, para mí no es un medio de comunicación. Es un instrumento de propaganda, hermana gemela de aquella triste radio de la guerra.

Y aquí estamos hablando de la comunicación como una de las bellas artes que tiene el ser humano.


La radio de la libertad.
La radio de la libertad, ésta sí que es mi radio, la radio auténtica. La radio de la libertad es conciencia crítica, bestia negra para los turiferarios, quebradero de cabeza para los conformistas, azote de pícaros y pesadilla de ministros.

La radio de la libertad resiste a todos, y consigue nuevas metas, respetando al discrepante, abriendo una ventana a una comunicación sin trabas. Máxima libertad, dentro de la máxima responsabilidad, este ha sido siempre el lema de una radio que no se casa con nadie. Su fuerza se la proporcionan sus oyentes y su arma secreta es la credibilidad.

La radio de la libertad es cultura sonora. Es la cultura de la palabra libre, la cultura del diálogo. Por ello, la radio de la libertad no dogmatiza, no impone ideología, sino busca la verdad en compañía, sin imponer la propia.

La radio de la libertad es un modo global e integrador de comunicación, que nace con la información, se decanta con la opinión y el comentario, se contrasta y pule con la tertulia y el debate, y se llena de chispa con el espectáculo o el buen humor.

La radio ha enseñado a escuchar al pueblo, pero también, el pueblo ha hecho libre a la radio. Y ella renueva cada día su compromiso de libertad, siendo fiel a la verdad.

¿Radio comprometida? Sí, gracias. Pero comprometida con la verdad, que es la única que la hará libre. Compromiso de independencia frente a cualquier grupo de presión, sea político, religioso, o económico.

Si la radio quiere cumplir muchos y muchos años de vida, y estar más viva y activa y potente que nunca, tiene que tener en cuenta que solo depende de una cosa. Del dedo del oyente. Que la pueda desconectar en un instante, y convertir todos sus fastos en cenizas. Es la única dependencia que cuenta, y a ella hemos de atenernos.

La radio se ha salvado en este país porque ha habido una generación de profesionales que la ha amado por encima de todas las cosas y ha puesto todo su empeño en ello.

Esperemos que en los próximos años surja un relevo de gente que encuentre en la radio, la mejor y más hermosa forma de comunicarnos y entendernos los unos a los otros y lo entregue todo en seguir haciendo de la radio un foro de libertad donde nacen las palabras, se acunan las ideas, y se desarrolla la convivencia: en definitiva en un medio profundamente humano.


Fuente: 
Discurso de Investidura del Ilmo. Sr. Luis del Olmo. Capítulo IX.

23.11.21

Cap. VIII. Discurso de Investidura del académico de Santa Cecilia, Luis del Olmo. La radio de la participación.


La radio de la participación.

El 6 de octubre de 1977, reinando Juan Carlos y siendo presidente del gobierno Adolfo Suárez y ministro de Cultura, Pio Cabanillas Gallas concluyó el monopolio informativo que Radio Nacional tenía desde finales de la guerra civil.

Se terminaba por fin a la época del “parte” oficial, diario y obligado. Desaparecían los conceptos de desinformación, manipulación y autocensura. A partir de entonces, el oyente eleva el listón de sus exigencias y busca programas más abiertos y entre los de mayor audiencia se encuentran los informativos.

Porque el espectáculo puro, en forma de ficción y de concursos, se lo llevó la televisión. La radio tuvo que hacer su propia revolución interior, y ante el panorama que se le presenta, no tarda en convertirse en abanderada de la libertad de expresión.

Es a partir de ahí, cuando se puede decir con fundamento de que nada es imposible para la radio que nutre sus contenidos, gracias a un contacto cada vez más cercano con sus oyentes, contacto que se convierte en participación.


Tres equipos tiene la radio de la participación. El primero, el que forma el comunicador con los oyentes. El segundo, el que forma el comunicador con sus colaboradores en el micrófono. El tercero, el que forma el comunicador con sus compañeros de redacción.

La radio es equipo porque la comunicación lo es. Se trata, en definitiva, de la forma más hermosa y perdurable de relación personal. El comunicador encuentra su recompensa desde el momento en que a través del teléfono-micrófono encuentra multitud de voces, muchas veces habituales, que dan fe de que hablan el mismo idioma, comparten el mismo lenguaje, son propietarios al cincuenta por ciento de la misma palabra.

La comunicación radiofónica surge en el momento en que el comunicador y el oyente entran en diálogo. Precisamente ahí radica su calificación de medio caliente. La radio deja de emitir únicamente en una sola dirección y acepta el diálogo con la audiencia, atendiendo sus respuestas, sugerencias, exigencias o retos. En este sentido, el oyente cierra su ciclo como elemento pasivo y se transforma en participante, en protagonista.

La radio es una rebanada de vida, y asume esa condición, de ahí que esté sometida constantemente a un inacabable proceso de renovación. La participación consigue que en la radio en vez de un locutor y un oyente existan dos interlocutores.

Como toda relación de ida y vuelta, el profesional de la radio tiene que aprender a ser oyente. Ha de hablar menos y escuchar más. Escuchar la voz de la gente que le sigue. Evaluar sus opiniones, contrastar sus ideas, para cumplir con su obligación principal, que se resume en una palabra: credibilidad.

La credibilidad no la regalan las nuevas tecnologías. La credibilidad es tan antigua como la primera comunicación humana, la que se hacía en aquella radio prehistórica de las cavernas, aquella comunicación de persona a persona, cuando la palabra solo podía recorrer muy poca distancia por las ondas, la que separaba al uno del otro.

La credibilidad vendrá dada exclusivamente por la identificación. La radio debe aprender a ponerse en la piel del oyente, a pensar como él, a preguntar lo que quería preguntar, a interesarse por los asuntos que le interesan. El profesional de la comunicación, además de captar el interés del oyente, ha de buscar su implicación, su complicidad.

La radio es una factoría del diálogo, porque ama las palabras en su verdadera esencia, como instrumento de comunicación y entendimiento. En la radio se reúnen cada día, gentes de muy diverso perfil, a contrastar diferencias, a complementarlas, a emparejarlas, a sacar de ellas algo nuevo, positivo, informativo o entretenido, que nos ayude a tirar del carro adelante.

La radio enseña esta doble función. El que habla ha de escuchar, el que escucha ha de hablar. Gracias a ello se ha ganado la amistad de una audiencia cada vez más creciente, tal vez porque el ciudadano de hoy entiende la amistad, como la definía Homero: “La amistad es dos marchando juntos”


Fuente: 
Discurso de Investidura del Ilmo. Sr. Luis del Olmo. Capítulo VIII.

21.11.21

Cap. VII. Discurso de Investidura del académico de Santa Cecilia, Luis del Olmo.La radio del posibilismo.



 La radio del posibilismo.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la radio es mayor de edad, y está regulada de arriba abajo, y controlada, porque ya se sabe lo que puede dar de sí cuando va por libre.

El Régimen franquista crea Radio Nacional, y la dota de los mejores medios técnicos y de cobertura, que dicho sea de paso aún posee. Y después, sin hacer caso de los Convenios de Ginebra, el Gobierno de Franco reparte concesiones radiofónicas a los afines al régimen.

Aún así, todas estas emisoras estaban sujetas al régimen de censura. Y por supuesto, tenían prohibición absoluta de informar. Solo podían dar noticias de alcance folklórico, artístico o deportivo, y además, dos veces al día, a las 14.30 y a las 22.00 conectaban obligatoriamente con Radio Nacional que daba las noticias debidamente filtradas.

Nº. 1 de NO-DO (1943). Documento audiovisual de gran valor, refleja el modo de vida en España en los años 40

Con estas limitaciones, la radio no estatal no puede quedar más amordazada. Pero paradójicamente, a pesar del dirigismo, existía la pluralidad. Al final de la Segunda Guerra Mundial, el único país de Europa en que existían múltiples empresas de radiodifusión era España. En el resto del Continente, desde los Pirineos hasta Siberia, reinaba el monopolio estatal de la radiodifusión.

Esta situación nos dio una ventaja. La radio soportó los tiempos duros de censura y penuria económica, salió indemne y a la vez, facilitó la existencia de generaciones de profesionales que se curtieron en los mil frentes de la comunicación. Una generación de locos de amor por la radio, que dieron por ella los mejores años de su vida.

Decían lo que podían, comunicaban con permiso, y a veces sin él. La radio utilizaba para ello la diversión, y llegó a ser la reina de la fiesta gracias a un plantel de profesionales como Bobby Deglané, José Luis Pecker, Joaquín Soler Serrano. Era la radio de la fantasía, con Jorge Arandes y Federico Gallo. O la radio que se alió con la industria del disco y se convirtió en su principal impulsora. Ahí podríamos colocar como padre de ese movimiento a Raúl Matas.

La radio del posibilismo aprendió en la escuela más dura. Aprendió a buscar publicidad debajo de las piedras, cuando nadie daba un duro por ella, aprendió a resistir las presiones estatales, cuando el censor de turno exigía un guión previo para todo. Con un aprendizaje tan feroz, la radio casó matrícula de honor en competitividad. De ahí su renacimiento. Su crecimiento, y su poder de convocatoria, cuando por fin pudo ser fiel a su vocación de libertad.


Fuente: 
Discurso de Investidura del Ilmo. Sr. Luis del Olmo. Capítulo VII.

19.11.21

Cap.VI . Discurso de Investidura del académico de Santa Cecilia, Luis del Olmo. La Radio de la propaganda


La radio de la propaganda.

La década de los años treinta significó el avance de la radiodifusión exterior. Pero a nuestra radio no le dejan cumplir la mayoría de edad en paz. Y la historia de amor se convierte en historia de guerra.

La radio se divide en dos bandos y, a través de ellos, alcanza su plenitud como medio. Pero también podríamos decir que pierde su inocencia. El poder político la descubre y no duda en manipularla como medio de propaganda.
En nuestra Guerra Civil la radio fue utilizada, por uno u otro bando, destacando sobre todo, la fuerza demagógica del General Queipo de Llano, que usaba el micrófono con tanta eficacia y poder de persuasión, como menosprecio de la verdad, la objetividad y el decoro.

En una Europa que ya presiente la cercanía de una nueva guerra, ocurre lo mismo. El control de la radio por fuerzas políticas hace que sea utilizada como un arma de propaganda.

Para el Gobierno Soviético la radio fue un instrumento de manipulación de masas, desde la creación de Radio Moscú en 1922. Sus mensajes contribuyeron a convencer al pueblo ruso de las ventajas del marxismo.

Bajo el fascismo italiano de Mussolini se creó el Ente Italiano per la Audizioni Radiofoniche, como sociedad privada, pero dominada por el Estado con el fin de propagar los principios fascistas.

La figura histórica que más uso hizo de ella fue Hitler, a través del programa La Hora de Alemania, transmitido en cadena para todas las emisoras de la nación. Se instauró una censura previa y los medios de comunicación social fueron estatalizados para la causa nazi y defender la Gran Alemania, así como la superioridad de la raza aria.

El Ministro nazi Goebbels llegó a afirmar que la radio asumiría en el siglo XX el papel que la prensa desempeñó en el siglo XIX, y el propio Hitler expresó que "la radio es un arma terrible en manos de quien sepa hacer uso de ella". Es tremendo que estas frases fueran pronunciadas por genocidas. Pero no eran palabras de amor a la radio, sino de admiración y asombro por su fuerza de convicción y su poder de convocatoria.

Durante la Guerra Mundial, la radio sirvió también como medio de transmisión de los triunfos de los ejércitos en sus respectivos países. Así, La Voz de América, creada en Estados Unidos por Roosevelt, es recordada por sostener el esfuerzo bélico de los Aliados. Por otra parte la BBC británica también prestó sus servicios a la Guerra como medio para transmitir los discursos de Winston Churchill, y mantener la moral de victoria.

Lejos quedaba aquella transmisión histórica del 15 de junio de 1.920 cuando la famosísima soprano australiana Nellie Melba interpretara un aria de La Boheme de Puccini. O de aquella frase visionaria y utópica que dejó escrita en 1.933, el dramaturgo Bertold Brecht, cuando hacía sus pinitos como guionista radiofónico: "La radio es un medio de interrelación personal"; que es lo mismo que decir que la radio es una historia de amor.

Pero, aunque en esos primeros 25 años de vida la radio tuvo muchos enamorados, también tuvo muchos decretos que la regulaban, que le privaban de sus alas, que cercenaban su libertad. En España hay un dato revelador.
Antes de llegar la radio a nuestro país, la legislación se le adelanta. Un decreto-ley de 1.908 establece el monopolio no sólo sobre la telegrafía hertziana y la radiotelegrafía, sino sobre "los demás procedimientos similares ya inventados o que puedan inventarse en el porvenir".

Y 16 años más tarde, cuando salen las primeras emisoras con programación continua, se vuelven a regular las disposiciones que permitían la existencia de empresas privadas de radiodifusión, en la que el Estado, sin renunciar al monopolio, lo delegaba graciosamente.

Una radio así, no comunicaba, emitía arengas, consignas, informaciones sesgadas. Y lo grave del caso es que llegaban al pueblo, lo convencían.


Fuente: 
Discurso de Investidura del Ilmo. Sr. Luis del Olmo. Capítulo VI.

Cap.V. Discurso de Investidura del académico de Santa Cecilia, Luis del Olmo. La Radio

 


La radio de la comunicación.
Y llegamos a la radio. Con esa finalidad fue inventada.
Hablando y escuchando, el ser humano ha hecho radio, antes incluso de que existiera la radio. Porque más allá de la técnica que la ha hecho posible, la radio es comunicación oral, es un trozo de vida hecha sonido, un bocadillo de realidad que va de boca a oído.

Nuestros cinco sentidos son cinco seductores que quieren conquistar a la Señorita Realidad. La vista, la retrata. El olfato, la adorna. El tacto, la desnuda. El gusto, la saborea. ¿Y qué hace el oído? Se relaciona con ella. Gracias a esta relación, los otros sentidos pueden retratarla, adornarla, desnudarla y saborearla.

Luis del Olmo, en la visita que hizo al Museo de la Radio de Vejer

La radio reivindica el origen de la voz, es decir la palabra que nace para los oídos. En el principio existió el fonos, el sonido y del fonos salió el logos, el concepto. La radio recupera la tradición oral, recoge el legado del primer cronista de las cavernas, y de los antiguos juglares que contaban sus historias alrededor del fuego.

Me considero un hombre privilegiado, porque desde que escuché la llamada de la radio, solo tuve que hacer una cosa, ser fiel a ella saborear el placer de trabajar año tras año, en algo que me apasiona y que ha premiado con creces el esfuerzo con un sinfín de satisfacciones. Vengo ahora a esta Academia no tanto a impartir una lección cuanto a dar un testimonio.

Un testimonio que en cualquier caso no es original. La historia de la radio está plagada de historias de amor. Por ejemplo, podría hablarles de aquel barcelonés de la calle Pelayo que se enamoró de la radio, antes de que ésta naciera, José María de Guillén, que a los 37 años, tras crear la Asociación Nacional de Radiodifusión, solicitó a la Dirección General de Comunicaciones la autorización para instalar la que fue la primera emisora de nuestro país, Radio Barcelona, que se inauguró el 14 de noviembre de 1.924 en la cúpula del Hotel Colón.

Entonces la radio era una niña de pocos años. Los expertos dudan de cuando nació realmente. Lo que sí es cierto que su gestación fue lenta. La concibió un joven Guillermo Marconi, cuando con 20 años, en 1.895, consiguió enviar, desde la buhardilla de la casa de campo de sus padres, un mensaje en Morse hasta un receptor, situado a 2 kilómetros de distancia, detrás de una colina. Dos años más tarde del Experimento de la Colina, la radio cubre una distancia de 4 kilómetros, de un lado a otro del canal de Bristol, y en 1.902 cruza el Atlántico.

En 1.916, otro loco enamorado de la radio, David Sarnoff, un ejecutivo de la American Marconi Company, pensó en la posibilidad de la utilización de la radio como medio de comunicación de masas, pero sus superiores se mostraron escépticos ante la idea. Desde aquel entonces, los burócratas son los enemigos de la radio, y de esto todos los que llevamos muchos años en este oficio podríamos hablar horas y horas. Pero corramos un tupido velo. Los burócratas se traspapelan en el olvido, mientras que la radio sigue, cada día, con la voz más fuerte. Lo de David Sarnoff fue un amor incomprendido.

Primera radio de Frank Conrad

Tuvo más suerte Frank Conrad, unos años después. Era ingeniero de la Westinghouse cuando su compañía le encargó la construcción de un transmisor de radio a causa de un suceso un tanto particular. Conrad y su familia trabajaban en sus ratos libres como disk-jockeys aficionados en un local que retransmitía música y llegaba a los oyentes mediante un aparado de radio de poca potencia. Ante el incremento de la audiencia, la noticia fue recogida por los periódicos locales y llegó a oídos de la Westinghouse, que le animó a crear un transmisor de mayor potencia. Conrad lo consiguió y, el 2 de noviembre de 1.920, la estación KDK de Pittsburg retransmitió un mensaje: la elección del presidente Harding para el país; mensaje que fue escuchado por 1000 personas. Gracias a una chifladura familiar, había nacido la que se considera la primera emisora del mundo, que por cierto, todavía transmite con gran éxito.

En el año 1.922 se difundió la primera emisión de publicidad. Cuatro años después, había en el mercado unos 5000 aparatos de radio, y la RCA y la ATT establecieron la primera red comercial de radiofonía.
En la década de los 20, la radio ya se había convertido en un medio de difusión de masas. Esto llevó a crear la Comisión Federal de Radio de Estados Unidos. Entre los años 1922 y 1924 se construyeron emisoras por todo el mundo, entre ellas la pionera en nuestro país, Radio Barcelona.

Esa radio faldicorta y juvenil, en sus primeros 25 años de vida en nuestro país, fue cortejada por toda una nómina de enamorados que estaban locos por ella.

Aquellos receptores de galena requerían una audiencia terriblemente enamorada, todos ellos eran oyentes chiflados por la radio. Es a partir de esa adicción, como se entiende que aquella forma de comunicar encuentre un eco sorprendente. Se creó un estilo radiofónico basado en la improvisación, con retransmisiones de conciertos, espectáculos, y de ese esfuerzo por ganar audiencia, acercando la radio a los problemas del público, surgen los primeros presentadores y comentaristas.

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Fuente: 
Discurso de Investidura del Ilmo. Sr. Luis del Olmo. Capítulo V.

18.11.21

Cap.IV. Discurso de Investidura del académico de Santa Cecilia, Luis del Olmo. El diálogo


Dialogar es convivir.
El poder de la comunicación se basa en la palabra. El poder de la palabra se fundamenta en la persuasión. La persuasión se nutre de la libertad. Sin libertad, persuadir es coaccionar. La palabra es libre, envuelve una opinión, y la contrasta con otras, hasta crear, por ósmosis, un criterio. La comunicación solo tiene sentido con el diálogo.

Aquel santo varón que fue el Maestro Ávila, nos dejó una de las más bellas definiciones de la palabra: “La palabra es un soplo de aire herido”.
La palabra hiere el aire, pero no con el objetivo de dominar, sino de dialogar, no con la obsesión de vencer, sino con el afán de convencer, no con la obcecación de partir, sino con la voluntad de compartir.

Los atenienses que inventaron la democracia, dialogaban en el ágora. Por la palabra persuadía Sócrates, con la palabra tertuliana Tertuliano. La primera palabra que utiliza la Biblia para designar a Dios es precisamente esta: Palabra. La palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. La palabra se ha hecho comunicación y habitó en el diálogo. Porque dialogar es convivir.



Las leyes del Diálogo.
Hablar es comunicar, dialogar es convivir. Para llegar a un diálogo efectivo, hay que saber escuchar.
Ya lo decía Machado “Para dialogar, preguntad primero, después escuchad”
La clave del diálogo, no siempre está en el emisor del mensaje, sino en el receptor del mismo.
Se impone, cada vez más, la evolución de los receptores.
Existe sobreabundancia de mensajes. Todo el mundo quiere decir algo, que es lo mismo que decir que todo el mundo quiere decir nada.
Si todos hablan y nadie escucha, no hay diálogo, existen infinitos monólogos sin respuesta.

Se impone un aprendizaje de la recepción.
. Hemos hablado de las personas de acción. Las que hacen.
. Hemos hablado de las personas que dicción. Las que dicen.
. También existen las personas de audición. Las que escuchan.

Saber escuchar también pertenece a las bellas artes.
Los que saben oír distinguen las voces de los ecos.
Los ecos son los que hablan por boca de otros, los que reparten consignas, lo que emiten mentiras, falsedades, exageraciones, calumnias.
Las voces son las que hablan con su opinión, que no siempre es cierta, pero por lo menos es la auténtica.
Los que saben escuchar, son los que dan sentido a la palabra humana, los que la ennoblecen, los que la consideran portavoz de un mensaje que debe ser analizado, discutido, dialogado.


Fuente: 
Discurso de Investidura del Ilmo. Sr. Luis del Olmo. Capítulo IV.

16.11.21

Cap.III. Discurso de Investidura del académico de Santa Cecilia, Luis del Olmo. Las palabras son bellas artes.



Las palabras también son bellas artes.
Cuando se comprueba esta realidad, hay que preguntarse: ¿Debemos creer en las palabras?
¿Por qué no condenarlas por crímenes a la humanidad y enviarlas al infierno?
Tenemos una opción, solamente una…
En vez de condenarlas, hagamos algo más positivo.
Hagamos que la palabra sea una de las bellas artes.
Cuando se convierte la palabra en una obra de arte, cuando consigue lo mismo que una pintura, una escultura, o un momento musical, se llega al otro de forma pacífica, evocando y provocando un diálogo.

El que admira una pintura de Fray Angélico o de Van Gogh entra en diálogo con ella, pero no por la vía del razonamiento sino de la emoción. Lo mismo sucede con el que contempla una escultura de Miguel Ángel, o de Chillida.

. La palabra ha de llegar al otro, no tanto por la vía de la emoción, cuanto por el adecuado y fecundo intercambio de ideas.
. La palabra, considerada como una de las bellas artes, no ha de temer la controversia, todo lo contrario, si la provoca, es señal de que ha cumplido el fin de comunicar.
. La palabra considerada como una de las bellas artes, ha de utilizar su poder para romper el silencio temeroso, para rebelarse contra la obediencia borreguera, para superar con sus argumentos a la inepta docilidad.
. La palabra, considerada como una de las bellas artes, no es un grito insultante, una consigna autoritaria, una soflama que ordena y manda.
. La palabra, considerada como una de las bellas artes, busca el receptor del mensaje con el objetivo de mantener un diálogo.
. La palabra considerada como una de las bellas artes consigue convertirse en un medio personal de comunicación.


Y aquí de lo que se trata es de comunicar.
Hemos hablado de las primeras palabras del humano. Admiración e interrogación. Pero de las dos, las que hace que la persona busque una explicación coherente no es la admiración sino la interrogación.
La admiración conduce a la obediencia ciega, a la fe del fanático. Sin embargo, la interrogación se cuestiona los innumerables porqués que le ofrece la vida y busca una respuesta.
El Admirativo acepta lo que le echen. El Interrogativo no da nada por supuesto, no sigue la senda de todos, sino que se plantea una opción personal.
Al hombre de la interrogación, la comunicación le ofrece si no una respuesta, por lo menos un cauce para que pueda expresar sus inquietudes.
La comunicación no siempre da respuestas, pero proporciona encuentros. Y ese puede ser un buen camino.
El fanático cree que lo sabe todo sobre todo, se cree dueño de la verdad y se sube a un estrado a proclamarlo a los cuatro vientos.
Ese no es un comunicador, y más le vale que aprenda la lección de estos versos de Machado:
¿Tu verdad? No, la verdad!
Y ven conmigo a buscarla.
La tuya guárdatela.



Fuente: 
Discurso de Investidura del Ilmo. Sr. Luis del Olmo. Capítulo III.

15.11.21

RECORDANDO a MANUEL DE FALLA. En su Cádiz natal dio numerosos conciertos

Manuel María de los Dolores Clemente Ramón del Sagrado Corazón de Jesús Falla y Matheu, nació en Cádiz, un 23 de noviembre de 1876, en pleno corazón del centro histórico de la capital, en la plaza de Mina, número 3. Fue el hijo mayor del matrimonio formado por José María Falla Franco, un acomodado comerciante de origen valenciano, y de María Jesús Matheu Zabala, proveniente de una adinerada familia industrial catalana, aunque ambos eran gaditanos.

Con el discurrir de su vida llegó a convertirse en uno de los compositores más relevantes del panorama nacional. Entre sus obras más insignes destacan 'La vida breve', 'Noches en los jardines de España', 'El sombrero de tres picos', 'El amor brujo', 'Retablo de maese Rodrigo', entre otras. Aunque no se puede quedar en el tintero 'La Atlántida', una de las composiciones que le reportó al compositor fama y reconocimiento aunque de manera póstuma. Y cuyo estreno internacional se llevó a cabo en Cádiz y bajo la dirección de Enrique Toldrá.


Entre sus amistades destacan poetas de la talla de Federico García Lorca. Una persona clave en su vida, ya que fue tras la muerte del poeta decidió abandonar su país para emigrar en octubre de 1939 a Argentina. Lugar en el que falleció cuando contaba con 70 años de edad, el 14 de noviembre de 1946. Su cadáver fue trasladado de la localidad de Alta Gracia a Cádiz para que los restos del compositor pudieran descansar en su tierra natal. Era su deseo, regresar a Cádiz cuando falleciera, y así se hizo. Ahora los restos mortales de Manuel de Falla descansan en la cripta de la Santa Iglesia Catedral junto a otros gaditanos ilustres como José María Pemán y Pemartín o el obispo Juan José Arbolí y Acaso.

Traslado de los restos de Manuel de Falla a la Catedral de Cádiz. enero 1947

Falla se convirtió en miembro activo, como compositor, intérprete e incluso promotor de conciertos, de la Sociedad Nacional de Música, fundamental en la divulgación de las nuevas corrientes europeas en nuestro país. En esos años escribió numerosos artículos sobre música española histórica, uno dedicado a Enrique Granados y también realizó el prólogo para la Enciclopedia abreviada de la música en España de Joaquín Turina. También fue partícipe del deseo de muchos intelectuales del país por la creación de un teatro lírico nacional. La crítica, en esos años personalizada en Adolfo Salazar, le era afín y los directores Arbós y Pérez Casas difundieron sus obras por todo el país.
Fue un miembro muy activo de la cultura española, y estableció relación con Vázquez Díaz, Juan Ramón Jiménez, Manuel Azaña o Cipriano Rivas Cheriff entre otros.

Noches en los Jardines de España

Es una obra muy novedosa para su tiempo, muy orgánica, muy refinada, muy amada por los pianistas, una obra maravillosa, de un lenguaje sofisticado, que pinta esos paisajes de los jardines de España. Tiene que haber un entendimiento perfecto y profundo con el pianista, porque la orquesta no acompaña simplemente. Si el pianista no es consciente de que es parte de la orquesta la obra no funciona.

Concebida a partir de 1909 en plan de nocturnos, la obra sinfónica fue completada un año después de su regreso a Madrid, en 1915. Dedicada a Ricardo Viñes, su primera ejecución se realizó en el Teatro Real de Madrid, el 9 de abril de 1916. Al estreno asistió el pianista Arthur Rubinstein quien luego confesó haberse enamorado de la pieza, la que prontamente incorporó a su repertorio, seducido por este nostálgico tríptico para piano y orquesta. 

Iniciada en París en 1909 y terminada en Sitges, en 1915.  Falla comenzó esta pieza como un conjunto de nocturnos para piano solo, pero el pianista Ricardo Viñes le sugirió que transformara los nocturnos en una obra para piano y orquesta. Es una obra más expresiva que descriptiva con evocaciones en sonido, melancolía y misterio, estos términos sugieren impresionismo musical y Noches en los Jardines de España es, sin duda alguna, la obra más cercana al Impresionismo, a la vez que una de las más brillantes.

La obra está estructurada en tres movimientos o secciones, con el segundo y tercero unidos sin pausa.
Movimientos:
. En el Generalife
. Danza lejana
. Los jardines de la Sierra de Córdoba

Esta pieza es decisiva en la trayectoria de Falla y llega acompañada de su deseo de irse a vivir a Granada. En 1916 participó en el concierto de Noches en los Jardines de España en el Palacio de Carlos V, en la Alhambra, y por el silencio del lugar y por su ensoñación, dijo: “quiero vivir aquí”. 


                              La versión es de Daniel Barenboim al piano, acompañado 
                               por la Chicago Symphony Orchestra, dirigida por Plácido Domingo.


EL AMOR BRUJO. La danza del fuego

El 15 de abril de 1915, se estrenó la primera versión de esta obra, espectáculo ideado para  resaltar las cualidades de la gran Pastora Imperio como cantaora, actriz y bailaora.

Sinopsis:
 “Una gitana enamorada y no demasiado bien correspondida acude a sus artes de magia, hechicería o brujería, como quiera llamarse, para ablandar el corazón del ingrato, y lo logra, después de una noche de encantamientos, conjuros, recitaciones misteriosas y danzas más o menos rituales, a la hora del amanecer, cuando la aurora despierta el amor que, ignorándose a sí mismo, dormitaba; cuando las campanas proclaman su triunfo exaltadamente”

Corte tomado del reportaje sobre M. de Falla. TVE 1991


Fuentes: 
Real Academia de Historia
Internet

Gonzalo Díaz-Arbolí

14.11.21

Cap.II . Discurso de Investidura del académico de Santa Cecilia, Luis del Olmo. La Comunicación



Los tres postulados de la comunicación.

No hace falta avanzar más en la historia para afirmar que la comunicación humana se rige por un triple postulado que se podría plantear de la siguiente forma:
. No hay vida sin comunicación.
. No hay comunicación sin comunicador.
. No hay comunicador sin audiencia.

No hay vida sin comunicación:
Una sociedad sin comunicación, es una sociedad agonizante. La comunicación inyecta vitalidad a la sociedad. La sociedad no sobrevive en el silencio, ni se desarrolla en el aislamiento. Los pensamientos y los hallazgos deben compartirse. Los nuevos caminos y las nuevas metas han de ser comunes, para que la sociedad vaya a más.

No hay comunicación sin comunicador:
Podría utilizarse como una variante del acertijo del huevo y la gallina: ¿Qué fue primero, el comunicador o la comunicación? ¿Nace la comunicación como exigencia vital del comunicador y luego crece y se estructura según las aportaciones de los comunicadores? La comunicación es una forma, tal vez la más hermosa y perdurable, de relación personal.
La palabra pura y dura, el vocablo desnudo de todo adorno, es una corta forma de decir, como apuntó Dante Alighieri.

Según afirman numerosos psicólogos, el valor significativo de los vocablos es harto limitado: a ellos solo corresponde un 7% del mensaje que comunicamos al hablar. El 38% corresponde a la entonación y modulación de la voz. Y el resto, el 55% es obra de todos los otros elementos expresivos que colaboran en la emisión del mensaje: la mirada, las manos, el rostro, el cuerpo entero del que habla.


No hay comunicador sin audiencia:
En toda comunicación hay un código de señales que permite al emisor transcribir su mensaje, y un desciframiento posterior de éste a cargo del receptor.

Según Montaigne, toda la palabra pertenece por igual, mitad y mitad, al que habla y al que escucha. El protagonismo de la comunicación, no solo reside en el comunicador, también en el receptor, y sobre todo el grado de identificación que haya entre ambos. No hay comunicación sin la implicación, sin la complicidad del otro.

El comunicador encuentra su recompensa, sabe que su voz no clama en el desierto, desde el momento en que encuentra otra voz que da fe de hablar el mismo idioma y compartir la misma idea. La comunicación se consigue cuando el emisor y el receptor, son propietarios al cincuenta por ciento de la misma palabra.

Por la tanto, la comunicación es un “medio de interrelación”, punto de encuentro y diálogo, entre el emisor y el receptor. Se suele decir que una obra de teatro no surge cuando está escrita, sino en el momento de la representación, gracias al contacto entre el autor, los actores y el público. De ahí que se afirme con certeza que hay tantos Otelo de Shakespeare cuantas representaciones se den de él.

La verdadera comunicación surge en el momento en que el emisor y el receptor entran en diálogo. Es decir, cuando la primera comunicación es respondida por otra en sentido contrario. La comunicación es un camino de ida y vuelta. Eso es el diálogo.

La terrible dualidad de las palabras.
A estas alturas de mi reflexión en voz alta, compruebo que me estoy dejando llevar por el entusiasmo. Ya saben que entusiasmo es una palabra griega que significa estar dominado por un Dios. En mi caso mi amor a las palabras, que ha sido el pan de mis días y el aire de mis momentos felices, me ha dominado y no siempre me ha dejado ver su cara oculta. Porque las palabras, como proceden del ser humano, y porque surgen de él, llevan en su esencia una dualidad terrible.

. La palabras unen… si pero también separan
. Las palabras acogen y rechazan
. Las palabras curan… pero también hieren
. Las palabras vivifican… pero también matan.
. Las palabras son poderosas. Y el poder de las palabras no siempre se utiliza en beneficio de la comunicación, sino todo lo contrario, se convierten en instrumento de dominio, tiranía o esclavitud.
. Las palabras son peligrosas. Los cubanos cifraron el éxito de su revolución en tres P: Palabra, Pueblo y Pólvora. La palabra sacudió al pueblo, y el pueblo encendió la pólvora.
.El peligro de las palabras es que convencen, y convencer es a veces más peligroso que vencer.

. Los hombres de acción vencen.
. Los hombres de dicción, convencen.
. Dictador viene de dictar, de decir al otro lo que debe hacer.
. Las palabras muestran la verdad, pero también mienten.
. Ya lo decía Lenin: Contra los cuerpos, la violencia, contra las armas, la mentira.


Fuente: Discurso de Investidura del Ilmo. Sr. Luis del Olmo. Capítulo II.

13.11.21

Cap.I. Discurso de Investidura del académico de Santa Cecilia, Luis del Olmo. La Comunicación Humana.

 


Antes de hablar de la radio como una de las bellas artes, hay que tratar de la comunicación.
¿Qué es la comunicación?
Acudimos a otra academia, la de la Lengua, y en su tercera acepción, define la comunicación como la Transmisión de señales mediante un código común al emisor y al receptor.
Tres protagonistas tiene la comunicación: el emisor, el receptor, y el mensaje.

La Comunicación Humana.
A nosotros nos queda la forma más humana y distintiva de la comunicación. Nos queda la palabra. Los científicos definen a la especie humana como “Homo sapiens” y también como “Homo loquax”. Aquel “Pienso luego existo” que expresó Descartes en su día, se tendría que completar con este otro argumento. “Pienso luego hablo”

Cuando el ser humano se puso de pie, comprobó que una vez erecto, descubría una nueva forma de contemplar el mundo y relacionarse con él. Su mandíbula se retrajo, aumentó su volumen craneal, y su laringe se modificó de modo que podía articular sonidos de una forma distinta.

Había nacido la palabra. Dicen los teóricos que el lenguaje nace del grito, que la primera palabra fue una interjección, un “oh” de asombro ante alguna maravilla de la Naturaleza, un “ay” de miedo, un “eh” de llamada de atención, un “huy” de suspiro.

Inmediatamente después de la interjección, nació la interrogación. Del “Oh”, paso al “Qué”. Y del ¿Qué?” al ¿Por qué? A partir de esos gritos esenciales surgió la palabra, movida por una necesidad perentoria, la de comunicarse.


El hombre primitivo había descubierto al receptor perfecto de sus comunicaciones. El Otro. Al estar erecto, sus dos brazos ya no tocaban el suelo, tocaban al otro, bien para ahogarlo, bien para abrazarlo.

Ya tenemos al ser humano que habla. Su voz recorre en forma de ondas el aire y llega al oído del otro. El otro recibe el mensaje y responde. Se produce la comunicación.

A la conciencia de un YO que pensaba y transmitía en palabras sus pensamientos, siguió la de un TU que escuchaba, y un EL, que era el principal mensaje de la comunicación. YO, TU, EL. Habían nacido los pronombres.
Después llegaron los nombres que refrendarlos con el Otro.

Conforme iba poniendo nombres a los objetos que le rodeaban, entraba en posesión de ellos. Nombrarlas era la forma más incipiente de hacer familiares las cosas más extrañas. En cualquier caso, existía una necesidad urgente de encontrar en ese otro una respuesta a los interrogantes del universo.

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Tomado del último poema del libro "Desde la caverna sin distancias" 
“Hacia la nueva tierra”  de una espiritualidad  y misticismo que trasciende la religión….


Fuente: Discurso de Investidura del Ilmo. Sr. Luis del Olmo. Capítulo I.

10.11.21

SERNY. Ricardo Summers e Ysern

Nació en El Puerto de Santa María-1908- donde su padre era Juez de 1.ª instancia.

Pasó en El Puerto los tres primeros años de vida. Después, la niñez en Córdoba. Con nueve años de edad llega a Madrid, contrajo matrimonio con Mª del Milagro Dal-Ré en 1939 con la que tiene seis hijos, falleció en Madrid en un domingo de otoño, a los 87 años de edad. Madrileño de adopción, no olvidó nunca su patria chica, la ciudad que le vio nacer y que recordó siempre con mucho cariño.

Comienza a dibujar muy joven, cuando todavía era un adolescente, para las revistas que aceptan rápidamente sus trabajos Nuevo Mundo, Blanco y Negro, La Esfera, Buen Humor… Sabemos que frecuentaba la tertulia del Lyon d´Or, donde forjó amistad con artistas y escritores.

Desde sus primeros trabajos muestra un interés por los ambientes populares como los cafés y las verbenas; y los espectáculos sofisticados como el circo y el ballet ruso. Y una predilección especial por la figura femenina, que se convierte en la verdadera protagonista de su obra a lo largo de toda su carrera.


No menos importante es su aportación al mundo de la infancia, con la creación de un lenguaje específico acorde al mundo del niño, en la que supuso su primera colaboración en la revista infantil Chiquilín (1925).



Con pastel está pintado este retrato de su hijo Carlos, al que llamaban Cuchifritín, por el parecido con este personaje infantil de la escritora Elena Fortún, que Serny había creado plásticamente en los años treinta.





Se interesa por el cartel desde su juventud. Abandona poco a poco esta actividad para centrarse en la creación de su pintura. Trabaja el cartel en todas sus variantes: publicitario, de cine, fiestas, carnaval, toros, turismo…En pocos años destaca en este campo, obtiene importantes galardones –como el codiciado premio del Círculo de Bellas Artes—que le sitúan a la cabeza del cartelismo español.  Como pintor y dibujante inaugura muchas exposiciones a lo largo de toda su vida. En los años veinte y treinta forma parte de asociaciones artísticas que defienden un arte nuevo e independiente.

Con estas muestras crece su reconocimiento. A partir de 1940 comienza un nuevo periodo que va a caracterizarse por un vuelco hacia la pintura. En 1944 comienza a mostrar en exposiciones su pintura de retrato de niños, que hará que en unos años se le denomine pintor de niños, por la gran repercusión que tuvieron estas obras. A partir de mediados de los años sesenta se centra casi exclusivamente en la pintura de libre creación, donde desarrolla unos temas propios, con los que obtiene una crítica notable, siendo éste el periodo en el que más se ocupó de él la crítica y que desarrolla hasta los años noventa.


Creó un tipo singular de mujer; figuraciones femeninas estilizadas, espirituales, de rasgos finos y posturas delicadas, surgen de su imaginación y del recuerdo que tiende a idealizar todo aquello que pasa por sus pinceles, en una búsqueda constante de la belleza.




Así, por ejemplo, este ballet ruso, es un ejemplo de su interés constante por captar ambientes vivos, que le sirve para ensayar posturas y movimientos; que por otra parte está muy relacionado con el concepto dinámico que él tiene de la pintura.





Otro ejemplo: Genoveva es una de sus mujeres de las que tiene distintas versiones... Estas mujeres que Serny pinta no existen, es decir, no se trata de modelos que hayan posado para él, sino que él mismo las crea y si existen es precisamente por eso.





José Francés fue el creador de los Salones de Humoristas. Francés escribe unas palabras después de ver este dibujo titulado Dos Siglos, imagen que salió reproducida en la prensa madrileña:

“Hay en la exposición del Heraldo una obra excepcional; una de esas creaciones que no precisan de grandes dimensiones, ni pertenecer a los géneros que suelen considerar superiores los Jurados de calificación de las Nacionales, para destacarse y para afirmar rotundamente una vez más la existencia de un gran artista joven.
Me refiero al dibujo Dos siglos, de Serny. Esa figura de mujer tan de hoy, vestida de negro y sentada en un sillón tan de ayer, tiene el valor y la belleza de un Toulouse Lautrec...

Sin esa hipócrita o esa cazurra reserva de admiración que hace a los hombres contemporáneos de un verdadero artista situarlo parejo o superior a los de otro tiempo, ya debió decirse de Serny esto mismo: el Toulouse Lautrec de nuestra época… ”

Vinculado a su ciudad natal a lo largo de su vida, a través del Ayuntamiento y de la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia de la que fue insigne académico.


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Gonzalo Díaz-Arbolí