30.11.22

30 de noviembre de 1979: La banda de rock británica Pink Floyd publica su álbum The Wall

Pero no vamos a escribir de la canción sino de la polémica película The Wall: compleja por donde se le vea, por esta razón no es para toda la gente, pues no es solo el ritmo de la música lo que importa, lo que realmente importa es lo que transmiten las letras.
La historia es envolvente e intrigante dependiendo también de la interpretación que se le de, cada oración puede tener un significado disfrazado por metáforas muy elaboradas, por esta misma razón les puede aburrir a algunas personas.

Muestra escenas interesantes de guerra, de gente saqueando negocios ,grupos opresores y otras tantas que tienen como significado una crítica social , también esta la parte deprimente con el protagonista y su infancia complicada por la ausencia de una figura paterna ,es una película que tiene su lado surrealista y su contenido tiene varias metáforas y un significado muy particular con el famoso muro bien llevada a cabo para el mensaje que quiere proyectar tanto en sus escenas dramáticas como en las animaciones.


The Wall (El muro)“es una metáfora sobre el recinto que el protagonista, Pink, construye alrededor de él para escapar de la realidad, la «ladrillos en la pared» («bricks in the wall»), representa cada uno de los traumas que Pink va experimentando a lo largo de su vida.

El guion fue escrito por el vocalista y bajista de Pink Floyd, Roger Waters. Altamente metafórica y rica en simbolismo y sonido, la película contiene pocos diálogos y es conducida principalmente por las canciones de Pink Floyd.

Tiene su mérito sobre el papel. Un musical basado en un disco de éxito que se escapa de las rutinas de este tipo de películas. Aquí no aparece la banda (el protagonista, de hecho, es el cantante de otro grupo, Bob Geldof), no se moldea una historia al uso, ni se interpretan las canciones como en los musicales tradicionales. Alan Parker, por aquel entonces una de las promesas del cine británico, intentó trasladar a la pantalla la idea de obra conceptual con que se concibió el disco. En 'Pink Floyd – The Wall' se mezclan tiempos históricos sin seguir las convenciones narrativas típicas, se introducen escenas de animación y se potencia el poder simbólico, metafórico y evocador de las imágenes.

Se filmó en 1982 por la Metro-Goldwyn-Mayer bajo el título de Pink Floyd The Wall, con Alan Parker como director y Bob Geldof (el líder de The Boomtown Rats) como «Pink».

También participaron en escenas Bob Hoskins y la joven Joanne Whalley. La película sigue de cerca la estructura musical del álbum, con algunas pocas modificaciones; la vida de una estrella de rock y la vida de un país que marcó su descendencia, todo circulando alrededor de la familia, el gobierno, la educación y el sistema social. Poco a poco vemos como el personaje va evolucionando a través de la trama. Las escenas de animación, a cargo de Gerald Scarfe, son un elemento clave en la obra.

La película incluye 15 minutos de elaboradas secuencias de animación creadas por el ilustrador Gerald Scarfe y Roger Waters, parte de las cuales describen una pesadilla basada en los bombardeos alemanes sobre Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial.​ La película es reconocida por su surrealismo perturbador, secuencias animadas, situaciones sexuales, violencia y de terror con escenas sangrientas. A pesar de su turbulenta producción y del descontento de los creadores con el resultado final, The Wall se ha convertido en una película de culto.


Trama
Pink (Bob Geldof), el cantante de un grupo musical, arrastra desde su infancia una serie de traumas. Se le ve inicialmente en un cuarto de hotel, totalmente inexpresivo, viendo la televisión mientras suena la canción «The Little Boy that Santa Claus Forgot» de Vera Lynn. Luego se revela que el padre de Pink, un soldado británico, murió en combate en la batalla de Anzio, durante la Segunda Guerra Mundial, en plena infancia del protagonista.

En una escena retrospectiva, aparece Pink durante su niñez, en la década de 1950, buscando desesperadamente una figura paterna. En el dormitorio de su madre, descubre el pergamino del rey Jorge VI que anuncia la muerte en combate de su padre, así como reliquias militares paternas. En la escuela, es descubierto escribiendo poemas y es humillado ante sus compañeros por su profesor (a mitad de la canción «The Happiest Days of Our Lives»). Mientras se escucha la canción «Another Brick in the Wall (Parte 2)»,

 Pink imagina un sistema escolar opresivo en el que los alumnos caen en una trituradora de carne; los niños finalmente se rebelan y destruyen la escuela, arrojando al profesor al fuego. Pink también se ve afectado por su sobreprotectora madre. Todas estas experiencias traumáticas son presentadas como «ladrillos» en el muro metafórico que Pink construye para separarse de la sociedad.

Siendo ya un adulto, Pink se casa, pero su matrimonio fracasa rápidamente. Mientras se encuentra de gira por los Estados Unidos, se entera de la infidelidad de su esposa. Lleva hasta su hotel a una fanática (al término de la canción «Young Lust») solamente para destrozar el cuarto delante de ella («One of My Turns»). Pink lentamente empieza a perder la cabeza y a imaginar «gusanos» metafóricos. Se afeita todo el pelo de su cuerpo y ve enajenado la película The Dam Busters en la televisión. Su mánager, junto con el director del hotel y miembros del equipo, lo encuentran totalmente inconsciente en su habitación destrozada, así que lo inyectan para que pueda dar su próximo concierto («Comfortably Numb»).

Pink se imagina que es un líder neonazi y que su concierto es una reunión al estilo de los congresos de Núremberg. Sus seguidores empiezan a atacar a las minorías étnicas, tomándose las calles de Londres y causando una gran destrucción. A la escena se le añaden imágenes animadas de martillos (símbolo del partido neonazi de Pink) marchando sobre las calles destruidas. Pink deja de alucinar: grita «¡Stop!» y se le ve luego refugiado en los baños del sitio donde iba a dar el concierto. En la siguiente secuencia animada, Pink, presentado como un pequeño muñeco de trapo, es llevado a un juicio y su sentencia final es «ser expuesto ante sus similares»: el juez da la orden de «derribar el muro». Luego de un prolongado silencio, el muro explota.

Unos niños recogen escombros en una calle, finalizando la película con la imagen de uno de ellos vaciando un cóctel molotov.

Fuente: Wikipedia
Gonzalo Díaz Arbolí

2 comentarios:

Manoli dijo...

Los británicos son maestros en espectáculos relacionados con el séptimo arte.
Con tu permiso: The Wall compleja por donde se "la mire", no es apta para "todos los públicos".Pink construye alrededor de "sí mismo".

Un beso, amigo.

LUIS MANZORRO BENITEZ dijo...

Súper interesante lo que nos traes hoy, Gonzalo.
Creo que para nuestra generación y la de nuestros hijos, nunca ha habido una época donde tuviéramos más motivos para construir un “muro” que nos aísle del exterior; hay adoctrinamiento, injusticias, guerras, brutalidad, crueldad, inhumanidad, los padres no tienen tiempo para sus hijos… de todo esto, con un gran director y la música de un gran grupo, leyendo tu escrito, parece que salió esta gran película, que no he visto, pero intentaré ver antes de que el año acabe.
Si entre las personas solo hubiera amor, no conoceríamos el odio; si solo hubiera placer no conoceríamos algo tan necesario como el dolor… y, con esta filosofía, todo parece necesario para la vida, también la paz, la guerra, la avaricia, la generosidad… Incluso podría ser que en las leyes que rigen el mundo, también este la de nuestra propia destrucción.
Un fuerte abrazo.

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