12.1.21

LA FÍSICA Y EL ARTE: UNA VISIÓN APASIONADA. Capítulo 4 de 8

Continuamos con la visión apasionante del Discurso de Investidura como académico de Bellas Artes Santa Cecilia, del Dr, don Ignacio Pérez Blanquer: LA FÍSICA Y EL ARTE. Capítulo cuarto.


Pero creo que debemos empezar citando a dos visionarios. El en el siglo XIX, Edgar Allan Poe y Herbert G. Wells (y omito por obvio a Julio Verne), pues introdujeron con anticipación planteamientos relativistas en Eureka y la Máquina del tiempo, respectivamente. En Eureka, Allan Poe concibe la continuidad del espacio y el tiempo, imagina la creación del universo como resultado de la explosión de un átomo generador y primigenio, similar a la concepción relativista del "Big Bang" y sugiere la existencia de agujeros negros en la inmensidad del universo. Por otro lado, Wells describe un viaje a través del tiempo, el cual coincide ─figuradamente─ con las predicciones de la relatividad. Y remontándonos mucho más allá, también debemos mencionar a Epicuro, en la Grecia antigua, él pensó que el tiempo y el espacio estaban conectados entre sí y no podían existir como entidades separadas e independientes. 

              E. Meissonier: El Viajero, luchando contra el viento, golpeado por la lluvia. 


Otro precursor que no me gustaría dejar sin citar es Ernest Meissonier, pintor del siglo XIX, que quizás se adelantó a Einstein, al comprender que el espacio y el tiempo no podían existir separados. Sus cuadros muestran esta vinculación espacio-tiempo, donde los personajes viven su propia historia, dando la impresión de estar asociados mediante una relación espacial-temporal indisoluble, diferente a la del pintor y observadores. 

Entre el Arte Contemporáneo y la Física destacamos la relación con la Teoría de la Relatividad. Los orígenes de la física relativista se remontan a 1905, cuando Albert Einstein postula que el espacio y el tiempo son relativos y dependientes de la posición y velocidad del observador. 

Según esta visión, el espacio y el tiempo dependen de la experiencia del ser y están ligados indisolublemente por una estructura geométrica de cuatro dimensiones que configuran la realidad en la cual vivimos (no debemos decir nunca que el tiempo es "la" cuarta dimensión, el tiempo es sólo "una" cuarta dimensión, y diferente a las otras tres). En la geometría de la teoría relativista, tres dimensiones corresponden al espacio y una corresponde al tiempo. Cuentan, cómo Einstein, para dramatizar la interrelación entre el espacio, el tiempo y el observador, empleaba ejemplos cotidianos, diciendo, que cuando alguien está con su novia, el tiempo pasa más rápido que si estuviera sentado sobre una plancha caliente, o cuando un ser querido está cerca nos parece lejano, o un enemigo lejos lo sentimos cercano. 

Cuarta dimensión

Tal perspectiva es diferente a las concepciones de Aristóteles o Newton, quienes consideraban que el espacio y el tiempo eran absolutos e independientes de la experiencia humana. Estas nociones propagadas desde el siglo IV a. C., influyeron en todos los movimientos científicos, filosóficos, literarios y plásticos hasta principios del siglo XX, cuando aparece la Teoría de la Relatividad. 

Las proposiciones de la relatividad señalan que cuando la velocidad de un objeto aumenta, el espacio y el tiempo se contraen y la masa y la energía se incrementan, y cuando la velocidad decrece, el tiempo y el espacio se dilatan y la masa y la energía disminuyen. 

La Teoría de la Relatividad posibilita estimar la geometría, el tamaño y la forma curva del universo, pronostica la gran explosión creadora del cosmos, y si no se restringe con la constante cosmológica, predice la expansión del universo. Expresa que la máxima velocidad alcanzable en la naturaleza es la velocidad de la luz, cuyo valor es constante, sugiere la existencia de agujeros negros en la inmensidad del espacio sideral, y plantea la posibilidad de viajar a través del tiempo. También expresa que la masa y energía son interconvertibles, y considera a la gravedad como una consecuencia geométrica de la curvatura del espacio y el tiempo en la vecindad de cuerpos con masa. Bajo esta perspectiva, la gravedad se deriva de la geometría del universo y no es una fuerza típica procedente de la acción entre dos cuerpos, como la concebía Newton.
Ignacio Pérez Blanquer


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