16.1.21

LA FÍSICA Y EL ARTE: UNA VISIÓN APASIONADA. Capítulo 6 de 8


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Con el cubismo, Pablo Picasso, Georges Braque, Juan Gris y muchos otros, introducen en la pintura, desde principios del siglo XX, la sensación del movimiento, la geometría no euclidiana, el tiempo y la relatividad. Tales efectos se logran superponiendo planos, alterando las formas geométricas clásicas y transformando los volúmenes y perspectivas en entidades aproximadamente no euclidianas, manipulando diferentes planos de orientación y creando sistemas de referencia relativos y dependientes de la posición del observador. Estas características generales se notan en las obras de Picasso como “Las damas de Aviñon”, “Guernica”, “Muchacha con mandolina”, “Arlequín”, “La paloma con guisantes”, “Frutero y pan sobre una mesa”, “Cabeza de mujer”, “Hombre con sombrero” y “El aficionado”, entre otras. Así mismo, “El libro, la botella y la jarra” de Gris, y “Frutero y vaso”, “Bodegón con cartas” y el “Portugués” de Braque, revelan las particularidades del cubismo y la relatividad. 

Una obra emblemática de Picasso, “Las damas de Aviñon”, pintada hacia 1907, marca el comienzo del cubismo y las tendencias de ese movimiento, iniciadas casi simultáneamente con la publicación de la primera parte de la teoría de la relatividad. En el cuadro, cinco figuras femeninas "geometrizadas", delineadas con trazos poligonales angulosos y algunas curvas suaves, dominan la escena, donde cada personaje ocupa un espacio y un tiempo particular e individual. Se aprecian formas geométricas distorsionadas en tendencias no euclidianas como cubos, tetraedros, trapecios, triángulos, cuadrados, semicírculos, semiesferas, ubicados relativamente en diferentes dimensiones espaciales y temporales, con distintos puntos de referencia y una sensación de movimiento. Claramente, la apariencia de la nariz de la mujer sentada y las figuras geométricas que llenan el fondo del cuadro, son modelos no euclidianos. 


Es curioso, como, casi simultáneamente con Einstein, Picasso traslada al lienzo la esencia de la relatividad, pudiendo uno preguntarse, si Picasso fue influido por el impacto causado en el continente europeo por la conmoción relativista, o por el contrario, independientemente, alteró las dimensiones espaciales y temporales de la perspectiva clásica, introduciendo la relatividad y la geometría no euclidiana en el arte, siguiendo su inspiración y capacidad de creación artística. Esta interrogante es interesante, pero difícil de responder con precisión. En todo caso, el impacto del cubismo ha dejado una profunda huella en la plástica contemporánea, y sus raíces se conectan a la esencia del espacio y el tiempo concebidos por los físicos y los pintores a principios del siglo XX. 

No obstante debemos decir que Pablo Picasso tomaba posiciones en contra de las interpretaciones y lo hizo con palabras enérgicas: «Matemáticas, trigonometría, química, psicoanálisis, música y no sé cuantas cosas más han sido emparentadas con el 

Cubismo para explicarlo. Todo esto no ha sido más que literatura por no decir una falta de sentido, y ha conducido al mal resultado de cegar a la gente con teorías.» 

Pero a pesar de estas palabras de Picasso se han seguido explorando nuevas alternativas del cubismo, un algoritmo matemático publicado no hace mucho en la revista Physical Review Letters muestra el emerger de un universo “cubista” a partir de de un plasma primigenio. El trabajo pretende explicar cómo uniendo y combinando al azar pequeños trozos triangulares del espacio-tiempo, sumergidos en una nube de gravedad, podría hacer surgir un universo de cuatro dimensiones similar al nuestro. El universo creado parece una insólita escultura tetradimensional integrada por infinitos trozos triangulares, en el más puro estilo cubista. Este sería un universo "unificante" de lo discontinuo y lo continuo, de lo probabilístico y lo determinista, de la mecánica cuántica y la relatividad. Este curioso hallazgo parece sugerir que la esencia del universo está representada en imágenes cubistas. 


Posteriormente al cubismo, se intensifica la percepción del movimiento y la relatividad de la obra frente al observador, y a mediados del siglo XX, surge el arte cinético, que incorpora de manera tangible la cuarta dimensión, manifestando la interacción del tiempo, el espacio, la energía, las vibraciones cuánticas, el movimiento, la fragmentación de la luz y la participación activa del observador. Tales efectos se manifiestan vivamente en “Vonal-ksz” de Víctor Vassarely.
Ignacio Pérez Blanquer



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