Las artes consuelan la vida, la sabiduría la dirige.
(Séneca, Cartas, 85, 32)
14.7.22
Ernesto Halfter (1905- 1989). Compositor y director de orquesta.
Nacido en Madrid, se formó en el colegio alemán de Madrid. hijo de padre de ascendencia prusiana y madre de raíces andaluzas, comenzó muy pronto sus estudios musicales, dedicándose muy joven a la composición. A los trece años ya demostró su gran talento, escribio tres obras líricas para piano. Sus primeros ensayos llamaron la atención de personalidades muy relevantes en el mundo de la música: Adolfo Salazar, Oscar Esplá, Fernández Arbós. Gracias a Salazar conoció a Manuel de Falla y éste se convirtió en su maestro. La relación entre maestro y alumno fue tan estrecha como la de padre e hijo.
Habanera, Albert Guinovart, piano
En 1923 hizo su presentación en Madrid. La Orquesta Filarmónica, dirigida por Pérez Casas, estrenó sus Dos bocetos sinfónicos: Paisaje muerto y La canción del farolero, que suscitaron curiosidad y polémica por el estilo audaz, desenfadado y modernísimo, sorprendente en un muchacho de dieciocho años aquella manera de desdeñar las formas escolásticas y orientarse hacia la música más atrevida de su época, que los tímidos y conservadores consideraban vitanda, pero tanto los que la elogiaban como los que la vituperaban coincidían en que abría un camino nuevo de esperanza en la música del siglo XX.
El príncipe» y VIII. «Danza final» de "Sonatina"
En plena juventud era ya un compositor cuajado, con gracia y soltura, inspiración y sabiduría técnica. La Sinfonieta, compuesta para pequeña orquesta de solistas, E. Halfter recoge en una atrevida forma poli-tonal la mejor tradición del siglo XVIII y logra la mejor obra de su generación. Aún hoy no ha perdido su perfume y su garbo. En 1928, dentro del mismo estilo pero acentuando el carácter español, y para una gran orquesta, compone el ballet Sonatina, estrenado en París con gran éxito.
A partir de 1928, el ritmo de producción de E.Halfter disminuye debido, en gran parte, a su actividad como director de la Orquesta Bética de Cámara, creada en Sevilla, con la que recorre España entera dando memorables conciertos, en los que siempre figuraban obras de su maestro Falla, que él conoce mejor que nadie. Pasa largas temporadas en París, Londres y Lisboa, donde reside por haberse casado con la pianista portuguesa Alicia da Cámara Santos, a quien le dedicaría su bellísima Rapsodia portuguesa, para piano y orquesta.
Rapsodia Portuguesa - Orq. Sinfónica de Madrid, Dir. García Asensio
A la muerte de Falla -el excelso músico gaditano-, conocía ya algunas de las composiciones de E. Haftler, pero es interesante saber del refrendo total que merece un joven de dieciocho años de edad, con una “bravo” suscrito de puño y letra del maestro. La acogida es tan positiva, como para que Ernesto escriba: “[...] días después, recibí desde Granada una carta llena de afecto, en la que me invitaba a reunirme con él para trabajar y encargarme de la dirección de la Orquesta Bética de Cámara de Sevilla, que acababa de fundar.
E. Halfter recibió de la familia del maestro, el encargo más arriesgado que a un músico se le puede hacer: terminar la partitura inacabada de La Atlántida. Con veneración, amor y profundo respeto por la obra de su maestro, puso sus manos en aquel mar de bocetos, borradores, páginas acabadas o sólo esbozadas, hechas, deshechas y rehechas por las exigentes manos de su autor.
¿Cómo tratar musicalmente un tema mitológico de tan vastas proporciones como la descripción del Jardín de las Hespérides conectado con el hundimiento del continente de la Atlántida y el consiguiente castigo de los dioses? Problema estructural, según Halfter, no radicaba sólo en la forma sino también en el empleo de fórmulas rítmicas, armónicas, melódicas y tímbricas que no siempre tenía en cuenta la verdadera naturaleza del universo sonoro que Falla había concebido para las partes ya terminadas. Aún así, y constatando la dificultad que comporta la alternancia y coincidencia de dos conceptos estéticos en una misma obra, Halfter no renuncia a sus propios esquemas de ordenación en las secciones armonizadas o compuestas por él. De su aportación hay que resaltar dos momentos muy distintos entre sí: “L’hort de les Hespérides” y “La veu divina”, primera y última sección de la segunda parte.
En la sección “La veu divina”, concebida por Falla como una alternancia entre narración – a cargo del coro – e intervención de la voz divina – a cargo del coro infantil – Halfter crea una estructura rítmica que, entendida como un guión para facilitar el recitado del coro, se adapta al sentido del texto subrayando los rasgos más expresivos.
Podríamos decir que se produce una simbiosis casi natural entre la música de maestro y discípulo.
Según Ernesto Halfter La Atlántida es el equivalente español a la Novena Sinfonía de Beethoven o al Parsifal de Richard Wagner.
La habanera es preciosa, y seguro que la he escuchado más de una vez. La sonatina también me ha encantado, pero lo que me ha impresionado es que a un músico tan joven, le den la partitura inacabada de La Atlántida para que la termine. Fantástica tu publicación de hoy, Gonzalo.
1 comentario:
La habanera es preciosa, y seguro que la he escuchado más de una vez. La sonatina también me ha encantado, pero lo que me ha impresionado es que a un músico tan joven, le den la partitura inacabada de La Atlántida para que la termine.
Fantástica tu publicación de hoy, Gonzalo.
Publicar un comentario