12.3.23

En memoria de Álvaro Rendón (1950 El Puerto - 2023 Sevilla") que escribió este artículo como una especie de testamento

Geómetra, narrador y ensayista. Licenciado en Bellas Artes. Catedrático de dibujo. Nombrado Caballero Rosacruz en 1976. Se convirtió en iluminatti en 1986. Ha publicado ensayos con base geométrica como Mapas Geométricos; Análisis de recintos sagrados; Geometría paso a paso (tres volúmenes); La lápida Templaria descifrada, en colaboración con Juan Eslava Galán, Premio Planeta 1987. Y numerosas novelas, difíciles de enumerar por su extensión.

 

Hoy he cumplido los años que vivieron mis antepasados.

Fiel a ese legado de vida, he procurado vivir conforme a sus reglas, con honradez y sin miedo. Como no podía ser de otro modo, he convivido con las leyes naturales y cósmicas, convencido de que sólo estoy de paso, que lo que viví sólo fue un préstamo, un regalo; que debo dejar sitio a una nueva generación que asuma la responsabilidad de vivir cada instante con cordura y conciencia.

El fin no ha variado. Venimos para aprender, tanto si somos alumnos rebeldes, como dóciles corderitos. La lección es única y cada cual debe descubrir el vínculo que le une al macrocosmos y, también, al microcosmos; que todo está relacionado y que no existe más disparidad en el conocimiento que nuestras limitadas capacidades para entenderlo. Estamos demasiado ocupados en establecer partes, formar grupos, dividir y separar, como para ver la interrelación, los vínculos, la unidad en la variedad del Todo.
No deseo hacer una lista, una especie de currículum o de memoria. Lo vivido y sentido quedan en algún lugar de la sopa universal.

Honores… Ninguno. Nada hice fuera de un modesto cometido, cumpliendo con la sociedad, con los amigos y, sobre todo, con los que compartieron el camino. El reconocimiento de mi mujer y de la familia de nuestro hijo, son suficientes méritos como para pasar el primer examen, la primera evaluación, el primer peso colocado en el platillo de las cosas acertadas que deben compensar los muchos defectos que el Juzgador pondrá en el otro platillo.
No pido halagos, ni aplausos, ni honores, títulos, merecimientos. Juro volver de donde sea para protestar airadamente contra este tipo de estupidez. Las medallas, placas y nombres de calles, deben ser para quienes las persiguieron, para quienes acapararon cargos, amistades peligrosas, cuadrillas de envidiosos, ineptos y toda esa especie animal farisea y mezquina.
Aplausos por haber hecho lo que debía… Exijo secreto, sordo e íntimo.
Medallas y títulos… A la basura. Que se las den a los que gustan de lucirlas, que perdieron su tiempo buscando el halago y el reconocimiento.

Podría recogerme ahora, en este instante. Sumirme en el todo de mi alma y descubrir la hermosa fuerza que anima el universo de este momento mágico. Por un segundo eterno creo que existe lo Absoluto.
Disculparme. Un abrazo. Álvaro Rendón

“Sit tibi terra levis”, que la tierra te sea leve, querido amigo
A partir de ahora serás inmortal en nuestra memoria
Los tertulianos de "Los Cántaros"


9 comentarios:

Los tertulianos dijo...

A nuestro tertuliano Álvaro: Nos has hecho saber tu incansable interés por las cosas importantes, pero también por lo curioso y por lo trascendente. Te cautiva la armonía de los números y la arquitectura geométrica que, con las palabras aspiran a crear las coordenadas que nos acercan a una explicación del mundo, lo que te arrastra a tu inmersión en el laberinto de la Cábala y de ahí a perforar la corteza críptica de la ciencia. Pero, además, tú nunca aflojas en tu empedernida "veleidad" de escribir abundosamente y sobre casi todo; y aún hasta recordarnos a Tolstói o Dostoievski con tu voluminosa Visionaria. Y todo esto lo haces sobreponiéndote y venciendo una afección que, estoy seguro, derrotaría a una mayoría de personas. Por eso, la voluntad de mantenerte inamovibles en tu insumisión al desaliento te ha llevado, felizmente, a la inminente y definitiva solución de dolencia. Tu ejemplo permanecerá en el imaginario de todos nosotros.

Gondiazar dijo...

Tengo que agradecerte, Álvaro, la invitación que me hiciste hace 12 años para que asistiera a la Tertulia de Los Cántaros, de haber compartido tantas tertulias y disfrutar de tu elegante y poético lenguaje, relajante y de buen gusto; esos recuerdos lo conservaremos como tesoros. Gracias, querido amigo.

Un tertuliano dijo...

Hermosa reflexión, querido Álvaro, que me ha permitido disfrutar, amparado por la umbría de esas tus retamas que redimen la arena de este lado de la estela de húmeda vegetación a la que no abarca la mirada, me ha permitido disfrutar, decía, de esa calma placentera que inunda el vacío que va llenándose de la fuerza del universo y que me sitúa, no ante ese segundo eterno, sino ante la indudable existencia de lo Absoluto.

Marilú dijo...

¡Que pena de Álvaro!

M. Jesús Aparicio dijo...

Lo siento muchísimo, Dios lo tenga en su Gloria

Julio dijo...

Álvaro, querido amigo, el artículo que escribiste sobre tu paso por esta vida, muestra un estado de ánimo sereno, con la confianza que da el sentir que con tu personalidad fuerte y tenaz te has esforzado en hacerlo bien en tu familia, en tu trabajo y en la comunidad; has cumplido con tu papel en el mundo y en el Universo.
Creo que alguna vez te lo dije, que te apreciaba y respetaba porque tenías un espíritu transgresor que llegaba más lejos, sabiendo a su vez escuchar y encajar otras opiniones.
Y además me abriste más de una puerta…
Descansa en paz.

Un tertuliano dijo...

Me parece un artículo de prosa-poética de una gran belleza y con gran contenido emocional.
Tiene que ser muy satisfactorio, crear algo así
Un abrazo, allá donde estés.

Álvaro Rendón (hijo) dijo...

Muchísimas gracias queridos tertulianos: Es precioso el artículo que habéis publicado sobre mi padre. Os lo agradezco de corazón.
Recibid un fuerte abrazo y mi enorme agradecimiento.

Luis Manzorro dijo...

No tuve el privilegio de conocer a Álvaro Rendón, pero me ha bastado leer su testamento para, desde este momento, ser un admirador suyo. Me hubiera gustado conocerlo, pero no para hablar con él, sino, más bien, para permanecer callado y escucharlo. Yo diría que lo que dice, lo que escribe, lo reafirma con ese rostro de persona buena y culta.
Amigo Gonzalo, lo vas a echar de menos…lo vais a echar de menos, porque, aunque él piensa y dice, (todos deberíamos pensar así), “lo que viví sólo fue un préstamo, un regalo; que debo dejar sitio a una nueva generación que asuma la responsabilidad de vivir cada instante con cordura y conciencia”, y en el cielo estén felices por su llegada, aquí se le echará mucho de menos, porque somos conscientes de que en las “nuevas generaciones”, no sobran personas con un alma limpia y un espíritu noble.
¡QUE EN PAZ DESCANSE!

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