10.3.23

La música española siglos XIX y XX: Joaquín Turina, Jesús Guridi, Salvador Bacarisse y Joaquín Rodrigo

Joaquín Turina (1882-1949) hy
Compositor y pianista español, hijo de un pintor de origen italiano, nació e inició su primera formación musical en Sevilla; recibió clase de piano con Enrique Rodríguez y de armonía con E. García Torres, revelando pronto sus magníficas dotes para el piano y la composición. Después de revelarse como pianista en la capital andaluza, a los veinte años se trasladó a Madrid con la maleta llena de partituras juveniles, entre ellas una ópera "La sulamita" que soñaba con estrenar en uno de los teatros de la capital. En Madrid pasó tres años en íntimo contacto con Manuel de Falla, con quien, además de las clases de piano en el Conservatorio con el maestro Tragó, comparte proyectos e ilusiones.
Turina combinó el lenguaje armónico y rítmico andaluz con una orquestación impresionista. Junto a Manuel de Falla e Isaac Albéniz produjeron las obras más relevantes del Impresionismo musical en España.
Desde pequeño fue conocido como un niño prodigio. En Madrid conoció a Manuel de Falla, a través del cual comenzó a interesarse por las ideas nacionalistas aplicadas a la música. Albéniz le aconsejó que no escribiera más música con influencia francesa y que se dedicara por completo al canto popular español y andaluz.

En otoño de 1905, siguiendo el ejemplo de su amigo, marcha a París y convive con él en el mismo hotel, pero su orientación musical no es la misma que la del compositor gaditano, pues decide ingresar en la Schola Cantorum para estudiar piano con Moszkowski y composición con D’Indy. Pero por consejo de Falla y, sobre todo, de Albéniz, abandona la línea impuesta por la Schola para dedicarse a escribir música netamente española que le abriría las puertas del éxito.
En 1912 compuso una de sus obras capitales: La procesión del Rocío, poema sinfónico estrenado en Madrid con gran éxito en marzo de 1913. Al año siguiente fija definitivamente su residencia en Madrid, desarrollando una intensa actividad musical en todas las áreas: composición, dirección de orquesta en varios ballets de Diaghiliev, interpretación como pianista solista, acompañante o de cámara; catedrático de composición en el Conservatorio, crítico musical y director de la Comisaría de la Música.

La procesión del Rocío, poema sinfónico

En 1940 ingresó en la Real Academia de Bellas Artes, leyendo un discurso que versó sobre <<La Arquitectura de la Música>>. Turina, en 1946, escribió una Enciclopedia abreviada de la Música y un Tratado de Composición.
Su obra es testimonio elocuente de la música andaluza. Turina nunca dejó de ser fiel a esa corriente artística, con absoluto dominio de la técnica asociada con un marcado lirismo y un gracioso pintoresquismo impresionista. Por otra parte, con Turina, el “cuadro de género” adquiere una prestancia de buen tono que halla su expresión en la música pianística del compositor. Sus piezas para piano suelen dar el predominio a la descripción de breves cuadros que coloca formando series.

                                                 Danzas Gitanas, Zambra, Katarzina Musiat

             

Jesús Guridi (1886-1961)
Compositor y organista español nacido en Vitoria, de familia de músicos, comenzó a estudiar solfeo y piano de la mano de su madre, y continuó su formación en Bilbao con Sainz Besabé. A los diecisiete años marchó a Paris e ingresó en la Schola Cantorum para estudiar piano y órgano con Abel Decaux, y composición con Auguste Serieyx. Luego prosiguió su formación en Lieja y en Colonia, adquiriendo una extraordinaria solidez técnica que se manifiesta en todas sus obras. En Bilbao asumió la dirección de la Sociedad Coral Bilbaína y ocupó las cátedras de órgano y armonía en la Academia de Música y en el Conservatorio de la capital vizcaína. Desde 1939 vivió en Madrid, donde, en 1955, se hizo cargo de la dirección del Real Conservatorio de Música y también ocupó la cátedra de armonía. Nombrado Académico de la Real Academia de Bellas Artes y colaborador del Instituto Nacional de Musicología, fue una de las personalidades más eminentes de la vida musical española.

Eran los tiempos en los que el mundo lírico se resolvía desde un punto de vista nacionalista. Extraordinario organista, ocupa la cátedra del Conservatorio de Bilbao y posteriormente en 1944 la del Conservatorio de Madrid.
Armonizador exquisito de canciones populares, sus composiciones están impregnadas del folclore vasco, en el que frecuentemente se inspira. Su trabajo es muy extenso y abarca desde la música de cámara (cuartetos para cuerda), obras vocales y orquestales, piezas para órgano, música religiosa, hasta los géneros de la ópera y la zarzuela. Entre sus obras más importantes destacan Así cantan los niños (1909), Mirentxu (1910), Amaya (1920), La meiga (1929), Seis canciones castellanas (1939), Diez melodías vascas (1940), Sinfonía pirenaica (1945) y el Caserío (1926), zarzuela que se desarrolla en un ambiente vasco y que obtuvo un clamoroso éxito.
Premio Oscar Esplá en 1956, pasando por la producción sinfónica y teatral, música de cámara, de órgano y cinematográfica. Sus Diez melodías vascas son una muestra orquestal del mejor nacionalismo vasco.

   Amorosa - Diez melodías vascas (J. Guridi)



Salvador Bacarisse (1898-1963)
Compositor español, nacido en Madrid, discípulo de Manuel Fdez. Alberdi en piano, y de Conrado del Campo en composición, pronto destacó por sus dotes y fuerte personalidad. Paladín de las nuevas tendencias musicales, sus obras rehúyen de lo fácil, lo pintoresco y lo folklórico. Obtuvo el Premio Nacional de Música en los años 1923 – 1930 - 1934. Fue crítico musical y director de Unión Radio y otros cargos musicales.
Paralelamente a su labor musical trabaja como crítico musical en los periódicos Crisol y Luz. En 1931 se crea, a instancia del gobierno de la 2ª República, un organismo llamado "Junta Nacional de la Música y Teatros Líricos" que encomienda a todos los interesados en la música, composición, dirección y crítica, ya sean jóvenes como consagrados, que se ocupen de su organización. Dicha Junta estaba compuesta por el Presidente, don Oscar Esplá; secretario general, don Adolfo Salazar; vocales: don Manuel de Falla, don Conrado del Campo, don Amadeo Vives, don Joaquín Turina, don Ernesto Halffter, don Facundo de la Viña, don Salvador Bacarisse, don Enrique Fernández Arbós, don Bartolomé Pérez Casas y don Arturo Saco del Valle. Este organismo se encargó de reanudar las actividades líricas, de organizar las subvenciones a entidades sinfónicas, llegando incluso a reponerse obras importantes como "La Dolores" de Tomás Bretón.
Bacarisse fue miembro del Grupo de los Ocho ( también llamado Grupo de Madrid ) un conjunto de músicos y musicólogos españoles que representaban la vanguardia musical, considerado el equivalente musical de la Generación del 27 e integrado por Jesús Bal y Gay, Ernesto Halffter y su hermano Rodolfo, Juan José Mantecón, Julián Bautista, Fernando Remacha, Rosa García Ascot, Salvador Bacarisse y Gustavo Pittaluga. El grupo nació a principios de los años 30 con el fin de combatir el conservadurismo en la música. La llegada de la guerra civil y la posterior dictadura de Franco truncaron su empeño.
Su Concertino para Guitarra, lo escribió para el guitarrista Narciso Yepes, quien, al confesarle el compositor que sentía animadversión por la guitarra, le dijo: Eso es porque nunca me ha oído usted tocar a mí.
Cual fue la sorpresa del genial guitarrista, cuando en su siguiente recital vio aparecer a Bacarisse. Al poco tiempo de haberlo oído le envió la partitura dedicada del bellísimo Concertino, pieza que Narciso Yepes estrenó en París con la Orquesta Nacional de España, dirigida por Ataulfo Argenta, en octubre de 1953.

Concertino para guitarra y orquesta en A menor op 72. Narciso Yepes, guitarra



Joaquín Rodrigo (1901-1999)
Compositor español, nacido en Sagunto (Valencia). Invidente desde los tres años - debido a la difteria - inició su formación musical estudiando violín y piano, armonía y composición, en Valencia, con el prestigioso pedagogo Francisco Antich.
En 1924 estrenó Juglares, su primera obra orquestal, en Valencia. En 1927 marchó a París, ingresó en la Escuela Normal de Música donde estudió, hasta 1932, composición con Paul Dukas. Tanto Dukas como Ravel tuvieron una profunda influencia en su producción. Joaquín Rodrigo compuso, como homenaje a su maestro, en el año de su muerte, la Sonata de adiós.
En 1934 regresó a España y se le concedió la beca Conde de Cartagena. Como becario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando volvió a París para estudiar musicología en el Conservatorio con André Pirro y con Maurice Emmanuel en la Sorbona. Permaneció en París y viajó por Centro-Europa, para volver una vez terminada la guerra civil.
Aunque la obra más famosa de Rodrigo es el Concierto de Aranjuez, para guitarra y orquesta, él nunca fue un buen guitarrista. Su nombre hace referencia a los jardines del Palacio Real de Aranjuez. Su estreno, en 1940, lo consagró como compositor. Dedicado e interpretado por Regino Sainz de la Maza, y otros como Narciso Yepes o Renata Tarragó, ha dado la vuelta al mundo y sigue siendo un éxito internacional duradero. En el Concierto, Rodrigo evoca musicalmente el paisaje, los sonidos y los aromas de los jardines. La guitarra y las fuerzas orquestales se enfrentan de forma inteligente, sin recargar demasiado la textura musical. Según sus palabras: lo que más me preocupa cuando abordo una composición con un imperativo sonoro, como ocurre en los conciertos para un instrumento determinado, es reflejar el carácter de aquel instrumento.

El estilo de Joaquín Rodrigo, al que él llama Neocasticismo manifiesta un retorno a la pureza de las viejas estructuras y a las formas tradicionales, una mezcla historicista de tradiciones locales y antiguas, donde melodía y poesía se fusionan en formas y texturas que evocan la sonata clásica, la suite barroca o los madrigales renacentistas.
Después del concierto de Aranjuez, compuso otros diez más, entre ellos, el Concierto Pastoral, para flauta y orquesta, en el que respeta la forma clásica y evoca la música de Valencia, y el Concierto como divertimento, para violonchelo y orquesta, que se distingue por su brillo melódico y sus intensos ritmos. Su Adagio nostálgico es especialmente hermoso.
En 1947 se creó para él la Cátedra Manuel de Falla de la Universidad Complutense de Madrid. En 1950 fue elegido miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; en 1953 recibió la Cruz de Alfonso X el Sabio, y en 1996, el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.
Además de música sinfónica escénica para teatro y cine.
Su vasto catálogo de canciones originales se basa en la poesía clásica española, con la guitarra como instrumento acompañante.

Concierto pastoral para flauta y orquesta. I Allegro

Gonzalo Díaz-Arbolí

4 comentarios:

Luis Manzorro dijo...

En mi opinión, el especial genio de España se intuye, se nota, se ve... en casi todas las artes, pero creo que en ninguna como en la música. En tu entrada de hoy, Gonzalo, Danzas Gitanas, el Concierto de Aranjuez, (Joaquín Rodrigo y Paco de Lucía...casi nada), Concierto para Guitarra... y miles más que podrías poner, llevan el sello inconfundible de un español. Es un orgullo que el genio y el ingenio anide en cualquier rincón de nuestro país; a veces, por falta de posibilidades queda escondido en el alma de algunos hombres y mujeres, y otras, por suerte, rompen barreras, vencen dificultades, y son reconocidos mundialmente.
Gracias por tus publicaciones.

Julio dijo...

Muchas gracias Gonzalo, por sumergirnos en la música del Nacionalismo Español del s. XX.
Personalmente me gustan muchísimo, las Diez Melodías Vascas de Guridi.

Flora dijo...

Maravilloso encuentro con estos autores españoles!!! 😍

Manoli dijo...

En este caso, entre Yepes y Lucía, me quedo con el primero. Muy interesante tu entrada.

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