14.1.23

¿Qué es la musicoterapia?


Historia y origen
La música ha sido parte de la vida humana por miles de años. Los expertos han encontrado instrumentos de hace 40,000 años, lo que sugiere que el deseo de los humanos de expresarse o comunicarse a través de la música está muy arraigado.

El uso de la música para terapia y curación data de la Antigua Grecia, pero el uso terapéutico actual empezó en el siglo 20, después de que terminara la Segunda Guerra Mundial. La referencia más antigua a la terapia musical viene de un artículo de 1789 titulado “Consideración física de la música”.

Los años 1800 vieron el crecimiento de la investigación médica sobre la capacidad terapéutica de la música, y desde 1940, las universidades empezaron a ofrecer programas de terapia musical. E. Thayer Gaston, uno de los tres hombres que incursionaron en el uso de la música como herramienta terapéutica, ha organizado y promovido la práctica para que se convirtiera en un tipo aceptado de terapia. Ahora, existen muchas asociaciones de musicoterapia en todo el mundo y los terapeutas musicales trabajan en consultorios privados.

¿Qué es la musicoterapia?
La musicoterapia es el uso clínico de la música, así como sus elementos implícitos (sonido, ritmo, melodía, armonía), para conseguir objetivos terapéuticos individualizados. Estos objetivos pueden ir desde reducir el estrés a conseguir cambios positivos en el estado de ánimo o la autoexpresión, pasando por fomentar el aprendizaje o estimular la movilización cubriendo a su vez las necesidades físicas, psicológicas, emocionales, mentales, espirituales, sociales y cognitivas de los pacientes, más que una simple actividad, es un proceso, un acompañamiento a la persona en ese proceso de curación en el que está inmersa para ofrecer una mejor calidad de vida al paciente.

La música puede tener efectos verdaderamente potentes sobre la mente. Los estudios han encontrado instrumentos musicales de hace decenas de miles de años lo que da buena cuenta del primitivo e indisociable deseo de los humanos de expresarse o comunicarse a través de la música. Usa las poderosas capacidades de la música para mejorar el bienestar de una persona y establece un espacio de comunicación que permite favorecer tanto la introspección como la extroversión. Es decir, la música sirve para que cualquier persona conecte consigo mismo y con los demás.
Los terapeutas musicales usan las respuestas y conexiones de una persona con la música para estimular cambios positivos en el estado de ánimo y el bienestar mental general.  



Beneficios físicos 
La variedad de respuestas que produce la música en distintos planos con la musicoterapia obtienen beneficios que con otras terapias no es posible conseguir. Pensemos por ejemplo un momento en los niños y adolescentes con cáncer y otras enfermedades que pueden llegar a pasar un dolor inimaginable. No importa cuánto se les medique, ya que a veces simplemente no es suficiente. El  hecho de escuchar y tocar música, así como el escribir y cantar canciones contribuye a reducir los niveles de dolor entre los pacientes. Las terapias con música pueden ayudar a aliviar el dolor y reducir el estrés y la ansiedad del paciente, lo que genera cambios fisiológicos, que incluyen: Se ha demostrado que esta forma de terapia tiene un efecto significativo en la percepción de la efectividad del padecimiento por parte del paciente, incluida la reducción del dolor, la relajación, la frecuencia respiratoria y disminución de niveles más bajos de ansiedad.



Beneficios mentales 
Los beneficios en este sentido también son múltiples y abarcan varios ámbitos. Concretamente, la musicoterapia pasiva incrementa la identificación emocional y la atención en pacientes con autismo, una patología en la que el reconocimiento de las emociones y la capacidad de comunicación se encuentran poco desarrolladas.

Diversos estudios sugieren asimismo que las terapias musicales pueden ser un gran activo en el tratamiento de los síntomas de la depresión. Aquellas personas que acceden a este tipo de terapias en combinación con tratamientos comunes para la depresión como las terapias de conversación, mejoran más que las personas que únicamente son sometidos a una terapia estándar.

Está demostrado también que escuchar música puede favorecer la liberación de dopamina (una hormona que hace que las personas se sientan bien) y endorfinas, hormonas que pueden mejorar el estado de ánimo y mitigar el dolor. Si bien la terapia musical no es una cura para la depresión, puede ofrecer beneficios a corto plazo al mejorar el estado de ánimo y estimular la expresión propia ya que permite que los pacientes se expresen de una manera más creativa y agradable que favorezca la expresión de las emociones.

La musicoterapia es un aliado tremendamente efectivo en el tratamiento del Alzheimer y otras enfermedades mentales. Puede ayudar con la memoria y estimular la mente debido a la previsibilidad, la familiaridad y los sentimientos de seguridad. Por ejemplo, cantar canciones conocidas provoca reminiscencias en los enfermos lo que evoca recuerdos y sentimientos casi olvidados asociados a personas y a lugares en los que se ha estado, mejorando el ánimo, la orientación, la memoria y estimulando las relaciones sociales.

Resumen
Aunque la musicoterapia no es una cura para ninguna afección de salud mental, puede ser una herramienta efectiva y agradable para reducir los síntomas de diferentes enfermedades, incluyendo la depresión y la ansiedad.

La musicoterapia ofrece a las personas una forma creativa y accesible de expresar sus sentimientos y procesar sus experiencias. Las personas han usado la música por sus poderosos efectos sobre el estado de ánimo y las emociones por mucho tiempo.

Además de ayudar con los problemas de salud mental, la musicoterapia también tiene muchos otros beneficios, como proporcionar un resultado creativo, ampliar el conocimiento y conciencia cultural, y mejorar las habilidades cognitivas como la memoria.

Poema: Eugenio W. Martínez Orejas 
Música: La mañana, Peer Gynt - E.Grieg
 Voz: Flora Díaz Hurtado

Fuentes: Internet: Wikipedia, youtube
Gonzalo Díaz-Arbolí

3 comentarios:

Eugenio W. dijo...

Estupenda entrada, Gonzalo. Yo también creo en los milagros de la música, porque, sin duda alguna, su alma configura, alimenta y sostiene la armonía del universo y de los espacios y manifestaciones de nuestra propia naturaleza humana

Anónimo dijo...

Sin duda alguna la música relaja la mente y, si estamos relajados, estamos en mejores condiciones para afrontar cualquier problema. La música de Bach hace que me evada de otros pensamientos y me distraiga con lo que ocurre en mi entorno.
Creo que fue Víctor Hugo quien dijo algo así: "si quieres sentirte bien oyes a un jilguero erguir triunfante su canto matinal"

Julio dijo...

Como bien dices, el hombre Neandertal (del que llevamos más o menos un 3% de genes), ya se manifestaba con la música rítmica y la danza. Luego el hombre de Crogmanon del que venimos directamente (tenemos de ellos un 97% de nuestros genes), mejoró esas manifestaciones y así hasta nosotros.
En UCIS y en Unidades Pediátricas de algunos Hospitales, la Musicoterapia es un arma más para conseguir curar o aliviar a los pacientes.
Un abrazo

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