15.1.23

Breve biografía de Mario Benedetti y su poesía amorosa.


Benedetti tiende a intercalar en su poesía con llamativa frecuencia la promesa favorable del amor. Que trata de uno de los soportes más enterizos y sugerentes de que hace gala el poeta a todo lo largo de su obra. El amor incluye una quimera absoluta; desborda la intimidad y se instala simbólicamente en lo comunitario: “a la vida de dos”. Diversifica la faceta del amor entre el erotismo y la solidaridad. Es un principio y un merecimiento, una gratificación y un emblema. Quien ama ejerce una búsqueda acumulativa de objetos amados.
Ha tocado con clarividencia todos y los ha llenado de palabras que el pueblo conoce y reconoce, porque entran o han podido entrar en su vocabulario desde siglos.

…en mi amor hay otras cosas
por ejemplo los sueños con que muevo la tierra
la pobre lucha que libré y libramos…
en mi amor hay también corajes varios
y un miedo que a menudo los resume
hay hombres como yo que miran tras las rejas…

De todos modos, y por encima de cualquier pretensión teórica, en la obra de Benedetti hay algo que resulta de veras irreprochable: la evidencia de que su poesía supone un ejemplar testimonio de nuestra realidad histórica. Y de que esa poesía está sujeta por esta vez a la razón.

 

          Poema de Mario Benedetti: Táctica y estrategia  (Pulsar para visualizar el vídeo)

Mario Benedetti nació el 14 de septiembre de 1920, en Paso de los Toros, Departamento de Tacuarembó, República Oriental de Uruguay, pero su familia se trasladó a Montevideo cuando sólo tenía cuatro años. Cursó la primaria en el Colegio Alemán de Montevideo, donde comenzó a escribir poemas y cuentos. Debido a problemas económicos de la familia pronto tuvo que trabajar, de manera que sólo pudo completar sus estudios secundarios como alumno libre. Ese contacto tan temprano con el trabajo, le permitió conocer a fondo una de las constantes que registra su literatura: el mundo gris de las oficinas burocráticas de Montevideo.

Desde los catorce años trabajó en la empresa Will L. Smith, S.A. de repuestos para automóviles, en la que hizo prácticamente de todo: fue vendedor, cajero, taquígrafo, contable; hasta que en 1939, acompañando como secretario al líder de la Escuela Raumsólica (de la que formaron parte también su familia y la familia de Luz López Alegre, quien después sería su esposa), se trasladó a Buenos Aires, donde hizo también un poco de todo, pero especialmente -según contaría más tarde, leyendo a Baldomero Fernández Moreno- descubrir su vocación de poeta. Volvió a Montevideo en 1941, donde pronto consiguió una plaza de funcionario en la Contaduría General de la Nación y donde (desde 1945 hasta 1974, con la clausura de la publicación), se integró en la redacción del semanario Marcha, un importante foro de reflexión y análisis clave en la cultura rioplatense, en el que se formaron hasta tres generaciones uruguayas de intelectuales (con Juan Carlos Onnetti, Eduardo Galeano, Emir Rodríguez Monegal, Ángel Rama, Alfredo Zitarrosa, Daniel Viglietti o Idea Vilariño como nombres principales) de cuya sección literaria Benedetti sería director en 1954.

Mario Benedetti y su esposa, Luz López

Permítanme una corta digresión para hablar de su esposa.
Aunque Mario Benedetti estuvo casado con Luz López por seis décadas, su relación es uno de los aspectos menos conocidos y más determinantes de la vida del escritor uruguayo.

“Cuando la conocí / tenía apenas doce años y negras trenzas / y un perro atorrante que a todos nos servía de felpudo / Yo tenía catorce y ni siquiera perro”, escribe en 1976 el célebre Mario Benedetti en “Bodas de Perlas”, poesía en la que, con motivo del 30 aniversario de la relación con su esposa Luz López, desgrana cómo fue encontrarse con el amor de su vida, un personaje “desconocido absolutamente pero tan fundamental para su vida.

“Es como una daga terrible, es casi una tragedia griega y es absolutamente desconocido eso en la vida de Mario. Tres años después él muere dentro de un estado de soledad y de dolor, entonces es bien interesante contrapuesto a ese autor bonachón, simpático.
“Más si una tarde te extraviaras / entre el mar y el espejo / recuerda siempre que aquí estamos / yo y mi alma y mi cuerpo”, concluye la “Sonata para adiós y flauta” de Benedetti y son este y otros pasajes, como el que recuerda que “el largo amor no tiene cismas” los que jugarán también con la emociones de quien, una vez en salas, de vistazo a los 60 años de un amor escrito en verso.
Mario Benedetti y el Alzheimer que hizo que el amor de su vida lo olvidara.
Fin de la digresión


Ese mismo año de 1945, publica su primer libro de poemas, La víspera indeleble, que no se volverá a editar, y un año después, el 23 de marzo de 1946, contrae matrimonio con Luz López Alegre, su gran amor y compañera de vida, a la que conocía desde que eran niños. Un año más tarde el matrimonio recorre parte de Europa con los padres de Luz, en un viaje que será el preludio del que harán en 1957, mucho más largo.



De regreso en Montevideo, en 1948 dirige la revista literaria Marginalia y aparece su primera obra ensayística, Peripecia y novela (1948), a la que siguió su primer libro de cuentos, Esta mañana (1949), con el que obtuvo el Premio del Ministerio de Instrucción Pública, galardón al que Mario Benedetti accedió en repetidas ocasiones, hasta que en 1958 renunció a él por discrepancias con su reglamentación. Por esas mismas fechas participa activamente en el movimiento contra el Tratado Militar con los Estados Unidos, su primera acción como militante, y publica los poemas de Sólo mientras tanto (1950), editado por Número, una de las revistas literarias más destacadas de la época, de la que Benedetti fue miembro del consejo de redacción, y que se hará cargo también de las ediciones de Marcel Proust y otros ensayos y El último viaje y otros cuentos, posteriormente integrados a otros títulos.

Fue La tregua, la que supuso la consagración definitiva del escritor y el inicio de su proyección internacional (la novela tuvo más de un centenar de ediciones, fue traducida a diecinueve idiomas y llevada al cine, el teatro, la radio y la televisión), que corren paralelas a la creciente relevancia de Benedetti como poeta desde el rotundo éxito que disfrutaron sus Poemas de la oficina (1956).
 
Poema de Mario Benedetti: Te quiero.  (Pulsar sobre la imagen para visualizar el vídeo)

El autor repartirá su tiempo entre sus residencias de Uruguay y España hasta que tras el fallecimiento de su esposa en 2006 se traslade definitivamente a su residencia en el barrio Centro de Montevideo, Uruguay. Con motivo de su traslado, Benedetti donó parte de su biblioteca personal en Madrid al Centro de Estudios Iberoamericanos de la Universidad de Alicante que lleva su nombre.

En los últimos años la salud del escritor se resiente y es hospitalizado a menudo hasta que el 17 de mayo de 2009 muere en su casa de Montevideo, a los 88 años de edad. El gobierno uruguayo decreta duelo nacional y dispone que su velatorio se realice con honores patrios en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo. A los pies del ataúd se acumulan decenas de flores y bolígrafos que la gente deposita como último tributo al escritor. Al día siguiente el féretro es trasladado desde el Congreso hasta el Cementerio Central, donde se le rinde homenaje, en cortejo por las calles de Montevideo acompañado por miles de personas. Desde el 19 de mayo el cuerpo del poeta descansa junto al de su esposa Luz en el cementerio del Buceo de Montevideo.

                            Poema de Mario Benedetti: Corazón coraza.  (Pulsar sobre la imagen para visualizar el vídeo)


Todavía conservo el disco de vinilo “El sur también existe” con poemas de Mario Benedetti, musicalizado e interpretado por Joan Manuel Serrat.
Coloco estos versos para que lo disfruten: “Porque la memoria ningún recuerdo omite”

Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza
entonces dominguea el almanaque
vibran en su rincón las telarañas
y los ojos felices y felinos
miran y de mirar nunca se cansan.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro
una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera una luz propia y nos enciende
el cielo raso se convierte en cielo
y es una gloria no ser inocente
una mujer querida o vislumbrada
desbarata por una vez la muerte.

Pulsar sobre la imagen para visualizar el vídeo


Fuentes: Remedios Mataix. (Universidad de Alicante), Red escolar, Blog: Leamos, Prólogo de la Antología poética. Alianza Editorial. Caballero Bonald.

Gonzalo Díaz-Arbolí


1 comentario:

LUIS MANZORRO BENITEZ dijo...

Gracias, Gonzalo, por traernos a Benedetti. Gracias por recitar sus hermosos poemas. Gracias, también, por traernos a Serrat cantando el poema "Una mujer desnuda...", de Benedetti. Y, finalmente, gracias por el esfuerzo que haces para difundir CULTURA.
Un abrazo.

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