Entonces, mamá, yo no era consciente del esfuerzo que tenías que hacer en aquellos años grises y duros de la posguerra. Por testimonios de los hijos de tus amigas sabemos que fuiste un ser celestial y muy especial. Una de ellas decía: Recuerdo a tu madre y tenía tus ojos, tu mirada y, casi tu misma sonrisa y eras tú, en parte... Otra escribía: Yo también viví algo de vuestra vida, porque de algún modo estuvimos unidos. Ya me contaba mi suegra que tu madre era una persona especial, siempre la recordaré con amor y ternura.
¡Qué gran señora fuiste!, mamá.
Me dirijo a todos sus nietos: Otro de los grandes lamentos de vuestra abuela Luisa era que, el apellido Arbolí se perdería en sus descendientes. Hoy con la facilidad que permite el Registro Civil, un grupo de nietas, Silvia, Flora, Patricia, Carol, Amalia... utilizan el apellido compuesto: Díaz-Arbolí. Por recomendación de un amigo abogado, yo también me firmo así; aprovechemos dicha recomendación para que la resolución judicial esté fundamentada, una vez que se solicite el cambio en el apellido.
Fotografía para el carnet de familia numerosa, 1947, todavía no habían nacido M. Luisa y Javier |
Recuerdos. Los olores: El aroma de la alhucema automáticamente me transporta a la infancia, me recuerda tu ternura, cuando me bañabas y el rezo del “bendita sea tu pureza…”ese olor que lo impregnaba todo como no creo que exista otro igual.
También el olor del jazmín de la maceta del balcón del comedor de nuestra casa en Vejer, especialmente en las tardes de primavera y verano cuando permanecía abierto todo el día. El recuerdo del aroma que llenaba aquella mesa grande para nueve hermanos, la abuela Ana y una de sus hermanas, Tití, que nos visitaba con mucha frecuencia. Papá esperaba a las dos en punto para que todos estuviésemos sentados alrededor de la mesa, solo Servando era capaz de llegar tarde y después de la reprimenda su respuesta le arrancaba una sonrisa cómplice, Manolo, el valiente, bajaba todos los días la basura en la oscuridad de la noche, a cambio pedía siempre para comer a mediodía patatas fritas con huevos. Desde aquel balcón vimos un día, asombrados, a Javier con ocho años, a lomos de un enorme elefante anunciando un circo que por aquellos días actuaban en el pueblo.
Cuando yo hacía el servicio militar y llegaba el viernes por la tarde a pasar el fin de semana en casa, el olor del puchero que a diario hacía mamá lo inundaba todo.
Mis hermanas haciendo las tareas de la casa, -nunca aprendí a hacer una cama-. Las sacrificadas y heroínas jóvenes de entonces. Eran otros tiempos, felizmente hoy superados.
Con esta carta podéis conocer mejor a la abuela M. Luisa |
¡Qué cosa es la vida! Ahora advierten mis hijos que yo también he sido hijo y, me siento dichoso.
Publicado en el Noticiero Gaditano de 25 de junio de 1925, en una visita que hizo a Vejer D. Miguel Primo de Rivera, siendo Presidente del Gobierno, tío Pepe Arbolí le cantó unas jotas, siendo felicitado por el Presidente efusivamente..
Al final, estos recuerdos infantiles, nostálgicos e íntimos, en los que asoma el arrepentimiento de lo que ahora ya está consumado, los comparto con mi familia, el tesoro más preciado, donde siempre triunfa el amor.
Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma.
Julio Cortázar, escritor argentino
"Hay ciudades que parecen hechas de sentimiento, de poesía, de nostalgia; ciudades por las que circula un alma casi visible, palpable, que se adentra en ti y se funde a tu vida en un instante." Esta frase del poeta, Ricardo Molina, describe perfectamente mis sentimientos hacia mi pueblo: Vejer de la Frontera.
29 comentarios:
❤️ estoy emocionada…gracias tío Gonza, cuanta razón tienes!Suscribo cada palabra de tus consejos y a la vez me encanta saber esos pequeños detalles que marcaban vuestro día a día! Menos mal que no me tocó ser vecina vuestra en aquella época, no sabría a cuál de los hermanos elegir!! Habría acabado desbocá por la corredera buscando consuelo para mi desazón…😅
Sois geniales🥰
Y siempre me encantó el segundo apellido de la abuela Romariz, no sé porque…😊
😘😘😘😘😘😘😘😘😘
Qué bonita entrada tío 😘. Muchas gracias.
Cada día nos enseñas algo...
🥰 qué bonito.
Sii Tío, es precioso😍😍😍
Qué bonito Gonzalo, yo con los años estoy cada día más sensible y las lagrimas me afloran
Preciosa entrada con exquisitas fotos que la ilustran. Saber de donde venimos es uno de los bienes más preciados que no debe ni puede olvidar. ❤️
De anónimo nada. Firmo como Flora Diaz-Arbolí Hurtado
Pero qué gracia tiene mi niña...
Bonita entrada llena de nostalgia y sentimientos íntimos y recuerdos infantiles y el perdido tesoro de amores perezosos, que casi reclaman arrepentimiento, de donde nace el consejo, para corregir a tiempo, lo que ahora ya está consumado, pero también donde siempre triunfa el amor.
Conocí a tu madre y me encantaba su sencillez y como narraba vuestros recuerdos de niñez, indudablemente como casi todas las madres se merece un recuerdo tan cariñoso. Besos
Como siempre Gonzalo eres extraordinario en todo y este recordatorio me ha parecido precioso.... Y lo suscribo como tu amiga Julia.....
Amigo mío, has escrito algo muy bello. 😘
Amigo, la añoranza por una madre es inmensa. Y tú lo reflejas en cada renglón. Siempre nos queda la sensación inquietante de que nos quedamos muy cortos en nuestras expresiones de cariño .
A poco de perder a la mía, me sentí como desorientada, sin saber cómo vivir… había perdido mi raíz. Aún hoy, despues de catorce años, la habló todos los días. No soy consciente de que mis hijos pasarán por algo parecido… ¡Ay, la vida!
Es muy bonito lo que has escrito, amigo, y dice mucho de ti.
Un abrazo grande.
Todas las familias tienen su historia pero la tuya es preciosa...... Muchas gracias por compartirla amigo.....
Tus palabras, amigo Gonzalo, me han emocionado. Y me han emocionado porque muchos de nuestra generación, entre los que yo me encuentro, tenemos en común ser hijos de unas mujeres que, en los momentos más difíciles, lo dieron todo sin regatear esfuerzo para darnos lo mejor, y demostraron que, con su espíritu indomable y el amor a sus hijos, nada era imposible para ellas; ni siquiera criar a 9 hijos en momentos tan difíciles. Yo también recuerdo el aroma del jazmín, (mi madre tenía uno), el olor de las comidas que eran capaces de hacer con pocos ingredientes, pero que, con su toque casi Divino, las convertía en exquisitos manjares.
También tengo la sensación de que pude haber sido más cariñoso, haber hablado más con ella y agradecerle todo lo que hizo por mí, junto con mi padre, para darme la educación suficiente para ganarme la vida sin trabajar de sol a sol en el campo. Lo consiguieron, y aun hoy veo sus caras de felicidad cuando iba a visitarlos y me veían llegar con traje y corbata, indumentaria que solo me ponía para que vieran que su esfuerzo mereció la pena.
Maravillosa familia la tuya, amigo Gonzalo, y emocionante tu escrito.
Un fuerte abrazo.
He querido dejar pasar unos días para comentar tu entrada sin que prevalecieran los sentimientos y las emociones por encima de las verdaderas razones que impregnan tu escrito.
Hermano, siempre he considerado el amor de la madre, de la verdadera madre, un reflejo del amor sublime, ya que ésta, cree sin límites, disculpa sin límites, espera sin límites, perdona sin límites a sus hijos. La madre, a pesar de sus limitaciones, errores, defectos, ama, y ama sin condiciones, sin fecha de caducidad, sin interés a plazo fijo, y aunque esto no obliga al hijo a estar a su altura, entiendo que sí lo compromete al respeto, consideración, agradecimiento y cariño hacia ella. Han corrido ríos de tinta sobre el amor. Los más grandes y reconocidos poetas y escritores, lo tuvieron como musa inspiradora y objeto de sus desvelos. Has hecho un precioso panegírico a nuestra madre. Quizá sea así, porque tus palabras serán siempre de alabanza y elogio del amor en sí mismo, como el auténtico motor de nuestra vida, y si este amor se conjuga en primera persona en la madre, esta entrada tuya tiene la finalidad de ensalzarla y desear que ni la deshumanización, ni la frialdad de este mundo, pueda, tan siquiera, destemplar ese sentimiento excelso que guarda nuestro corazón.
Hola Gonzalo. Lo de mamá es tan bonito que ahora me emociono al decírtelo la verdad es que todo homenaje que se le haga es poco.Yo la quería muchísimo y creo que ella a mi también, no pasa un día sin que la nombre y hasta le rezo fue admirable y lo seguirá siendo en el recuerdo de los que tuvimos la suerte de estar con ella..Un abrazo enorme 🤗🤗🤗🤗
Lo q has escrito sobre tu madre y vuestra familia es precioso y lleno d sentimiento,yo tambien vivi algo de vuestra vida porque d algun modo estuvimos unidos algun tiempo,tu madre era una persona especial,ya me contaba mi suegra y siempre la recordareis con amor y ternura,un beso
Hermano, me ha gustado muy mucho. Al principio adviertes que te desprendes de sentimentalismos para luego elevarte con filosofía y misticamente como S.Pablo. Ese es mi hermano pequeño. Un abrazo fuerte
Que preciosidad, Gonzalo. Entraña una ternura inmensa. Gracias por compartir sentimientos tan bonitos Tu madre debió ser una GRAN SEÑORA.
Qué entrañables los recuerdos de tu madre y de toda tu familia. Qué importante es saber de dónde venimos y reconocernos en nuestros antepasados. La memoria se nutre de las sensaciones y de la emoción. Ya lo dijo Machado: "Solo recuerdo la emoción de las cosas"
Gonzalo; gracias por tu hacerme viajar en el tiempo y despertar tantos recuerdos y momentos vividos muy cerquita de vosotros.
Hola Tío Gonzalo, decir que siento una profunda emoción al leer tus palabras de la que fue mi abuela y no tuve la suerte de poder conocer. Estando mi madre embarazada de mi de 7 meses, la abuela ya sabía que no me iba a conocer. Mis padres me cuentan de su templanza, de su saber estar, de lo conciliadora que era y de saber que decir y a quien en cada momento. La tengo muy presente y el mejor legado que ha dejado es, como bien dices, la unión y los valores familiares que a pesar de las desavenencias de la vida y del camino, ahí seguimos juntos,como desde que tengo recuerdos, año tras año. Un fuerte abrazo.
Hola cielo. No escribas el comentario como anónimo, porfa. Firma al menos, no sé quien eres. Muchos besos
Ya lo sé. Alejandro. Un abrazo fuerte sobrino.
si, soy yo tío. Alejandro Díaz Capote. Un fuerte abrazo a todos.
Qué fotos más entrañables. Y qué suerte haber tenido unos padres tan ejemplares
Sabes, como nadie, poner alma, vida y corazón al servicio de una idea. En este caso, el homenaje a tu madre, representando a tantas mujeres abnegadas y felices al servicio de sus familias. Muchas gracias por permitirme leerlo.
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