Ana Vidovic es una guitarrista croata. Nació en 1980 en Karlovac. Comenzó a tocar la guitarra a la edad de 5 años. Con tan sólo trece años se convertiría en la estudiante más joven en asistir a la prestigiosa Academia Nacional Musical en Zagreb, donde fue instruida por el profesor Istvan Romer. La gran reputación de Vidovic en Europa, conllevó a que recibiera una invitación para estudiar en el Conservatorio Peabody en Baltimore, Estados Unidos, de donde se graduó en mayo de 2003.
Vidovic ha ganado un gran número de premios y competiciones alrededor de todo el mundo. Entre ellos figuran primeros premios en la Competición Internacional Albert Agustín, en Bath, Inglaterra; la competición Fernando Sor en Roma, Italia; y la competencia Francisco Tárrega en Benicasim, España. Otros primeros premios incluyen el Concurso Eurovisión para Jóvenes Artistas; el premio Mauro Giuliani en Italia, el Printemps de la Guitarra en Bélgica, y la Audición Internacional de Jóvenes Artistas en Nueva York.
Vamos a escucharla ejecutando tres obras clásicas:
Recuerdos de la Alhambra de Francisco Tárrega es una obra para guitarra clásica compuesta en Granada en el año 1896.
La pieza se caracteriza por utilizar la técnica conocida como trémolo para interpretar la línea melódica, en la cual cada nota es tocada varias veces de forma rápida, dando lugar esta sucesión a la ilusión de que dicha nota suena de forma sostenida. Para llevar a cabo esta técnica, el intérprete puntea la cuerda con los dedos anular, corazón e índice de forma secuencial. El pulgar es utilizado para tocar el acompañamiento en arpegios más graves que la melodía. Es común pensar que la obra está siendo interpretada por dos guitarras la primera vez que se escucha.
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Asturias fue compuesta por Isaac Albéniz en la década de 1890, época en la que residía en Londres. A pesar de su nombre, el tema no tiene ninguna relación con la tradición musical de Asturias, estando más bien relacionada con el flamenco andaluz. A su publicación por Pujol en Barcelona en 1892, Albéniz la concibió como un preludio a la colección Chants d’Espagne. Años más tarde se convertiría en el quinto movimiento de la Suite española Op. 47, publicada después de la muerte de Albéniz con el actual título y subtítulo de Leyenda en 1911 por la editora alemana Hofmeister.
La obra se caracteriza por la delicada y compleja melodía de su sección media y sus dinámicos y bruscos cambios. Guiada por el virtuosismo al piano de Albéniz, Asturias comienza con un Allegro ma non troppo que evoca el estilo flamenco y se basa en la repetición del tema principal. Desde el pianissimo inicial, el ritmo va aumentando hasta disolverse en una disminución gradual. En su segunda parte es una copla de carácter tranquilo, que antes de la finalización recupera bruscamente el tempo de la primera.
En ocasiones se ha atribuido la primera transcripción para guitarra a Francisco Tárrega, que la adaptó a su clave más reconocible, mi menor. La interpretación de Andrés Segovia es la más famosa e influyente. La obra se ha convertido en una de las más importantes del repertorio de la guitarra clásica.
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Su obra para la guitarra es una de las más importantes en toda la historia de este instrumento. Obviamente, tiene una grandísima influencia del trabajo y del espíritu realizado en sus Zarzuelas.
Moreno Torroba desarrolló un estilo de composición con un lenguaje de gran elegancia formal pero a la vez muy directo, intensamente marcado por elementos expresivos de profundas raíces genuinamente españolas.
Esta pieza es el tercer movimiento de la Sonatina para Guitarra (Allegro)
Esta pieza es el tercer movimiento de la Sonatina para Guitarra (Allegro)
Tiene tres movimientos:
I - Allegretto
II - Andante
III - Allegro
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Gonzalo Díaz-Arbolí
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