El 25 de noviembre de 1960 los cuerpos de las hermanas Mirabal, también conocidas como las Mariposas fueron asesinadas a garrotazos y encontradas en el fondo de un acantilado en la costa de la República Dominicana.
En honor a estas tres valientes hermanas que se habían convertido en auténticas heroínas de la lucha clandestina, se conmemora cada año en esta fecha el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, aprobado por la ONU en diciembre de 1999, a propuesta de la República Dominicana con el apoyo de 60 países.
Ser diferente nunca será un problema, el problema siempre radicará en ser tratado diferente. Así, con esa simple disquisición podríamos entrar en el significado del término prejuicio, que de esta manera se traduciría en una predisposición personal hacia una persona o grupos de personas. Esto, que es conocido por el término discriminación, supone maltratar o limitar posibilidades a personas, por tener características diferenciales que pueden definir su pertenencia a un grupo. Para las personas discriminadas, esto genera exclusión y aumentan las brechas entre los grupos humanos.
La violencia contra la mujer está considerada como una profanación muy generalizada de los derechos humanos. Se trata de un problema social que afecta a millones de mujeres en todo el mundo. Se manifiesta de múltiples formas, tales como la violencia física, psicológica, sexual y económica y tiene consecuencias devastadoras para las víctimas.
En el caso del machismo, como discriminación máxima de la mujer en función de la creencia de la supremacía total del hombre sobre ésta.
Me gustaría relatar lo que oí yendo hace poco en tren, y que me convenció de la verdadera dimensión de lo que debiera convertirse en el eje de las relaciones entre ambos sexos.
En un tono de voz, casi imperceptible, un hombre le pregunta a una mujer:
- ¿Qué tipo de hombre estás buscando?” Ella se quedó un momento callada antes de mirarlo a los ojos y le preguntó:
- ¿De verdad quieres saberlo?
- Sí. respondió él.
Ella empezó a decir…
- Siendo mujer en esta época, estoy en posición de pedirle a un hombre lo que yo sola no puedo hacer por mí.
Yo pago mis facturas. Me encargo de mi casa sin la ayuda de un hombre y, por lo tanto, soy la que está en posición de preguntar ¿Qué sería aquello tan diferencial y definitivo que tú podrías aportar a mi vida? No me estoy refiriendo a lo material. Necesito algo más. Necesito un hombre que luche por la perfección en todos los aspectos de su vida.
Busco a alguien que luche por superarse, a alguien con quien conversar y que me motive a ser cada vez mejor. Quiero a alguien a quien admirar y que me admire por mí misma". "Estoy buscando a alguien que luche por la perfección interior, porque necesito compartir mi otra dimensión, la espiritual. Un hombre que me ame, pero que ame a aquello que me trasciende por encima de todo lo demás que yo represento.-
Existimos ambos sexos para vivir en igualdad de condiciones, para apoyarnos mutuamente. Yo valgo mucho, al menos tanto como tú crees que vales.
El machismo es un tipo de violencia que discrimina a la mujer por el simple hecho de ser mujer, durante siglos se le educó para ser sumisa ante el hombre, convirtiendo esa sumisión en un valor positivo.
Quisiera terminar con estos datos que reflejan el avance en la igualdad entre sexos:
Los profesores Eduardo Bericat, del departamento de Sociología de la Universidad de Sevilla, y Mercedes Camarero, del departamento de Sociología de la Universidad Pablo de Olavide, han realizado este estudio a partir de una estimación anual, desde el año 2000 hasta 2020, del Índice Europeo de Igualdad de Género:
La evolución de la igualdad de género durante las dos primeras décadas del presente siglo presenta en España una tendencia claramente positiva. El valor del índice ha avanzado desde el 45,9 en el año 2000 hasta el 69,6 en 2020, lo que supone un aumento de 23,7 puntos en la igualdad entre hombres y mujeres. En las dos primeras décadas del Siglo XXI, la tasa media de crecimiento anual de la igualdad de género en España ha sido del 2,1%, sensiblemente superior a la del conjunto de la Unión Europea (1,6%).
Este avance en igualdad de género se manifiesta en la ganancia de 12 posiciones en el ranking de la UE, pasando del puesto decimonoveno en el año 2000 al séptimo en el año 2020. España, con un aumento de 23,7 puntos del índice, es uno de los países que más ha avanzado en estas dos últimas décadas. Francia (+23,4), Italia (+22,7) o Portugal (+21,4) han experimentado un crecimiento similar.
Sin embargo Manteniendo el actual ritmo de progreso de la igualdad de género (1,5%), la sociedad española tardaría casi un cuarto de siglo (24 años) en alcanzar la plena igualdad entre hombres y mujeres.
Para que esta realidad cambie debemos asumir que se trata de un problema social que nos afecta a todos. Así se logrará que se adopten medidas por las distintas instituciones, que refuten todas las formas de explotación, violencia y abuso.
Gonzalo Díaz-Arbolí
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