15.3.22

Sueño de una sombra es el hombre. Adagio de Píndaro


Dedicado a todos aquellos, especialmente a los familiares, que sufren el deterioro del olvido.  Que la paz alivie su angustia, como el campo resurge con la lluvia de estos días.

Lo aporto hoy, para que los lectores del blog lo lean, mediten, digieran y saquen sus conclusiones.  Es un texto, eso sí, decididamente pesimista:

La pérdida de memoria es un síntoma frecuente en el proceso de envejecimiento, las personas van perdiendo capacidades, autonomía y capacidad para valerse por sí mismos. Esta situación puede provocar una pérdida de autoestima y deterioro del “yo”.
El recuerdo de lo hecho en el pasado supone sin embargo una reivindicación de la propia personalidad y ayuda a que la persona no pierda la perspectiva de quién es. De esta forma, la persona mayor refuerza su autoestima e identidad y es por tanto algo que no debemosmenospreciar las personas que le rodeamos.
Dificultades para aprender nuevos conceptos, para rescatar sucesos del pasado o incluso para recordar donde has dejado las llaves, son algunos de los motivos que manifiestan la pérdida de memoria.
Este tipo de comportamiento cada vez preocupa más a los mayores, pues la mala memoria puede ser un aspecto normal del envejecimiento. De igual forma que envejece el cuerpo, el cerebro pierde facultades.


Todo esto viene a cuento por este mensaje que recibo de uno de mis sobrinos por la situación de su padre: Es tristísimo, ver a alguien que fue tan inteligente, tan independiente como él haciendo bueno el adagio de Píndaro: Sueño de una sombra es  el hombre.   (Hommo umbrae somnium).  

Semblanza de Píndaro

Se considera que Pìndaro, el mayor poeta lírico griego, nació entre 518 y 522 a. C. y vivió aproximadamente ochenta años, en una aldea cercana a Tebas, cerca de la olimpíada 65.
De su extensa producción se han conservado 45 odas triunfales o epinicios, divididos en cuatro libros (Olímpicas, Píticas, Nemeas e Ístmicas), que constituyen una de las mejores muestras de lírica coral griega.
Ya en su tiempo fue uno de los poetas griegos más famosos, como lo demuestra el interés que en la Antigüedad tardía despertó su figura.
Parece seguro que Píndaro pertenecía a una familia de la aristocracia tebana y que se educó en Atenas, donde se formó musicalmente, en un momento en que estaba surgiendo el lirismo coral y el ditirámbico. Sus modelos literarios fueron sobre todo Homero y Hesíodo, aunque en su poesía influyeron también poetas locales, como las poetisas Myrtis y Corinna.

En palabras de Lloyd-Jones: «ningún poeta es más consciente que Píndaro de la mortalidad del hombre y de la inestabilidad de los asuntos humanos».

Daniel Olarte Mutis dijo...
Es el canto de quien percibe con claridad la derrota del hombre ante el dogma. Un hombre resignado a su epopeya dinámica y mutante. Oh gran Píndaro, redime estas albas y desenturbia esta miope visión de la vida.

Un cuaderno manuscrito de Nietzsche, en el que recogió durante el verano de 1888 todos los fragmentos poéticos dispersos contiene la siguiente poesía:

Más allá del norte, del hielo, del hoy,
más allá de la muerte,
aparte—
¡ nuestra vida, nuestra felicidad ! 
Ni por tierra
ni por agua
puedes encontrar el camino
hacia nosotros los hiperbóreos:
así lo vaticinó de vosotros una boca sabia»

La alusión a Píndaro remite a la Pítica X 29 30: Nadie podrá encontrar ni por mar ni por tierra el camino maravilloso que conduce a las fiestas de los hiperbóreos.
Bóreas: Dios de los vientos del norte. Favoreció a los atenienses contra los persas.
Los hiperbóreos son habitantes de un pueblo fabuloso, patria de Apolo, situado en los confines del océano, más allá de la región de los vientos del Norte. Se dicen que poseían el don de la inmortalidad.  
Pero si llega la gloria, regalo de los dioses, hay luz brillante entre los hombres y amable existencia.

Para los jóvenes que deseen acercarse a los cantos pindáricos, añado otro adagio: "Conócete a ti mismo"
El origen de dicho adagio parece remontarse a textos antiguos de Píndaro, y surge como una invitación a reconocerse como mortal y no Dios y, por tanto, ponerse en relación con Él a partir de esta conciencia.

En síntesis el significado clásico del adagio se encuentra en Erasmo de Rotterdam (1469-1536), realizado a partir de citas de la literatura griega y latina clásica antigua con el fin de mostrar “que se trata de una recomendación a la modestia”, puesto que el “conócete a ti mismo” manifiesta la realidad de “quien no sabe nada, ni de él mismo” Por esta razón el adagio no es para alimentar la arrogancia sino para conocer nuestra realidad. Por eso, Erasmo concluye con esta síntesis: el “conócete a ti mismo” es el inicio del filosofar, ya que parte de una conciencia modesta sobre sí mismo “que sabe no saber nada” (quod sciret se nihil scire: Socrátes.

En definitiva, será este “saber de no saber” el que se convertirá en el núcleo por excelencia del significado del adagio délfico. 


Fuentes: 
. Internet 
. Píndaro, Odas y Fragmentos Olimpicas y Píticas. Traducción y notas de Alfonso Ortega.
. Artículo de la Profesora Carmen V. Verde Castro, escrito en la década de los 70.

Gonzalo Díaz-Arbolí

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