12.5.22

LA ZARZUELA. La fama del tartanero

 

Zarzuela en dos actos
Con libro de Manuel de Góngora y Luis Manzano
Música del maestro Jacinto Guerrero
Estrenada el 2 de octubre de 1931 en el Teatro Lope de Vega, de Valladolid.

Argumento
Es un romance andaluz sobre la época de la ocupación francesa, que se desarrolla en un pueblo de la provincia de Cádiz, esa ciudad blanca, con altos muros, donde el tiempo se detuvo: Vejer de la Frontera.

Alrededor de la figura de Juan León gira toda la trama del romance. Él y Blanca, la hermosa muchachita vejeriega, se sienten atraídos entre sí. La diferencia de edad hace posible que Juan León pudiera ser el padre de Blanca. Y algo por el estilo se murmura por el pueblo. El tío Latines es, entre todos, quien dice saber más sobre la vida de Juan León, cuya juventud fue un tanto azarosa.

Se dice también que la madre de Blanca pudo ser una dama principal de la Corte, que más tarde murió en accidente de carretera, en el que no estuvo ajeno Juan León, el famoso tartanero que ahora pone su valor y su tartana al servicio de las tropas españolas que luchan contra los franceses.

Currillo es el novio de Blanca, que siente celos de Juan León. No concibe que el cariño que el tartanero pueda sentir por Blanca sea distinto al suyo. Ha de ser el tiempo y la ocasión quienes demuestren a Currillo toda la hombría de bien y la nobleza que se encierran en la persona de Juan León
El capitán don Luis de Aguilar, amigo de Juan León, se encapricha de Blanca. Ignorando lo que para el tartanero pueda significar la muchacha, pone en conocimiento de éste su proyecto de raptar a la joven. Para ello necesita la colaboración de Juan. El plan propuesto por el capitán es aceptado por el tartanero, que ve en el mismo la manera de salvar a Blanca de las malas intenciones del militar.
Currillo también ha sufrido las consecuencias al querer defender a su novia del acoso del capitán Aguilar, quien ha ordenado su encarcelamiento.


Ha llegado la noche designada para llevar a efecto los planes del capitán. Blanca está encerrada en casa del tío Latines en espera de que Juan León la recoja y la lleve en su tartana a reunirse con don Luis de Aguilar. Y el tartanero, fiel a su promesa hecha al amigo y a sus deseos de salvar a la joven, se hacer cargo de ella y se la lleva en su tartana a lugar seguro, lejos del alcance de quien intentaba llevar a efecto tan mala acción.
Por otra parte, el capitán don Luis de Aguilar espera impaciente en su habitación la llegada de su presa sin darse cuenta de que ha quedado prisiones a su vez del propio Juan León, que ha cerrado la habitación con llave.

Ha pasado el tiempo y la guerra sigue. Juan León y Luis de Aguilar no se han vuelto a ver. Blanca quedó a salvo y Currillo logró huir de su prisión. Ahora el muchacho vuelve a encontrase con Blanca, reprochándole algo de lo que ella no es culpable. Hablan los celos, como siempre, y Juan León lo sabe. Por eso logra, al fin, la libertad definitiva de Currillo, a cambio de la salvación, de manos de los franceses, de la mujer e hijos del capitán don Luis de Aguilar, efectuada por el mismo Juan León.

Al final todo vuelve a su cauce. Blanca sabe que Juan León es su padre. La alegría de la noticia en la joven es la gran alegría de Juan León.
Don Luis de Aguilar pide perdón a su amigo, el famoso tartanero, por el mal que por ignorancia pudo hacerle.
Blanca y Currillo ahora bendicen un nombre, que siempre ha sido venerado por todo el pueblo: Juan León. Él hombre generoso y valiente, leal y abnegado, que tuvo que entregar medio tiempo de su vida para lograr una felicidad…


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