2.5.22

ANÁLISIS DEL Cuadro El 3 de mayo de 1808 en Madrid de Goya

Es uno de los primeros cuadros de tema hístórico en el que el protagonista es el pueblo, esto influirá en el romanticismo. El cuadro fue realizado en realidad en 1814 con la vuelta de Fernando VII. 
Nos presenta la represión sufrida por el pueblo de Madrid tras el levantamiento del 2 de mayo de 1808.

Los fusilamientos del 3 de mayo de Madrid. Goya

Este lienzo es una de las piezas más emblemáticas del autor. En él, Goya hace a un lado las normas del estilo neoclásico para traslucir el despertar de un estilo nuevo y personal.

Análisis del cuadro:
La composición se organiza a partir de la iluminación que procede de un farol colocado en el suelo y que divide a los protagonistas en patriotas y pelotón de fusilamiento
1.   El grupo de los patriotas  están individualizados y se puede distinguir tres fases:
a)  Grupo de detenidos dirigiéndose hacia la muerte
b)  Grupo de presos ante el paredón
c)  Grupo de prisioneros ajusticiados ya muertos en escorzo
Detrás de ellos la montaña de Principio Pio y la ciudad en penumbra

Cada uno de estos grupos cuenta con un personaje o varios destacado muy expresivos
a)  A nuestra derecha un patriota se tapa la cara horrorizado, aunque se distingue otro que se muerde las uñas y el cura rezando
b) En el centro un patriota abriendo los brazos en señal de aceptación de su final, recuerda su composición a Cristo y hasta tiene un hueco, un estigma en su mano.
c)  Ajusticiado repitiendo con los brazos abiertos el esquema de la figura central

2. El pelotón de fusilamiento en composición triangular cuyo vértice invade el espacio de los patriotas. Están representados de espaldas, son soldados anónimos simbolizando la guerra como máquina de matar inhumana, tienen los pies formado triángulos marcando su estatismo y los fusiles rectos.
La luz que parece proceder del farol incide en el centro en el patriota de camisa blanca y pantalón amarillo, mientras que la penumbra inunda la ciudad que aparece indiferente a los hechos.

La obra está dividida en dos secciones por una suerte de diagonal. En la sección diagonal izquierda, la luz se hace manifiesta. En la diagonal derecha, dominan la penumbra y las sombras. Sin duda, Goya envía un mensaje con ello: la luz acompaña al pueblo en su resistencia genuina, mientras que el gobierno francés actúa en la oscuridad.

Detalle del pelotón de fusilamiento francés

El ejército francés, absolutamente ordenado, aparece alineado en perfecta formación. Ninguno de sus soldados tiene rostro. Goya ha representado con ello su “deshumanización”. Todos le dan la espalda al espectador, convertido en testigo de la escena mortal.

Detalle de la victimas

Compositivamente, los condenados a muerte no tienen ni orden ni línea, el caos domina la sección. Los personajes no poseen atributos de guerra como armas o uniformes. Se hace evidente una clara desigualdad entre los bandos.
Las víctimas tienen rostros y en ellos se ve el horror ante la muerte que se avecina. Solo dos de los personajes esconden el suyo, incapaces de soportar la escena. Todos son personajes anónimos, arquetipos de la gente del pueblo que fueron sacrificados por los franceses. Entre las víctimas no hay ni soldados ni representantes de la élite.



Entre estos personajes populares destaca un hombre con camisa blanca de rodillas. Extiende sus manos en cruz, y en una ellas casi puede verse un estigma. Ha sido interpretado por muchos como un “nuevo crucificado”, un inocente (de ahí el blanco) que ha pagado con su sacrificio el precio de la independencia española.
Su camisa radiantemente blanca es fuente de luz en el cuadro, y se convierte en imagen simbólica de inocencia y esperanza a la vez. En ella se concentra la mirada del espectador. Goya logra esto por medio de un trazo grueso y burdo de blanco, sin disimular el procedimiento pictórico, rompiendo con el concepto del acabado neoclásico. Es la antesala del trazo impresionista que aún está muy lejos de aparecer en la historia.

Detalle del fondo

La escena parece encuadrarse en un espacio real: la montaña del Príncipe Pío, aunque algunos intérpretes difieren en sus observaciones. Al fondo, se pueden ver dos estructuras. Aparentemente se trata del convento de Doña María de Aragón y el cuartel del Prado Nuevo, hoy en día inexistentes.
En el centro del lienzo, manchones y trazos indefinidos parecen mostrar una muchedumbre de personas. No queda claro de quién se trata. 
El horizonte de la franja superior del cuadro se remata con una apesadumbrada noche cerrada, sin que el firmamento muestre ni siquiera una sola estrella. El luto invade el cielo madrileño, pero en el corazón del pueblo la luz resplandece.

CONCLUSIÓN: 
Goya nos acerca a una nueva visión de un tema antiguo: la guerra. Esta percepción de la guerra, absolutamente novedosa y moderna, es especialmente visible en obras como la que estamos comentando o su compañera, "el 2 de mayo", así como el la serie de grabados titulado "Los desastres de la Guerra" y hace de esta obra no solo genial desde el punto de vista técnico,  sino que la ha convertido en una obra icónica no sólo de la Guerra de la Independencia en España sino de denuncia del horror de todas las guerras. Goya influyó notablemente en pintores posteriores como Manet o Picasso.


Fuentes: 
BlogArte e Historia
Cultura Genial. Andrea Imaginario 
Gonzalo Díaz-Arbolí

3 comentarios:

Eugenio Martínez dijo...

Magnífica entrada, Gonzalo, que nos ilumina el conocimiento de la obra pictórica de nuestro genial Goya y nos regalas diferentes e interesantes curiosidades que enriquecen nuestros conocimientos sobre Goya y sobre la forma de ver e interpretar un cuadro.

Anónimo dijo...

Suscribo el comentario de Eugenio Martines,gracias Gonzalo

Gondiazar dijo...

Gracias, amigos.

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