Nació el 21 de julio de 1899 en Oak Park, Illinois. El pueblo era un lugar respetable donde la rigurosa y estrecha atadura a la iglesia Protestante se hacía sentir. Sus buenas gentes habían buscado refugio allí para educar a sus hijos, lejos de las tentaciones de la gran ciudad. Las actividades en Oak Park estaban centradas en sus iglesias, sus escuelas y sus organizaciones cívicas. La atmósfera del pueblo y la influencia de sus rigurosos padres fueron determinantes en los acontecimientos de su adolescencia.
A Hemingway le dieron el nombre de su abuelo materno, Hernest Hall, que él odiaba porque lo asociaba con el ingenuo e incluso tonto protagonista de la novela de Oscar Wilde, "La Importancia de Llamarse Ernesto". Le parecía un tipo burgués, inexpresivo y carente de imaginación. Decidió darse así mismo nombres ficticios: Taty, Wemedge, Stein, Hemingstein, incluso Hemorrhoid, antes que, finalmente, se convirtiera en el patriarcal Papa.
Sus dos abuelos habían combatido en la Guerra Civil y la familia estaba orgullosa de su tradición militar. Ernest Hall, su abuelo paterno, se alistó voluntario en el Primero de Caballería de Iowa, y aportó su caballo y su montura. Fue herido de bala en una pierna. El proyectil permaneció alojado y le causó una cojera que arrastraría toda su vida. Hemingway, en una carta sobre su abuelo, expresó tres ideas que se repetían a lo largo de su vida: habilidad marital, mujeres egoístas y hombres suicidas. En su lecho de muerte, y aquejado de un dolor insoportable, Hall planeó suicidarse y guardaba una pistola bajo su almohada. Pero el padre de Hemingway le había quitado las balas y Hall apretaba el gatillo de un arma descargada. A Ernest, que entonces tenía seis años, le pareció cruel que su padre hiciera eso.
Anson Hemingway con uniforme de la Guerra Civil y medallas. Memorial Day 1907 Ernest marcial y bien armado |
Al otro lado de la calle vivía su abuelo Hemingway. Un soldado y patriota al que gustaba recordar sus victorias. Se alistó en el Batallón 72 de Infantería de Illinois y fue ascendido a teniente por el presidente Lincoln. El padre de Ernest, Clarence Edmonds, se suicidó con una pistola que el abuelo Anson había traído de la Guerra Civil. Anson era un hombre serio, formal y profundamente religioso. Los nietos de Anson crecieron oyendo historias heroicas de la guerra, y Ernest siempre mantuvo un particular interés en el tema. En su biblioteca de 7.400 volúmenes, 26 libros eran sobre la guerra.
En "Por Quien Doblan las Campanas", el héroe, Robert Jordan, compara las aventuras de su abuelo en la guerra civil americana, con sus propias experiencias en la guerra civil española.
En la escuela secundaria se caracterizó por su frenética actividad extraescolar, así como sus juveniles intentos para escribir. Dirigió los equipos de atletismo, water polo y fútbol. Se asoció al club de debate, tocaba el violoncello en la orquesta, escribió para el periódico escolar, Trapeze, y actuó en el papel de Richard Brinsley Sheridan, en la obra Beau Brummel. Ernest era un tipo duro, 1'83 de estatura, extremadamente competitivo contra todos, se revelaba ante las restricciones y no admitía limitaciones de sus amigos, colegio o familia. Una compañera de clase decía que era excepcionalmente apuesto, amigable y cortés; pero también era egoísta, dogmático y odioso. En el libro del año del colegio se leía: "No se puede encontrar a nadie más inteligente que Erni".
Las calificaciones de Ernest le hubieran permitido entrar en la universidad de Oberlín, (dos tercios de los alumnos en Oak Park lo hicieron) y estudiar medicina, como quería su familia. Pero él tenía otros planes. América había entrado en la guerra en la primavera de 1917 y estaba ansioso por combatir a los alemanes. Su padre pensó que era demasiado joven para combatir y a través de su hermano Tyler Hall, que era amigo del redactor jefe del Kansas City, Star, Ernest tuvo la suerte de trabajar en el mejor periódico del país.
Anson Hemingway con uniforme de la Guerra Civil y medallas. Memorial Day 1907 |
Siguiendo la tradición de hombre del Renacimiento buscó expertos profesores de todo lo que él quería saber: Guerra Civil, ebanistería, pesca de la trucha, tiro, táctica militar, periodismo, escritura, arte, tauromaquia, inversiones, pesca al curricán, caza mayor. Su extensa experiencia estaba reforzada por su amplia lectura y él mismo se convirtió en un gran profesor. Enseñó a su esposa, hijos y amigos a pescar y cazar, y a tres generaciones a cómo escribir novelas. Fue el preeminente modelo del hombre americano en acción.
Hemingway, que había perdido mucho peso debido a la disentería, posa triunfante con dos cornamentas de Kudu. |
Hemingway empezó a trabajar en el Star a mediados de octubre, por 60 dólares al mes. Vivía con su tío Tyler, pero la atmósfera familiar le recordaba demasiado a Oak Park y se cambió a un pequeño ático. Se alistó, casi inmediatamente, en la Guardia Nacional de Missouri y se entrenó con ellos durante seis meses.
Así como Mark Twain, Stephen Crane, y Sinclair Lewis, Hemingway era periodista antes de convertirse en novelista.
Sentía que no había habido una gran guerra desde los tiempos de su abuelo en la batalla de Bull Run. Había alcanzado madurez y estaba ansioso por combatir. Fue rechazado por visión defectuosa y se presentó voluntario para conducir ambulancias de la Cruz Roja, en diciembre 1917. Fue aceptado y abandonó el Star, después de diez meses. Llegó a Nueva York en mayo. Ascendido a teniente, desfiló con su escuadrón de voluntarios delante del presidente Wilson.
Finalmente, se había liberado de las ataduras de su familia y en mayo se embarcó en el barco francés Chicago. No había mucho que hacer a bordo, excepto jugar al póker y a los dados. Hemingway estaba encantado con la idea de un encuentro con un submarino alemán. Bill Horne lo recuerda: "Era como un caballo salvaje. Orgulloso, cabeza alta, libre como el aire, cauteloso con los extraños".
Cuando llegó a París, la ciudad estaba siendo bombardeada y sus habitantes dentro de los refugios. Pero él emocionado con el feroz ruido, ordenó al taxista que lo llevara donde la metralla estaba cayendo, para mandar una gran crónica al Star de kansas City. Finalmente encontró un trozo que había dañado la fachada de la iglesia de la Madelaine. En junio viajó a Milán. El día de su llegada una fábrica de municiones explotó cerca de la ciudad. Él tuvo que cargar con los cuerpos mutilados y recoger los restos humanos de la alambrada de espinos que rodeaban la fábrica. Dos días después, fue enviado a una unidad de ambulancias cerca del lago Garza y allí conoció a John Dos Pasos, también conductor de ambulancias, y se hicieron amigos.
Junto a los toreros Cayetano Ordoñez y su hijo Antonio. Ronda 1959 |
Nunca sintió el vacío de la cultura americana. Al contrario que Henry James y T. S. Eliot, no fue un expatriado; no se integró en la sociedad ni en las letras inglesas. Le atraía la civilización latina de Italia, Francia y España. Quería capturar la emociones de sus aventuras durante la guerra y adquirir nuevas experiencias en Europa. París en 1920 era barato vivir y le proporcionó un buen ambiente para su experimento literario. Muchos de los mejores escritores en Europa vivían en París.
Hablaba con imperfecta fluidez francés, italiano y español. Se expresaba claramente y entendía a sus interlocutores; desarolló un extenso y técnico vocabulario en temas que le interesaban: deportes, tauromaquia, guerra. Tenía una poderosa personalidad y cuando cogía aversión a alguien no había vuelta atrás. Insistía en que, en su propia vida, aparentemente hedonista, había mantenido una línea constante de educación y disciplina, porque no se daba a la diversión si antes no había terminado su trabajo. Era consciente de sus poderes literarios antes de que el mundo los reconociera.
Siempre buscaba nuevas experiencias, nuevos países y culturas, nuevas emociones. Su periodismo reflejaba sus viajes.
Escribió historias sobre la guerra y los realistas franceses, fascismo italiano y sobre algunos líderes políticos de su tiempo. También contribuyó con muchos artículos sobre la vida social en Europa. Hemingway estuvo en cinco guerras: Italia, Turquía, España, China y Francia.
Epílogo
Los novelistas de la generación de Hemingway tuvieron salvajes, destructivas y alcohólicas vidas, que continuaron los poetas americanos de la siguiente generación. Para John Berryman, otro suicida de padre suicida, Hemingway era el modelo del artista autodestructivo. Al final de su vida estaba devastado, silencioso, depresivo y escéptico del valor de su obra. Tenía sesenta y un años y parecía que tenía noventa. Se convirtió al catolicismo y en una leyenda, que hizo su vida más conocida que su obra.
En la mañana del 2 de julio de 1961, en su casa en Ketchum, Idaho, donde vivía con su esposa Mary Welsh se disparó con una escopeta, un disparo que retumbó en todo el mundo.
Fue el prototipo de escritor valiente que cambió el rumbo de la literatura; recibió todos los premios a los que se podían aspirar, incluido el Nobel de Literatura de 1954;
Las razones de su muerte suicida, siguen siendo un enigma. Reconocidos académicos aseguran que la relación del escritor con el FBI se convirtió en una persecución que lo llevó a acabar con su vida. Su esposa, única que estaba con él en el momento de su muerte, negó durante años que su marido se suicidara. Solo ella lo supo. Mi
Quizás algunas de las claves de la persistente vigilancia que el FBI dedicó a Hemingway, es la prueba de que todo era una ilusión maníaca. Nadie lo sabrá.
Describió con inusual conocimiento y autoridad el placer físico, la naturaleza, la experiencia de la violencia y la muerte inesperada. Retrató las heroicas posibilidades y las trágicas consecuencias de los que sobreviven a una guerra. Creó insuperables imágenes de Italia, Francia, España y África. Como hombre, tenía intenso idealismo, curiosidad, energía, fuerza y coraje. Combinaba hedonismo y trabajo duro. Portaba un aura de glamur y poder. Alcanzó la cima de la fama con su novela El viejo y el mar-
Como artista, escribió con la naturalidad con que vuela el halcón y la claridad que refleja un lago.
Fuente:
Internet: Wikipedia
Hemingway de JEFFREY MEYERS
2 comentarios:
Qué bien nos ilustras
La vida del Hércules que fue Hemingway daría para una enciclopedia; y has hecho un resumen conciso y preciso.
Preciso, por la importancia de su obra y el merecido homenaje a su legendaria persona.
Publicar un comentario