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Jesús Almendros Fernández |
Querido y entrañable amigo, Jesús:
¡Cómo nos duele, ya, el silencio de tu voz! como director del programa de cine en Radio Puerto y de tus palabras escritas como colaborador del Diario de Cádiz y en tus magníficos e innumerable artículos que escribiste para el blog de la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia.
Pero hoy, no queríamos, no podíamos encontrarnos con la lluviosa pena de llamar a tus aposentos y que ya no pudieras abrirnos tu puerta, pues habías llegado el momento de tu definitivo sueño.
Desde el cruel silencio que hoy nos amordaza queremos hacerle llegar a la soledad y al desconsuelo de Blanca, de tus hijos y de tus nietos el calor del afecto que tu supiste encender entre los que hemos tenido el privilegio de ser tus amigos y que, además, también nos enseñaste a alimentarlo y a acrecentarlo.
Ahora, como nunca, queremos formar todos… ¡formamos todos parte! de tu familia, deslumbrados por el relámpago de amistad, cercanía, sinceridad y entusiasmo que tú has sido.
A todos nos acompañará siempre la sombra cálida y entrañable del amigo, que desde la otra orilla, donde tú ya habitas, nos dictará el consejo, que, en cada momento, para no perder tu costumbre, nos ayudará a salvar los escollos a los que nos enfrente cualquier marejada de la vida y nos trasladará plácidamente al remanso y a la quietud de una ensenada.
Teniendo que soportar la negrura que nos deja este hueco de tu ausencia, nos dan ganar de gritar con Miguel Hernández:
¡No perdono a la muerte enamorada!
¡no perdono a la vida desatenta!
¡no perdono a la tierra ni a la nada!
Tu amplia producción literaria, tus artículos, tus grandes conocimientos de director de cine, nos obliga a recordarte, Jesús, en la fantasía de tus viajes por el mundo, desde donde nos remitía tus artículos, Nueva York, desde tu Gijón natal, o desde tu querida Donostía, mezcla de sueño y realidad, quimera y deseo, de forma que en su probeta de alquimista del tiempo y del espacio, hace que vivamos las escenas con emocionados latidos de realidad.
Jesús, tu presencia entre nosotros, muy unidos a tu familia, será perenne e imborrable, pero tú tampoco nos olvides desde tu nueva dimensión.
Como consuelo, Séneca escribió: ”En la pérdida del amigo ni estén secos los ojos, ni tampoco arroyen el suelo. También el duelo tiene vanidad. Esforcémonos para que el recuerdo de los seres que perdimos se nos vuelva apacible y alegre. Aquel que pensamos haber perdido, se nos adelantó. La memoria de nuestros amigos es agradable como las manzanas que tienen una sabrosa pereza.
Ahora no tienes ni ayer ni mañana, has olvidado el tiempo, has perdonado la vida, ya estás en paz.
Qué la tierra te sea leve.
Un fuerte abrazo y hasta pronto.
Gracias por todo lo que nos enseñaste, querido amigo.
Siempre estarás en nuestra memoria.
31 de julio de 2025
Tus amigos tertulianos
4 comentarios:
D.E.P. 🙏🏻🙏🏻🙏🏻
Lo lamento profundamente
Fue compañero de clases y amigo de mi padre al que le unía una bonita amistad Un abrazo para toda la familia Descansa en paz querido Jesús
Lo siento mucho un saludo para toda la familia
Seguro que nos espera en el Bosque Sagrado, donde habita la paz y el silencio, bajo la paz de la rama de un arbol y la musica de un arroyo, donde no existe la prisa de las hora ni los dias, solo los bellos recuerdos narrados en poemas. Alli, Jesus, nos esperas para continuar hablando de lo que nos gusta sin el agobio del tiempo. Hasta entonces, querido amigo, Jesus
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