19.5.23

El legado del poeta, Eugenio Martínez Orejas, el 22 de mayo hubiese cumplido 88 años

Sobre su obra:
No se acostumbra uno a las ausencias
aunque la vida te haya endurecido,
como jamás estaremos protegidos
de este estremecimiento de impotencia.
Gondiazar

Resumen Biográfico.
Eugenio Martínez nace en Vega de Espinareda, provincia de León, en la convulsa época de nuestra guerra civil a la que sigue un periodo de singular precariedad, pero también con detalles de restauración de ideales quebrantados, que refugian en los internados de las órdenes religiosas a una parte de aquella adolescencia, que deberá conjurar los estragos de la tragedia
Como un adolescente más de aquel pretérito, Eugenio se encuentra formando parte del internado de los Agustinos de El Escorial, cuyo profesorado poseía la fórmula de movilizar inquietudes y despertar fantasías sobre los cimientos de una intensa y rigurosa formación humanística y filosófica y una insumisa afición a la lectura de los clásicos, de nuestros escritores de la Generación del 98 y de los poetas de la Generación del 27.
Este período se ve bruscamente interrumpido por el mero hecho de tener que hacer frente a la vida por imprevistas circunstancias.
Pero la impronta recibida no le da reposo y aunque no pueda mantener la intensidad literaria deseada, realiza colaboraciones en revistas y periódicos locales y provinciales a la vez que va poblando de sonetos, romances, haikus y otros poemas su añorado anaquel de poeta.

De la contraportada de "
Huésped conmigo"
Este primer poemario, que quiero seguir completando, nace por el deseo de aprender a nombrar todo aquello que podemos dejar abandonado en el cenicero, después de haber tamizado en el harnero del tiempo las hojas de la agenda, las metáforas, la conmiseración, las fantasías incestuosas y otras secretas peripecias, para quedarnos con el cálido sentimiento de la sinceridad, que es lo único que nos reposa.
A partir de mis 30 años, que cumplí en 1,965, la formación humanística y filosófica en las que, sin contar con mi voluntad, pero sí con mi consentimiento, me ejercitaron Los Agustinos en el oasis de Leganés y después en el “celtibérico Helicón” de El Escorial, comenzó a movilizar mis inquietudes y multiplicarlas tan prolíficamente como se multiplican los hongos en un otoño cálido y lluvioso.
Una loca y febril fantasía me convencía que Homero, Hesíodo, Horacio, Virgilio y Juvenal tal vez no llegasen a merecer los laureles de un Nóbel que hoy sí pueden alcanzarse.
Aunque tarden, todas las fantasías llegan a sublimarse en la sabia y tozuda probeta de la vida y el tiempo urde y da forma a las cosas, de manera que brillantes poemas inician con humildad, silencio y con su esplendor marchitado el doloroso camino del olvido hacia la agonía de la papelera.
Algunos, pocos, obtienen el indulta por tener vida y carácter propio y porque su personalidad convence a su creador de que son carne de su carne, que rechaza la cirugía.

He sido heredero de parte de su obra escrita (que tan generosamente me ha ofrecido su hijo Germán) y entre los libros he encontrado esta dedicatoria a su Covadonga en el poemario "Huésped conmigo". Sin tí nada de esto hubiera podido ser, por eso mi dedicatoria está en la página 31. Ese soneto es solo tuyo.  Con inmenso cariño.
 Con humildad y respeto lo leo en el siguiente vídeo



El poemario "Desde la caverna sin distancia".

Nos sorprende con esta virtuosa creación inscrita en una fina sensibilidad, fruto de largas reflexiones que han reactivado todo el conjunto de valores conservados gracias a su formación intelectual en la búsqueda de Dios por la vía de la interioridad. “No quieras ir afuera, entra en ti mismo; en el hombre interior mora la verdad, trasciéndete a ti mismo. (De La verdadera religión 72)

Libro compuesto por un Epígrafe cronológico y 23 poemas, es complejo, tanto en lo formal como en lo conceptual, que están en sintonía, que no deja indiferente a nadie. Un texto muy rico literariamente, con un enorme sentido del ritmo, de gran hondura moral, técnica poética y espléndido enraizamiento en las culturas clásica, bíblica, filosófica y social, con referencia constantes a la mitología, fruto de un trabajo de al menos 12 años.

Al iniciar la lectura, ya, el epígrafe cronológico nos atrapa:”En todos los lugares palpita nuestro enigma”. Somos los inocentes y crueles juguetes de la vida. Hasta que un bruto alazán nos descabalga de su grupa, antes de llegar a los abismos donde se sientan los jueces, que ordenarán sus destinos de recompensa o castigo. Con la esperanza de que su próximo regreso borrarán las aguas del Leteo los vientos de la memoria.
Termina el epígrafe: Y así seguirá siendo hasta que fundidas todas las voces, resuene triunfalmente una sola, la voz de la armonía.
El poema 23, con el que finaliza el libro, juega desde el miedo en el camino de la vida, el miedo siempre en vilo, cuya respuesta es la sombra de un misterio inexplicable.
En definitiva, es un libro que asume el paso del tiempo y el no tiempo, pero también la excitante aventura de vivir.

                                                                   Voz de Flora Díaz-Arbolí Hurtado

Comentario crítico sobre la obra:
Es un mensaje armonioso, con forma o cuerpo de versos que nos traspasa la epidermis en cuanto pasea su poema por cuantas rendijas y rincones inadvertidos y que ya forma parte importante del ayer y del hoy.
Avanzamos desde lo oscuro mientras hablamos de la vida y de la muerte, de la nueva tierra de vides y aromas. Y como todo buen poema, triunfa la armonía de su fondo y su forma, porque y, aunque se halle enraizado en lo barroco no se opone a la hondura del verso. Hallamos, pues en el poeta, una reflexión magnífica sobre la emoción del humano. Y me remonto al Siglo de Oro (Góngora, Tirso de Molina, Quevedo, Calderón, amplificador de los temas de Lope) e, incluso reconocemos la ascética y la mística, como una manera de ideal religioso. Observamos el exceso del ornamento y la búsqueda de la espiritualidad junto a las pasiones internas. Por lo que encontramos un contraste (al igual que en el poema de luces y sombras). Un dualismo y contradicción y fuertes contrastes que no se oponen sino que se complementan (al igual que el idealismo de El Quijote y el positivismo de Sancho).
Se me antoja una cierta comparación con el propósito de S. Juan de La Cruz: “esperando un misterio inexplicable”... 
Mi reconocimiento al autor Eugenio Martínez por tanto buen hacer en el ámbito de la poesía, tanto por su armonía, música y pausas (que dicen tanto), como por su valor artístico que, en definitiva, es lo que cuenta y lo que se valora en un poema.
Teresa Moncayo. Escritora y poeta

Construyamos un cenotafio en tu memoria con todas estas cualidades que te pertenecían, era el don que te habían concedido e, intuyo que no eras consciente de ello. Vuela alto, querido amigo.
Que la tierra te sea leve,  amigo del alma. Vega de Espinareda, 26 de febrero de 2023



Gonzalo Díaz-Arbolí

6 comentarios:

Mercedes dijo...

Buenas tardes.....leído y escuchado...qué regalo a su memoria,y a todos los que hemos tenido el privilegio de conocerlo...
Bella tu lectura, la emoción no deja de conmoverme....y las lágrimas me asisten.
Se desprende el afecto por todos los poros de la piel...
Gracias amigo Gonzalo, te abrazo

Laurentina dijo...

Amigo Gonzalo: este último trabajo sobre Eugenio ha quedado muy bien, completo.Lo has dejado perfecto. Un abrazo

Germán Mtez. dijo...

Muchas gracias Gonzalo. Es un enorme homenaje a mi padre. Estoy seguro de que a él le gusta tanto como a mi o más incluso. Les echo de menos constantemente, pero también sé que están cuidando de nosotros, juntos los tres y deseando que les recordemos con la Alegría con la que hemos vivido juntos siempre. Yo así lo haré, a pesar e que me cuesta saber que ya no están aquí. Hoy despediremos a mi padre en su querida Vega de Espinareda que tanto le gusta, y con la familia. Un fuerte abrazo Gonzalo

Antonio O. dijo...

¡Qué bonito homenaje a Eugenio...!

Luis Manzorro Benítez dijo...

El texto de la contraportada de "Huésped conmigo" me parece precioso. "Desde la caverna", con esas imágenes de otro mundo y la voz de ángel, me ha encantado.
Aunque no siempre ocurre, pero en este caso creo que sí, el rostro de una persona va anunciando, como si de un cartel publicitario se tratara, la belleza o la fealdad del alma de su propietario o propietaria, y Eugenio Martínez Orejas, con solo mirar su cara y ver su sonrisa, ya sabemos que es, o era, una gran persona y mejor poeta.
Muy buena tu entrada, amigo Gonzalo.

Liberty Joke dijo...


Cierto, no se acostumbra uno a las ausencias, pero recordar es honrar y es querer. Un abrazo.

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