Cada 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales, una efeméride que sirve para recordar la excepcional importancia de estos ecosistemas, que no solo acogen a una gran variedad de avifauna, sino que son grandes secuestradores de CO2. Sin embargo, la sobreexplotación de los acuíferos, la contaminación y la introducción de especies invasoras mantienen amenazados a casi todos los humedales españoles.
Nos vamos a referir a los 5 (más importantes) humedales gaditanos: Parajes naturales de los ríos Palmones y Guadiaro, la laguna de La Janda, la laguna de Tarelo, las lagunas de Bonanza y la laguna de Medina.
Pero sin olvidar a los humedales más cercanos situados en la carretera A4 en su trayecto San Fernando y El Puerto de Santa María. Son humedales pequeños, pero lo suficiente para disfrutar de este apasionante espectáculo; siempre podremos avistar grupos de entre 1oo o 200, por supuesto fuera de la zona protegida por ser Parque Natural. Los flamencos pasan la mayor parte del día alimentándose en las ricas aguas de las salinas de la bahía de Cádiz.
Los ecologistas gaditanos han alertado de los riesgos que sufren estos ecosistemas, “no todos son luces” y advierten de que estos entornos naturales están gravemente amenazados por peligros como la sequía y la sobreexplotación de los acuíferos en sus entornos más cercanos nuestro deber es protegerlos porque son un importante valor medioambiental y también turístico.
Creo que en estos días están en tiempo de celos. El cortejo es un espectáculo asombroso. Los machos realizan una exhibición en aguas poco profundas durante la cual estiran el cuello, baten las alas y emiten vocalizaciones con el propósito de llamar la atención de las hembras en general. Ellas también suelen efectuar algunos movimientos, pero son más sutiles que los de sus pretendientes. Eventualmente una hembra selecciona a un macho pero no todo termina ahí. El macho escogido tiene que seguir cortejando por varios minutos, pero únicamente a ella, si es que desea que esta acepte la cópula. La mayoría de los flamencos son monógamos y las parejas construyen un vínculo sólido, permanecen juntas durante un tiempo capaz de prolongarse durante varios años o varias temporadas reproductivas. Algunas parejas solo se separan cuando uno de los dos muere o si el apareamiento no produce crías, tras lo cual la hembra suele buscar una nueva pareja.
El mejor momento para ver grandes grupos es durante los meses de invierno. Con la bajada de temperaturas, cientos de flamencos se agrupan en las: Salinas de San Carlos y San Jaime y Caño del Molino y lo tenemos muy cera.
Gonzalo Díaz-Arboli
Aquí empiezan los flamencos
en su mansión de laguna.
Rectos tallos de sonrosada agua,
transparentes rosas de cristal seducido
son mis flamencos.
Seres de grácil templanza, selectos
en la soledad de su plumaje
y patas de bambú. Los vi por la mañana,
luego por la tarde tiñendo el agua
con albores y brasas.
Cierro mis ojos y persisten las estatuas
del mutismo, de ardor virgen, desplegando
el discurso del ave, desarrollando etapas
en la fibra del aire.
geometrías románticas…
El pico se curva en barro alfarero,
¡cuántas pulsaciones de la brisa
tuvo que soportar! ¿Cuántos estallidos
de tormentas? Y el cuello de arco iris…
¡arqueándose hacia la vida!
Mañana seguirán su astro, estos pájaros.
En mi sueño de ojos adentro quedarán
su enjambre rosado y un jaleo
de siluetas a mis oídos. Nada más.
El cenit cuelga flamencos.
De Poemas del Alma. Clonariel.
4 comentarios:
Gracias por la info !
Me ha encantado el artículo👍👍👍
Me ha parecido un articulo precioso y he aprendido mucho sobre los humedales....
Una entrada muy conseguida, Gonzalo. Mi enhorabuena.
Muy bonitos los videos de esta bellísima ave. En el mundo han desaparecido muchas especies; en España el 25% están en peligro de extinción. En Patría (Vejer) puedo asegurar que en 2021 no había ni el 15% de las aves que había en 1960 y, desgraciadamente, esto va de mal a peor, porque lo primero es la economía y no podemos parar de contaminar.
Leí un articulo sobre Etta Lemon, una mujer que dedicó 50 años de su vida (finales del siglo XIX y principio del XX) a luchar contra la moda de llevar plumas en los sombreros, salvando a millones de aves que eran sacrificadas solo para aprovechar sus plumas. Que Dios la tenga en la gloria y rodeada de pájaros.
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