15.2.21

CONTESTACIÓN AL DISCURSO DE BIENVENIDA DEL NUEVO ACADÉMICO DE NÚMERO ILMO. SR. DON GONZALO DÍAZ ARBOLÍ



Dr. Antonio Leal Giménez 

CASTILLO DE SAN MARCOS 
EL PUERTO DE SANTA MARÍA 
En principio del mes de julio de dos mil quince 

Sra. Presidenta, Estimados Académicos, Sres. de la Corporación Municipal, compañeros de la Junta Directiva y amigos todos: 

La notoria desventaja en levantarme ahora para dar la bienvenida a tan ilustre consocio, tiene sus compensaciones en la generosidad que exige; nada hay tan grato a la conciencia como un gran sacrificio; y así empiezo por desechar todo escrúpulo, que al cabo envolvería vanidad disimulada, si Gonzalo no me conociera lo bastante para persuadirse de que me honro en atestiguar de una manera tan pública el entusiasmo con que le recibimos, y algo más, lo que no siempre acontece, la gratitud que le debemos. 

Hoy es una tarde muy especial, una tarde en la que confluyen sentimientos, evocaciones y recuerdos de una etapa de mi vida llena de cariño y amistad. Es un momento importante, único y representativo, para esta venerable Institución. Es por eso, por lo que nuestra Academia se viste hoy con sus mejores galas para recibir en ella a un nuevo académico de número. Nuestra Academia una vez más ha sabido elegir. 

Es evidente para todos los que nos reunimos en esta tarde solemne que, al ser designado por la Academia para contestar el discurso de ingreso de Don Gonzalo Díaz Arbolí, no se ha buscado en mí ni autoridad histórica que no poseo en absoluto, ni méritos de antigüedad, aunque si, cierto paralelismo con el recipiendario. Zuñiga García escribió un maravilloso Poema corto dedicado a la Amistad que entonamos a continuación: 

Amigos... seremos siempre amigos 
para contar nuestras penas una a una 
y tendremos así como testigos 

al sol, al viento, a la noche, o a la luna. 

Viajaremos a un mundo distante 
para buscar con todo el empeño. 
iY seremos como el caminante 
que cabalga buscando su sueño! 

Amigos siempre sobre todas las cosas 
como van unidos espinas y rosas, 

sin que importe nunca distancia ni tiempo 
tú serás la lluvia ... yo tal vez el viento. 

y así seguiremos como lo hacen pocos, 
buscando en la vida nuestros sueños locos 
y si algo pasará i Escucha lo que te digo 
por todos los tiempos ... yo seré tu amigo 


Es por ello, por lo que cumplo un deber impuesto por entrañable amistad y sellado por obediencia que no puede discutirse y deseo manifestar que considero como recepción de un privilegio, distinción que solicita el nuevo académico y me concede la Junta Directiva de la Institución, para dictar en su representación, haber recibido el encargo de contestar, como un símbolo externo de cortesía de la Academia, al discurso de ingreso que se nos acaba de ofrecer. Al igual que ya lo hizo hace 128 años D. Servando Arbolí Faraúdo, uno de sus antepasados, en la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras, en la recepción pública y solemne de D. Carlos Jiménez Placer. 

De todos los actos que conforman el tradicional ceremonial de las Academias, la incorporación de nuevos miembros es, sin duda alguna, el más trascendente toda vez que supone la constatación de que nuestra corporación no solo sigue viva, sino que día a día se fortalece con el ingreso de nuevos académicos que, de esta forma, garantizan su perpetuación. 

Nos hallamos ante una necesaria puesta al día de nuestra Academia. Recientemente fui preguntado por un periodista para qué sirve la Academia y contesté con «Primero diré lo que no es la Academia: un cementerio de elefantes. Luego puntualicé: «La Academia sirve de mucho por su capacidad de reflexión, libertad, independencia y rigor. Como institución puede informar a las autoridades sobre los problemas que se le consultan, pero de forma espontánea alerta sobre cuestiones que afectan al desarrollo de nuestro querido Puerto de Santa María en todas sus facetas, poniendo especial énfasis en la cultural y formativa. 

Nuestra Academia está abierta a la sociedad portuense y trata de dar opiniones a los problemas que diariamente aparecen en nuestra convivencia. Lo que en ella se expone trasciende por su especial interés, a la opinión pública. En definitiva, el concepto de ciudadanía es el quicio que une laso' mundos de lo justo: el de la ética cívica, la política, la economía, la cultura y el derecho. A título de ejemplo dos de nuestros académicos han dirigido el Plan Director de El Puerto de Santa María y un ex directivo, ha participado en una mesa de trabajo, donde se han definido las líneas maestras que han permitido dibujar el modelo de ciudad que se desea para el año 2025. 

Estos hechos suponen desafíos y retos para el individuo y para las diferentes organizaciones e instituciones en las que se estructura la sociedad actual que se debaten entre la adaptación al cambio, la transformación o la desaparición «La vida pertenece a los vivos, y si alguien está vivo debe estar siempre presto al cambio" nos decía Goethe. y Ortega y Gasset afirmaba con rotundidad que "Soto es posible avanzar cuando se mira lejos. Solo cabe progresar cuando se piensa en grande". 

El discurso de preceptivo ingreso que acabamos de escuchar ha sido trascendente y riguroso, lleno de belleza y armonía, con un saber profundo de conocimiento que denota la erudición del ponente que por sí sólo, justificaría la elección del nuevo académico, si no le abonasen tantas obras de las más diversas materias, pero relacionadas todas más o menos con los estudios que nuestra Institución tiene previsto avanzar. 

Gonzalo Díaz Arbolí es ante todo un soñador/poeta solitario, que casi siempre ha ejercido este oficio al margen de asociaciones y cenáculos. Iniciado a la poesía desde su primera juventud, en esa etapa tuvo un leve contacto con los círculos poéticos del momento en su pueblo natal, que le pusieron en la senda que nunca abandonaría. Aún se pregunta cómo le llegó su amor por la poesía. Solo, se responde, que un día sintió que el alma quiere expresarse en palabras hechas música para comunicarse con los demás. 
Muy joven, todavía con pantalones cortos, leía a Neruda: 

En la actualidad, rompe de cuando en cuando su aislamiento en algún acto plural de manifestación poética, utilizando tras su tímida sonrisa, más en sus ojos que en su boca, la lengua italiana que tanta musicalidad transmite. Es la suya, una voz que, al acercarse a la poesía, la siente e imagina y después de comprenderla intenta explicarla hasta donde puede, porque un poema nunca puede explicarse del todo, porque en ese momento muere. No me resisto a recordar estos versos de Apollinaire: 

"La historia es noble y es trágica / como del tirano la máscara". 

Para Gonzalo, la poesía, a fin de cuentas, no sólo lee las bellezas del instante, sino que parsimoniosa, casi imperceptiblemente, va modelando el corazón y el alma de las personas. Y la poesía es todavía una de las pocas cosas grandes que otorgan sentido a un mundo condenado. Es el momento de recordar alguno de los versos recitados por nuestro académico. 

Si escribir es llorar, ¿qué no es el cante 
en este sur del sur tanto y tan puro? 

La vida no es tan bella como nos auguraban 
los sueños de la infancia. 

Su mirada hacia atrás no es nunca para esconderse de forma egoísta, sino para buscar y encontrar nuevos territorios, búsqueda de la originalidad y de la independencia con un contenido lleno de expresión, como cifrado, en riguroso pensamiento. Erudito y juntador de personas en pequeñas tertulias culturales que cada semana comparte con amigos interesados en distintas ramas del arte, la ciencia, la filosofía… Aunque sus manifestaciones son, casi siempre, más gestos que palabras. El silencio, su amigo que nunca le traiciona, lo convierte, como lector de Aristóteles, en “dueño de sus silencios”, una de sus grandes artes en la conversación. Sencillo, tolerante y sensible, son los adjetivos que definirían su manera de ser. Es, en el buen sentido de la palabra, bueno, parafraseando a Machado. 

En su declamar poético, cada palabra que pronuncia es como una innecesaria mancha en el silencio y en la nada, trata de comunicar una búsqueda constante de nuevas sensaciones que las expresa con recursos y sentimientos que transmite los serpenteantes recodos de los poetas, a los que ama, unas veces con voces transgresoras, otras llenas de ironía? muchas ascético, y siempre sutiles y plenas de humanismo. En las calles de su pueblo descubrió la luz que le inspira. El silencio, su amigo que nunca le traiciona, es una de sus grandes artes en la conversación. 

Confluyen en el nuevo académico características que en principio pudieran parecer antagónicas pero que, en su caso, coinciden en una comunión feliz: su amor por su pueblo, Vejer de la Frontera de donde es su alma, y su sentir por El Puerto de Santa María donde hace ya cuarenta y tres años y animado por la añoranza ancoró su vida, regresando a las tierras de sus familiares maternos. 

Sobre sus pasos en la vida, hacemos alusión al relato de Alonso de Quijano: "Hay aventuras de ínsula y de encrucijada. Lo más que se puede sacar de éstas es rota la cabeza o una oreja de menos". El nuevo académico desde muy pequeño ya sabía qué calle tomar. 

Vejer, ¡ay su Vejer, donde gira más deprisa el viento y su amigo el poeta Paco Basallote, compuso la obra compiladora de toda la lírica vejeriega "Hasta el cantil del viento", muestra en todo su esplendor el más puro estilo de arquitectura popular árabe-andaluza que según Adolfo de Castro se llamó en lo antiguo Beka, aunque Romero de Torres dice que Bekkeh. pero lo que es cierto es que esta población por mucho tiempo ostentó el nombre de Vejer de la Miel, por la abundancia de colmenas de su término y la mezcla recibida de las más antiguas civilizaciones habidas en el sur de Europa (fenicios, cartagineses y romanos). 

Sus correrías por el casco histórico de su ciudad cuya estructura muy condicionada por la muralla defensiva edificada en el siglo XV, es un conjunto de callejuelas estrechas donde conviven antiguas construcciones de estilo islámico, posteriormente reconvertidas tras la reconquista. La iglesia del Divino Salvador, levantada sobre la planta de una antigua mezquita, donde el párroco, Don Bernardino, le hacía, a nuestro nuevo académico, tener que llevar mangas largas para tomar la comunión, e incluso, a veces, casi siempre, no le dejaba mirar a las chicas que alegremente corrían los domingos a las doce, por la acera de enfrente, entre las que se encontraba aquella a quien le recitaba en silencio versos de Federico García Lorca: 

AY, qué trabajo me cuesta 
quererte como te quiero! 

Por tu amor me duele el aire, 
el corazón y el sombrero. 

¿Quién me compraría a mí 
este cintillo que tengo 

y esta tristeza de hilo 
blanco, para hacer pañuelos? 
¡Ay, qué trabajo me cuesta 
quererte como te quiero! 

Al Castillo- islámico- situado en la zona más alta del casco antiguo entraba por la única puerta de acceso al exterior, a través de un arco de herradura enmarcado en un alfiz que da paso al patio principal y al patio de armas, allí, en ese lugar, soñaba con ser el Gran Capitán y combatía con espadas de madera con sus compañeros de correrías, al mismo tiempo que recitaba como símbolo de su constancia un romance anónimo: 

Mis arreos son las armas 

mi descanso el pelear, 
mi cama los duras peñas, 
mi dormir siempre velar; 
las manidas son oscuras 

los caminos por usar, 
así ando de sierra en sierra 
por orillas de la mar, 

a probar si en mi ventura 
hay lugar donde avadar; 
pero por vos, mi Señora. 
todo se ha de comportar. 

Recorría, aún lo hace, el Paseo de la Corredera - escenario de la Batalla de la Janda- hasta la Torre, la casa del Mayorazgo, y en especial visitaba sus patios….que le inspiraba y tomaba aliento en su portada para poder continuar su caminar diario hacia la Torre del Homenaje, donde se relajaba, pensaba, recitaba en silencio los versos de Pemán, que todavía pueden leerse en los azulejos de una fachada de la parte baja del municipio: iVejer! 
Si fueses una mujer 
yo de ti me enamoraría 
El aire pide un destino 
y el viento grita Vejer 

sentía y hacía sus proyectos contemplando la vista del rio Barbate, la costa de Zahara de los Atúnes, el Parque Nacional de la Breña y las Marismas de Barbate. 

Visitaba la Plaza de España, lugar que había sido elegido por los hidalgos punto de celebración de festejos taurinos. Aunque no es muy dado a la fiesta nacional, por eso él prefiere denominarla la Plaza de los Pescaítos, por los que hay en Sil fuente realizada a base de azulejos sevillanos. Muchas veces, y en secreto, visitaba el Barrio de la Judería por el Arco de Puerta Cerrada, caminando por la calle Canalejas, Capitán Quintanilla y Mesón de Ánimas, calles de trazado irregular, con casas blancas, patios y balcones con rejas y flores. 

Cuántas emociones recibidas cuando pasaba por una de las calles más emblemáticas de su pueblo: el Callejón de las Monjas, con sus cuatro arcos de medio punto en mampostería que conecta varias casas con la Iglesia de la Concepción ... Posiblemente allí le surgió el amor que venció por mayoría absoluta a sus dudas respecto a la existencia de mundos más allá de los sentidos, de los misterios ocultos donde la ciencia no tiene acceso, pero sí una figura espiritual, un auténtico idealista que tiene bien plantados los pies en la tierra, y en el que nuestro nuevo académico, quería bucear más cercanamente. Escuchando los dictados de su alma le mantendrían muchas noches despierto releyendo parte del capítulo XVI de la segunda parte del Quijote: 

... Aunque la poesía es ciencia menos útil que deleitable, no es de las que suelen deshonrar a quien la posee. La poesía, es a mi parecer, es como una doncella tierna y de poca edad y en todo extremo hermosa... 

Al pasear por sus calles sentía la paz que denota su expresión, trasmitida por el blanco inmaculado de sus casas encaladas y el silencio que le acompaña todo el tiempo; el arco de La Segur simboliza su nostalgia. Sus vestiglos musulmanes reflejado en sus puertas y ventanas pequeñas, sus calles estrechas y sus monumentos hacen que se transporte a menudo al viejo AI-Ándalus. 

En la villa había una colina, en la colina un castillo 
En el castillo una almena, en la almena había una puerta. 
La puerta tenía una llave que la guardaba un guardián El guardián vigilaba a una princesa cansada de esperar 

Sus visitas con cierta periodicidad de salutación y reflexión a la Virgen de la Oliva, patrona de Vejer de la Frontera e inquilina, a las afueras, en la carretera que va hacia Barbate, de un santuario del siglo XVIII con raíces romanas y posteriormente visigodas que fueron cercenadas durante la ocupación árabe, le fortalece su espiritualidad. 

Cuando no encuentra palabras y su voz decae por agotamiento, recurre a la música cuya armonía, melodía y ritmo le desencadena la secreción de la dopamina provocándole todo tipo de respuestas emocionales, conductuales y fisiológicas traducidas en una alegría inocente y sincera Vivaldi, Pavarotti, Puccini, Mozart, Beethoven...) 

Su carisma y su espíritu se debe a su formación en su hogar donde formaba parte de una familia numerosa de la que aprendió que crecer no es ser más grande, sino mejor, y en el colegio, que tuvo sus primeros encuentros escolares con Sor María, asimilando y transmitiendo algunos de sus valores: vivir con un corazón puro y en buena conciencia. 

Poco a poco, nuestro nuevo académico, viene asentándose en la lectura de obras en sus diversas modalidades, la estética de la brevedad, de la novela, historias de largo y denso recorrido. 
Se introduce en el relato que ha dejado de ser hoy, con toda justicia, operación de menor consideración entre autores y lectores, a la vez que viene imponiéndose en la prosa el micro-relato, ahora con vehículos para su difusión, revistas, premios, e incluso estudios sobre esta fórmula. 

Culmina con la poesía, siempre en avanzada, esa poesía que anuncia alejarse progresivamente del carácter narrativo que adquirió desde el abandono de la métrica y la rima, sobre todo en la segunda mitad del pasado siglo, abriéndose hoy tanto a las nuevas, como a las tradicionales posibilidades. Las máximas, los aforismos, esos textos que el poeta gaditano Carlos Edmundo de Ory viene publicando desde hace medio siglo con el nombre de "aerolitos", son signos de este renovado atractivo por la brevedad, por el amor y por el dolor… ¿de qué color es el silencio? ... Yo estoy más loco que tú/ pues yo/ estoy más loco que yo... si Dios no existe/ no se lo perdono... 

Y dentro de esta misma línea descubre aquella tendencia que puso de moda el modernismo con su culto oriental, el "Haiku", que llevaría a su máxima expresión en occidente el poeta vanguardista mexicano Juan José Tablada, también preocupado por la imagen visual. En este punto es donde entra de lleno nuestro nuevo académico y nos contaba, en cierta ocasión, que una tarde paseando por el centro histórico y frente a un gran cartel de "todo a un euro", afirmaba con toda rotundidad que los números primos son poéticos. Me dijo que hay varios tipos de poesía que están configurados por el rigor y la belleza de tales números. El Haiku está compuesto por tres líneas de 5, 7 Y 5 sílabas. 3, 5, 7 Y 17 (el número total de sílabas), todos primos, cuya relación intensifica el efecto del poema. 

Toda una lección magistral. 
Así es Gonzalo, un amante del misterio, atraído firmemente por tanta historia de miedo y apariciones... Descendiente de la familia Díaz, tenida por cristianos viejos, limpio de mala raza, casta y secta de judíos, moros y recién convertidos y, antes al contrario, de esclarecido linaje, estando ligado con parentesco inmediato con sujetos de la primera distinción y nobleza de Vejer; que no puede olvidar el cariño de quienes le enseñaron a amar a su pueblo, a extraer de entre sus piedras la memoria del tiempo pasado y sus tradiciones. 

El Vejer de las noches serenas, en las que oía el ritmo de las estrellas, la respiración de la luna, blanca, reflejándose en la cal o el terso raso de la oscuridad callada.., el Vejer del levante, como desatada pasión de la tierra o de los suspiros de la Breña, lejana, a su impulso... al húmedo Vejer de los inviernos, y que su mayor disfrute es paseando por sus calles y hablando con todas las personas que se encuentra. Estudioso de la Mujer cobijada, mujeres que lucían un largo manto de color negro y sólo dejaban a la vista uno de sus ojos. 

Otros Méritos 
Su contribución al avance del conocimiento a través de su continuada labor social de difusión artística, científica, literaria de la Academia es muy plétora fundamentada en los siguientes motivos: 
1. Fomentando el nivel de conocimiento de la Academia no solamente en El Puerto de Santa María sino más allá de nuestras fronteras, contribuyendo e incrementado notablemente su conocimiento e imagen. 

2. Ha demostrado una gran capacidad de entrega y grandes cualidades humanas, durante su etapa como voluntario en la Academia. 

3. Manifiesta una actitud muy positiva en las relaciones con los distintos componentes de la comunidad académica y el entorno, en las que sobresale una continua conducta del respeto total al individuo en la sociedad. 

4. Y, en definitiva, resaltamos que su labor ha representado/representa una magnífica contribución relevante a resaltar los fines que figuran en los Estatutos vigentes de la Academia, en su capítulo 1, Disposiciones Generales. 

En resumen: Ha dedicado hasta este momento cerca de un año de su vida a la acción de voluntariado en la Academia. 

Tras la lectura de este abreviado currículo, y después del brillante recorrido por el complejo sueño poético, con el que nuestro ilustre académico nos acaba de deleitar, me veo en la necesidad de recordar aquel pensamiento que Platón pone en boca de Sócrates cuando comenta con Fedro: 

"pero bienaventurado Fedro, ante un buen escritor, yo, un profano, haré el 
ridículo al improvisar sobre los mismos temas" 

Nosotros al tiempo que felicitamos a Gonzalo por su valiosa aportación, nos congratulamos además de tenerlo en nuestra relación de Académicos de Número. Todavía joven es, por dicha suya, un ejemplo de laboriosidad, de perseverancia, de esfuerzo y de entrega a los demás. 

Porque es un humanista, no un intelectual de los que hoy se estilan. A esta clase de espíritus pertenece el nuevo académico y de aquí su fecundidad en su trabajo para la Academia que no es vano derroche de energía, sino expansión natural y constante de un temperamento bien equilibrado, que se complace por igual en las ideas y en las formas. Una noble y serena tolerancia domina en su quehacer diario y le impide deformar el pensamiento ajeno. 
Quisiera terminar esta intervención recordando, con Sancho, uno de los muchos razonamientos que este hiciera a su señor Don Alonso de Quijano y que podemos leer en el capítulo X de la Primera parte de El Quijote: "virtud es conocer esas yerbas, que según yo me voy imaginando, algún día será menester usar de su conocimiento". 

Y es esto precisamente poder usar de su conocimiento lo que esta Academia de las Bellas Artes de Santa Cecilia y toda la sociedad portuense espera del nuevo académico. Solo me resta darle la bienvenida, hacerle un lugar especial entre nosotros y pedirle que encuentre tiempo para ayudarnos a que la Academia sea lo que pretendemos. Sé bienvenido; te queremos con nosotros y te manifestamos que es mucho lo que esperamos de tu conocimiento y de tu generosidad. Muchas gracias por incorporarte a la Academia y haberlo hecho con tan magnífica disertación.

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