5.9.22

Las hornacinas en la arquitectura de El Puerto de Santa María

 


Es una actividad agradable y divertida dar una vuelta por las calles de El Puerto en busca de las distintas hornacinas que adornan muchos edificios. Además, de esta faceta de entretenimiento, las hornacinas como los retablos cerámicos y los triunfos forman parte de nuestro patrimonio.

La hornacina es la concavidad o hueco de poca profundidad practicado en el muro con la intención de colocar en él, una imagen, estatua o símbolo religioso. Se coloca orientada tanto al exterior como al interior de los edificios y cumple una función principalmente ornamental. Su composición es de una base o peana, un cuerpo central o nicho y el remate superior en forma de bóveda, que se llama venera cuando presenta la forma de una concha marina.

La función de la hornacina tanto en la arquitectura como en la decoración, es compositiva y ornamental; y se suele utilizar aislada o en grupo para los frentes de portadas, o en retablos o altares, para ubicar en ella una imagen o un objeto especial. Es común encontrar hornacinas abiertas en las portadas de las Iglesias –en la Iglesia Mayor Prioral– en las capillas –como en la del Hospital de San Juan de Dios– o en los conventos (en los de la Victoria, Espíritu Santo y Concepción). En estos casos, las hornacinas cumplirían una función de promoción y difusión de la fe. Es más llamativo cuando aparecen en las fachadas de los edificios que no tienen carácter religioso, y es aquí donde estos elementos ornamentales exteriorizan la fe de sus propietarios. Como nota curiosa, ningún palacio o casa señorial de nuestra ciudad posee estos elementos, sino que prefieren ostentar escudos nobiliarios en sus portadas.

Podemos diferenciar tres clases de hornacinas en nuestra ciudad: las que en sus nichos albergan pequeñas esculturas, ya sean imágenes de Jesús –Sagrado Corazón de Jesús en una casa particular de la calle Fernán Caballero– ya sea iconografía mariana –Virgen de los Milagros en una esquina del nuevo Teatro Municipal–; aquellas que tienen depositadas una cruz –casa parroquial en la calle San Juan– ; y por, último las que están vacías –calle de La Rosa– lo que nos impide saber que elementos las componía. Algunas están muy bien cuidadas como las que podemos observar en el antiguo Monasterio de San Miguel, la Casa de los Leones, la Iglesia de la Concepción o en calle Cruces, por ejemplo. Pero para nuestra desgracia, la mayoría están muy deterioradas o vacías.


Para terminar, mi hornacina favorita se halla al final de la calle Cielo, en la Plaza de los Jazmines, más concretamente en el Arco de la Santísima Trinidad, que es sencillamente magnífica.
Rocío Pérez Izquierdo

La banda sonora del vídeo  "Lascia ch'io pianga" es un aria para soprano compuesta por Georg Friedrich Händel. Fue concebida como una zarabanda en la ópera Almira, de 1705.

Lascia ch'io pianga
mia cruda sorte,
e che sospiri
la libertà;

Il duolo infranga
queste ritorte
de' miei martiri
sol per pietà.

Deja que llore
mi cruel suerte,
y que suspire
por la libertad;

Que el dolor quiebre
estas cadenas
de mis martirios
sólo por piedad.


2 comentarios:

Eugenio Martínez dijo...

Gracias Rocío y Gonzalo por esta interesante herramienta que nos proporcionáis para ir conociendo mejor nuestra ciudad, para disfrutarla más y para valorar, como se lo merecen, sus riquezas.

"Arte"Sano dijo...

Siempre es bonito pasear por tu ciudad en modo turista, miras un poco hacia arriba y siempre descubres cosas maravillosas, gracias, y la música siempre preciosa

Publicar un comentario