18.7.23

El fagot.



El fagot es el instrumento de viento-madera más bajo de la familia del oboe. De lengüeta doble y tubo cónico, desplazó y sustituyó, hacia el 1.600, al oboe bajo. La primera es bastante más ancha y larga que la del oboe, y en vez de insertarse en el extremo del tubo, sería difícil dada la forma del instrumento, se une al mismo mediante un tudel de cobre o latón de forma curva. El intérprete ha de accionar diecisiete llaves con la mano derecha, nueve de ellas con el pulgar. La mano izquierda se ocupa de doce llaves, de las cuales, cuatro corresponden al pulgar. La digitación del fagot es similar a la del oboe; su escala natural es la de sol mayor, pero prolongando la unión inferior del tubo, a la que van aplicadas varias llaves, se consigue extender el registro grave hasta el si bemol. 

Surgió a lo largo del siglo XVII, el cual proviene del dulcian. Un instrumento muy conocido en la mayoría de los países europeos, y que gozaba de gran fama en los círculos musicales eclesiásticos y cortesanos.
El carácter con el que hoy se conoce el instrumento se debe básicamente a los perfeccionamientos llevados a cabo entre 1820 y 1830 por Jean Nicolas Savary, cuyas mejoras se vieron reforzadas por la incorporación del sistema de llaves de Theobald Böhm, que aplicara al fagot el artesano Triebert en 1855.

Sea o no cierto, según afirman las enciclopedias, que el fagot fue inventado por un canónigo, allá en el siglo XVI, no puede negarse que algo, y aún más que algo, le quedó de eclesiástico a este instrumento.
                                                                
Mozart: Concierto para fagot - Esteban García Vidal - José Trigueros - Sinfónica de Galicia

Su timbre, muy característico, se destaca vivamente en el colorido orquestal, y lo mismo sirve para expresar lo sombrío y dramático que lo burlesco e irónico. Grandes compositores se sirvieron de los recursos expresivos del fagot: así Bach, Beethoven en sus Sinfonías y su Fidelio, Berlioz en su Sinfonía Fantástica. El último de los artistas citados, buen conocedor del acento expresivo de este instrumento, lo empleó certeramente en la citada página sinfónica. El pasaje, por ejemplo, de la marcha al suplicio cobra más grave carácter merced al empleo de las sombrías notas del fagot, del que Berlioz sabe obtener efectos verdaderamente notables.

Otros músicos prefirieron -a la nota patética- el acento claro, gracioso y burlón que este instrumento puede dar también. Por ejemplo, Rimsky-Korsakov en el tema del segundo trozo de Scherezade y Paul Dukas en El aprendiz de brujo. En esta composición, Dukas logra efectos de espíritu y sonidos resueltamente cómicos, viva muestra de las posibilidades de ligereza e ironía que el fagot posee.

Al fagot se le ha llamado el violoncelo de los instrumentos de aire. Es tan tierno tan melancólico. Pero su sesudez es mayor que su melancolía. Solloza contenidamente como a un hombre maduro le tiemblan los labios por las desilusiones. Es simpatico, buenazo, blando de corazón. No se le pueden confiar sentimientos de altura o de profundidad, porque acabaría quitándoles su augusta proporción. Es especialista en esas marchas fúnebres, lacrimosas, detrás de un Nazareno.  Unas campanas tañendo y un fagot gimiendo llegan a constituir la celebridad. Es rígido, largo, oscuro, con empaque, tanto que solemniza la Iglesia.

En la orquesta, los músicos modernos lo han dotado de voces menos restringidas, y sobre todo, han estilizado genialmente su grotesca sentimentalidad. Cuando el talento le inspira de verdad, desarrolla una ternura conmovedora. Entonce si que es serio y humano y penetrante.

Vivaldi – Concerto in E minor for Bassoon, RV 484 Klaudia Abramczuk – bassoon

Fuentes: Cuentos de Música
Wikipedia
Pedro Salvatierra, pianista y concertista
Gonzalo Díaz-Arbolí

7 comentarios:

Enrique Tapias dijo...

Muy interesante e ilustrativo.

Antonio O. dijo...

¡Qué bonita y didáctica aportación...!

Luis Manzorro Benítez dijo...

Pues resulta que ese sonido que me encantaba cuando ponía algún CD en el equipo ONKYO que me compre hace ya muchos años para escuchar música clásica, salía de un instrumento llamado fagot, así que: ¡gracias, Gonzalo!
Tanto la composición de Mozart como la de Vivaldi me han parecido extraordinarias, y las guardo para volverlas a oír. Ahora, con buscar música clásica con fagot, voy a disfrutar escuchando este instrumento maravilloso.
Tu entrada de hoy me ha encantado, y me ha dado el hilo que me llevará a obras donde el fagot sea el instrumento principal.
Nuevamente gracias, Gonzalo.

Mercedes dijo...

Super interesante Gonzalo....tienes el arte de ilustrar maravillosamente...Gracias amigo...

Pepe C. dijo...

No sé si este comentario encaja en tu blog.De todas formas, enhorabuena me encanta y me siento orgulloso de tenerte como amigo🤗🤗

julio Rodriguez de la Rua dijo...

En mi limitado conocimiento musical, para mí Vivaldi eran "las cuerdas"...
En este Concierto para Fagot, con cuerdas y un clavecín, Vivaldi hace que brillen los variados matices de aquél.
Gracias Gonzalo, por abrirme los ojos a este instrumento con una entrada tan sencilla. Hace que lo comprenda y lo disfrute más.
Julio

Laurentina dijo...

Es bueno que escuchemos los instrumentos menos protagonistas. Un solo de cualquier instrumento es instructivo. Gracias, maestro.

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