Cada 4 de octubre la Iglesia universal celebra a San Francisco de Asís, el santo que se unió a Cristo en sus dolores, el hombre que se santificó en la pobreza, el santo que reconoció a Dios en la naturaleza.

Sin lugar a dudas, el Santo de Asís ha sido siempre una figura de inmensa importancia para la Iglesia, y lo sigue siendo hoy. Tan es así que el Papa Francisco decidió tomar su nombre al asumir el pontificado, con el deseo de honrar su memoria y, al mismo tiempo, como una forma de pedir su intercesión. Es el mismo Papa quien alguna vez lo llamó “hombre de armonía y de paz”.

San Francisco nació en Asís (Italia) en 1182, en el seno de una familia acomodada. Su padre era un rico comerciante y, por lo tanto, él estaba destinado a asumir el negocio familiar. Sintiéndose pagado de sí mismo, mientras el tiempo de asumir mayores responsabilidades llegaba, Francisco se dedicó a gozar de sus bienes en medio de la ostentación y las frivolidades. Para su miseria, no hubo mayores contratiempos en su vida hasta que se vio forzado a ir a la guerra y cayó prisionero. Es verdad que no fue mucho el tiempo que pasó en esa condición, pero su salud empezó a resquebrajarse. Cercado por el desasosiego, en medio del horror de la guerra y la enfermedad, Francisco empezó a escuchar una voz que clamaba desde su interior: “sirve al amo y no al siervo”.

Al cabo de algunos días pasados en oración y ayuno, Francisco volvió a entrar en la población, pero estaba tan desfigurado y mal vestido, que la gente se burlaba de él como si fuese un loco. Fue entonces cuando Francisco con 25 años renunció a la herencia de su padre.

San Francisco de Asís murió el 3 de octubre de 1226, con solo 44 años de edad. Su figura e influencia en la historia de la Iglesia y en la cultura es inapreciable. Incluso quienes no tienen fe o no son parte de la Iglesia católica reconocen en él a una persona extraordinaria. Parte de esa influencia hoy permanece intacta, por ejemplo, en el amor a la naturaleza, en particular el cariño por los animales. 

En esta imagen se puede ver el famoso cordón de San Francisco.
Óleo de Bartolomé Esteban Murillo.

El «cordonazo de San Francisco».
El 4 de octubre es la fecha en la que se celebra a San Francisco de Asís. En muchos lugares de México, como Campeche, se celebran sus fiestas patronales. Este santo falleció el 3 de octubre de 1226 y dedicó toda su vida a ayudar al prójimo y a los animales. En 1228 fue canonizado y el Papa Gregorio IX declaró que su fiesta se celebraría cada 4 de octubre.
Con el paso del tiempo, en la tradición oral de muchas zonas rurales de México nació una leyenda conocida como el “cordonazo de San Francisco”.

Cada año cuando se acerca el día de su festejo, se tiene la creencia que este santo se alista sacudiendo su túnica y el cordón que usa para ajustarla, lo cual agita el cielo dejando días nublados y fríos con algunas lluvias fuertes. El punto importante es que estas precipitaciones representan el final de la temporada de lluvias.

Por otro lado, si el “cordonazo de San Francisco” no llega en los días esperados, se cree que habrá fuertes heladas que afectarán los campos de cultivo cuando aún no se han levantado las cosechas.
Además, en esas fechas, los marineros y pescadores suelen tomar medidas de precaución por si hay lluvias intensas.


Fuente: internet, youtube
Gonzalo Díaz-Arbolí