Sucedió en abril de 1954, Teatro La Scala, Milán
Ópera: La Sonámbula, Vicenzo Bellini
Productor: Luchino Visconti. Director: Leonard Bernstein
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María Callas hizo maravillas en el papel de Amina. Su esbelta figura, su juvenil encanto y gráciles movimientos, produjo un soberbio retrato del atractivo personaje. Exquisitamente vestida por Piero Tosi y cantando como un ángel, su caracterización de la encantadora sonámbula fue fascinante.
El personaje requiere una cantante-actriz ingenua e inocente y, al mismo tiempo, apasionada, impetuosa y cariñosa, que puede llorar de alegría o tristeza. Y esto lo hace Callas. La clave está en la cualidad única de su voz y, en apariencia, del fácil uso que hace de ella.
Bernstein la describe como, "Algo maravilloso, a veces es violín, otras viola, otras flauta. Su interpretación de la sonámbula es fascinante. Callas es gloriosa”
La Sonámbula es uno de los más grandes logros que se haya visto sobre un escenario.
Gonzalo Díaz Arbolí
2 comentarios:
Comparto contigo el reconocimiento y la admiración por esta arrolladora diva, María Callas, que reunió todas cualidades para alcanzar prácticamente la perfección en esta parcela del Arte, pero su coloratura de voz se quedó en la de Querubín, porque la coloratura de Serafín estaba reservada para mi gordita Montse Caballé
Magníficos sus comentarios y su sentido del humor, D. Eugenio.
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