19.2.24

Primer aniversario de la muerte de, Eugenio Martínez Orejas, que está en el Cielo.

El próximo día 26 de febrero de 2024 a las ocho de la tarde, se celebrará una misa, por su alma, en la Basílica Menor Ntra. Sra. de Los Milagros, por el alma de nuestro añorado amigo, Eugenio.

  En memoria del amigo que tanto brilló. 

…pero miraré como perdido el tiempo de tu ausencia. 
Si al contrario, como le pido a Dios, han ido creciendo tus virtudes 
al paso que te acercas más a tu patria, - la Tierra de vides y de aromas -, 
semejante al río que toma notable incremento al paso que llega al mar

Ha pasado un año desde que te fuiste y tu luz nos sigue iluminando en la tertulia.
Eugenio fue un premio para mí, tenerte como amigo.
Julio de la Rúa
 Eugenio ya disfruta en la nueva tierra de vides y de aromas… 
                            
Avanzamos desde lo oscuro mientras hablamos de la vida y de la muerte.
Ya ha pasado un año desde que recibimos aquella tristísima noticia que nos produjo tanto dolor.
A medida que han pasado los meses pensamos que la noción de la muerte, el hecho de que algún día moriremos la conocemos desde siempre, pero cuando ocurre, es difícil aceptar la realidad y tomamos conciencia de la relevancia de cada uno de los instantes que forman nuestra vida...

Algunos de los tertulianos en la actualidad
Tuvimos la suerte de conocerlo y disfrutar de su amistad desde que se trasladó desde Barcelona a El Puerto de Santa María.
Sabemos de su extraordinaria formación académica, de una intensa y rigurosa formación filosófica, y una auténtica personalidad humanística. Difícil hablar sobre alguien al que su modestia le niega ser conocido y reconocido. Era una persona que no se dejaba tentar por la vanidad, no hacía alarde de su sabiduría, antes al contrario, aprendió de Santo Tomás de Aquino que, es más bello iluminar que brillar.

Recordémosle a través de sus poemas:
¿Qué podemos escribir de un hombre de espíritu tan poderoso? ¿Dónde están las palabras? 
En el reposo de su jubilación se sentía feliz con el sosiego que da el estudio, el encuentro con uno mismo, el recogimiento y los pensamientos.
Durante este periodo realizó una selección de sus poemas que recopila en su libro “Huésped conmigo”, poemario intimista, cálido, sincero; escrito respetando los cánones tradicionales del metro y de la rima.
El segundo poemario, "Desde la caverna sin distancia" nos sorprendió con una virtuosa creación inscrita en una fina sensibilidad, fruto de largas reflexiones que han reactivado todo el conjunto de valores conservados gracias a su formación intelectual en la búsqueda de Dios por la vía de la interioridad. Eso además de la hondura en el contenido, las referencias filosóficas y mitológicas constantes y un escepticismo vital lo acercan mucho a la estética del Barroco.
El libro es todo un tesoro de misteriosos significados y raras intuiciones, que dan fe de que nuestra existencia no fue del todo en vano.
Al iniciar la lectura, ya, el epígrafe cronológico nos impresiona: ”En todos los lugares palpita nuestro enigma,. Somos los inocentes y crueles juguetes de la vida. Hasta que un bruto alazán nos descabalga de su grupa, antes de llegar a los abismos donde se sientan los jueces, que ordenarán sus destinos de recompensa o castigo”.

Estas son algunas de las estrofas del luminoso poema que cierra su segundo poemario: “Hacia la nueva tierra” de una espiritualidad y misticismo que trasciende la religión…

Dirige el curso, en capitán, la alondra
a través de las grietas de las horas,
de espacios palpitantes, de torrenciales norias
hacia la nueva tierra de vides y de aromas…

Al fulgor de la vida no hay gracia que lo iguale,
aunque jamás podamos prolongarle un instante,
porque al gesto solemne de un yo con sus perfiles
el ardor de la frente lo acompaña en sus límites
como domada fiera, como amansado buitre….

Sigue ordenando el curso, hasta el final, la alondra
y al hombre oscuro desde su raíz luminosa.

Pero dirige el curso, en capitán, la alondra
hacia la nueva tierra de vides y de aromas.
Algo ondea en el agua del jardín
que va gritándole a los cielos, sí.

Poema: Eugenio W. Martínez Orejas. Música: La mañana, Peer Gynt – E Grieg. Voz: Flora Díaz-Arbolí Hurtado

Los poetas utilizan la metáfora como recurso literario, las metáforas en los poemas ayudan al lector a comprender y entender mejor el significado del autor.
En este poema, la vid y su fruto se emplea para vivir la vida de Cristo, vida de la gracia, que es la savia vivificante que anima al creyente y le capacita para dar frutos de vida eterna.
Según el Evangelio de San Juan (15; 1-8), Cristo empleó la vid como una metáfora para explicar la naturaleza de Su relación con quienes desearan ser Sus discípulos.
La alondra representa a Dios, un símbolo de luz y ascensión mística.
Dicho de otra manera: El canto de la alondra es el vino que nos lleva con él en la copa de oro, el valle de este mundo: la alondra son los bosques y los arroyos, los corazones de los hombres…


La lectura de este poemario proporciona una placentera satisfacción. Es original, abundan notables aciertos poblados de aromas bíblicos, filosóficos y sociales. Los poemas tienen ritmo, un cuidado formal y una riqueza léxica difícil de encontrar en los poemas que ahora se escriben. Eso además de la hondura en el contenido, las referencias filosóficas y mitológicas constantes y un escepticismo vital lo acercan mucho a la estética del Barroco. Teresa Moncayo

Gracias por todo lo que nos enseñaste, querido amigo.
Siempre estarás en nuestra memoria.
Los Tertulianos de Los Cántaros
26 de febrero de 2024

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Cómo puedo agradeceros que mantengáis vivo el recuerdo de mi padre?. ¿Cómo podemos hacerlo sin sentir la nostalgia de no tenerles, como a mi madre, cerca de nosotros?. Hablando de ellos y recordando los buenos momentos que nos hicieron vivir, lo afortunados que hemos sido de haber disfrutado de su presencia, su cariño y su entrega absoluta. Cada día que pasa encuentro algo que me recuerda la suerte que tengo, y el saber que si estoy aquí es gracias a ellos. Son muchísimos los buenos recuerdos que tengo de Eugenio y Covadonga, con ellos les mantendremos presentes para siempre. A vosotros, los amigos que encontró en El Puerto de Santa María, que tanto le distéis y con los que tanto disfrutó, gracias de corazón. Sus poemas, de los que tan orgulloso estaba y a los que tanto tiempo dedicó durante estos años, son un enorme legado, en cuya lectura encontraremos siempre referencias a su vida, sus inquietudes, sus pensamientos y a su experiencia, y me encanta que los recuerdes constantemente en tu blog, Gonzalo. Gracias. Siempre con nosotros.

Julio de la Rua dijo...

Ha pasado 1 año desde que te fuiste y tu luz nos sigue iluminando en la tertulia.
Eugenio fue un premio para mí, tenerte como amigo.

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