20.9.21

Sobre la obra poética de Manuel Manzorro


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Siempre que he visitado Toledo me ha venido a la memoria Vejer, de la Frontera con Reino Nazarí. Ambas fronteras durante el lento proceso de avance de la cristiandad, Vejer fue conquistada 165 años más tarde. Tienen una genética similar, ambas fortalezas militares como elementos fronterizos. Sin conocerse, tienen los mismos padres a modo de matrimonio adúltero.
Y fue en este pueblo soñado, donde nace y crece en el momento justo, 7 junio de 1935, en el núcleo rural de Patría nuestro personaje, Manuel Manzorro Pérez.

Su formación, a la sombra de un mítico apellido  de agricultores, representa unos valores concretos: el trabajo y el esfuerzo de sol a sol, sudoriento, rompiéndole el pecho a la tierra con barba de días y renegrida la tez por los hornos de agosto.

De sus poemas transcribo: tantos vendavales cumplidos a quemarropa, o cuando recordaba a su amigo Pepe Sánchez en su atalaya del Monte-Patría: 

Tu llegaste antes que yo 
a esta vecindad antigua de los pobres,  
y siempre sentí al verte, buen amigo
como un tropel de estribos y de árboles.... 

Las grandes penalidades que caracterizaron la vida de los campesinos de aquella época hizo que, fuesen calando en su sensibilidad de artista, un léxico y un paisaje rural propio, voces que aluden a una realidad ya casi desaparecida, sin embargo, el paisaje permanece intacto como testimonio del paso del tiempo.
Y esto equivale a decir que el hombre no puede tener una visión absoluta de las cosas hasta que no miremos el azul del cielo o las verdes campiñas de trigo. 

Dónde habrán caído, aquellas tardes de trigales tan altos
trigales que a golpes de viento fueron suaves océanos en mis manos.

El descubrimiento de la belleza de la Naturaleza y de por medio la poesía.

Amante de la lectura sumado a la magia de las palabras viejas y sonoras que escuchaba en su entorno, encontraba allí la palabra precisa, en un mundo que él sentía y no podía expresar, y decidió entonces desarrollarlo como actitud, para soltarlo como una pandorga al viento. Esa era su misión, enseñar por medio de la poesía, a quienes no conocían la rica terminología de arabismos e hispanismos procedente de antiguos cultismos, para que el hombre de hoy, vislumbre, al menos, la existencia de un acervo cultural que jamás debería caer en el olvido. Como nunca perderán la dignidad señorial los hombres del campo.

Hoy han vuelto de súbito a hundirse
otra vez, las herraduras
en la arena infantil de la memoria
y de pronto me ha parecido de día;
es triste todo
y dulce también igual que era.
............
Todo quedó en su sitio al despuntar el alba.
Abandonamos el patio al clarear el día
y olía la silente luz difusa por los carriles,
igual que un tomillar recién cortado,
o un socaire de orégano y colmenas.
Del poema: Foto que hizo la memoria

Desde hace muchos años trabaja en beneficio y honor de Vejer de la Frontera; su obra como pintor y poeta dedicada a su ciudad natal, le han convertido en embajador de nuestro pueblo. Es por sobrados méritos, el claro ejemplo de una personalidad desbordante y única, tiene su mundo propio y goza de ese mundo. Manzorro ha cedido siempre al magnetismo de un universo que le invoca.
El artista no es nada sin su don, pero el don no es nada sin trabajo. Émile Zola

EL LOCO DE LOS POZOS


Cuento:
Los campos de Vejer están sembrados de viejos pozos. La mayoría de ellos están deteriorados o destruidos llenos de verdín por el paso de los años y la falta de mantenimiento.

Un día, unos vecinos en el Pago de Patría, vieron al amanecer, pasar a un joven campesino, recio como un gañan, cargado de brochas y cubos llenos de cal; sorprendidos, lo vieron pintar el pozo Reó, llamado así porque tenía una pileta alrededor del brocal.

El caso es que, al día siguiente al alba, volvieron a verlo de igual guisa ¿Dónde irá hoy? se preguntaron, al observar que tomaba el camino de la Cañada de la Higuera, vieron cómo pintaba el pozo de los Manzorro.

Lo vigilaban y cada mañana lo veían cruzar los campos con las brochas y los cubos llenos de cal. Y es por eso que, comenzaron a llamarlo “El loco de los Pozos”

Pasó el tiempo y cuando contemplaron la hermosura de los pozos con brocales, piletas y pilones totalmente blancos se dieron cuenta de que no era locura, solo que el zagal de Diego, estaba obsesionado con la blancura de los pozos.
Con el asesoramiento de Luis Manzorro Benítez.

En la actualidad reside y trabaja, pintando, escribiendo, leyendo, rodeado de olivos y ruiseñores disfrutando del silencio y la soledad en el Núcleo Rural de Santa Lucía de Vejer de la Frontera.

Gonzalo Díaz-Arbolí
Académico de Bellas Artes de Santa Cecilia

19.9.21

EN RECUERDO DE AQUILINO DUQUE GIMENO, poeta y escritor sevillano. Fallecido ayer sábado a los 90 años.



La muerte sorprendió a Aquilino Duque este septiembre, como vaticinó, joven, en su poema ‘Elegía andaluza’ incluido en su primer libro ‘Calle de la luna’ (1958): «Sé que cuando me muera... que será cualquier día de fines de verano...».

Nació el 6 de enero de 1931 y murió en Bormujos (Sevilla), 2021. Realizó estudios jurídicos en Sevilla, en Cambridge, en Reino Unido y en Texas; vivió en Ginebra y Roma como funcionario internacional entre 1961 y 1975 y fue profesor invitado en varias universidades extranjeras.
Académico de la Real la Sevillana de Buenas Letras, Premio Nacional de Literatura en 1974. Obtuvo los premios Leopoldo Panero y Fastenrath que concede la Real Academia Española, doctor honoris causa por la Universidad Inca Garcilago de la Vega, de Lima, Washington Irving, de cuentos Casa de América, José María Pemán de periodismo...

Autor de: 12 poemarios,  13 novelas,  5 memorias,  18 ensayos,  4 viajes y paisajes, 6 traducciones.

En la presentación que hizo, con motivo de la exposición de su íntimo amigo, pintor y poeta, Manuel Manzorro hace casi un par de meses, dijo: "Siempre digo que no somos como nos vemos en un espejo, sino como nos ven los demás. Vida y obra son una misma cosa y lo que el artista silencia por pudor o por modestia, la obra lo proclama a los cuatro vientos".

'Un poeta que no pertenece a su generación
Luis Alberto de Cuenca, que ha analizado la poesía de Duque, ha dicho que se trata de un poeta "que no pertenece a su generación" por ser "una poesía libre, desvinculada, postmodernista, y marcada por la nostalgia, el cultivo elegíaco de la infancia y el cosmopolitismo, con una evidente confluencia con Foxá".
"Con su oído privilegiado, Aquilino Duque puede acercarse a cualquiera de las bellas artes, maneja las estrofas clásicas y populares, maneja la rima sin retórica, con la naturalidad que le es propia, y siendo un poeta andaluz por los cuatro costados convierte ese apego al terruño en un lenguaje universal", según De Cuenca.
"Su poesía es contenida, no torrencial, porque su concepto poético es de obligatoriedad, de necesidad, no de escribir por escribir; y es un mérito que toda su obra poética esté en un volumen que no supera las quinientas páginas", ha agregado de Cuenca.

Así describía hace muchos años la Real Plaza de Toros portuense:

Me viera yo en tus carteles
una tarde marinera
haciendo con tu bandera
señas a mis timoneles.
Lejos de los redondeles
no sé que sangre te espera.
Ni que torillo abantos
te acribillan a cornadas,
de grímpolas y lepantos.


El Último Viaje de Antonio Machado

Déjelo todo, madre; ya nada vale nada.
Junto al río los juncos calan sus bayonetas.
España pesa mucho y es larga la jornada…
Hay que dejarlo todo en las cuentas.

Hogar y hogar errante quedan por los caminos:
aquí un colchón, allá unas cacerolas…
Mirad todos al pueblo de los tristes destinos
soltar lastre y perder raíces españolas.

Soldado, tú que avanzas hacia la primavera
con el cuatro de espadas ceñido de laureles,
¿no has encontrado acaso junto a la carretera
una maleta llena de papeles?

No dispares, soldado, contra tanta grandeza.
Ordena el alto el fuego.
Bájate del caballo, descubre tu cabeza
y lee esos papeles aunque los quemes luego.

Así sabrás quién iba con tanto fugitivo,
Y si amas a España, y si buscas su gloria,
Pide para tus sienes no el laurel: el olivo.
Ven a hablarnos de paz, pero no de victoria
Aquilino Duque, año de 1963

Hoy, desde este humilde blog, queremos recordar su categoría de poeta, escritor, ensayista, y traductor. Al mismo tiempo mostramos nuestras condolencias a su viuda e hijos, a sus amigos, especialmente, a Manuel Manzorro. Con nuestra tristeza por su pérdida. Sit tibi terra levis, poeta imprescindible.
Poco antes de morir escribió:
Nunca sabré qué atardecer romántico
pondrá en tus ojos dos estrellas fijas,
ni qué constelación de girasoles
hará cielo la tierra, noche el día.

Gonzalo Díaz-Arbolí

16.9.21

Nocturnos de John Field

Derrama, querida luna, tu brillo plateado a través del verdor de las hayas, donde fantasías y formas oníricas vuelan siempre tras de mí... Sueñe sus piezas y abandónese a su inspiración.


La denominación nocturno, se le daba en el siglo XVIII a una pieza tocada generalmente en fiestas de noche, sin que la pieza tuviese nada que ver con la evocación de la misma. Sin embargo, el género ‘nocturno’, siendo considerado como una pieza para piano solo, de un único movimiento, con un carácter inicialmente evocador de la noche, surge en el siglo XIX, y es un género muy característico del Romanticismo. Los nocturnos son generalmente piezas tranquilas, expresivas y con un carácter lírico, y a veces llegan a ser algo oscuras.
La noche... Son miles los términos que asociamos a esta palabra; sueños, oscuridad, miedo, intimidad, horror, soledad, romanticismo, muerte, sombra, tiniebla…

En el siglo de las Luces el Conocimiento estaba ligado a la claridad, a la luz (de ahí el nombre). La luz es el emblema clásico del racionalismo. Con la época romántica la filosofía de la noche adquiere un significado nuevo; ésta se relaciona con lo irracional. El romanticismo europeo detesta la gran luz cartesiana, Como explica Vladimir Jankélévitch: “El hombre de medianoche descubre las virtudes positivas y el poder de las tinieblas; se siente bien en el negro porque, como las aves nocturnas, él está especialmente dotado para sentir y ver en la noche.”

Es la noche que incita a la confidencia y a la meditación (a veces coloreada de religiosidad), a las acciones clandestinas, que es metafísica y que altera algo en nuestro interior, que agita nuestros corazones. Noche que hará nacer en el alma romántica una serie de emociones y despertará viejos terrores adormecidos.
Lo nocturno no es solamente el consuelo de los afligidos. Es también el cielo negro, sin esperanza y sin aurora.



Nocturnos de John Field: 

Franz Liszt alaba a John Field y a estas piezas, a las que denomina como “verdaderas obras de sensibilidad, que han mantenido su gracia juvenil al lado de muchas cosas que han quedado obsoletas”. El encanto que encontró en estas piezas está contenido en la melodía y en una delicada armonía”, reflejan toda la simplicidad del instinto, deleitándose en dar una infinita variedad expresiva a la inocente y jubilosa poesía de los sentimientos que llenan el corazón” y continúa List: “el título de nocturno se ajusta perfectamente a estas composiciones, llevando nuestros pensamientos a esas horas en que el alma se vuelve únicamente hacia ella misma, precipitándose hacia misteriosas regiones del cielo estrellado”.

 

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Los nocturnos de Field se caracterizan por una suave melodía cantábile, que fluye sobre un acompañamiento arpegiado, combinando la expresividad con la sencillez, tanto armónica como melódica, así como por el uso del pedal de resonancia, que le da más profundidad al sonido. Fue el primero que introdujo un género que no pertenecía a ninguna de las categorías establecidas, en el que los sentimientos y la melodía reinaban solos. Él abrió el camino para todas las composiciones que desde entonces aparecieron bajo el título de canciones sin palabras, baladas, impromptus, etc.”

En conclusión estos nocturnos tienen un carácter relativamente sencillo, muy basados en los sentimientos, pero con un carácter en general tranquilo, o bien llegando a “crear” en ocasiones cierto ambiente de tristeza y melancolía. En ellos se observa un gran predominio de las tonalidades mayores, y de los tiempos lentos.


Resumen biográfico:

John Field (Dublín26 de julio de 1782 - Moscú23 de enero de 1837) fue un compositor y pianista irlandés. Fue muy bien visto por sus contemporáneos y por su forma de tocar y las composiciones influenciaron en muchos compositores importantes, como Chopin, Brahms, Schumann y Liszt.


Inició sus estudios de piano con su abuelo, del mismo nombre, organista profesional, y, más tarde, con Tommaso Giordani -músico de origen napolitano-. Fue el hijo mayor de Robert Field, de profesión violinista. Debutó a los 9 años, con una buena acogida. Su familia se trasladó a  Londres, allí, su padre consiguió que recibiera clases del pianista, compositor y constructor de pianos Muzio Clementi. Atrajo favorables comentarios de Joseph Haydn por sus interpretaciones. A los 17 años presentó su primer concierto para piano (escribió un total de siete). Considerado un excelente pianista, no se le tuvo en la misma consideración hasta que en 1801 publicara su primer conjunto de sonatas para piano, dedicadas a Clementi. 
Cuando Clementi se trasladó a Rusia, Field le acompañó como demostrador de pianos. Allí consolidó su propia carrera como concertista, dividiendo sus actuaciones entre Moscú y San Petersburgo, pasando a residir en dicha ciudad a partir de su matrimonio, en 1810. En 1831, y con la salud deteriorada debido a un doloroso cáncer de recto, fue a Londres para seguir el tratamiento médico. Regresó a Rusia, pasando por Francia e Italia, donde estuvo nueve meses hospitalizado en Nápoles. Ayudado por una familia aristocrática rusa, regresó a Moscú en 1835. Allí compuso sus últimos nocturnos durante sus últimos dieciséis meses de vida. Murió en Moscú

El primer y el quinto Nocturno de esta colección están marcados por una felicidad radiante, podríamos llamar el florecimiento de una felicidad, obtenida sin penas.

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En el segundo los tonos son más oscuros, como aquellos de la luz en un jardín sombrío. Podríamos creer que en este canto se siente una ausencia, si, como se suele decir, la ausencia es un mundo sin sol.

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Pero en el último, el núm. 18,  las formas se dibujan distintas, los contornos como si un calor incluso opresivo hubiera disipado la niebla matinal.

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Como dice mi amigo Eugenio, ahora nos queda "pinchar en uno de los nocturnos, cerrar los ojos y dejar que la mano izquierda de la pianista, con sus arpegios dulces y reiterativos, nos sumerja en los oscuros ébanos de la noche, mientras la melodía de la derecha nos susurra, sin palabras, un sonoro, cromático y misterioso cuento de hadas"

En letras de oro escrito, como me aconseja mi amigo Julio. ¿Qué sería del blog sin vuestras generosas y cabales aportaciones?  Gracias, muchas gracias, amigos.

Gonzalo Díaz Arbolí

13.9.21

Obras Maestras al detalle. Museo del Prado y Johann Sebastian Bach.

 

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Pasión de Cristo es la denominación convencional utilizada para englobar los episodios evangélicos que narran los sucesos protagonizados por Jesucristo entre la última cena y su crucifixión y muerte el ciclo narrativo puede detenerse ahí —comprendiendo aproximadamente una noche y el día siguiente— o continuarse con su entierro y resurrección, al tercer día —el cómputo cronológico ha sido históricamente objeto de debate—. También es el tema más utilizado en el arte cristiano.

La palabra castellana "pasión" proviene de la latina passĭo, -ōnis,. Hace referencia a los sufrimientos de Cristo, entre los que se incluyen: la traición de uno de sus discípulos (Judas Iscariote) y la negación de otro (San Pedro), la oración del huerto (aceptación trágica de su destino mientras los apóstoles, dormidos, le dejaban solo en el Huerto de los Olivos —Getsemaní—), su prendimiento (tras ser señalado con el "beso de Judas" y renunciar a que sus discípulos le defendieran), su periplo judicial entre Anás, Caifás, Pilatos y Herodes (el juicio de Cristo, con sus interrogatorios y enigmáticas respuestas), en el transcurso del cual se producen diversos episodios de burlas y torturas a cargo de los soldados (Cristo en la columna, coronación de espinas, los llamados improperios), la presentación a la multitud (Ecce Homo), la alternativa presentada a elección popular (salvar a Cristo o a Barrabás), su condena a muerte con el "lavado de manos" de Pilatos, el Via Crucis (el camino, cargado con la cruz, atravesando Jerusalén —por la actualmente llamada Via Dolorosa— hasta el monte Calvario —Gólgota—, con varias caídas —debe ser ayudado por Simón de Cirene— y encuentros —con Verónica, que le seca el rostro, con su madre, con las mujeres de Jerusalén—), el expolio (ser despojado de sus ropas), y la crucifixión entre dos ladrones (Dimas y Gestas).

Son innumerables las obras de arte que representan episodios de la Pasión de Cristo, es un tema recurrente en el arte cristiano. Su representación puede adecuarse estrictamente a los límites propios del concepto "Pasión".

Entre los más representados que se encuentran en el Museo del Prado están:
01. Entrada de Cristo en Jerusalén. Anthony van Dyck
02. La última cena. Juan de Juanes
03. Lavatorio. Tintoretto
04. El Prendimiento. Francisco y Rodrigo de Osona
05. El Prendimiento de Cristo. Antonio Van Dick
06. Cristo de Gethsemaní. Carl Heinrich Bloch
07. La flagelación de Cristo. Anton Raphael Mengs
08. Cristo ante Pilatos. Giaquinto Corrado
09. Cristo a la Columna. Giandomenico Tiepolo
10. Coronación de espinas (La Flagelación). Juan Correa de Vivar
11. El Expolio de Cristo. Tiepolo Giandomenico
12. La Flagelación de Cristo. Giaquinto Corrado
13. Ecce Homo. Juan de Juanes

En este vídeo pueden ver los cuadros y fragmentos muy detallados.


La banda sonora del vídeo es, "La Coral venir hijas, ayúdame a quejarme", de la Pasión según San Mateo, BWV 244,  está  escrita para voces solistas, doble coro y doble orquesta por Johann Sebastian Bach. 

Se ha definido como el más rico y noble ejemplo de la historia de la música sacra.  Consta de dos grandes partes conformadas por 68 números. El texto del evangelio de San Mateo, capítulos 26 y 27, es cantado literalmente por un evangelista, y las personas de la trama (Cristo, Judas, Pedro, etc.) por los demás solistas. 
Alrededor del texto bíblico se agrupan coroscoralesrecitativos y arias con la intención de interpretar el texto. 

No se sabe con certeza si la Pasión según San Mateo fue compuesta en 1727 o 1729. Aunque se relaciona directamente con la música fúnebre para el príncipe Leopoldo de Anhalt-Cöthen, se desconoce si la cantata fúnebre sirvió como modelo para la pasión o si la pasión fue el modelo de la cantata.  Es la obra más extensa del compositor.
Gonzalo Díaz Arbolí

10.9.21

Andrés Gaos Berea, compositor y violinista



Andrés Gaos Berea, (el gallego errante) compositor, violinista y director de orquesta, nacido en La Coruña, en 1874 en el seno de una importante familia de comerciantes musicales gallegos y fallecido en Mar del Plata, Argentina en 1959.

Cuando contaba con pocos meses, su familia se traslada a la ciudad de Vigo, estudiando violín y piano, instrumento que también llegará a tocar con gran solvencia. Estudió con el violinista Eduardo Dorado.

El 14 de agosto de 1884 debutó en Pontevedra y dos días después ganó su primer galardón como intérprete. Al terminar sus estudios primarios, con doce años, la Diputación Provincial de La Coruña lo pensionó para estudiar violín (1885-89) con Jesús de Monasterio en la Escuela Nacional de Música y Declamación de Madrid, esta Diputación renovó su apoyo a Gaos el 11 de abril de 1889 con una beca para tomar clases privadas con Eugène Ysaye (otoño de 1889 a marzo de 1890) en Bruselas. En 1890 no consigue ingresar como alumno en el Conservatorio de París y regresa a Galicia.

Lieder: Andrés Gaos  piano, Alejo Amoedo

Con apenas 20 años, hará su primera gira por América, para terminar instalándose finalmente en Argentina en 1895, donde conoció a su futura esposa, la cantante y violinista América Montenegro (1876-1949) con la cual se casó el 6 de febrero de 1896 en Montevideo y tuvo cinco hijos. Residieron en España durante nueve meses y en agosto de 1900 el matrimonio se asentó en Buenos Aires como profesores del Conservatorio de Alberto Williams en el cual Gaos se dedicó primordialmente a la enseñanza del violín y, esporádicamente, a la composición de música de salón y a las giras de conciertos. Divorciado en 1917, se casó con su alumna Luisa Guillochon, en 1924 decide trasladarse a Francia, donde la familia Gaos-Guillochón permanece ocho años. El 19 de febrero de 1933 regresan definitivamente a Buenos Aires. Durante dos años Gaos trabaja como profesor de música del Colegio Nacional Mariano Moreno y en 1935 es nombrado Inspector de Enseñanza Secundaria Normal y Especial del Estado, puesto que desempeñará hasta su jubilación en 1948.
En este país desarrollará una importante actividad educativa, interpretativa, compositiva y, como director de orquesta (fue el director de la orquesta que representó a Argentina en la exposición de París de 1937).

Tanto la prensa extranjera como la española lo consideran el mayor representante de la escuela española de violín y lo llaman habitualmente el “Sarasate del porvenir”. Cabe destacar las buenas críticas que recibe de músicos tan importantes como Joaquín Turina

Rosa de abril (basada en un poema de Rosalía de Castro)

Su labor compositiva se orientó principalmente hacia diversos géneros de música popular (canciones, danzas, obras para concursos institucionales), en su mayor parte publicados en vida del autor, nueve melodías casi todas destinadas a los recitales de América Montenegro, y piezas de lucimiento para sus propios recitales, casi todas inéditas o publicadas recientemente.

Desde 1899 publicó obras para violín y piano, canciones de concierto en francés y en español. Entre 1912 y 1916 compuso varias obras corales, una de las cuales fue galardonada por la Asociación Wagneriana de Buenos Aires. En 1916 obtuvo un premio en Tucumán -donde transcurre la acción de su única ópera, "Amor vedado", -que no llegó a estrenarse- la música y la letra del himno oficial del Centenario de la Independencia Argentina.

Sinfonía nº 2 “En las montañas de Galicia”

Su catálogo de música de concierto se limita a una ópera, una sinfonía, un poema sinfónico, cuatro cuadros sinfónicos, un Allegro para violín y orquesta, dos obras para orquesta de cuerdas, una sonata para violín y piano y una suite para piano. Impresión nocturna y la Sinfonía nº 2 “En las montañas de Galicia”
Si bien Gaos nunca llegó a ser un violinista de fama internacional, es posible que sus obras ocupen algún día un lugar destacado entre los compositores del siglo XX.  

Los aficionados a la música giramos siempre sobre lo mismo: Albeníz, Granados, Falla...Y nos olvidamos de Gaos, Bacarisse, Quiroga...
Debemos seguir explorando para encontrar esos excelentes músicos desconocidos.

                       Impresión nocturna - Víctor Pablo Pérez - Orquesta Sinfónica de Galicia

Gonzalo Díaz-Arbolí 

8.9.21

JAVIER EGEA, UNA VIDA PARA LA POESÍA

 


Lamentablemente, han sido muchos los años en los que la figura de Javier Egea (1952-1999) ha pasado más desapercibida de lo que debiera en la esfera literaria y editorial de nuestro país. Sin embargo, gracias a la gran labor desempeñada recientemente por críticos, estudiosos y editores, su poesía es hoy mucho más accesible y puede ser leída y admirada por todos aquellos que deseen sumergirse en su fascinante universo poético. 

Nació en Granada en 1952 y desde su más temprana juventud manifestó una clara inclinación hacia la poesía. De modo que en su adolescencia comenzó a escribir versos tratando de imitar a los grandes autores a los que había leído y abordando el gran tema literario por antonomasia: el amor. No obstante, a pesar de que esas primeras composiciones, aparecidas mayoritariamente en su primer poemario, "Serena luz del viento" (publicado en 1974 y con composiciones fechadas entre 1969 y 1972), siguen la línea del poeta adolescente que confiesa sus sentimientos a través de los versos, en ellas puede apreciarse el gran magisterio ejercido por Lorca o Bécquer, que le otorgan una perfección técnica y un dominio de los metros poco conocido en poetas de esa edad. "Serena luz del viento" fue por ello muy bien recibido en el panorama literario de comienzos de los años 70, pues presentaba un estilo alejado tanto de la poesía novísima como de la poesía social; en efecto, uno de los rasgos más característicos de este poemario fue el empleo de estrofas clásicas. Pero frente a este clasicismo formal, el contenido de muchas de estas composiciones presentaba un fuerte erotismo, algo que le trajo al joven Egea alguna que otra complicación. 

La influencia de Federico G. Lorca se puede apreciar en esta declaración:
 
Yo me sentaba a la sombra de los pinares a leer aquellos versos: por sus líneas tersas mis tímidos y asombrados ojos de adolescente treparon a otras nubes y bajaron también a los más negros pozos de la angustia [...]. Mi deuda personal, histórica, con su poesía resulta impagable. En el desván del corazón guardo todo mi respeto y cariño para este poeta tocado por el sueño, la luna y el frío [...]. En la fiebre poética, en el dolor de luz, en la constante intuición de la muerte, en la trágica pasión de vivir, nos hemos encontrado a cada paso.

                           Su primer poemario: Serena luz del viento (1974).

En la búsqueda de su poesía materialista y abordando el tema amoroso, Egea había escrito "Paseo de los tristes" a finales de 1981, y es precisamente en los siguientes años cuando un grupo de poetas y amigos van a aglutinarse en torno a una ideología común y van a llevar a cabo toda una serie de actos y manifiestos. Así, por ejemplo, en mayo de 1982 Javier Egea y Luis García Montero escribieron el "Manifiesto albertista", que dedicaron a Rafael Alberti y ante quien lo leyeron, manifestándole su admiración incondicional.

Transcripción de un fragmento del Manifiesto:
...Romper la identificación con la sensibilidad que hemos heredado significa también participar en el intento de construir una sentimentalidad distinta, libre de prejuicios, exterior a la disciplina burguesa de la vida. Como decía Machado, es imposible que exista una poesía nueva sin que exprese definitivamente una nueva moral, ya sin provisionalidad ninguna. Y no importa que los poemas sean de tema político, personal o erótico, si la política, la subjetividad o el erotismo se piensan de forma diferente. Porque el futuro no está en los trajes espaciales ni en los milagros mágicos de la ficción científica, sino en la fórmula que acabe con nuestras propias miserias. Este cansado mundo finisecular necesita otra sentimentalidad distinta con la que abordar la vida. Y en este sentido la ternura puede ser también una forma de rebeldía...

Y al final, el silencio definitivo...

He muerto muchas veces. Mi vida es una muerte acostumbrada. Como un suicidio, a los veintiséis años, pasé cuarenta y ocho horas en coma tras haber ingerido un tubo de somníferos...]. Pero parece que las pastillas estaban pasadas de fecha y su poder letal había disminuido. Volví a morir con el primer amor; otra vez con la muerte de mi madre; de nuevo con la de mi padre. He muerto en cada relación amorosa de las muchas que encontré o me reservó un destino. He muerto con la explotación y con las guerras. Se muere a diario por la asfixia de las relaciones capitalistas. Quevedo habló de “presentes sucesiones de difunto”; Lorca de “marineros definitivos”. Yo, mediante la poesía, he intentado transformar esa muerte diaria en vida. Espero que la muerte definitiva sea una más en este largo proceso fúnebre.


Poeta frágil que se fue antes de tiempo dejando un vacío a su alrededor. 
Fue un romántico completo hasta en su muerte, depresivo, sensible, sublimando el amor hasta cuando se materializaba.  
No me resisto a transcribir estas estrofas de su poema:  
                                                             19 de mayo. Pensión Fátima

en donde la pregunta del abrazo desnudo
supo al fin el porqué de tanta lucha,
la clave del sudor sobre las sábanas,
y la virginidad redonda, amanecida,
reconoció la llave de su casa madura,
con una verde mano le puso rumbo exacto
y la llevó a su centro
y siempre siempre siempre
nació allí la tormenta del esperado amor
como una racimo…

…que fue la geografía de mi primer amor,
el mapa donde tuvo mi gran pasión su cuna

En un momento determinado yo me vi en la necesidad de analizar el amor no ya en un medio ideal y etéreo, sino de hacerlo con los pies en la tierra. Y esto, no sólo yo, sino todo un grupo de poetas de Granada que llevamos una misma trayectoria ideológica y que partimos de un mismo análisis de la experiencia cotidiana, que sabemos que la poesía no hay que esperarla como la lluvia, que sabemos que hay que trabajar y empeñarse a diario a base de estudiar, de vivir, de leer, de contactar unos con otros, dejándose de divismos y manteniéndonos dignos en todo momento, sin llegar nunca a venderse en medio de toda la sórdida estructura capitalista de la explotación y de la muerte.

El 29 de julio de 1999, renunció a seguir viviendo en un mundo que no le agradaba. 

Considerado uno de los poetas españoles más importantes de los años ochenta, fue uno de los padres del movimiento poético "La otra sentimentalidad" junto con Luis García Montero y Álvaro Salvador. Consiguió, entre otros premios literarios, el Premio Antonio González de Lama de la Diputación de León por su libro  Troppo mare y el Premio Hispanoamericano de poesía Juan Ramón Jiménez por Paseo de los tristes.

                            
La vigencia de su obra, 22 años después de su muerte, es total.  Al tocar temas universales como el poder, la libertad, la esperanza y el compromiso político. Es un poeta verdadero. Su figura respira verdad vital y literaria. Algo así como lo que le ocurre a poetas consagrados como Antonio Machado, sostiene el investigador literario, Jairo García Jaramilloprofesor y poeta, uno de los mayores expertos en la obra de Egea, al que dedicó su tesis,  autor también de "Javier Egea: la búsqueda de una poesía materialista" (2005).
En 2006 se publicaron una serie de sonetos titulados Sonetos del diente de oro.

Bibliografía:

Material didáctico elaborado por Lucía Noguera Cuadros  
Wikipedia
Prensa. Granada Hoy. 7 septiembre 2021
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Gonzalo Díaz Arbolí

3.9.21

Monjes Benedictinos, Cantos gregorianos



Antecedentes
Con una mirada retrospectiva los tratadistas teóricos del siglo XII el tema de la polifonía buscando referencias sobre la interpretación de algunos cantos a varias voces en la música culta de tipo religioso de la zona de Francia. Recordemos que el Canto Romano Antiguo habría efectuado un viaje de ida y vuelta para retornar a su punto de origen transformado por las influencias de la Liturgia Galicana. El canto gregoriano es el canto oficial de la Iglesia Católica. Es una música vocal, monódica (a una sola voz) y "a capella" (sin acompañamiento de instrumentos). El canto gregoriano es una enorme colección de obras vocales puesta bajo la advocación del papa San Gregorio I Magno (590-604)), por una leyenda que falsamente le atribuye su invención. Pero el canto gregoriano no es obra de un solo hombre, ni siquiera de una sola generación, ni apareció en un solo lugar concreto. Es la obra acumulada de muchos cantores, en muchos lugares y durante muchos tiempos; sin embargo cristaliza en un repertorio muy unido que se extiende por todo el occidente cristiano medieval. El canto gregoriano es la expresión musical de fe de la Iglesia, manifestada en su liturgia y que se ha mantenido durante siglos. Pero también es un patrimonio inmaterial de la humanidad, digno de ser oído como auténtica obra de arte.


Desde los primeros tiempos del cristianismo, los fieles recurrieron a la música para solemnizar los cultos, siguiendo la tradición judaica del canto de los salmos. San Pablo menciona “salmos, himnos y canciones espirituales” (Ef 5, 19. Col 3, 16). Al irse cristianizando las diversas comarcas occidentales se iban desarrollando diversos estilos de canto, al mezclarse con las costumbres locales. De este modo aparecen el canto ambrosiano en Milán, el canto viejo-romano en Roma, el canto mozárabe o visigótico en la Península Ibérica, el canto galicano en Francia, o el canto beneventano en el sur de Italia.

Lo que hoy llamamos canto gregoriano surge en Francia, al desarrollarse el rito romano en contacto con el ambiente galicano. En el siglo VII la visita del papa Esteban II al reino franco pone en contacto ambas tradiciones musicales y litúrgicas. Tras esto Carlomagno pone todo su interés en unificar la liturgia cristiana en todo su imperio como manera de legitimizar su reinado, basándose en esta refundición sobre el ritual romano. El papado aprobará esta unificación, y la promoverá en toda la Europa occidental (Islas Británicas, estados germánicos, Italia, reinos ibéricos...). Algunos ritos y cantos regionales sobreviven algún tiempo, pero al final este nuevo canto "franco-romano" se impondrá por toda Europa.

Fuente: Síntesis tomado de la Revista de Música Culta FILOMÚSICA


Gonzalo Díaz-Arbolí