13.9.23

Las películas que odiaba la censura:Rojo y negro

 

En 1951 la censura se endureció con el nombramiento como ministro de Información y Turismo de Gabriel Arias Salgado. “Diga usted lo que quiera”, afirmó en un periódico italiano, “pero le voy a hacer una revelación: antes de que implantásemos estas nuevas normas de orientación el 90% de los españoles iba al infierno. Ahora, gracias a nosotros, solo se condena el 25%”.

Quizá Buñuel, Berlanga, Fernán-Gómez, Picazo, Miró, Saura, Bardem, Grau o De La Iglesia fuesen al infierno por inmorales, pero se merecían el cielo por la creatividad con la que sacaron adelante sus obras maestras. Con motivo de la restauración de la copia original de Rojo y negro, retirada por la dictadura, recordemos las anécdotas más esperpénticas e injustas de la censura y celebremos el ingenio de los cineastas para seguir haciendo gran cine a pesar de la falta de libertad.


¿Por qué Rojo y negro es una película maldita? Estrenada en 1942, duró tres semanas en cartel. El título hace referencia a los colores de la bandera de la Falange, que también son los de la CNT. En los albores de la guerra civil, una chica se alista en la Falange mientras que su novio se afilia a un partido de izquierdas. Rojo y negro acusa a la derecha burguesa de mirar para otro lado y, en una alegoría surrealista, muestra a un grupo de diputados y filósofos con los ojos vendados. El director de la película, el falangista Carlos Arévalo, evitó caer en heroísmos o caricaturas: su retrato salvaje, desesperanzado y nada patriótico de la contienda espantó a Franco. Rosa Añover, en su libro Censura y guerra civil en el cine español, especula con que todas las copias de Rojo y negro desaparecieron misteriosamente porque “el protagonista, miliciano del Frente Popular, es una persona normal, capaz de enamorarse y de tener arranques heroicos; admitir eso significaba reconocer que la guerra civil había sido una lucha entre personas y no una contienda entre Dios y el diablo”. Arturo Pérez-Reverte la considera una de sus películas favoritas. “Hija bastarda del cine franquista, modernísima para su tiempo y técnicamente osada en algunas escenas —esos planos de la checa de Fomento abierta como el 13 de la Rue del Percebe—. La mujer protagonista es una heroína atípica para el cine español de su tiempo, donde lo correcto eran las abnegadas madres y esposas”, admira el escritor.




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