Óleo de Cornelis Cornelisz.Van Haarlem títulado: La Beguina y El Monje. |
Cuenta una leyenda holandesa que una beguina (1) de clausura fue acusada de quedarse embarazada. Para probar la inocencia de la novicia se preparó una surrealista prueba. Un monje debía apretarle una teta: si salía leche, la acusación sería cierta.
(1) Beata que formaba parte de ciertas comunidades religiosas existentes en Bélgica.
Pese a que a primera vista puede pensarse que se trata de una ofensa a la fe católica. El trasfondo de la historia es el denominado Milagro de Haarlem, según esta leyenda una beguina de Haarlem fue acusada de un embarazo y un parto ocultos. Por ese motivo se pensaba que apretando sus pechos se demostraba su maternidad: si salía leche era culpable.
El óleo de Cornelis Cornelisz. Van Haarlem muestra cuando un monje con "experiencia en las ciencias médicas" aprieta el pecho de la monja para demostrar su maternidad. El pintor representa al monje con rostro serio y concentrado apretando la teta con su mano, mientras la monja entra en éxtasis, momento en el que sucede el venturoso milagro: no sale leche, sino vino de su pecho. De ese modo la piedad e inocencia de la beguina fueron probadas.
En la escena aparece sobre una mesita una copa, recibiendo el vino del pecho de la monja, y unas frutas que simbolizan, en este caso, "una supuesta vida de castidad".
Debió de ser muy estimulante ser un monje con experiencia en las ciencias médicas y verificar "milagros" en los Países Bajos.
Esta una de las leyendas y aunque no existe documentación judicial que confirme que se produjera tal evento, pero da que pensar. Pensar en esa vida tan difícil de los monasterios y conventos. La vida de la clausura, entre rezos y quehaceres, sin hablar, sería posible que la monja quedase embarazada y terminara frente al tribunal eclesiástico.
De ahí que el pintor nos regale esa imagen con el pezón como centro del cuadro, y una mesa llena de comida y vino para indicar la prevalencia de la castidad como la mejor de las virtudes.
Otra versión del Milagro de Haarlem fue que en realidad, no quería plasmar en lienzo la fe de esta piadosa monja precisamente, sino más bien enseñar un poco de carne y de paso hacer una crítica satírica al comportamiento de algunos miembros del clero.
Además el artista aprovecha para mostrar en la parte inferior un bodegón de lo más opulento y sensual (Cornelisz era todo un experto en el género), que fácilmente podemos asociar con el pecado. Deliciosas frutas que invitan a cogerlas dejándonos un poco confusos en cuanto al mensaje y el tono de esta obra. El lienzo sugiere de todo menos lo divino y espiritual que se les presupone a los miembros de la comunidad eclesiástica.
Descripción:
La pintura es una obra impresionante que muestra la complejidad y el detalle de la pintura barroca del siglo XVII. Con un tamaño original de 116 x 103 cm, la obra es una de las más grandes del artista y muestra su habilidad para crear composiciones dramáticas y detalladas.
El estilo artístico de Van Haarlem se caracteriza por su atención al detalle y su habilidad para crear figuras realistas y detalladas. Se puede ver cómo cada pliegue de la ropa y cada rasgo facial está cuidadosamente delineado, lo que da a la obra una sensación de realismo y profundidad.
La composición de la obra es también impresionante. La figura del monje se encuentra en el centro de la obra, con la figura de la monja a su lado. La posición de las figuras y la atención al detalle en sus gestos y expresiones faciales crean una sensación de tensión dramática en la obra.
El uso del color en la obra es también notable. Van Haarlem utiliza una paleta de colores ricos y vibrantes, con tonos cálidos y fríos que se combinan para crear una sensación de profundidad y textura en la obra.
Cornelis Cornelisz. Van Haarlem (Haarlem, 1562 – 11 de noviembre de 1638), pintor y dibujante holandés. Era miembro de una poderosa familia de Haarlem. Durante el sitio español sus padres abandonaron la ciudad dejando la casa y a sus hijos a cargo del pintor Pieter Pietersz. (1540/41-1603), que sería el primer maestro de Cornelis.Fue miembro de la escuela manierista de Haarlem, muy influido por la labor de Bartholomeus Spranger. Pintó principalmente retratos, así como temas mitológicos y bíblicos. Inicialmente pintó cuadros de gran formato, trabajando al estilo italianizante, con figuras humanas en poses retorcidas, escorzos, y anatomías hipertrofiadas. Más tarde, su trabajo tendió hacia formas más naturalistas. En general destaca su preferencia por el desnudo y los temas que permiten un tratamiento sensual.
Existen tres cuadros en el Museo del Prado, destacamos uno de ellos, clic en: Júpiter y los demás dioses urgen a Apolo a retomar las riendas del carro del Día.
Fuente: Internet.
Gonzalo Díaz-Arboli
1 comentario:
Quizá, amigo Gonzalo, fuera leche y dijeron, para salvar a la beguina, que era vino blanco. Bromas aparte, yo me quedo con la otra versión, la de que el pintor no quería plasmar en el lienzo la fe de esta piadosa monja precisamente, sino más bien enseñar un poco de carne y de paso hacer una crítica satírica al comportamiento de algunos miembros del clero.
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