"La historia de todo hombre ya viene escrita en el corazón de su madre”.
Confesión:
Me arrepiento, en lo más hondo de mi alma, de no haberte dicho más veces te quiero, de no abrazarte, de no besarte, de no ayudarte lo suficiente; de no haberte valorado, de no haberme dado cuenta de la entrega y del sacrificio extremo que hiciste por tus nueve hijos; de no contarte mis sueños, de no haberte preguntado por los tuyos, de tantas preguntas y ansiadas respuestas que se quedaron demoradas en el sendero de mi adolescencia y juventud. Y siento con intensidad y tristeza, no haber sido consciente de mi responsabilidad y que, mi más sentido y ardoroso último beso ya no pudieras percibirlo.
Hoy, llegado el momento en que ya no hace daño la vida que se pierde, sigo añorando con nostalgia tu dulzura. ¡Qué gran señora fuiste!
¡Qué cosa es la vida! Ahora advierten dos de mis hijas que yo también he sido hijo y, me siento dichoso.
¿De dónde vine yo? ¿Dónde me encontraste?’, pregunta el niño a su madre.
Ella llora y ríe al mismo tiempo, y estrechándolo contra su pecho le responde: Tú estabas escondido en mi corazón, amor mío, tú eras su deseo.
Estabas en las muñecas de mi infancia; y cuando, cada mañana, yo modelaba con arcilla la imagen de mi dios, en verdad te hacía y deshacía a ti.
Has vivido en todas mis esperanzas, en todos mis amores, en toda mi vida y en la vida de mi madre. El Espíritu inmortal que preside nuestro hogar te ha albergado en su seno desde el principio de los tiempos.
En mi adolescencia, cuando mi corazón abría sus pétalos, tú lo envolvías como un flotante perfume. Tu delicada suavidad aterciopelaba mis carnes juveniles, como el reflejo rosado que precede a la aurora. Tú, el predilecto del cielo; tú, que tienes por hermana gemela la prima luz del alba has sido traído por la corriente de la vida universal, que al fin te ha depositado sobre mi corazón. Mientras contemplo tu rostro, me siento sumergida en una ola de misterio: tú, que a todos perteneces, te has echo mío.
Te estrecho contra mi corazón, temerosa de que escapes. ¿Qué magia ha entregado el tesoro del mundo a mis frágiles brazos?
Leyendo este poema escrito en prosa, El principio, que forma parte del poemario de Rabindranath Tagore, “La Luna Nueva”, nos muestra a una madre hablándole a su hijo sobre su concepción, y sobre la curiosidad de un niño ante un mundo nuevo y maravilloso que comienza a desplegarse ante él. El niño hace preguntas a su madre para intentar comprender su entorno, y las respuestas le llegan desde el corazón de quien le ha dado la vida. El texto es de una belleza lírica tan extraordinaria, que enaltece, si cabe, la belleza de la maternidad.
Traducido por Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí, consiguieron hacer una autentica recreación de Rabindranath Tagore, que tuvo enorme eco en los escritores de lengua española de todo el mundo, y por mi parte experimenté un remolino de emociones que desbordaron mis sentimientos.
Rabindranath Tagore. Resumen biográfico:
Nacido en Calcuta el 6 de mayo de 1861, fue poeta, dramaturgo, músico y filosofo del movimiento Brahmo-Samay (secta social y religiosa monoteísta, que significa literalmente la sociedad de devotos del Dios verdadero). Fue premiado con el Nobel de literatura en 1913, siendo el primer laureado no europeo en obtener este reconocimiento.
Tagore revolucionó la literatura bengalí con obras tales como El hogar y el mundo y Gitanjali. Extendió el amplio arte bengalí con multitud de poemas, historias cortas, cartas, ensayos y pinturas. Fue también un sabio y reformador cultural que modernizó el arte bengalí.
Rabindranath creció en una familia acomodada y enraizada en la tradición literaria, fue el menor de catorce hermanos. A los 13 años ya había comenzado a escribir poesía y en 1879 ya había publicado una edición de sus versos.
Cuando Tagore cumplió 17 años, emprendió el viaje a Inglaterra para estudiar en el University College de Londres Se enfoca en aprender el idioma y conocer la literatura inglesa. A pesar de eso no abrazó nunca las rígidas normas inglesas ni la estricta interpretación de la tradicional religión hindú.
A lo largo de su vida viajó y mantuvo múltiples contactos con otros intelectuales de su tiempo, incluyendo a Henri Bergson, Albert Einstein, Robert Frost, Mahatma Gandhi, Thomas Mann, George Bernard Shaw, Victoria Ocampo, H. G. Wells y Romain Rolland.
Se sabe por el archivo de Juan Ramón Jiménez que hubo un proyecto de viaje de Tagore en abril de 1921, con un recorrido por los alrededores de Madrid y Andalucía y una fiesta en la Residencia de Estudiantes, con intervención de Federico García Lorca. Finalmente, por circunstancias desconocidas, el viaje se frustró.
Epílogo:
Una célebre frase de Tagore: “Convertid un árbol en leña y podrá arder para vosotros; pero ya no producirá flores ni frutos.” Murió en Jorasanko el 7 de agosto de 1941.
Y una recomendación a todas las personas que aún conservan a sus padres: Nunca dejéis de decirles cuánto los queréis; abrazadlos con mucha frecuencia; sentiros orgullosos de ellos y sabed que siempre estarán a vuestro lado cuando lo necesitéis.
No olviden que el tiempo no se puede abrir y cerrar como una puerta, apenas da tiempo para mirar un árbol.
Gonzalo Díaz- Arbolí
11 comentarios:
Creo, amigo Gonzalo, que a todos no ha pasado lo mismo; solo valoramos a una madre en toda su dimensión cuando somos adulto y, en muchos casos, ya la hemos perdido.
Precioso tu escrito y muchas gracias por traernos el poema de R.Tagore. Un abrazo.
Como siempre llegas a mi corazón y me paseas por añoranzas, frases y palabras no dichas, besos y caricias pérdidas. Y es verdad que algo se me fue con ella, con mi madre, tantas cosas. Pena y tristeza de lo poco que la disfrute y la tuve junto a mi. Besos tío , te quiero.
Me has emocionado, Gonzalo. Los que ya perdimos a nuestra madre, sabemos que ella era esa raíz que te unía al mundo con seguridad. Se fue ella y quedamos, los primeros años, como flotando, inseguros... Yo aún cojo el teléfono con intención de llamarla, como hacía todos los días ; hace 12 años que se fue. Y, cada vez que ocurre algo, sobretodo si es feliz, se lo cuento a ella...
Me gusta mucho Gonzalo y es un gran homenaje, a tu madre y a todas las madres. No conocía esa prosa-poética de Tagore, aplicada a su madre.
Y casualidades, cuando yo era niño algo me disgustó mucho y mi madre me ayudó con una simple frase "si de noche lloras por no ver el sol, no verás ni la luna, ni las estrellas, ni nada..." Esa frase era de Rabindranath Tagore..
Gonzalo, cuando con la sensibilidad que tu tienes, se pretende evocar los valles que, por descuido o desidia, hemos elaborado en la falda del alto monte que el amor de una madre milagreó para un hijo, te sale una especie de Demóstenes, al que no debes corregirle ni un ápice de cuanto él diga, tanto sobre esas deficiencias que se cultivaron en esos valles, como sobre los frutos ubérrimos, deliciosos y exquisitos que ese singular monte del amor supo elaborar y heñir en sus especiales artesas con el amor infinito y abnegado hacia sus hijos y si a esto le añades el sublimado lirismo de un Rabindranath Tagore, cualquier intento de hilvanar o retocar la situación creada, debería tildarse de osadía.
Hola, Gonzalo. Qué entrañable lo que escribes de tu madre. Siempre son pocas las veces que les decimos que las queremos y las veces que les damos las gracias.
Precioso papá! Se me ha puesto la carne de gallina, lo he leído hoy, día de la madre y es un regalo. Muchísimos besos!!!
Que bonito tío Gonzalo, no he podido leerlo hasta ahora porque estaba trabajando, que placer llegar a casa y leer algo así, todos los que tenemos hijos nos identificamos con el poema . Muchas gracias. Y además toda la información sobre el autor, que es de lo más interesante. La canción de Roció Jurado preciosa. Todo lo que publicas en tu blog además de precioso es culturizante y eso se agradece.
Vuelvo a emocionarme tras releer esta bonita carta a la abuela. Me emociono por haberla perdido sin haberla disfrutado y conocerla lo suficiente, me emociono por la idea de verte como hijo y no sólo como padre y me emociono por la idea de no valorar lo suficiente lo que tenemos y pensar que es sobre todo al perderlo cuando nos damos cuenta de que lo más cercano es siempre lo más valioso.
Muy emotivo Gonzalo, a veces basta muy poco para sentirlo todo como nunca antes, de repente. Recuerdo a tu madre y tenia tus ojos, tu mirada, y casi tu misma sonrisa y eras tú, en parte. Besos.
Al releer los comentarios, me siento dichoso, sobre todo, por los dos de mis hijas que han advertido que también fui hijo. Muchísimas gracias a todos.
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