Rafael Alberti, Premio de Literatura "Miguel de Cervantes"1984 |
Mi idea del tiempo siempre choca con la de ese lugar donde moran los poetas, es la confrontación inevitable entre lo perenne y lo efímero, entre lo eterno y lo pasajero. Expresé mi deseo de hablar con Rafael Alberti quería preguntarle algunas cosas sobre su poesía primera, sobre aquella arboleda perdida, o sobre el castillito en la playa, quizás hubiésemos podido pasear un poco a la orilla del Guadalete, recorrer la calle Larga de punta a punta o pasar por su casa en la calle Santo Domingo. Me dijeron que no podía ser, que estaban reunidos los del 27; pregunté sobre cuánto tiempo estarían y la contestación fue: "unas horas, un día ─o varios─, semanas, meses o años." Imagino que se me quedó una cara como el título de aquella obra que escribió en 1929: «Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos». Después hube de meditar un poco sobre ese tiempo que nos diferenciaba que no era cuestión sólo de curvaturas del espacio.
Rafael Alberti, académico de Santa Cecilia |
Siempre me han fascinado las diferentes direcciones de la obra de todos los poetas, nunca ─y es lógico─ hay linealidad. Alberti partió de un sentimiento lírico-popular andaluz plasmado en "Marinero en tierra" y "La amante" plenos de musicalidad y ágil desenvoltura:
No quiero barca, corazón barquero,
quiero ir andando por la mar al Puerto.
¡Qué dulce el agua salada
con su salitre hecho cielo!
¡No quiero sandalias, no!
Quiero ir descalzo, barquero.
No quiero barca, corazón barquero,
quiero ir andando por la mar al Puerto.
No me he aclarado nunca sobre si ese "puerto" es con mayúscula o minúscula, me hubiese gustado hacerle esa pregunta. Bueno, yo ─y como licencia de paisanaje─ lo pongo en mayúscula. Me suena mejor.
Los estudiosos distinguen una segunda etapa, la de su obra "Cal y canto", aquí su trabajo poético se gongoriza, y su expresión se oscurece. De ésta es su "Soledad Tercera" en homenaje a D. Luis de Góngora:
Conchas y verdes líquenes salados,
los dormidos cabellos todavía,
al de una piedra sueño,traje umbroso
vistiendo estaban, cuando desvelados,
cítaras ya, esparcidos,
por la del viento lengua larga y fría
templados y pulsados fueron y repetidos,
que el joven caminante su reposo
vio, música segura,
volar y, estrella pura,
diluirse en la Lira, perezoso.
...
Es de un atractivo especial el tercer periodo que podemos distinguir en su obra, se trata de la etapa surrealista en la que siguiendo los postulados de André Breton, en el Manifieste du surréalisme, intenta con éxito poetizar las distintas fases de la inconsciencia y explorar los submundos mentales de lo incoherente y de lo absurdo. Su libro representativo es "Sobre los ángeles". Aquí el poeta denomina "ángeles" a unas entidades extrañas y esotéricas que de alguna manera percibe y que combaten en su mente. Utiliza un mayor dramatismo y hace la versificación libre.
...
Me estás quemando vivo.
Vuela ya de mí, oscuro.
Luzbel de las canteras sin
auroras de los pozos sin agua
de las simas sin sueño,
ya carbón del espíritu,
sol, luna.
Me duelen los cabellos
y las ansias. ¡Oh, quémame!
¡Más, más, sí, sí, más! ¡Quémame!
¡Quémalo, ángel de luz, custodio mío,
tú que andabas llorando por las nubes,
tú, sin mí, tú, por mí ángel frío de polvo,
ya sin gloria, volcado en las tinieblas!
...
A partir de estos momentos, deja su expresividad poética y la cambia por la intención política, para ─años después─ retornar a la musicalidad primigenia con varias obras; quizás la que nos parece más significativa sea "A la pintura"; una hermosa colección de poemas en los que recoge muy variados aspectos del arte pictórico.
Abajo a ti, sonoro, puro, quieto, blando,
incalculable al mar de la paleta,
por quien la neta luz, la sombra neta
en su trasmutación pasan soñando.
A ti, por quien la vida combinando
color y color busca ser concreta;
metamorfosis de la forma, meta
del paisaje tranquilo o caminando.
...
Me quedé un buen rato casi adormilado, pensaba en que la poesía era algo tan sutil como soñar, y soñar, caminos; estaba seguro que Antonio Machado también lo creía así.
Se me había venido ya la tarde encima; desde la playa y las rocas veía el sol que se acostaba por la mar de Rota...
Zarparé, al alba, del Puerto,
hacia Palos de Moguer,
sobre una barca sin remos.
De noche, solo, ¡a la mar!
y con el viento...
Ignacio Pérez Blanquer
5 comentarios:
Leyendo este trabajo, me suena el mejor Alberti, pensé que sólo 'Sobre los ángeles' merecía la pena, pero no es así.
Bonito homenaje. Enhorabuena.
Magnífico recorrido, Ignacio, aunque breve, por la línea poética de Alberti. Gracias
Gracias, Gonzalo, por traernos a R. Alberti y sus poesías. No he leído mucho de él, pero sus poemas, los pocos que he leído, me ha dejado un regusto a Cádiz y a las salinas...eso sí, a la maravillosa Ana Belen cantando "Se equivocó la paloma..."la he escucha cientos de veces.
Muchas gracias y ¡¡FELIZ NAVIDAD!!
Un abrazo.
https://youtu.be/ohZhBvhMj5c
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