5.12.22

Eugenio Montale. Premio Nobel italiano (1975)

“La poesía es conocimiento, salvación, poder, abandono. Operación capaz de cambiar al mundo, la actividad poética es revolucionaria por naturaleza; ejercicio espiritual, es un método de liberación interior. La poesía revela este mundo; crea otro…Cada lector busca algo en el poema. Y no es insólito que lo encuentre: Ya lo llevaba dentro”. 
Octavio Paz 
 
Eugenio Montale (Italia, Génova 1896-Milán 1981) 
Poeta, periodista, crítico literario y musical. 
Aportó una visión absolutamente personal de la problemática y las inquietudes del hombre contemporáneo, partiendo de los hallazgos formales del simbolismo y del decadentismo, a los que enriqueció con una voz inconfundible. Considerado con frecuencia uno de los fundadores del hermetismo italiano de entreguerras, la singularidad de su poética desborda no obstante los presupuestos teóricos de este movimiento.

Interrumpió los estudios secundarios para estudiar canto, y luego sirvió como oficial de infantería en la I Guerra Mundial. Cuando decidió dedicarse a la poesía ya era un intelectual de vasta cultura que alternaba el gusto por la lectura de los grandes novelistas del siglo XIX, con la pintura y la música. 
En 1939 sus manifestaciones antifascistas le valieron la suspensión por parte del gobierno como director del Gabinete Científico - literario Vieusseux. Florencia.1819´

Obtuvo el Premio Feltrinelli, el título de Doctor Honoris Causa por las Universidades de Milán, Roma, Cambridge y Basilea, el título de Senador vitalicio en 1966, Premio Nobel de Literatura en 1975.
"Huesos de sepia" en 1925, "Las ocasiones" en 1939, "El vendaval y otras cosas" en 1956, "La mariposa del café de la plaza" en 1956, "Treinta y dos variaciones" en 1973 y "Altri versi" en 1981, hacen parte de su valiosa obra.

Ya en la vejez, Eugenio Montale entregó todavía las crónicas de Cuaderno de cuatro años (1977), la sabiduría teórica de Sobre la poesía (1976), y fundamentalmente los memorables poemas de amor que integran las dos partes de Xenia (1964-1969) y el testamento de su estética y su concepción del mundo que significó Satura (1971).
 
En su primera colección de poemas, Huesos de sepia (1925), casi todos ambientados en los paisajes y escenarios en los que pasó su infancia, expuso ya los temas más característicos de su poética: un sentimiento de cansancio y de soledad, una angustiosa desconfianza en la vida y la conciencia de la inutilidad de cualquier lucha, que, sin embargo, no le empujaban a la autocompasión, a una actitud resignada o al abandono de la esperanza. A través de endecasílabos fragmentados, en un casi sinfónico empleo del verso libre, expresó el "mal de vivir": la irremediable derrota del hombre, que se halla prisionero en el mundo.

Elegimos el poema:


Forse un mattino andando in un'aria di vetro, 
arida, rivolgendomi vedró compirsi il miracolo: 
il nulla alle mie spalle, il vuoto dietro 
di me, con un terrore di ubriaco. 

Poi come s'uno schermo, s'accamperanno di gitto 
alberi case colli per l'inganno consueto. 
Ma sarà troppo tardi; ed io me n'andró zitto 
tra gli uomini che non si voltano, col mio segreto. 
Traducción:
Tal vez una mañana caminando en un aire de vidrio,

árido, volviéndome veré cumplirse el milagro;

La nada a mi espalda, el vacío detrás de mí

con un terror de borracho. 

Luego, como en una pantalla, se aparecieran de pronto

arboles, casas, lomas con el habitual engaño.

Pero será demasiado tarde y yo me habré ido callado 

entre los hombres que no se vuelven, con mi secreto.


El punto fundamental del poema es éste. La hipótesis puede enunciarse en términos simples y rigurosos: dada la bipartición del espacio que nos circunda en un campo visual delante de nuestros ojos y un campo invisible a nuestras espaldas, el primero se define como pantalla de engaños y el segundo como un vacío que es la verdadera sustancia del mundo. 

Dos velocidades distintas atraviesan el poema: la de la mente que intuye y la del mundo que transcurre. Entender es cuestión de ser veloces, de volverse de pronto para sorprender al  (esconderse detrás), es una vertiginosa voltereta sobre uno mismo y en ese vértigo está el conocimiento. El mundo empírico en cambio es la habitual sucesión de imágenes en la pantalla, engaño óptico como el cine, donde la velocidad de los fotogramas te convence de la continuidad y de la permanencia. 

Hay un tercer ritmo que triunfa sobre los dos y es el de la meditación, la marcha absorta y suspendida en el aire de la mañana, el silencio en el que se custodia el secreto arrebatado en el movimiento de la intuición.

Per i miei amici: Stefania e Luigi 
Perché leggere i classici.  Autore.  Italo Calvino.
Si dice classico, in definitiva, ogni libro che stimola un atteggiamento personale critico, che provoca discorsi critici ma che continuamente sappia liberarsene. Non sempre il classico ci insegna qualcosa, anzi, molte volte è una conferma di ciò che sapevamo.

Fuentes:
Perché leggere i classici. Italo Calvino
Wikipedia, 
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Eugenio Montale».

Gonzalo Díaz-Arbolí

Itinerario biográfico de Eugenio Montale

1 comentario:

Eugenio Martínez dijo...

Al hablar en este artículo de las velocidades, de los ritmos y las hipótesis del poema, me viene a la memoria una frase genial de nuestra admirada y exquisita poetisa Inmaculada Moreno cuando dice: "Leyó unos versos y sintió que le aludían" (cito de memoria, por lo que me refiero más al sentido de la frase que a la exactitud de las palabras)

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